APEA, ‘soga que sirve para trabar o maniatar las caballerías’, de *pea, y éste del lat. vg. *PĔDĔA, derivado de PES, PEDIS, ‘pie’.

1.ª doc.: Aut.

G. de Diego, BRAE VII, 252, indicó con reservas la probabilidad de que apea fuese lo mismo que el gall. y port. pea ‘traba’ y que el arag. pia ‘travesaño, zoquete, piedra o cualquier objeto con que se calzan las ruedas de un carro parado para que no lo arrastren de pronto los animales’. Esta identidad puede darse por segura, considerando que apea salió de una *pea, con aglutinación parcial de la a del artículo; pero no es aceptable, en cambio, que el vocablo hispánico vaya con Franco Condado pie ‘cada una de las parcelas en que se divide un campo para la alternación de cultivos’, Delfinado pea, que vienen según A. Thomas de un lat. vg. *PĔDA. No hay relación semántica ni igualdad fonética; pues, como indiqué en RFH VI, 159-60, las formas portuguesas son peia y pea ‘lazo para el pie de las bestias’ (Leite, Opúsc. II, 168) con su derivado pejar, y deben agregarse el gall. orensano pexar ‘trabar a una caballería’ (Cuad. Est. Gall. III, 429), el vasco p(h)eya ‘traba para detener la rueda de un carro’ (Schuchardt, ZRPh. XI, 483), y vco. apieta ‘tirilla de correa para atar las botas, cordón para el corsé, etc.’ (Supl. a Azkue), el cat. ant. pija ‘lazo, trampa para animales’ (Costumbres de Tortosa, ed. Oliver, p. 141) y el catalán de Huesca piar ‘atar (gavillas, etc.)’ (Sopeira, Benavarre, Gavasa: Congr. de la Ll. Cat., 427; BDC VII, 75; Butll. del Centre Excurs. de Cat. VI, 195), cat. ant. pitjar ‘atar’ (Muntaner, cap. 40)1. La -j- portuguesa y catalana y la -y-vasca prueban que había una yod tras la primera vocal, y la alternancia entre i catalana y e de los demás idiomas indica que la vocal tónica era una Ĕ; en Aragón el verbo *peyar pasó a *piyar, piar, y esta alteración del vocalismo se contagió a la vocal acentuada en el sustantivo. En consecuencia es legítimo restituir un lat. vg. *PĔDĔAtraba para los pies’, formación paralela al lat. PĔDէCA íd. y ‘lazo, trampa’; este último dió el cast. ant. apedgar (pres. apiedgan) que en el Espéculo de Alfonso el Sabio equivale al apear de las Partidas (Cuervo, Dicc. I, 519b); y también de PĔDէCA procede el sustantivo alavés piédaga o piaga (< *píeaga) ‘madera que se pone en las patas delanteras de los animales para dificultarles su caminar’ (Guereñu, Euskera III, 301, 302).

DERIV.

Apear ‘poner una apea, maniatar (una caballería)’ [como arag., Aut., que en cambio da apea como de Castilla la Vieja]; quizá a influencia de este apear se debe el que el otro apear, derivado directamente de PIE, no haya tenido, sin embargo, nunca diptongo en las formas acentuadas en el radical. Pihuela ‘correa con que se aseguran los pies de los halcones y otras aves’ [1328-35, Conde Luc., ed. Knust. 177.1]2, ‘embarazo o estorbo’, port. pioz ‘pihuela de ave’ (primitivamente plural; peyoos de azor en PMH, Leges, 193: C. Michaëlis, RL III, 180), gall. pioga ‘correa que sujeta el buey al yugo’ (Carré), también murc. piola «cordón que emplean los niños para bailar la trompa» (RDTP I, 692), ‘cuerda para enfardar’ (G. Soriano), cast. de Galicia piola ‘bramante o cordel en general’ [BRAE XIV, 129), de donde salió el término marítimo cast. piola íd. (ya 1696), pasado en la Argentina, Chile, Perú y Ecuador al uso general (de aquí arauc. piulu ‘hilo’, sólo desde 1777, V. mi nota citada); de aquí el diminutivo arg. y chil. piolín ‘cordel’. Pihuelo ‘parte de la espuela’ en la Argentina (J. P. Sáenz, La Prensa, 30-VI-1940). De pihuela viene el derivado apiolar ‘atar un pie con el otro de un animal muerto en la caza para colgarlo por ellos’ (ya J. Ruiz, copla 991), ‘asir o aprisionar’ en la germanía de J. Hidalgo, ‘matar’ en Lope, Fuenteovejuna, ed. H. Ureña, I, xv, p. 36; empigüelar o empiolar; gall. apiollar ‘atar, sujetar’ («loitando con él para apiollarlle as mans» Castelao 239.12). De pihuela parece ser derivado regresivo pihua ‘abarca’. El arg. y chil. pegual, pehual o pihual ‘sobrecincha del caballo en la cual se asegura el lazo de enlazar’ está en relación con pihuela, como sugirió Lenz, Dicc. 567-8, pero no es derivado de pihua, como quiere Lenz, sino probablemente cruce de pihuela con peal ‘lazo de enlazar’ [APal. «decipula... ratonera, y lazo o peal para tomar algund animal», 105d], voz vivísima en la Arg. (pron. pial: Tiscornia, M. Fierro coment., s. v.; Draghi, Canc. Cuyano, p. 235), la cual a su vez es derivada de *PEDEA + -ALE; pealar ‘enlazar con el peal’ (B. Lynch, La Nación 1-I-1940; Montagne, Cuentos Cuyanos, 146; grabado en La Nación 15-VI-1941); pealada ‘acción de poner alguna trampa o lazo’ (R. Hogg, La Prensa 8-IX-1940); pealador (Tiscornia, l. c.). Comp. DESPEJAR.

1 Además gall. pear o apear ‘parar el molino harinero’, ‘paralizarse el rodezno del molino’ (Carré, Franco Grande), de donde piadoiro «un palo que gobierna el que pare el molino» (Sarm. CaG. 97r); de pear ~ piar en el sentido de ‘atar’: gall. pontevedrés pieira ‘vilipendio de la vieja bruja’, ‘nubera, meiga’ (Sarm. CaG. 153r) porque «ata» mágicamente (a los que da mal ojo, etc.); de la variante consonántica en el verbo pejar derivan pejadoiro, pijadoiro, y además apigadoiro, formas recogidas por Lorenzo, y explicable ésta por contaminación del gall. piago, port. pé(a)go ‘laguna, tanque u otro depósito de agua’ (cat. pèleg es también la balsa del molino); cf. Pensado, CaG. p. 105, y R. Lorenzo Vázquez, Estudios Etnogr. Ling. sobre la Mahía y aledaños, 1962-1964 (más datos portugueses acerca de este grupo y del de despejar, en Krüger, Boletim de Filol. XIII, 342.4).―

2 También en varios autores del S. XV: Evangelista (ZRPh. I, 241), la traducción de Pero Menino (RFE XXIII, 268.18), Nebr.