GARRA, ‘mano de las fieras y aves de rapiña, armada de uñas corvas, fuertes y agudas’, en la Edad Media garfa, que significaba lo mismo y además ‘puñado, cantidad de algo que se puede agarrar con una mano’, probablemente del ár. ġárfa ‘puñado’, derivado de la raíz ġaraf ‘sacar agua’, ‘arrebatar, empuñar’; en el cambio del significado romance influyó el parónimo garfio ‘gancho fuerte’, procedente del lat. graphium (gr. ƔραưεƗον) ‘punzón para escribir’, influído a su vez en su forma y significado por garfa; garra en el sentido de ‘pantorrilla’, vivo sobre todo en Aragón y en América, es palabra independiente de garra ‘zarpa’ y procede del célt. *GARRA íd.

1.ª doc.: garpha, Alex.; garra, 1570, C. de las Casas («garras: artigli, zampe»).

Reproduzco aquí esencialmente mi artículo de RPhCal. I, 81-87, con adiciones de interés y modificaciones en puntos que ahora se ven más claros. Desde el trabajo de M-L., ZRPh. XL, 210-2, quedó bien sentado que en la Romania hay dos grupos léxicos muy distintos por su significado y por su origen: el del fr. jarret ‘corva, jarrete’, oc. garra ‘jarrete, pierna’, de origen céltico (galés garr ‘corva, jamón’, córn. y bret. gar ‘pierna’)1, y por otra parte el del cast. garra, sinónimo de zarpa, del cual se diferencia nada más en que aquél se aplica no sólo a la mano de las fieras, sino también a la de las aves de rapiña.

A los resultados de M-L. hay que hacer primeramente una rectificación geográfica. El significado que él llama iberorromance sólo es en realidad castellano, en el más estricto sentido de la palabra, o por lo menos sólo es autóctono en Castilla. Desde luego garra ‘zarpa’ es desconocido en catalán, que en este sentido emplea grapa, arpa, germanismos, o un cruce de este último con UNGULA, a saber, urpa. Garra y sus derivados tienen allí el significado que M-L. creía sólo galorromance: el primitivo significa ‘pierna (de rodilla para abajo)’, ac. hoy poco empleada, aunque viva todavía, si bien algo jergal, pero bien documentada en lo antiguo2, garró ‘tobillo del hombre’, ‘rodilla del cerdo’ [1460, Spill, v. 8152, y en un ms. de Eiximenis], garrell ‘zambo’, ‘estevado’, cat. ant. garrotera ‘liga’3, mall. garrut ‘adolescente ya crecido’ (es decir: de piernas largas), cat. orient. y literario esguerrar ‘lisiar, estropear’, ‘echar a perder’ (< cat. ant. y occid. esgarrar, comp. BDC XXIII, 269), todos ellos vocablos muy corrientes y de uso general. En el sentido de ‘zarpa’, garra no se ha empleado nunca en Cataluña, Rosellón ni Baleares, aunque lo registre Labernia, que era de la provincia de Castellón. En el Sur del dominio ha penetrado, pero en fecha reciente: Martí Gadea (1891), aunque documentando también el autóctono en la frase ser u de la garra curta ‘ser enano’ y empleándolo en el lenguaje popular de sus obras literarias4, y Escrig (1851) registran los dos como igualmente usados; Ag. da val. garrejar ‘patalear, tambalearse’, y documenta garró ‘tobillo’ en el valenciano Auziàs Marc, mientras que no se citan autoridades de garra ‘zarpa’ antes del S. XIX; en los derivados verbales el castellanismo ha tomado pie firme en agarrar, que es sólo valenciano, y esgarrar ‘desgarrar’, que ha llegado hasta Tortosa (Ag.).

Aun en aragonés y murciano el significado genuino es el «galorromance»: garrilargo ‘piernilargo’ (Coll A.), garras ‘piernas delgadas’, estirar la garra ‘morir’, garrear ‘patalear’, garrón ‘calcañar’, garroso ‘patituerto’ (Borao, Torres Fornés); nav. garra ‘pierna’, documentado en el Fuero General de Navarra (Cuervo, Ap., § 754), garrón ‘jamón’ (A. Alonso, RFE XIII, 31); Echo garrón ‘patizambo’, garrada ‘paso largo (como medida)’ (RLiR XI, 210, 175); garra ‘pierna’ en el habla aragonesa de Argelita (prov. Castellón)5, en este sentido o en el de ‘pantorrilla’ en el dicho proverbial tripas llevan garras que se oye en muchas partes de Aragón, p. ej. en la sierra de Guara; murc. garrón ‘extremo posterior de las patas de cualquier animal, calcañar’ (Rodríguez Xarrià); claro está que hoy el castellano de Aragón y Murcia ha aceptado, además de ésta, la ac. castellana. En St. Esteve de Llitera, localidad fronteriza catalano-aragonesa, he anotado garra como bien vivo y de uso general, designando juntamente el muslo y la pierna, ésta en particular.

En el territorio gallegoportugués, por notable simetría con el catalán, el cast. garra se ha introducido también por el Sur. La expansión castellana se produce en forma de cuña, lo mismo en fonética que en el léxico, y aquí muchas veces es más amplia. El hecho es que en Galicia no parece conocido el uso de garra ‘zarpa’, y en este sentido se emplean pouta, hermano del cat. pota, oc. pauta, ‘pata’, que pasa por ser de procedencia germánica, y gadoupa, voz sin parentela bien conocida. En Portugal garra ha echado raíces firmes. ¿Desde qué fecha? Moraes no recogió ejs. antiguos, y CortesƟo lo declara de origen castellano; Vieira cita ej. de Rodrigues Soropita, de princ. S. XVII, y otro que no puedo fechar, quizá de la misma época. Pouta existió también ahí en una época anterior, pues actualmente, desbancado por garra, subsiste en una ac. figurada: ‘piedra u otro objeto pesado para fondear una barca’6. Además gadanho, gafa y unha se emplean hasta hoy con el sentido de ‘zarpa’: éstos son los vocablos portugueses castizos. La penetración del cast. garra en portugués, mayor que en catalán, se explica por la escasa vitalidad en aquél de su concurrente garra ‘pierna’.

Escasa vitalidad, pero no ausencia total: el trasm. engarrar ‘trepar por una pared, roca, árbol’ creo procede de garra ‘jarrete’. Y aun en Castilla debieron existir en una fase primitiva algunas avanzadas de esta familia, más arraigada en Francia y en el Este Peninsular, pero desterradas hoy a las tierras arcaizantes de América por la invasión posterior del homónimo garra ‘zarpa’, V. los derivados, apartado B.

Tampoco en leonés occidental es autóctona la forma garra ‘zarpa’: en el Occidente de Asturias se emplea en su lugar garfa ‘garra, zarpa, mano’, según Acevedo, y más al Norte, en la zona litoral estudiada por M. Fernández y Fernández, la forma garfia (botar as garfias a úa cosa ‘hurtarla’), con la i típica del leonés. ¿De dónde vienen estas palabras? M-L., en la 3.ª ed. del REW, 3684a, postuló una base *GARFA ‘garra’, de la cual deriva el cast. garfa7 y derivados: el origen de *GARFA, por cierto no ibérico ni vasco, puesto que tiene -F-, sería desconocido.

Para explicar el cast. garra, sinónimo del anterior, formó M-L. otro artículo, encabezado por un «ibérico» *GARRA (3690a), cuyo único apoyo no romance es el vasco garro ‘tentáculo (del pulpo, del calamar)’. Ya Schuchardt, con su gran autoridad, levantó la voz contra este supuesto iberismo, haciendo notar la incertidumbre que, en vista de sus variantes, envuelve la antigüedad de esta palabra vasca (RFE VIII, 402). A mí me basta observar que, por su significado, está tanto o más cerca del galo *GARRA ‘pierna’, de modo que el fundamento de este iberismo es endeble o nulo. Por otra parte, su área geográfica, ancha en el Sur de España y angosta en el Norte, ajena a Gascuña y a todo el Pirineo, aun al País Vasco, no es ciertamente la típica de los iberismos. Y todavía hay otro grave motivo de duda: la falta total de testimonios medievales de garra ‘zarpa’. Garra está en Casas, Percivale (1591), Oudin y Covarr., pero todavía no aparece en APal., Nebr. ni PAlc. (1505); tampoco están agarrar ni desgarrar. Los testimonios más tempranos que trae Aut. son de la primera parte del Quijote y de Góngora. Agregando los de agarrar reunidos en el dicc. de Cuervo y otras fuentes, sólo llegamos hasta 1569, con La Araucana. Con desgarrar llegaríamos hasta mediados del S. XV8.

¿Qué se decía en la Edad Media, en lugar de garra? Se decía garfa, y garfar o agarfiar por ‘agarrar’: «En medio de la tavla estava un león, / tenía so la garpha a toda Babilón, / catava contra Dario a guisa de fellón» (Alex., 97b); «quien levanta testimonio / levarlo ha el demonio / bien garfado, en el puño, / a su casa» (Pedro de Berague, S. XIV, Tratado de la Doctrina, ed. Rivad. LVII, 374, copla 33); también la garffa del falcón en el Tratado de las Enfermedades de las Aves de Caza (2.ª mitad S. XIII) p. p. B. Maler (Filologiskt Arkiv IV), p. 48, etc.; agarfiar está en el Pentateuco del S. XIV estudiado por Hauptmann, Hisp. R. X, 38. El mozárabe oriental tuvo también garfa, que R. Martí traduce aproximadamente por «manus», y el catalán opone su garfir al agarrar castellano. Como veremos, existió y existe garfa en portugués.

A todo esto, surge naturalmente la idea de que garra no es más que la forma castellana y moderna de garfa. Al consumarse el cambio de toda f en aspiración más o menos caduca, garfa debía dar garra, así como el ár. márfaqa dió márraga o márrega (Álava, Rioja, Bajo Aragón), frente al arag. y cat. màrfega ‘jergón’. Atiéndase a que la r implosiva puede y suele tener mayor duración que la intervocálica9; al añadírsele la duración de la h < F, que seguía a la r, claro es que ésta debía convertirse en rr10.

Una prueba de que la alternancia garfa ~ garra es de razón fonética, y de que se halla en conexión con el cambio F > h, se puede hallar en la distribución de las formas leonesas. La isoglosa de la aspiración de la F corre en Asturias al Oeste de Rivadesella, entre este pueblo y Colunga (M. P., El Dial. Leon., § 8.1). Ahora bien, el ast. occid. garfia ‘garra’ (Fernández), garfella, garfieƫɊa ‘garfio cuya punta termina en un cazo pequeño’ (Munthe), cast. de Galicia garfilla íd. (BRAE XIV, 120), ast. garfiella, garciella, ‘cucharón de hierro o de madera, para repartir el cocido’ (V), corresponden al santand. garia, gario, ‘apero de labranza, especie de horca’ (G. Lomas), Rato, que era de Villaviciosa, no lejos de Colunga, da garfiella junto a garies ‘piernas largas y flacas’, y en Burgos o Santander se dice gariador del que echa la paja, después de la cosecha, desde el carro al bocarón del pajar, indudablemente por medio de un gario o garfio (Vergara). Rioj. garrio ‘arpón, gancho’ (GdDD 3048) = cast. garfio.

En castellano común la forma garfa sólo se ha conservado como término más o menos jergal o perteneciente a lenguajes especiales y técnicos: véanse abajo los derivados, y nótese que Aut., como testimonio de garfa «las uñas de las manos de los animales que las tienen corvas», sólo trae la frase echar la garfa ‘asir algo con las uñas’, calificándola de vulgar.

En cuanto al origen de garfa, nótese en primer lugar que este vocablo tuvo antiguamente otros significados: en el S. XIII y en Portugal garfa es la cantidad de algo que se puede coger con una mano, y así se hallan muchos ejs. de garfa de senebe ‘de mostaza’ en docs. de 1220 y 1258, y en la Edad Media en general acabó por concretarse en una medida de capacidad equivalente a 1/32 de alqueire (Silveira, RL XXXV, 58); por lo demás, esta ac. sigue viviendo dialectalmente: en el Minho «quantidade que se pode apanhar com uma mƟo, p. ex. grƟos de milho» (Leite de V., Opúsc. II, 492), port. dial. garfa «pequeño enxame de abelhas», garfado ‘brazado, pequeña porción, puñado’ (Fig.); y en Castilla también se conoció, pues garfato ‘medida de un puño’ se halla ahí en un texto del S. XI (Neuvonen, p. 134), y todavía una ley de 1548 denuncia a los recaudadores que arrebataban un puñado de capullos a los hiladores moriscos, erigiendo este abuso en una especie de derecho que ellos llamaban la garfa (N. Recop. IX, xxx, 9). No se trata en este otro significado de algo extraño o sorprendente, pues en muchas partes las ideas de ‘puñado’ y ‘zarpa, garra’ se expresan con una sola palabra: la imagen del animal aferrando su presa impresiona mucho más la imaginación que las acciones del hombre; de ahí que ‘puñado’ se diga grapat en catalán (de grapa ‘zarpa’), sarpat en gascón (derivado del cast. zarpa). Claro está que estamos ante el hispano-árabe ġárfa, que figura precisamente en el sentido de ‘puñado’ en el Idrisí (a. 1154), evolución natural de la ac. clásica del ár. ġarfa o ġúrfa ‘lo que se coge con la mano’, ‘cucharada’, y derivado del ár. ġáraf, que si en el idioma común puede ser ‘cortar, recortar’, también significa ‘coger algo por entero’ y ‘sacar agua con la mano o con cuchara’ (Freytag, Beaussier, etc.), y en el habla vulgar tomó además el significado de ‘arrebatar’, ‘empuñar’ (en PAlc. y en la Historia de Básim el Herrero: Dozy, Suppl. II, 207b): es natural, por tanto, que el sustantivo correspondiente ġárfa designara además el órgano empleado para arrebatar, es decir, la garra. El sentido clásico del ár. ġárfa ‘cucharada’ se conserva con escasa modificación en Asturias, según queda dicho11. Pero el caso es que esta raíz es genuina en árabe y de abolengo indudablemente semítico (comp. GARRAFA).

Ésta es, pues, la etimología real del castellano garra. En la especialización semántica que se produjo en castellano influyó indudablemente una raíz parónima de origen europeo, la del grecolatino GRAPHIUM ‘punzón para escribir’, de donde proceden el it. graffiare ‘arañar’, oc. ant. (es)grafinar, mod. grafignà; fr. dial. grafigner ‘egratigner’ (Diez, Wb., 603, 171; comp. M-L., Zu den latein. Glossen, 1903). Junto a éstos está el cat. garfinyar ‘arañar’, donde la trasposición de la R puede ser meramente fonética, debida a la posición pretónica, pero inmediatamente se produciría la interferencia entre esta raíz y la de garfa, cat. garfir ‘agarrar fuertemente clavando las uñas’, y así GRAPHIUM tendió a trasponer su R, aun en sílaba tónica, y ambas familias léxicas confundieron íntimamente sus significados. Si en el Apol. (282c) grafio de azero es todavía lo que sirve para escribir en un plomo, y Abenalauam toma grafión en el sentido de ‘puntero o punzón’ (Simonet), en los Milagros de Berceo, 676b, la palabra grafio (ms. I) ya designa un ‘garfio’, pues va acompañada del sinónimo g(u)izquio ‘guizque’ hablando de una herramienta empleada para agarrar objetos flotantes, y si el ms. A da la variante garfio en este pasaje, hay grafio en el mismo sentido en el Libro de la Casa de Sancho IV (RFE VIII, 15). Junto al cast. garfio (así también en el Purgatorio de San Patricio, texto leonés del S. XIII, Homen. a M. P. II, 229, y en el ms. bíblico de la misma fecha estudiado por Oroz, Bol. Inst. Filol. Chil. IV, p. 340) está el arag. grafia ‘fleje o tenaza para asegurar las paredes’ (Borao); junto a oc. ant. grafi ‘punzón’, grafió «croc, crochet, griffe», cat. ant. grafi ‘instrumento de tortura’ (SS. XIV y XVI, Ag.), está Berga gàrfia ‘apero agrícola’; junto al fr. greffe ‘injerto’, tenemos el port. garfo «enxerto, renovo vegetal», el ast. garfio ‘retoño’ (R), garciu ‘injerto’ (V), y el sic. garfa ‘rama’. Finalmente, en lugar del garfa citado del Alex., forma del ms. O, el códice aragonés del mismo texto trae la variante grafa, que coincide con el it. ant. y dial. graffa ‘uña del gato’ [Francesco da Barberino, princ. S. XIV], granfa ‘zarpa del león’ (en unos versos dialectales italianos citados por Brantôme: RFE XIII, 57), gratifia «artiglio», etc.

DERIV.

Separo en tres grupos los derivados: A) los del cast. garra ‘zarpa’; B) los del célt. *GARRA ‘pantorrilla’; C) los del grecolatino GRAPHIUM. Recuérdese, empero, que los tres grupos se han influído y mezclado, a veces inextricablemente.

A) a)12 Garrar ‘cejar un buque, arrastrando el ancla’ [2.° cuarto del S. XV: Díaz de Gámez, en Cej., Voc.; 1590: Herrera], también garrear (V. arriba la observación relativa a zarpar y al port. poma). Garro ‘mano’, gnía. Garrón ‘espolón de ave’ [1644, M. de Espinar]. Garrudo. Agarrar [1569, Ercilla, y Cuervo, Dicc. s. v.; comp. arriba]: sabido es que hoy sigue siendo verbo de significado muy enérgico, de sabor vulgar y de matiz pintoresco y afectivo, en España, mientras que en la Arg. y en otras partes de América invade la esfera de COGER, víctima éste de una prohibición lingüística, por su uso sexual; ast. garrar ‘agarrar’ (V); agarrada; agarradero; agarrado; agarrador; agarrante; agarro; agarrón.

Desgarrar [med. S. XV: Gómez Manrique; vid. Cuervo, Dicc. s. v.]: aparece también en la Crónica de Alfonso XI (h. 1350), pero ahí significa ‘desjarretar’, y por lo tanto corresponde al garra céltico (B); muy dudosa es la procedencia de la variante desgarrar ‘arrancar un árbol’, que sólo figura en una parte de los mss. del Conde Luc.: es probable que garra ‘pierna’ (B) tomara en España la ac. ‘rama’, como ocurrió con el fr. branche y su familia (primitivamente ‘pata’), arag. pernallo ‘rama, gajo’, y V. abajo garrancho, de suerte que desgarrar en J. Manuel sería propiamente ‘desgajar’ y procedería en definitiva de B; en el sentido ‘arrancar flema, escupir’, desgarrar (con variante esgarrar) corresponde al ast. escarriar13, port. escarrar ‘escupir’, y tendrá como éste origen onomatopéyico, si bien confundido con el derivado de garra; desgarrado, desgarrador, desgarradura, desgarramiento, desgarro, desgarrón14; derivado regresivo de desgarrar parece ser el hisp-am. garra ‘trozo, pedazo, tira’ (en Méjico, según Malaret), ‘pedazo de cuero seco y arrugado’ (urug., chil., per., col., venez., costarriq., arg.; en la Arg. llega a significar ‘parte del cuero de una res correspondiente a una pata’15, acercándose mucho a B), y de ahí quizá el alto arag. garra ‘nada’, que pasó también al Bearne (BDC XXIV, 171; BhZRPh. LXXXV, § 434); arg. garrear ‘desollar las patas de una res’, en Catamarca garrero y garreador ‘el que vive a costa de otros’. Engarrar; ast. ‘luchar dos o más personas a brazo partido’, engarra ‘lucha en esta forma’ (V); engarro; para engarrio o angarrio ‘persona o animal sumamente flaco’, ‘sujeto inútil’, V. ENGARNIO.

b) Garfiñar ‘hurtar’, palabra de germanía [1609, J. Hidalgo], también garrafiñar; garfiña ‘hurto’ [J. Hidalgo]. Galfarro ‘corchete, alguacil’ (con l por disimilación) [Covarr.], ‘ladrón, el que hurta’16 [1605, Pícara Justina], ‘gavilán’ en el Bierzo (Fz. Morales) y en León (Acad.), se habrá usado también en Navarra, pues existe kalpar(ra) «galfarro, gavilán» en el vasco de Etxarri-Aranaz (punta SE. del guipuzcoano); para el literato granadino de 1601 galfarro era propio de Castilla frente a corchete de Andalucía, BRAE XXXIV, 370; galfarrón [Lope]; hay variante ganforro ‘bribón’ (con disimilación y sufijo diferentes) [Aut.], con derivado enganforrarse ‘amancebarse con una mujer de vida airada’ en Extremadura (BRAE IV, 85). Garfada ‘la acción de agarrar con las uñas’; garfeo, vivir de ~, ‘vivir del hurto’ [med. S. XVI, en el toledano S. de Horozco, BRAE III, 417]; and. garfañada o garfañón ‘garfada’ (AV); agarrafar (con anaptixis de a entre r y f) [h. 1600, M. Alemán, vid. DHist.], o engarrafar [S. XV, vid. Gillet, Propaladia III, 705, 645; 1521, Juan de Padilla, Doze Triunfos de los Doze Apóstoles, tr. 4, cap. 3, p. 45a] ‘agarrar fuertemente’; en Aragón con -z- secundaria, acarrazar. Garray es nombre de una especie de gaviota de tamaño regular y pico amarillo, fr. goéland, en el castellano vascongado, según Azkue s. v. mariko; quizá de *garrahe en relación con agarrafar (cf. evolución igual en el nombre del pueblo de Garray ―la antigua Numancia― que era Garrahe, -afe en la Edad Media, y parece ser nombre de persona arábigo, con el cual no es verosímil tenga relación el de la gaviota); otras posibilidades son que venga de una forma vasca *garrari = gc. de Bayona garrè ‘querelleur, de caractère difficile’, que probablemente está por guerrè deriv. de guerre (cast. guerra), o que tenga que ver con el lab. garraio ‘gorrión’ (lo cual es muy improbable por el sentido y porque garraio es alteración metatética de gurrioa [gurrigoi, etc.], equivalencia vasca del cast. gorrión); lo más probable es que se trate sencillamente de una onomatopeya en relación con el vasco garraisi (vizc), karraisi (guip. y a. nav.) ‘chillido’.

B) Procedentes del célt. *GARRA ‘pantorrilla’ (V. además JARRETE). Garrón arag., murc., portorr. col., venez., arg., ‘la parte del tendón que media entre el talón y el músculo de la pantorrilla’, en América aplicado por lo común al caballo (así brasil, garrão), pero también al hombre, como en Aragón y Murcia, algunas veces en la Arg. (garronudo aplicado a hombres en Catamarca; garra en Martín Fierro II, 498); garronear ‘pisar los talones (a alguno)’, arg. Engarriar(se) ‘trepar, encaramar’ [Acad. después de 1899], debe de ser regional, comp. el trasm. engarrar íd., citado arriba. Para otros derivados aragoneses, V. arriba. En algunos puntos garra tomó el sentido de ‘rama de árbol’, de donde desgarrar ‘desgajar’ en J. Manuel, y garrón en la ac. ‘gancho que queda de las ramas laterales de otra principal que se corta de un árbol’ [Acad. ya 1843]. De ahí: garrocha ‘vara con un arponcillo en su extremo’, ‘banderilla para hostigar al toro’ [escarrocha, 1219, Fuero de Madrid17; garrocha, h. 1400, Glos. de Toledo; garocha, íd. de Palacio; esgarocha, íd. del Escorial; «garrocha: fustis, sudes, hasta», «g., sacaliña: aclis, -idis», Nebr.; en la ac. ‘mecha de tocino’, en G. de Alfarache, Cl. C. II, 72.11], también portugués (agarrochado ya fin S. XVI, en Luis Pereira, vid. Moraes) y catalán (garrochar ‘clavar garrocha’ en el Spill valenciano de 1460, v. 3182); hay variante castellana garlocha [Aut.], con la alternancia -rr- ~ -rl- a que aludí s. v. GARLITO; garrochear, garrochón; agarroch(e)ar, -ador18. Un deriv. gallego *garrocheiro se convirtió pronto en arrocheiro (Vall., etc.) por cruce con su sinónimo arriero; Sarm. encontró la grafía arocheiro como nombre de oficio en un foro pontevedrés de 1466 (CaG. 86v), y él mismo empleó arr- en sus coplas de 1746 (DAcG.), denominación que se explica por el arrocho que definía él en el comento a esa obra suya «aquel palo que sirve para apretar más las cargas, arrollada a él la soga y dando con él unas tres o cuatro vueltas»; pero además explicó el orensano Sobreira que es «cada uno de los palos del molino», en cuya ac. se emplearía también garrucho. De un cruce de garra ‘rama’ con su sinónimo gancho (V. este artículo) resultó garrancho ‘parte saliente de una rama o tronco’, ‘ramo quebrado’ [h. 1400, Canc. de Baena, p. 493; Quijote, etc.], también portugués, especialmente en la Beira, «espécie de ancinho com grandes dentes de ferro para arrastrar estrume e para outros serviços agrícolas» (Fig.) y Sierra de la Estrella íd. (VKR IV, 162), en español es especialmente berciano (G. Rey), y garrancha, que Aut. señala como familiar en el sentido de ‘espada’, es alto-aragonés: ‘gancho de madera en forma de estrella para colgar cestas o provisiones en la bodega’, ‘rascador del horno’, ‘pico de navatero’, ‘garfio’ (Kuhn, RLiR XI, 237, 238; Wilmes, VKR X, 218, 227; Ferraz, Alta Ribagorza, p. 65); con la mencionada alternancia rr ~ rl, el bogotano garlancha ‘laya, especie de pala’ (Cuervo, Ap., § 789); también cat. garranxa (en Tortosa: «perxa rústega feta d’una branca penjada al sostre», «rama d’esbarzer», Griera; La Garranxa, aldea agregada a Porrera, partido de Falset), val. garranxos ‘zarzas, aulagas’ (Griera); más datos en Krüger, Die Hochpyr. A II, 196, 198, 205; and. garranchera (AV), cast. garranchada, garranchazo [h. 1590, Barahona de Soto, en R. Marín, 2500 Voces] ‘rasgón que se hace con garrancho’, cat. esgarrinxar (dial. -anxar) ‘rasguñar’; garranchuelo; por cruce con garrocha: Cespedosa garroncha (RFE XV, 154), port. miñoto garroncho o garruncho «pontas de lenha nƟo acamadas» (RL XXIX, 257), trasm. garruncho «ramo sêco preso na árvore» (RL I, 212).

C) Garfio [S. XIII], V. arriba para este vocablo y sus variantes y derivados, resultados de un cruce del lat. GRAPHIUM (gr. ƔραưεƗον) ‘punzón para escribir, estilete’, con garfa; existe también este vocablo en el gall.-port. garfo ‘instrumento de tortura’ y ‘tenedor’, que con esta ac. ha pasado al árabe de Argel (gárfu, con g oclusiva; también ġarfûya, Beaussier) y Egipto (kárfu); gall. orensano gapio ‘pedúnculo de un melón o de un racimo’. Gall. garafete ‘hierro en forma de siete (7) con el cual se mete la paja en las rendijas de los fondos del tonel, dando en él con un mazo’, operación llamada garafetear (Sarm. CaG. 98r); donde hay cruce de garfio o *garfete con calafatear: en efecto, varios diccionarios gallegos, y el propio Sarm. con otras aplicaciones, registran garafatear y calafatear, vid. o. c. pp. 121-2.

1 Vid. Thurneysen, Keltorom. 62.―

2 Desde fines del S. XIV por lo menos, Eiximenis, Doctrina Compendiosa, N. Cl., 76; V. la cita en Ag.―

3 De ahí el port. garrote(i)a, documentado por G. Viana, Apost., s. v., ya en la Edad Media. Como vocablo extranjero, y aplicándose a la orden francesa de la jarretera, se le dió la terminación afrancesada -ea.―

4 «La gent menuda del pòble... seguia a ramats darrere d’elles, sense deixar-les ni pòch ni gens de la garra», Tèrra del II, 30, frase basada en el perro que se coge a las pantorrillas del viandante. M. Gadea era de la zona de Alcoy.―

5 Bernardo Mundina Milallave, Historia, Geografía y Estadística de la Prov. de Castellón, capítulo dedicado al lenguaje.―

6 Comp. cast. zarpar ‘levar anclas’, junto a zarpa, por la forma del ancla.―

7 Es dudosa la existencia de un cat. garfa, palabra registrada por un lexicógrafo de escasa autoridad (Bulbena), pero no Ag., Alcover ni Fabra; no la he encontrado en mis lecturas ni oído nunca.―

8 V. en los derivados.―

9 Véanse las estadísticas de Gili y Gaya, RFE VIII, 274-6. Navarro Tomás, Manual, § 115, dice que la r pronunciada con varias vibraciones en fin de sílaba se oye especialmente a salmantinos, zamoranos y leoneses. En vasco, según el mismo autor (Homen. a M. P. III, 631, 648), la r implosiva puede tener hasta cinco vibraciones, y como lo más común es que tenga dos o tres, la trascribe sistemáticamente por . Fabra, Grammaire Catalane, dice que la r en esta posición es intermedia entre la r y la rr, y lo mismo atestiguan Gonçalves Viana para su idioma (en la obra Portugais, p. 19), Schneider para el gallego (VKR XI, 129) y otros para el judeoespañol y el nuevomejicano. La misma impresión me produce mi pronunciación personal catalana.―

10 En otros sistemas lingüísticos se registran fenómenos análogos. Así en céltico al caer la p indoeuropea, si iba precedida de r, esta r se duplicaba (Pedersen, Vgl. Gramm. d. kelt. Spr. I, 94); y en francés antiguo el grupo germánico -LH- se cambió primero en -LL-, que vocalizó la primera L en Ȯ o bien impidió el cambio de una A precedente en e (Gamillscheg, R. G. I, 248): SALHA > fr. saule, WALHA > Gaule, MALHA > malle. En vasco el oc. marfoundut dió marhanta o marranta ‘resfriado, ronquera’, marrantatu ‘enronquecer’ (Schuchardt, Litbl. XL, 403); de suerte que aun si M-L. tuviera razón al creer que el vasco garro es hermano del cast. garra ‘zarpa’, esto tampoco nos autorizaría a postular un ibérico *GARRA, pues se podría tratar de GARFA.―

11 Comp. en Argelia taġárraf «se contracter (main)», muġárraf «(main) contractée», ġarrâf y ġraf «grande cuiller en bois» (Beaussier).―

12 En el apartado a) las voces en garr-, en el b) las que han conservado la f (garf-, galf-, etc.).―

13 De donde escarrapiu ‘pequeño residuo que queda de alguna cosa’ (V).―

14 En el Alto Aragón esgarrón ‘desgarrón’, ‘trapo, arambel’, pero en una localidad esgardón (RLiR XI, 108, 159).―

15 Precisamente en esta ac. se halla ya en Covarr. y en el Maestro Correas (1626), vid. DHist., s. v. cerrada. De suerte que ahí parece haber realmente confluencia con B).―

16 Alteración de una forma parecida será el gasc. garroflard «rapace» empleado por Dastròs en el S. XVII (Poés. Gc. p. p. Durrieux, II, 84-85).―

17 V. la ed. de los Glosarios de Castro, y comp. el comentario de Moll, RFE XXVI, 498-500.―

18 Como el fr. dial. garocher, garoquier (variante de garroter) significa entre otras cosas ‘lanzar’, y es posible que esta forma y significados sean antiguos dada la probable etimología del vocablo, no ha de perderse de vista la posibilidad de que (a)garrochar esté en realidad tomado de esta voz francesa, y garrocha sea su postverbal. Entonces nada tendría que ver con garra; V. GARROTE.