TRANCA, voz patrimonial del castellano y el portugués, al parecer prerromana, de origen incierto, probablemente céltico, comp. galo tarinca ‘espetón, perno largo’, gaél. tarrang ‘clavija, tarugo’.

1.ª doc.: J. Ruiz.

Escribió este poeta: «sy una cosa sola a la muger non muda, / muchas cosas juntadas fazerte han ayuda / ... / con una flaca cuerda non alçarás grand tranca / nin por un solo farre non anda bestia manca, / a la peña pesada non mueve una palanca, / con cuños e almadanas poco a poco se arranca» (517a). Puesto que se necesita una cuerda recia para alzarla, es más probable que el poeta pensara en una barra de hierro que en un palo de madera. De la existencia y vida lozana del vocablo en el S. XIII es tetimonio indirecto pero seguro la del verbo derivado atrancar, que ya leemos en la Gr. Conq. de Ultr. (h. 1300), en el sentido de ‘asegurar una puerta atravesándole una tranca’: «fuéronse para la puerta de la torre mayor... e cuidáronla crebantar, mas ella era muy fuerte e estaba muy bien atrancada» (Rivad. XLIV, 597b); todavía es más antigua esta palabra, que de este sentido pasó a ‘atascar, obturar, represar’ como lo vemos ya en la 1.ª Crón. Gral. (h. 1290): «et asmaron de fazer una balsa tamanna que atrancase el río de parte a parte, et que la ynchiesen toda de ollas et de tinajas llenas de fuego gregiesco» (p. 754). De la existencia de tranca en el S. XIII tenemos otro testimonio probable en R. Martí, quien dió la palabra mozárabe Ȑiƫránka (p. 19), pero olvidando indicar la traducción. Más tarde encontramos tranca en la Crón. de Álvaro de Luna (h. 1460): «aquella portada estaba cerrada con una grand tranca» (ed. 1784, p. 332), y desde entonces es palabra muy frecuente en los textos (Aut. da dos ejs. del S. XVI). En el glos. de Toledo (h. 1400) traduce el lat. obex ‘tranca de puerta’, y es probable que el glos. coetáneo del Escorial al traducirla por ci(r)c(u)itus quiera decir ‘tranquera’ o ‘valladar’ (comp. «talanquera: valum»), según conjetura Spitzer (MLN LIII, 120). APal.: «patibulum... es tranca de madera con que cierran las puertas» (345b); Nebr.: «t. de puerta: repagulum»; C. de las Casas: «pontillo, stanga»; Percivale: «t. de puerta: a barre, or bolt to make fast a doore or gate with, a doore barre»; Oudin «une barre de porte»; Covarr. «la barra de madera fuerte que atraviessa las puertas por dedentro, de uno a otro umbral, con que las assegura para que no las puedan echar en tierra»; Aut. «palo gruesso que se pone detrás de las puertas o ventanas para cerrarlas, afianzado en el suelo, y metido en algún quarterón o travesaño de ellas». Como se ve, casi todos los lexicógrafos piensan en la tranca de cerrar puertas, que tanto puede ser de hierro como de madera, pero sobre todo los derivados muestran que otras acs. también tienen cierta antigüedad, y en el sentido moderno de ‘porra, palo grueso para golpear’ ya aparece en Tirso (ej. en Pagés). No es raro que llegue a designar una rama de árbol, según veremos en portugués, y así también el alto-arag. tranquetas (Aineto) vale ‘trozos de leña para avivar el fuego’ (RLiR XI, 179)1; también en los Pirineos puede significar ‘agramadera de cáñamo’ (VKR VIII, 227). De todos modos lo más probable es que todo esto sea secundario2.

En portugués tranca es también palabra antigua y castiza, con el mismo sentido que en cast.: «pao grosso e rijo que se p?em detráz de portas ou janelas para as ter bem cerradas» (Bluteau); los dicc. no citan autoridades, pero sí las dan de trancar en L. de Castanheda (h. 1550), de tranquia «cerca de paos em distância huns dos outros para atalhar algum passo» (atravessar o rio com tranquia en JoƟo de Barros, por el mismo tiempo) y D. Vieira da muchísimos de tranqueira ‘estacada’ desde med. S. XVI; que la antigüedad no es menor que en Castilla se dedace del nombre de la famosa villa de Trancoso, que ya fué reconquistada en la 1.ª mitad del S. XIII por San Fernando y cuyo nombre en la misma forma se cita desde 960 (CortesƟo, Onom. Med.; Varzena de Tranquosa desde 924 ibid.); en la Sierra de la Estrella es ‘viga’ (VKR IV, 279), en la Estremadura «pernada», o sea cada una de las grandes ramas de un árbol (RL II, 304; V, 147); gall. tranca (Sarm. CaG. 109r, 126r, y ‘borrachera’: Pedro ten unha tranca 197r). En cambio en catalán tranca es palabra reciente y advenediza, cuando no totalmente desusada; apenas se emplea alguna vez en el sentido de ‘porra’ como arma, y es castellanismo indudable, al menos en Cataluña propiamente dicha (quizá sea reliquia mozárabe desde el Ebro para el Sur, teniendo en cuenta el dato de R. Martí, y Mestre lo registra como voz especialmente tortosina: BDC III, 112)3. Fuera del cast. y el port. sólo encontramos el vocablo en vasco: guip. tranka ‘cítola de molino’, a. nav. ‘instrumento con que se golpea la lana al ahuecarla’, vizc. tranga ‘agramadera’, guip. ‘cítola’, vizc. y guip. ‘tranca de puerta’, b. nav. y ronc. tranku ‘paso largo’, ‘obstáculo’, vizc., b. nav. y ronc. tranku ‘paso’, ‘peldaño’ (Azkue; comp. Krüger, Die Hochpyr. A II, 8; VKR VIII, 227); pero puede descartarse la posibilidad de que en vasco sea palabra muy antigua, pues todas o casi todas las palabras vascas en tr- son romanismos evidentes (u onomatopeyas). Por lo demás el área del vocablo termina bruscamente en los Pirineos4.

Bien puede decirse que el estudio de la etimología de tranca se halla hasta ahora por empezar. Diez, Körting y la Acad. guardaron completo silencio; nada dijo tampoco M. P. en sus obras, ni G. de Diego en su Contrib. M-L. en la primera ed. de su dicc. (8851) se limitó a abrir un artículo *TRANCA «de origen desconocido», que es decir poco, y sin embargo es lo más atinado que se ha dicho hasta ahora. La idea que lanza brevemente Spitzer en el lugar citado, lat. vg. *TRAMէCAl> en lugar de TRAMES, -էTIS, ‘sendero’, además de inverosímil en el aspecto morfológico, es indefendible semántica y fonéticamente (el resultado no podría ser otro que *tranga). Krüger (l. c.) cree ―como suele hacer― en una onomatopeya, lo cual sería aplicable en rigor a tranco ‘paso’, pero éste es mucho más moderno que tranca, y secundario, y al vasco tranka ‘cítola’ (aunque el ruido de la cítola es más agudo de lo que sugeriría un ¡TRANK!), pero está a la vista que no debemos dar importancia a esta ac. local. Finalmente G. de Diego en su artículo de cruces (RFE XI, 344) apuntó que esta palabra había nacido por un cruce de TRABSviga’ con PALANCA: todo es inverosímil en esta idea, pues TRABS no ha dejado descendencia segura, directa y popular en la Península (y así el cruce debiera remontarse hasta el latín vulgar), y los dos vocablos no son sinónimos; además estos cruces, cuando engendrarían una palabra completamente nueva, antigua y arraigada en una área considerable, no pueden convencer a nadie; y sin embargo, consiguió la adhesión de M-L. (REW3 6455), que es el inventor del famoso cruce de VIBRARE con GYRARE (> virar). Dejando a un lado estas combinaciones arbitrarias, confesemos que nada cierto se sabe del origen de esta palabra. Un vocablo de este tipo, perteneciente a una civilización elemental, y de estructura fonética sólida y simple, tiene todo el aire de haberse conservado intacto por muchos siglos, y es sumamente probable que, lo mismo que BARRA, sea prerromano. Desde luego no será vasco, por la razón fonética ya apuntada, pero si es o no ibérico no podemos saberlo.

El caso es que el único idioma donde damos con algo análogo es el céltico, aunque naturalmente esto no prueba todavía que no estemos ante una homonimia engañosa. En mi artículo TARUGO he indicado la probabilidad de que este vocablo (cuya área es idéntica a la de tranca, y pertenece al mismo orden de ideas) tenga la misma raíz que el galo TARէNCA5 empleado en antiguas vidas de santos francesas como nombre de un espetón de gran tamaño en el cual se ensartó el cuerpo de un mártir (V. el texto y más detalles en TARUGO); junto a TARINCA, conservado en el fr. taranche y oc. tarenco, existe el irl. med. y mod. tairnge ‘clavija, tarugo, clavo’, gaél. tairnge íd. Es sabido que estas palabras pertenecen a la raíz indoeur. TER- ‘perforar’, de cuya familia céltica viene también TALADRO; si prestamos crédito a Arbois de Jubainville (en A. Thomas, Mét., 193-5) las citadas formas irlandesa y gaélica corresponderían a una base *TARANGA o *TARANCA, en la cual hacen pensar las variantes gaélicas tarrang y tarrag citadas por MacBain, mientras que otros más modernos han dicho que aquéllas vienen de *TARINGIA; importa poco, pues de todos modos consta que de esta raíz céltica TAR- salieron derivados con sufijos varios, y si se formó uno con -INCA, casi hay que esperar que se formara otro con el gemelo -ANCA, tan vivaz en el celta continental. Así la existencia de un *TARANCA ‘espetón’ en este idioma es muy posible, y de ahí a ‘barra de hierro’ no había más que un paso (por otra parte, el tarugo es de madera); una reducción fonética de *TARANCA a *TRANCA era fácil desde antiguo en la Península Ibérica, como ultracorrección de la fuerte tendencia vasca (y también iberorromance) a la anaptixis6; de hecho no faltan testimonios romances de la variante *TARANCA, de donde deriva talanquera (V. abajo), ya antiguo [1400], y de donde descienden el santand. taranca o talanga ‘tabla para hacer una talanquera’, ‘zurra, paliza’ (G. Lomas), alav. taranca ‘pieza de madera que se pone en la pata al ganado para que no se desmande al pastar’ (Guereñu, Euskera III, 323), ast. taranga ‘morcilla’ (R), santand. coger en tarangón ‘coger la panoja dejando en el tallo las hojas que la recubren’, y por otra parte el arag. tarranco ‘garrancho’ (Peralta, Borao)7, ‘trozo de raíz’ en Ansó (RLiR XI, 213)8, Racons de Terranc orónimo de Vallada a la raya de Énguera (valenciano aquel pueblo, de lenguaje aragonés-castellano éste) y cf. el val. ant. tranca n. 3 etc.; y es notabilísimo que el vocablo reaparezca en esta forma, bastante lejos de España, en el monferrino taranchin «grossa sbarra di ferro» (Ferraro): esta emergencia del área de t(a)ranca en otra región de fuerte substrato céltico no deja de ser elocuente. Puede tenerse en cuenta también el rioj. (Ojacastro) «talengues, palabra anticuada: orilla de prados» (RDTP X, 330), que pudo significar propiamente ‘talanquera’.

También sería posible que la forma céltica fuese *TRANCA de buen principio, puesto que la raíz TER- aparece a menudo en el grado cero TR- (lat. trivi, tritus, gr. τρανNjς, eslavón trĕti, scr. taɅ), en todas partes y también en celta: el britónico contronen ‘polilla’, ‘gusano’, procede de CON-TRNO- y el irl. ant. tráinín viene de TRNO- (Stokes-Bezz. 123)9. No quiero insistir más, y por el contrario hago constar que esta etimología no se podrá considerar enteramente segura mientras no se encuentren en céltico testimonios más iguales a tranca por la forma y el sentido. Que de todos modos tranca es prerromano, de una u otra procedencia, debe mirarse como un hecho en extremo probable10.

Fonéticamente es imposible partir del lat. TRABէCA ‘almadía hecha con maderos’, como quiere GdDD 6779.

DERIV.

Trancar [‘seguir los pasos’: «sus passos te aviso que sigas y tranques», Hernando de Yanguas, a. de 1518, Kohler, 7 Sp. Dram. Eklogen, p. 202; ‘cerrar con tranca’, h. 1540, D. Gracián, Aut.; ‘cerrar de cualquier modo’ en ast., R, s. v. aldaba y atrancar, en el cual puede influir el tipo tancar, V. ESTANCAR; ‘fastidiar con una treta’, ‘detener’ cub., Ca., 30, 73]; atrancar [tr. ‘recorrer (a grandes pasos)’, rimando en -anca ya h. 1505 en Pedro M. de Urrea (Mz. Pidal, Hist. Poes. Cast. E. M. III, 433)]; trancada [‘bromazo’, ‘acción de trancar’ cub., Ca., 30, 73; ‘el golpe del carro al caer sobre la rueda’, ast. R]; trancado, paso ~ ‘paso de tranco, paso largo’ (cub., Ca., 19); trancador (1397, invent. arag., BRAE IV, 218, ¿o derivado de TRINCAR?). Trancazo [‘golpe de tranca’, ‘gripe’; cub. ‘trago alcohólico’ Ca., 30]. Tranco [APal. 184b; «t. de bestia: subsultus» Nebr.; 1554, F. Chacón, Trat. Jineta, cap. 8; el paso tranco medía 5 pies, según un libro de 1517, Ca., 19; al tranco ‘a paso largo’ en la Arg. y Chile: Tiscornia, M. Fierro coment., p. 77; S. C. Oliván, La Prensa, 4-II-1940; al tranquito, Payró, Pago Chico, 36; ‘mal paso del carro en los caminos con baches’ ast. R; ‘escalón’ arag. en Ansó y Echo, RLiR XI, 245]: la evolución semántica fué ‘pierna larga como una tranca’ > ‘zancada’ > ‘golpe que se recibe al darla’11; tranquillo ‘umbral’ albac. (RFE XXVII, 253), murc.; tranquillón [Terr. «en la Mancha llaman t. a la mezcla de trigo candeal, arisnegro o rubión, jeja, donde le hay, y centeno; si bien es más común llamar así a la mezcla de trigo y centeno»; Acad. ya 1884, no 1843, «mezcla de trigo con centeno en la siembra y en el pan»; Pagés cita ej. del aragonés Oliván, med. S. XIX], la explicación semántica no es clara, quizá porque se trata de una mezcla grosera donde pueden encontrarse aristas de espigas comparables a pequeñas trancas, o bien, como sugiere la denominación zangamulo que según Terr. tiene el mismo sentido en partes de Castilla la Vieja, por ser algo grosero como el tranco o zanca de un mulo u otro animal. Trancón ‘toma clandestina en un río’ (arg., diario Los Andes, 16-XII-1940). Tranque ‘embalse’ chil. (BDHA I, 254n.), es tanque con influjo de atrancar. Tranquear ‘atrancar’, ‘remover con tranca’, arg. ‘caminar’ (Á. M. Vargas, La Prensa, 29-XI-1940); tranqueada (en un rodeo de vacunos, arg., E. Wernicke, La Prensa, 4-VIII-1940).

Tranquera ‘empalizada de trancas para defensa o fortificación’ [hacia 1570, Luis del Mármol, Ambrosio de Morales, en Autoridades; así todavía en papiamento, Hoyer, 24, y portugués tranqueira], arg. ‘puerta rústica de un campo hecha con una gran tranca atravesada, o con travesaños de madera’ [M. Fierro, Paulino Lucero, en la ed. de Tiscornia; Payró, Pago Chico, 187; V. grabados en La Prensa, 4-VIII-1940, 20-II-1941, La Nación, 29-VIII-1943; con este sentido o como nombre de las trancas laterales de la tranquera se emplea este vocablo y tranquero en Chile, Méj., Perú y Cuba; tranquero ‘puerta de corral’ venez.12 y colomb.13; gallego tranqueiro «piedra que abraza [= forma quicio] en las puertas de piedra» (con citas de toponimia submarina en Sarmiento CaG. 109r), minhoto, trasm. tranqueiro «pau que se atravessa no portal de um campo» Leite de V., Opúsc. II, 390; RL V, 107]14. Variante de tranquera con una vocal más (V. arriba) y disimilación es talanquera [«vallum» h. 1400, glos. de Toledo, taranquera íd. en el del Escorial de igual fecha; ‘vallado de tablas como el que sirve de defensa en las corridas de toros’, con ejs. del S. XVII, en Aut.; también en Baltasar Gracián, Hisp. R. X, 270, etc.; cub. tranquera ‘puerta de trancas que da entrada a un cercado’ Ca., 26, cub. y bogotano talanquera]; con disimilación diferente taranquela en G. Gómez de Avellaneda; talanquero cub. ‘guardián de talanquera’ (Ca., 161); más detalles acerca de tranquera ~ talanquera di en mi nota de RFH VI, 216-7.

Tranquil [Academia 1884, no 1817]; no es segura la etimología. Tranquilla ‘tumbo’ (asturiano, R). Atrancar [1290, V. arriba; «a. la puerta: repagulum obdo; a. bestia: subsultim incedo» Nebr.; ‘dar grandes pasos’ bilb., Arriaga; atrancar-se ‘atascarse’ en la Arg. y muchas partes]; atranco; atranque. El cast. tarangallo [Acad. 1925, no 1884] o taragallo [Acad. ya 1817; gall. trangallo] ‘palo que ponen colgante del cuello de algunos animales’, en vista del sufijo ha de ser forma de origen leonés o aragonés (la g por c podría indicar este último); claro que trangallo nada tiene que ver con el gr. στραƔƔάλƓ ‘lazo’, ‘estrangulación’, pese a Alessio, RFE XXXVIII, 232. V. también RETRANCA.

CPT.

Trancahilo. Port. sotranco [c. 1500, Gil Vicente, Inés Pereira, ed. 1912, II, 341).

1 El nombre de lugar Las Trancas es frecuente en la Argentina.―

2 Evidentemente lo son otras acs.: ‘borrachera’, porque el borracho es como si hubiera recibido un trancazo, muy extendido en América (Cuervo, Ap.7, p. 423; Tiscornia, M. Fierro coment., s. v.; Draghi, Canc. Cuyano, p. 310). comp. campid. trankéri ‘lascivo, cachondo’ (BhZRPh. LVII, 60); cub. cara de tranca ‘cara de pocos amigos, adusta’ (Ca., 65), como la del que va armado con tranca; en el Oeste argentino se dice alguna vez que un canal sufrió una tranca por ‘atascamiento’ (Los Andes, 13-VIII-1941), que está por atranca, postverbal de atrancar.―

3 Con esto estaría de acuerdo el empleo de tranc ‘zancada’ en el valenciano Jaume Roig (a. 1460): «fes un gran salt, / surt ab bell tranch, / ix d’aqueix fanch / hon jaus multat, / de sanchs sullat» (v. 12079); de ahí tranc ‘habilidad, maña’ (< ‘buena marcha’) muy vivaz en Mallorca y admitido por Fabra.―

4 Verdad es que una forma masculina del vocablo parece encontrarse en un doc. de Toulouse de 1272 (Du C.): «faciatis fieri per magistros et carpentarios vestros fustas bonas... de cor et de abiete... quod illas habeant infra trancos et infra eschalmamentos... et quod trabeti de terra brachiata habeant suas paiellas infra trancos et infra escalmamentos». Palay cita una «tranque: pied droit de barrière» en el Norte del Gers.―

5 Ya Nascentes, leyendo la Einf. de M-L. (§ 37), parece haber tenido la idea de relacionar tranca con el fr. taranche descendiente de TARINCA, aunque atribuye su idea a M-L., que para nada habla de la voz iberorromance.―

6 Comp. el fenómeno igual que he supuesto en el caso de BRUJA.―

7 Luego tarrancho por cruce con garrancho.―

8 Comp. también el antiguo e importante nombre de lugar Tarancón.―

9 Trenca ‘palo atravesado en la colmena’, meterse hasta las trencas ‘atascarse o intrincarse en algo’, ambos documentados desde Covarrubias, podrían corresponder a un *TRINCA con sufijo diferente, más parecido al galo TARINCA (sin embargo, siendo trenca palabra más moderna es lícito pensar en cruce de tranca con brenca); también en Quevedo: «como entre sueños me revolcase, cuando desperté halléme sucio hasta las trencas» Buscón, (Cl. C., 69); de ahí entrencar.―

10 De la variante céltica mejor documentada TARINGA (-CA) parece haber también representantes españoles: santand. taringazo ‘estacazo, palizón’, taringa ‘paliza’ (G. Lomas). Sin embargo, no considero razonable la idea que se me había ocurrido de partir de una acentuación céltica *TÁRINCA (> *tarnca) > tranca, por más que una trasmisión mozárabe (dialecto donde tranca se documenta en el S. XIII) pudiera facilitar el proceso fonético.―

11 Tranc ‘conjunto de los escalones de un campanario’ parece estar ya documentado en Monzón (localidad hoy de lengua cast. fronteriza), en un doc. en catalán ribagorzano, de 1260-70: «dixeren als missagés que tramitia lo Comendaire per repicar las campanas, que si i pujavan que·ls detrocarien [l.: derrocarien] preçtrant aval» (BABL VIII, 377): evidentemente hay que leer «per eç tranc aval» = ‘por la escalera abajo’, con el artículo catalán arcaico procedente de IPSE (otro caso de en el mismo doc.: «que lis vallen deç Temple»); cf. aquí 594a43, 596a46ss. Tanta antigüedad de ese vocablo arag.-ribag.-val.-mall. hace pensar si tranco ‘paso’ y ‘escalón’ no tendrá un origen diferente del de tranca o si nos puede revelar algo nuevo acerca del étimo prerromano de tranca; bien puede que sea lo primero; pero más bien me inclino a creer que se pasó ya en fecha temprana desde ‘barra’ a ‘escalón’ (cambio frecuente vid. PELDAÑO y MAMPERLÁN), y desde ‘escalón’ a ‘paso que da el que baja escalones’ (de donde luego ‘paso largo o saltado’).―

12 S. Darío Maldonado, Tierra Nuestra, Caracas 1920, p. 502.―

13 E. Rivera, La Vorágine, ed. Losada, p. 25.―

14 En la Ribera de Navarra existe la ac. ‘hueco a cada lado de la puerta, en el que entra la tranca con que se cierra’ (Iribarren), pero en zonas más septentrionales de esta región parece existir un significado más parecido al argentino: sale el vocablo varias veces en las definiciones del Dicc. y del Supl. de Azkue, p. ej. la del lab. xakoxte; ahora bien Lhande define el sul. xakosti como «passage à échelle, sautier» y el propio Azkue trae sakostia sul. «passage pratiqué par les gens dans une haie».