PIE, del lat. PୱS, PĔDIS, íd.
1.ª doc.: orígenes del idioma (Cid, etc.).
Entre las acs. especiales: «pie de uvas pisadas: pes ex vinaceis», ya en Nebr. Grupos fraseológicos y locuciones: *Pie de ánade, ierva: chenopus» [Nebr.]; ast. pie de diablu ‘especie de hiedra silvestre’ (Vigón); arg. pie de gallo ‘defensa de maderos, a modo de dique, y en forma de caballetes, que se coloca en los ríos sujetos a avenidas’ (Draghi, Canc. Pop. Cuyano, pp. xxi, xxxvii; grabado en el diario Los Andes, 3-XI-1940).
En piedes ‘de pie, erguido’, Berceo, Mil., 17a (en pie está ya en el Cid). De pie (ir, etc. ~), Calila, Rivad. LI, 64; Cid; Conde Luc.; en el navarro Fr. García de Eugui (h. 1390), BRAE XI, 278; y en otros medievales; hoy y ya en los clásicos se dice ir a pie en España, pero en la Arg. y en toda América del Sur lo popular es ir de a pie, ir de a caballo (Cuervo, Ap., § 385; Corominas, RFH VI, 231; Kany, Synt., p. 357): es locución occidental hispánica relacionada con el gall. ir d’a pé, d’a cabalo, también usuales en el portugués de Tras os Montes (RL II, 103), del Alentejo (RL IV, 50), etc. (comp. ir de pé en Don Denis, n. 2672)1; sabido es que como complementos nominales de a pie y de a caballo son de uso general; sin embargo, J. Timoneda, en el S. XVI, escribe «gente de pie y de a caballo» si hemos de prestar fe a la ed. Rivad. (III, 165). Sobre a pies juntillas, V. JUNTO. No sé cuál es en castellano la antigüedad de la locución al pie de la letra [Aut.], también arraigada en los otros dos romances ibéricos y en francés (comp. it. alla lettera; a veces se dice en lat. moderno ad pedem litterae, pero no recuerdo ejs. antiguos y lo clásico es ad verbum); a juzgar por los diccionarios franceses se trataría de una aplicación especial de la locución francesa au pied de «sur la mesure de» (mesurer au pied du savoir, Boileau; réduire tout au pied de la chicane, Racine; réduire au petit pied, Sévigné, Voltaire), locución ajena al castellano (comp. DGén. s. v. pied III, 2; Littré, n.° 5 25; God. X, 335a y b); no creo, sin embargo, que sea galicismo en España2.
DERIV.
Peada ‘manada de vacunos en marcha’ ast. (Vigón) (comp. PIARA); gall. peada ‘pisada’ (Sarm. CaG. 222v). Peaje [2.ª mitad S. XIII, en el texto arag. de Vidal Mayor, Tilander, 510-1; frecuente desde la E. Media en arag.; ej. de Castilla en ley de 1532-1640, Aut.], tomado del fr. péage o del cat. peatge; peajero. Peal [«pedule... es peal que aprovecha a los pies», APal. 105d; «udo, pedulis», Nebr.] (para el arg. peal o pial, V. PIHUELA). Pealla ‘cangrejo del género zocimo’ ast. (Vigón). Peana [h. 1600, Mariana]3; la variante sufijal peaña [1589; S. XVII; cat. peanya, port. peanha] es rara en cast.; peaños ‘calzado’ (¿o ‘medias’, ‘peales’?) en Berceo S. Or., 20 (donde debe leerse «podrién pocos dineros valer los sus peannos»), vid. Lapesa, RFE XVIII, 118; para estos y otros derivados de PES, vid. Malkiel, AGI XXXVI, 49 ss., 55-58, 62n. Gall. podoiros ‘los cendales del tintero’, Sarm. CaG. 60v2f. (podeiros 79r, quizá sea errata del ms., o a lo sumo cambio de sufijo): asimilación de *pedório parece representar una derivación PED-IT-ORIUM. De pé (medida) quizás el gall. piarda ‘cierto pez de ría, especie de anchoa’ (aunque no tiene más que unos 20 cm. de largo), vid. Sarm. CaG. 208r, 204v, 82r; coruñés pion, 221r, y para otras variantes sufijales (pialla, pio(b)ardo, pierdan) V. ibid. páginas 97-8.
Peatón [Acad. 1884, no 1843], adaptado del fr. piéton [h. 1300; modificación de pion = cast. peón, según modelo de piétaille ‘infantería’, frecuente a lo menos desde el S. XIII, God., y procedente de un *PEDITALIA, deriv. de PEDէTES ‘soldados de infantería’: M-L., ZRPh. XXIV, 405; explicación preferible a la de Baist, RF XIX, 639].
Pecezuelo [princ. S. XVII, Paravicino]. Peón [pedones, doc. de 1074, Oelschl.; peón, doc. de 1100; Cid; Berceo, Mil., 889a; Acedrex, 14.2; Malkiel, Boletín del Inst. Caro y Cuervo VII, 201-44]4, del lat. vg. PEDO, -ONIS («qui pedestri ordine vadit» en glosas: ALLG IX, 358; Heraeus, Kleinere Schriften, 140), conservado en todos los romances de Occidente5; peonada ‘infantería’ [Alex., 182, 1186; Alf. XI, 1324]; peonaje [1454, Arévalo, A. Palencia (Nougué, BHisp. LXVI)]; peonero, peonería; peonía ‘heredad’; apeonar; peonciello (‘niño que empieza a andar por sí’, Berceo, S. Dom., 19; quizá sea aragonesismo el cat. ant. paoncell ‘individuo de la infantería ligera’ en Desclot, ed. Coroleu, p. 101). Peonza [peonça, h. 1475, G. de Segovia; «íd.: juego de niños, turbo», Nebr.], probablemente sacado regresivamente de peoncillo, dimin. de peón, que tiene el mismo sentido [Quevedo; Aut.], por comparación con el movimiento de un soldado de a pie (comp. port. pião íd.; Beira piasca ‘peonza pequeña’, RL II, 90; leon. peúca íd., RH XV, 6; Cespedosa y Alburquerque repear, -iar, ‘bailar la peonza’, RFE XV, 148)6. Acerca de peón y peonza, Krüger, Boletim de Fil. XIII, 331-5. Peúgos o piugos, arag. peducos ‘calcetines de lana para el invierno’ (oído en Bergua, Ibiecas, etc.; Borao define: «calzado tosco usado en las montañas» [?]); en la zona salmantina se dice hoy patucos, forma que parece haber sufrido contaminación de PATA o acaso se había importado de tierras mozárabes (patuko < peduco sería entonces normal fonéticamente con a y t arabizantes); comp. cat. peücs ‘escarpines para dormir con los pies calientes’, port. pingas ‘zuecos’, etc., gall. piugas ‘las medias’7; derivado con el sufijo poco frecuente -ȢCU (no, como muestra la vocal, regresión de *PEDŬCULU, según quisiera G. de Diego, BRAE VII, 251-2).
Apear [«-se: ex equo vel mula descendu», Nebr.]8; en la ac. ‘reconocer una finca deslindándola’ [doc. de Osma, a. 1233, M. P., D. L., 218.47] es también derivado de pie, en la forma que explica el fuero aragonés de Vidal Mayor (2.ª mitad S. XIII): «qui demanda la possession o la heredat deve la apear, et es assaber seynnalar pie ante pie aqueilla possession que es demandada» (Tilander, pp. 512-3), comp. passiar en el mismo sentido en otros fueros arag.; la misma idea se expresa con otros derivados de pie: pedear (doc. de Calahorra, a. 1243, M. P., D. L., 118.17; Fuero arag. de h. 1300, §§ 65.1, 172; b. lat. piduare intr. ‘deslindar un territorio recorriendo a pie sus límites’, piduante, ablativo, aplicado al que apea o deslinda, piduatio, abstracto; los tres en muchos textos hispánicos del Norte y Pirineos en torno al a. 1000, y seguramente formados con la misma raíz, según el modelo del b. lat. situare ‘situar’, lat. tardío situatus, habituari, etc.); apedgar (doc. de Osma, a. 1212, M. P., D. L., 208.14) o en forma leonesa pelgar (doc. santand. de 1252, Staaff, 39.9, comp. pp. 243-4), procedente de un *PEDICARE; variante de apedgar es Alquézar apedecar «enterrar, enroñar; acodillar sarmientos de vid; enterrar un cadáver; causar la muerte a uno» (Arnal C.); apedgador, deriv. de apedgar (doc. Osma 1212, l. c., lín. 33) o pedgador (doc. Valladolid, 1260, Staaff, 56.34); comp. REW 6340, *PĔDA ‘solar medido’; 6344 *PEDATIO (fr. ant. peaison, oc. peazó, ‘trozo de tierra medida’); apeadero; apeador; apeamiento [«descensus», Nebr.]; apeo. Contrapear.
Despear [«-se el que anda: subtero pedes», Nebr.]9; despeado [Nebr.]; despeadura [Nebr.]; despeamiento; despeo. Sobrepié.
Sopear ‘pisar, hollar’, ‘supeditar’ [«vocablo viejo de Castilla por hombres que con sobervia quieren sobjugar a otros, y es tanto como traer so los pies, lat. subpeditar», en el vocabulario de med. S. XV, publ. en RFE XXXV, 328; 1596, J. de Torres; Covarr.; Aut.].
Traspié [«t. en la lucha: supplantatio», Nebr.]. Piezgo [piezgo S. XV, pesgo, fin S. XV, R. Cota, HispR. XXVI, 288; «piedgo de odre», 1505, PAlc., tras piélago; «a cuero tiesto piezgo enhiesto», 1555, refrán del Comendador Griego y de Correas; ‘todo el cuero adobado para trasportar líquidos’, Quevedo; esta ac. o quizá ‘pierna del cerdo’ en Lope, La Envidia de la Nobleza, cita en Montesinos, Pedro Carbonero, p. 188; en la 1.ª ac. o en la de ‘tabla en que se apoya el cuello del odre’ aparece la forma leonesa pielgo en Ávila, occid. de Burgos, Segovia, Logroño y Soria: G. de Diego, RFE III, 314], del lat. vg. *PĔDէCUM (> cat.-oc. petge ‘pie de una mesa, etc.’, REW 6352); de la forma femenina correspondiente PĔDէCA ‘traba para el ganado’ viene el ast. pielga ‘pieza de madera cerrada con una clavija que se pone en la mano del vacuno para que no pueda saltar’ (M. P., Dial. Leon., p. 168; Vigón); pelgar ‘sujeto despreciable’ famil. (propiamente ‘pedazo de cuero’; pelgarón ‘holgazán, vagabundo’ en Cespedosa, RFE XV, 160, 261) o, disimilado, pergal ‘recorte de pieles de que se hacen las túrdigas para abarcas’ (Acad.; no viene de PELLIS como ahí se dice); apelgarar.
Pezuelo ‘principio del lienzo, especie de fleco de muchos hilos’ [Acad.; «comencé..., los harapos colgando, que parecían pizuelos de frisas, a pedir limosna», 1599, G. de Alfarache, ed. Cejador I, 239; quizá sea ya esto mismo (si no es ‘pieza de paño’) el vocablo que sale un par de veces en invent. arag. de 1374, «un par de tovallas de lino, scaquiadas, en un peçuelo», BRAE II, 343], del lat. vg. *PECCIOLUS ‘piececito’, asimilación de *PEDICIOLUS por PEDICELLUS («pecciolus: ποƌάριον...», CGL II, 144.1; peciolus en varios autores tardíos, desde Afranio; vid. M-L., Rhein. Museum LXXII, 154; Walde, Idg. F. XXXIX, 84; la grafía petiolus es errónea, y la ç sorda de las formas españolas prueba que se pronunciaba con -CC- geminada en latín); duplicado culto pecíolo; con nuevo cambio de sufijo resultó pezón [peçonçillo ‘pieza de un broche’, S. XV, invent. toledano, RFE VIII, 27; «peçon de teta: papilla; p. de fruta: pediculus», Nebr.; pronunciado con sorda hoy en Cáceres y S. de Gata, Espinosa, Arc. Dial., 51; mozár. pochón íd., R. Martí, PAlc.; ár. marroq. y argel. bezzûla ‘pezón’, ‘teta’, en Simonet, s. n.; peçó se ha empleado también en el valenciano, aunque parece haber sido siempre ajeno al resto del catalán: On. Pou, Thes. Pue. (a. 1575) da los sinónimos «lo peço o capoll de la fruyta», 60 (según su hábito de poner juntas la voz usual en Valencia, donde vivía, junto con la de Gerona, su tierra)]; pezonera; de pezón viene el compuesto peciluengo. Sobre pegollo, Krüger, Boletin de Fil. XIII, 335-6.
Otro cambio de sufijo de PEDICELLUS, a saber, *PEDICŬLLUS, dió lugar a la forma ast. pegollo (Rato; ‘pie derecho’, M. P., Dial. Leon., § 12.1), pegollu ‘cada una de las columnas de piedra o de madera que sostienen el hórreo’ (Vigón), Cespedosa pegollo ‘cada uno de los extremos del yugo’, ‘mata espesa de hierba’ (que no viene de un *PէCŬCŬLU, como propone Sz. Sevilla, RFE XV, 268), alto-arag. picullo, percullo (VKR X, 231): del mismo origen son el sic. pidicuddu, milan. ant. pedegollo, mientras que el aran. pecót ‘pie de un mueble’, rouerg., lemos. pecoul, prov. alpino pecour íd. (Vayssier, Béronie, Chabrand) y demás formas citadas en REW 6351 corresponden a la base sincopada PECCULLUS documentada con el sentido de ‘pecíolo’ en la trad. de Oribasio (princ. S. VI; A. Thomas, Mél. L. Havet, 1909, 520); pegollera ‘losa cuadrada que se coloca sobre el pegollu’ ast. (Vigón).
Como un hórreo en nada se relaciona ni puede compararse con una mata de piorno o retama, intriga el nombre de piorno que en las zonas de Pontevedra recibe el hórreo (Eladio Rdz.); empleado por Castelao, que era de Rianxo, allí cerca, más al Norte, en la ría de Arousa: «o concello de Rianxo mandoulle tirar un piorno a meu pai, piorno erguido na sua propiedade, que daba a un camino de carro, pois... esta clase de artefactos situados a la faz de los caminos públicos son de un pésimo efecto al ornato. Meu pai non concordou c’o concello, parecéndolle que os piornos non están mal... sobor todo, cando están cheos de millo», «un piorno que polas suas rendixas amostra somente o ceo, dí moito mais da fame de un ano...» (Castelao 25.10ss., 29.16). Y no podemos menos de pensar que puesto que el artefacto está erguido sobre pegollos, su nombre tendrá que ver con esto. Creo que será HORREUM *PEDICULէNUM ‘granero sobre pies derechos’, de donde *pe(g)olno influido por la r de hórreo. ¿O sería una formación adjetiva PEDE-*HORRէNU? Pero esto resultaría muy forzado en lo morfológico, sintáctico y aun semántico. Sea como quiera, debe de proceder del mismo origen el topónimo la Padiorna, cumbre (2319) y «sedo» en la vertiente Sur de los Picos de Europa, en el límite entre Santander (Potes) y León (Oseja de Sajambre), R. Lueje, Picos de Europa, León 1973, p. 83, sólo que en Castilla Asturias se conserva normalmente la -D- intervocálica.
Respendar [-ennar ‘rechazar’, Alex., 1321; -endar, J. Alf. de Baena, Canc. n.° 81, n. 5; Tilander, RFE XXIV, 198-204; García Blanco Boletim de Filol. VIII, 153-5; ‘chisporrotear’ en Rodrigo Zamorano, 2.ª mitad S. XVI, Cuervo Disq., 1950, p. 136], por cambio de prefijo, de un *REPEDINARE ‘echar coces’, comp. cat.-oc. repeinar, fr. ant. respener íd.; respendo ‘coz’ (Berceo). De un cruce de respendar con respigar ast. (respigase a un los pelos ‘erizársele el cabello’, respigase ‘padecer escalofríos’, V; respigar ‘suspirar’, R) ―derivado de ríspi(d)o (con su derivado respigón [1607] ‘padrastro’, ‘aguijón’, ‘rastrojo’), que a su vez viene de HÍSPIDO ― resulta respingar [1517, Torres Naharro, V. el índice de Gillet; Oudin «saulter, saillir»; Aut. «sacudirse la bestia y gruñir porque la molesta alguna cosa o le hace cosquillas», «resistir, repugnar; hacer lo que se manda, gruñendo»; port. respingar ‘tirar coces’, ya documentado en Prestes, a. 1587, según Moraes, ha de ser castellanismo; ast. respingar «echar ron ques y palabraes pela boca», moza respingada «mo za lista que sabe su obligación y sabe defenderse» respingu «suspiro, conmoción de un susto», R]10; respingo [rimando con domingo, en el sentido de ‘saltito’, ‘retozo’ o ‘movimiento coquetón’ en Pedro M. de Urrea, h. 1505, Mz. Pelayo, Hist. Po. Cast. E. M. III, 433; «un sault» Oudin; «el movimiento que hace la bestia al tirar coces» Aut.11; port. respingo, ya 1567, Moraes]; en Chile y América Central ‘falda que queda levantada’ (BRAE VIII 431).
Cultismos. Pedestre. Pedículo. Pedúnculo; pedunculado. Supedáneo, de suppedanĕus íd. Supeditar [h. 1440, A. Torre (C. C. Smith, BHisp. LXI); h. 1530, Guevara], de suppedĭtare ‘proporcionar’ (propiamente ‘enviar tropas de refuerzo’, derivado de pedites ‘infantería’ y éste de pes), que en cast. cambió de sentido por etimología popular, habiéndose interpretado como sinónimo de ‘poner bajo los pies’; supeditación.
CPT.
Pedestal [1539; Terlingen, 137], tomado del fr. piédestal [1545], y éste del it. piedistallo (no directamente del it., como se ve por la fonética), compuesto con stallo ‘soporte’ (de origen germánico). Pedicoj. Pedicuro. Pediluvio, tomado de pediluvium íd., compuesto con lavere ‘lavar’.
Pezuña [159112, Percivale, en la ac. secundaria «pesuña: a disease of horses called the fashions» pezuña y pesuña, con la ac. propia y la secundaria, en Oudin; h. 1640, Polo de Medina, Aut., que da sólo la forma pesuña, hoy menos corriente; vacila entre s, z interdental sonora y ç sorda en Extremadura, Espinosa, Arc. Dial., 179], de PEDIS UNGŬLA ‘uña del pie’, grupo de palabras que ya debió quedar soldado en latín vulgar, pues de ahí proceden también el port. pezunho ‘pie de cerdo’ (en el Minho y Tras-os-Montes ‘uña del perro’, trasm. presunho ‘pata del buey’, RL XXIX, 36-37), cat. peüngla ‘pezuña’ (en Tarragona y Berga) o peülla íd. (en Ribagorza, Cerdaña, Pallars, Urgellet, Ribera del Sió: AILC I, 130-1; BDLC IX, 282; Griera, Tresor), Pallars occid. peüll ‘pezuña del cerdo’ (Violant, Butll. del C. Excurs. de Cat. XLV, 248); aunque es notable la conservación de un genitivo latino13 y la fijación del antiguo orden de palabras, ésta no es razón suficiente para dudar de esta etimología y admitir un derivado de pie con sufijo -uño e infijo -z- (como en piecezillo, piecezuelo), según quiere Spitzer (RFE XII, 246n.; comp. C. Michaëlis, RL III, 246n.), pues sería extraño que los dos supuestos sufijos -uña y -ulla coincidieran con las dos consonantes de UNGULA, no se explicaría la ya antigua variante con -s-, y se esperaría que en el derivado de un masculino predominara la forma masculina pezuño, cuando sucede lo contrario; sobre todo la etimología PEDIS UNGULA la demuestran la forma cat. peüngla y la gall. perro apresunllado ‘el que tiene un dedo de más en una de sus cuatro patas’ (Acad. Gall., comp. perro pesuñado citado arriba), comp. gall. dial. unlla ‘uña’14.
Avampiés ant. (Acad.), tomado del fr. ant. avant-pied «galoche» (avant ‘delante’). Semipedal. Trébedes [illa trepde, doc. leon. de 984, copia de 1110, M. P., Oríg., 3213; trevedes, APal. 515d; and. estrebes; arag. estreudes < estrebdes; variantes locales de trébedes en GdDD 6860; ast., leon. estreldes]15, del lat. TRէPĔDES, pl. del adjetivo TRIPES, -EDIS, ‘de tres pies’16; comp. TREBEJO.
Gall. pontev. patila(d)o ‘especie de cangrejo de patas anchas’, Sarm. CaG. 188r, 192v, A14v, de un cultismo *pede lato (‘ancho’) adaptado vulgarmente a pata.
Tripudiar ‘danzar’ cultismo raro, del lat. tripudiare; tripudio; tripudiante. Unípede. Compuestos del gr. πούς, ποƌóς, hermano y sinónimo del lat. pes: Podagra [podraga, 1.ª mitad S. XIV, Cuento de Otas, 461.38, 462.18, princ. S. XV, A. Chirino, Menor Daño de la Medicina; podagra fin S. XVI, Fragoso; podragra h. 1290, 1.ª Crón. Gral., 407b 28], de ποƌάƔρα ‘trampa que coge por el pie’, ‘podagra’, compuesto con ęƔρεƗν ‘agarrar’. Podómetro. Antípoda [Alex. (Nougué, BHisp. LXVI); Santillana; -oda, Aldana, † 1578 (C. C. Smith, BHisp. LXI); princ. S. XVII, Cervantes, Lope, Quevedo, etc.], del lat. tardío antipŏda (S. Isidoro), lat. antipŏdes, -um (pero en el acusativo, muy frecuente, ad antipodas, se empleaba la declinación griega, lo que explica el nominativo posterior antipoda), gr. ęντίποƌες17. Ápodo. Dipodía. Polipodio [G. de Segovia (Nougué, BHisp. LXVII); 1555, Laguna], de πολυπóƌιων íd., derivado de πολύπους ‘de muchos pies’; polipodiáceas. Trípode.
1 Dejar de a pie se toma por ‘arruinar’ en la Arg. (R. Hogg, La Prensa, 31-1-1943), comp. gaucho a pie ‘hombre perdido’, locuciones que recuerdan el carácter indispensable del caballo en la Pampa: el gaucho es el centauro de América.― ↩
2 Comp. el cast. al pié de cien mil reales y semejantes; también dudo que esté el punto de partida precisamente en esta locución (ajena al cat. y al fr.).― ↩
3 Para el uso actual en la Arg., Payró, Pago Chico, ed. Losada, 234.― ↩
4 La forma arag. peyón en Reys d’Orient, 98; Apol., 247.― ↩
5 La ac. ‘soldado de a pie’ desde el Cid; ‘jornalero’ ya en el Fuero arag. de 1350 (RFE XXII, 140) y en Nebr. Para el pion argentino, vid. Tiscornia, M. Fierro coment., s. n.; Emilio A. Coni, La Nación, 26-X-1941. Ast. peón ‘cada una de las jambas de la boca del horno’ (Vigón).― ↩
6 Es verdad que en un diminutivo en -cillo esperaríamos más bien -z- sonora antigua, y así Segovia como Nebr. escriben peonça. Sin embargo, Nebr. (s. v. turón) escribe ratoncillo, y quizá hubo en estos casos una síncopa temprana: en S. Dom., 19a los tres mss. escriben peonc(i)ello; el peonziella de Berceo, S. Mill., 343, carece de autoridad, pues no tenemos ahí edición fidedigna.― ↩
7 Pensado enmienda así puigas escrito dos veces por el copista del ms. del CaG. de Sarm. f° 228r; no recoge el vocablo ningún diccionario (cf. calza ‘media’ en DAcG.), pero es bien conocido en portugués piugas «meyas que apenas cobrem meya perna, usadas dos rústicos» (Moraes; Viterbo lo halla en un sentido como ‘zapatos’).― ↩
8 Para fraseología cubana, vid. Ca., 103.― ↩
9 «¡Si de subir al Parnaso / por sus musas de alquiler / me he quedado despeado!» Tirso, Vergonzoso I, 200; «Notó la hacienda muy nerviosa. ―¿Vendrán algunos vacunos despeados? ―preguntó el marucho», en el arg. Borcosque, A través de la Cordillera, 121. Variante aspear (Acad.)- ↩
10 El parecido con el it. respingere ‘rechazar’, con el cual lo enlaza la Acad., es casual. Tampoco tiene que ver con el alem. springen ‘saltar’, pese a Baist, RF I, 441.― ↩
11 Ya se documenta en Lope, donde dice un poeta popular: «una mañana en domingo / me mandó azotar aquél, / de manera que el rabel daba espantoso respingo», Fuenteovejuna III, xv, ed. Losada, p. 75.― ↩
12 Ya antes hablan de perros pesuñados («los que tienen un dedo atrás») G. A. de Herrera (1513) y el Padre Cabrera: Cej. VI, p. 257.― ↩
13 En la forma catalana D’S ha sido tratado, según era de esperar, como -T?- intervocálico (> -dz-), desapareciendo del todo.― ↩
14 Estas razones no están contrapesadas por la otra forma cat. peülla, aunque ésta no corresponde a la evolución catalana de los grupos de consonante no intervocálica + L; pero como indiqué en mi citada nota de AILC, peülla ha de ser una forma del dialecto de Ribagorza (donde este tratamiento es regular) propagada a las demás zonas del Pirineo, a causa de la importancia de aquella comarca en materias de pastoreo y de remonta.― ↩
15 Recuerda mucho ese treldes o estreldes un gall. trenlles ‘parrillas’, recogido por Sarm. CaG. 59v (de él lo copiarán, alterándolo algo, Carré y Eladio Rdz.). Cree él que se trate del fr. treillis ‘enrejado’, derivado de treille ‘parra’ (oc. trelha, cat. dial. tri(ll)a de TRICHILA. No parece posible partir de esta forma greco-latina, ni siquiera suponiendo que un TRէCH(I)L-զNAS se traspusiera en *TRINICLAS, pues esto podría dar a lo sumo *tr(i)enllas. Más probable es que una forma francesa treillis, que dialectalmente tomara el sentido de ‘parrilla’, al introducirse en León y Galicia con algún nuevo tipo de parrilla, sufriera una adaptación a los vocablos locales treldes (estr-) ‘trébedes’ y gall. grellas ‘parrillas’.― ↩
16 En cuanto a la forma port. trepeça «huma roda de madeira cravada sobre tres pés, que serve d’assento aos sapateiros e outros mecânicos», mozár. ƫirbâǤ o ƫirbîǤ ‘candelabro de madera’ (R. Martí, quizá de tres pies), puede ser el neutro plural TRIPEDIA; (con el tratamiento normal -D?- > -ç-), pero conviene no olvidar que un TRIPECCIA ‘taburete de tres pies’ se documenta en latín desde Sulpicio Severo (Walde-H., s. v. pes), por más que no sea fácil de explicar (¿contaminación del PEO CIOLUS citado arriba?). Tribiezo ‘mueble de cuatro pies con un agujero en medio, destinado a enseñar a andar a los niños’, en Villacañas (Toledo), RDTP V, 433-4. De TRIPÉDIA sale el gall. trepeas ‘trébedes’ (Sarm. CaG. 79r), acentuado por el manuscrito trepéa (que no hay por qué enmendar) en 228v; luego por influjo de trébedes TRէPĔDES se hizo trepia, también anotado por Sarm. y trépia por Vall.; en Tuy el derivado trepieira; además gall. central trepea ‘mata’ («una trepea de romero» en el Seixo, Sarm. 215r), probablemente pues no deja de haber similitud de forma y más de postura; sin embargo será más bien debido al contacto mantenido con el alótropo gall. trepeza INTERPEDIA, de que trato en TROPEZAR.― ↩
17 No está bien claro el origen del antic. entipodio ‘plato extraordinario en la comida de una comunidad’ [1537, Venegas]; otras veces antipodia (DHist.) o antispodio (Terr.). Quizá formación humorística conventual por lo exótico y extraordinario de los antípodas. ¿O es alteración de otra cosa (comp. monipodio)? ↩