CORCOVA, ‘joroba’, del mismo origen que corcovo ‘salto con el lomo encorvado’, esto es, del b. lat. hispánico CUCURVUSencorvado’, de formación incierta, probablemente reduplicación del lat. CŬRVUS íd.

1.ª doc.: corcoba, h. 1400, Glos. de Toledo; comp. port. Corcova, como apodo de un juglar, en 1272 (M. P., Poesia Jugl., p. 469).

Formas castellanas: corcoba, rimando con voces en -b-, en G. de Segovia (p. 48); escrito de la misma manera en APal., 180d, 474d, en Nebr., PAlc., Covarr., Cervantes (corcobado, Quijote I, iv, f° 13); Aut. introduce la grafía con -v- por razones etimológicas1. Parentela romance: port. corcova [V. nota 1], corcovar ‘encorvar’ y corcovado ‘corvo’ [Luis Pereira, fin S. XVI], ‘jorobado’ [Gil Vicente: Vieira], hoy dialectalmente qurcova «reintrância na nuca, tambêm intitulada còvinha do ladrão» (en Ervedosa-do-Douro: RL XXVII, 109), alcorcovar-se ‘quedar jorobado’ en Fray Luis de Sousa (1623), y de ahí parece haber deducido Moraes que alcorcova fuese variante de nuestro vocablo, pero él no logra documentarla más que en el sentido «aberta de valla» en Nunes de LeƟo (†1608) y por lo tanto, se tratará más bien del vocablo para ‘foso’ que Viterbo señala en el S. XIII y que nada tiene que ver con nuestro corcova, sino con CÁRCAVO (vid.). En el árabe marroquí kurkûba es «toda clase de bola, y en algunos puntos la giba del camello», y en el argelino «bola, bolilla, nudo de árbol», formas de origen mozárabe, según indicó Simonet. Fuera del hispano-portugués no hay nada, o hay muy poco: quizá Guienne courcouchut, -oulhut, -ougnut «quelque peu bossu, ratatiné» (Mistral), si es una deformación como los citados curcuncho y corcós2.

En cuanto a la etimología, CUCURVUS sólo se halla, en su comparativo CUCURVIORencorvado’, en un códice de San Jerónimo, probablemente de origen mozárabe, conservado en el Archivo Histórico Nacional y escrito en el año 970. Hace falta comprobar la existencia real, en el bajo latín y en el latín vulgar español, de este vocablo, señalado por Simonet (p. 9), antes que se pueda dar por segura esta etimología3. En principio la existencia de esta variante del lat. CURVUS no es inverosímil: puede tratarse de una reduplicación de carácter expresivo o intensivo (‘retorcido, enroscado’), como la que presentarán cucurbĭta ‘calabaza’, cucutia y cucullus (vid. Walde-H.), con la diferencia de que en nuestro caso la reduplicación sería de fecha posterior; es exactamente el caso de *BULBULLIA, derivado de BULLA, de donde BURBUJA y BAMBOLLA. De hecho la existencia de CUCURVUS está confirmada por una antigua voz náutica, que ya figura en San Isidoro de Sevilla, cucurbae (Etym. XIX, iv, 2; cocurbae según el ms. K) ‘cuerdas de esparto usadas en caso de tempestad’, también llamadas spirae: la coincidencia semántica de las dos denominaciones nos prueba que cŭcŭrbae viene de cucurvus ‘curvo’ como spirae va con spiralis, y que se llamaban así por los rollos espirales en que se tenían estas cuerdas en tiempo de bonanza; en efecto, el vocablo se conservó en veneciano, donde corcoma y curcuma se hallan en 1255 y en el S. XVI (Jal, s. v. c(h)orcoma y curcuma), y allí designa precisamente un rollo espiral de cuerdas a bordo de una nave; de ahí el gr. mod. κούρκουμα o κούρμα íd. Por comparación de forma curcuba (con metátesis, como el cast. corcoba, pero con la misma posición del acento) pasó a significar un cesto de esparto (corbis sparteus) empleado como bozal para las caballerías: así ya varias veces en la Mulomedicina Chironis (S. IV), y la variante curcuma algunos años más tarde en Vegecio (ALLG XII, 405; XIV, 123); de ahí el vocablo pasó al bajo griego, donde κούρκουμον ‘bozal’ se halla ya en Hesiquio (S. III, Alejandría) y κούρκωμον en Malalas (S. VI, Siria)4. Algo de esto hay en el árabe norteafricano, si bien quizá es de procedencia hispánica: kurkuba (pl. k[ā]rāk[í]b) «boule, chose roulée en boule (p. ex. cheveux, papier); boulette; bosse, excroissance sur un arbre» (Argelia) y «pilule» (Oriente argelino), Beaussier, kurkûba «carcasse, squelette», Boqtor, con un verbo karkab «culbuter, embarrasser» y otros derivados; V. también Simonet y Lerchundi s. v. bola.

Otros5 han pensado en CONCURVAREencorvar’ (sólo usado por Laberio, S. I a. C.), de donde *cocorbado > corcobado y secundariamente corcoba: así Cabrera, Diez, M-L. (REW 2119), Cornu (GGr. I, § 121), Schuchardt6. Cabe hacer, varias objeciones: el adjetivo corcovado no se documenta antes que corcova, sino al contrario, y sobre todo debería partirse de un vulgar *COCURVATUS, sin la N, ausencia por demás sorprendente: no conozco otros ejs del caso (en cormano < CONGERMANUS, y en coyunda CONJUNGULA, la caída de la N se explicará por la palatal y subsiguiente, comp. las variantes análogas que he citado en CARONCHO, CELLISCA, CELLO, ESCALLA; CO-TERICU es etimología dudosa y se trataría de una palabra céltica, vid. FEW, s. v.), y por el contrario la tendencia vulgar es a que CON- o COM- invadan el terreno de CO- (COMINITIARE, CONHORTARE, oc. conobrar, cat. conangle)7.

Trátese de CUCURVUS o de CONCURVARE creo seguro que estamos en presencia de un vocablo de la familia de CURVUS, teniendo en cuenta corcovo «el salto malicioso que da el caballo metiendo la cabeza entre los brazos para echar de sí al jinete; dícese también así el movimiento que se hace encorvando el cuerpo, saltando o andando violenta o apresuradamente, lat. incurvatio» (Aut.), «corcobo de cavallo o bestia: lat. tortus» (Nebr.), comp. corveta y caracol como nombre de otros movimientos parecidos del caballo. Así por dos caminos distintos nos vemos conducidos a la idea de curvatura como primitiva de la raíz corcov- y un detalle fonético confirma que la r estaba originariamente al final de la segunda sílaba, pues así explicamos la oposición entre la antigua grafía castellana corcoba y la portuguesa corcova, no menos antigua, dada la preferencia del castellano por el grupo rb (corbejón en los Glosarios de Castro), y por la otra parte la generalización de rv y lv en portugués (alva, turvo, etc.). Comp. CARCUNDA.

DERIV.

Corcovado [-bado: APal. 474b]; corcovar, corcoveta. Corcovo [-obo: G. de Segovia, h. 1475; para el significado, V. arriba]; corcovear, antes corcovar [-bar, Canc. de Baena, p. 105; mal entendido por W. Schmid] ‘dar corcovos’.

1 Hoy en el castellano normal de España y de la Arg. lo usual es joroba, y al parecer ocurre lo mismo en Cuba, Puerto Rico y Méjico, por lo menos (AILC I, 142n.). Al mismo estado de cosas alude S. de Lugo en el S. XVIII, al decir que la voz corcova no corre en Castilla, pero sí en Canarias (BRAE VII, 341). Deformación de corcovado parece ser curcuncho, usual en todo el Norte Argentino (San Juan, Catamarca, Jujuy), Nicaragua curcucho, mej. corconcho, vid. AILC, 1. c. Deformaciones análogas se han producido en portugués, donde carcunda es actualmente la expresión más corriente para ‘corcova’, quercumba en los Arcos de Valdevez (RL XXXI, 298), y corcós ‘jorobado’ figura como término plebeyo en Moraes.―

2 Pero quizá haya más bien relación con el vasco gorgoiu ‘giba’ registrado por Van Eys. Ahora bien, como gorgoio, según Azkue, es ‘papada, dobladillo de carne debajo de la barba’, ‘papera’, y gorgoil ‘nuez de la garganta’, ‘buche de las gallinas’, ‘garguero’, parece que se trata de la raíz onomatopéyica GORG-, GARG-, ‘garganta’. En cuanto al cat. encorcobit ‘acurrucado, decaído’, registrado por Fabra y cuya fuente ignoro, quizá no sea más que un cruce entre encorbit ‘acurrucado’ CURVUS (corriente en Tortosa: BDC III, 95) y encarcarat ‘tieso’ (para el cual vid. aquí s. v. CÁRCAVO).―

3 Además de buscar en otros textos convendrá empezar por la comprobación de la forma citada por Simonet: ver si figura sólo una o varias veces en este manuscrito, y si se trata de un texto escrito esmeradamente o si por el contrario contiene erratas que puedan confirmar la sospecha de que cucurvior sea una ditografía o mera repetición gráfica de las letras cu por distracción del escriba. Además no descarto la posibilidad de que se trate de una formación perteneciente a otra lengua indoeuropea que el latín. El nombre de la pequeña ciudad de Corcubión junto a la corva punta del Cabo de Finisterre ―nombre que se repite como el de una pequeña parroquia en las montañas interiores de la Tierra de Melide, unos 100 km. más al E. (Otero Pedrayo, T. de Melide, p. 18)― tiene un inequívoco aspecto céltico con su sufijo -UVIOS + -ON, cf. en las inscripciones de la Antigüedad Curcus, Curcagnus, Curcionatis, Curcugium, Corcoras, Corcureti (Holder I, 1118 y 1200).―

4 Algunos han supuesto que la voz latina venga del griego, aunque Walde-H. se inclina más bien por lo contrario, y trata de explicar curcuma como cruce del lat. cucuma ‘olla’ con corbis ‘cesto’, idea, por lo demás, insatisfactoria semánticamente. El vocalismo ου de Hesiquio indica bastante claramente un latinismo; lo que sí podría deberse a influjo recíproco del griego es la -m- de Vegecio, a no ser que proceda de una contaminación con cucuma. Suponiendo que curcuba ‘bozal’, ‘cesto’, viniese del griego y fuese éste el significado originario, y el náutico tuviese carácter secundario, ¿habría posibilidad semántica de deducir de ahí el cast. corcoba ‘joroba’? No faltaría del todo: Covarr. nos dice que algunos llaman a la corcova alforja y otros laúd, y una comparación semejante puso en juego el que llamó baúl al pobre jorobado D. Juan Ruiz de Alarcón (V. el prólogo de Reyes a su ed. de las obras de este autor, Cl. C., p. XIII); ahora bien, en el dialecto calabrés no sólo se emplea esta misma palabra baúllu en el sentido de ‘joroba’, sino además cascetta, que propiamente es ‘cajita’ o ‘colmena’, cuóscinu, que es el ‘aro de la criba o del cedazo’ y scartellu (allí y en Nápoles), que equivale al sardo scarteddu ‘especie de canasta’ y procede del gr. κάρταλλος íd. (Rohlfs) (más lejos quedamos con el ár. egipcio q-t-b ‘joroba’ ―Boqtor―, propiamente ‘albarda’, y con el ingl. bunch ‘joroba’, que también significa ‘mazo de verduras’). Sin embargo, apresurémonos a añadir que un estudio de las denominaciones internacionales de la ‘joroba’ nos muestra que tales comparaciones, sobre todo en voces antiguas y de arraigo, no suelen constituir el punto de partida, y que éste se halla mucho más comúnmente en la idea de curvatura: alem. buckel de biegen ‘doblar’, lat. gibbus del indoeur. geibh- íd., y de aquél a su vez el lemos. y perig. gibo ‘podadera’, rodanés giblà, langued. gimblà «ployer, fléchir, courber» (FEW IV, 132-3); cast. agobiar ‘encorvar’ de GUBBUS ‘giba’; gr. κǢưος ‘joroba’ junto a κυưοǢν ‘encorvar’, κύπτειν ‘agacharse’; κυρτóς ‘jorobado’, propiamente ‘corvo’, emparentado con el lat. curvus; ȗβóς ‘corvo’ y ‘jorobado’; ruso gorb ‘giba’ junto a górbitĭ ‘encorvar’, górbitĭsja ‘doblarse, encorvarse’; svcr. gurav ‘jorobado’ y ‘encorvado’; vasco gupi ‘curva’, ‘giboso’. O bien se trata de la idea de ‘bola, bulto’ (comp. el citado kurkûba del árabe magrebí): fr. bosse junto al it. boccia ‘bola’, rum. boţ íd.; ár. marroq. kúrra ‘corcova’ (Lerchundi), que propiamente es ‘globo’, ‘bola’, ‘esfera’; ruso bugorók ‘joroba’, diminutivo de bugór ‘montículo, otero’; ingl. hump ‘joroba’ < ‘masa, montón, bulto (en el suelo)’.―

5 La Acad. cita una variante concorvado como «desusada». Tan desusada es, que creo se trata de una mera suposición etimológica.―

6 Litbl. XIII, 428, comparando dubitativamente el vasco konkor(r) ‘jorobado’, ‘joroba’, ‘chichón’; en Baja Navarra y Laburdi ‘encorvado’. Pero hay otras acs. más vagas: ‘estupefacto, atónito’, en Vizcaya, konkortasun ‘modorra’, konkortu ‘admirarse, enajenarse, perder el sentido’, además de ‘encorvarse’ y ‘quedarse jorobado’, konkorrotu ‘ahitarse, empacharse’, konkorkadura ‘despeadura, enfermedad de los caballos que les hace encorvarse’ (Azkue). Luego no es inverosímil que el significado primitivo sea otra afección o dolencia y que el vocablo no tenga nada que ver con *CONCURVUS.―

7 Diez compara corcusir, que estaría por *concusir, pero esto es muy dudoso (V. s. v.). Cornu piensa en una dilación CONCURVARE > corcorvar y luego eliminación de una de las dos rr, comparando el parcarpus = pancarpus del Appendix Probi, voz extranjera que fácilmente podía deformarse: es combinación bastante forzada. En los casos de CARCOMER, CÁRCAVO, y otros en r, donde se han querido ver alteraciones de CON-, parece que no hay tal prefijo (V. los artículos respectivos).