CARCOMA, origen incierto, quizá prerromano; es probable sea derivado de la misma palabra que dió el cat. corc ‘carcoma’; pero en cuanto a éste no puede asegurarse si fué extraído del lat. CŬRCŬLIO íd., o si es de raíz prerromana.
1.ª doc.: 1256-76, Libros del Saber de Astronomía1.
Haciéndolo así, C. Michaëlis, Jahrbuch f. roman. u. engl. Lit. XIII, 209-10, cree se trata de una formación paralela al gr. καρκίνωμα ‘cáncer’, lat. cancroma íd., sacada directamente de la raíz carc-, que fué común en fecha prehistórica al gr. κάρκινος ‘cangrejo’ y a su sinónimo latino cancer: pero claro está que no es admisible partir de esta raíz prelatina para una voz romance; a lo sumo se podría formular la hipótesis de que el lat. cancrōma, que es alteración de la voz griega correspondiente por influjo de cancer, sufrió nueva contaminación de su modelo griego, de donde *carcrōma y de aquí *carcōma por disimilación, encadenamiento muy atrevido de hipótesis, que además es contrario a la dirección en que la disimilación suele producirse.
La idea más razonable parece la de Schuchard, ZRPh. XXVI, 411; Baist, KJRPh. VIII, 196, la acepta con reservas, sobre todo en cuanto a la relación entre cat. corc y CURCULIO. Se trata de un *corcona, correspondiente al cat. corcó ‘carcoma’ (comp. corc íd., corcar5 ‘carcomer’), con influjo secundario de comer6; de hecho, en el Canc. de Stúñiga (p. 122), poesía de Juan de Dueñas, se lee tablas corcomidas con o, que es el testimonio más antiguo de este adjetivo y del verbo carcomer; Corcoma, 1646, Agostín (Gili)7; según nota G. de Diego, las formas catalanas no son del todo ajenas al castellano: arag. corca ‘carcoma’, murc. corcón, corca y el verbo corcar. Por lo demás el origen de la voz catalana no está tampoco bien claro. Parece tratarse de una alteración de corcoll CURCULIO ‘carcoma’, formación retrógrada; sin embargo corgus figura ya en Polemio Silvio (S. V) como nombre de insecto (Rom. XXXV, 171-2). Nada sorprendente sería que en el fondo de todo esto se hallase una palabra prerromana, comp. las palabras vascas citadas más abajo en la nota 6.
Una idea que deberá estudiarse con más calma es la posibilidad de que carcoma venga del ár. kúrkuma ‘azafrán de la India’ (vid. CÚRCUMA), bajo el supuesto de que primero se aplicara al serrín de la carcoma (la cual define Covarr.: «cierta pudrición de la madera, que se haze menudo como salvado»). Dificultad fonética no la habría, puesto que en árabe vulgar el vocablo se acentúa en la penúltima y se pronuncia con consonantes enfáticas; es decir, por consiguiente, con o en vez de u. De la popularidad del vocablo en el árabe de Occidente no faltan algunos testimonios, aunque escaseen, como el de Asín (Gloss., §§ 180, 216), el de Bocthor (s. v. safran) y el de Lerchundi, quien da las variantes vulgares ȟarqûma y Ʌarkûma (s. v. azafrán). Pero sobre todo inspira bastante duda el aspecto semántico: el color de la cúrcuma es anaranjado y el de la carcoma es más bien rojizo o pardo.
DERIV.
Carcomer [1513, G. A. de Herrera; 1490, APal. 68d]; en Nebr., en J. de Mena (NBAE, 123a) y en el Canc. de Stúñiga (h. 1460: Cuervo, Dicc. II, 64-66) sólo se halla el participio carcomido (co-), y en Juan de Lucena (1463) y Suárez de Peralta (1564) se lee carcomecer: éstos dos son los derivados que se extrajeron primero de carcoma, y partiendo de carcomido, que coincidía con comido, se formó luego el infinitivo carcomer paralelo a comer. Carcomiento.
1 Con posterioridad hallamos ejs. de carcoma en el Marqués de Santillana, rimando con toma, Proverbios, ed. Sevilla 1530, f° 23v°l (proverbio 70), en el Canc. de Baena (también en rima), en APal. 59b, 494d, Nebr., en rima con palomas en J. del Encina, ed. 1496, f° 46 v. 9 (parece significar ‘roña’: «como modorra borrega / estoy lleno de carcoma»), Lucas Fernández, rimando con coma, asoma, ed. 1514, f° Aii, r° a; f° Dii, r° a, y muchos en el S. XVI.― ↩
2 Ambas etimologías, así como CARCINOMA, se hallan ya en Covarr.― ↩
3 Carcocho ‘medio podrido, carcomido, picado de viruelas’ (?) se emplea en Chile según Armengol Valenzuela. Parece derivado de cocho COCTUS ‘cocido’, y podría apoyar la existencia del prefijo car-, Pero urge comprobar la existencia y sentido del vocablo, y por ahora será preferible considerarlo alteración de *concocho CONCOCTUS, por influjo de carcomido.― ↩
4 «Non quieran amor falso, loco riso no asome, / ya oistes que asno de muchos lobos lo comen; / non me maldigan algunos que por ello s(e) concomen», J. Ruiz, 906d. Así en G y T; S tiene lección corrompida. Cej., Voc., cita otro ej. análogo en Antonio Álvarez (1588).― ↩
5 Ya en B. Metge, Fortuna, 95.8 (fin del S. XIV). Corcó se lee ya en el Nebr. catalán del S. XVI.― ↩
6 El paso de corcoma, forma que G. de Diego (RFE IX, 150) documenta en Burgos, y que es vulgar en portugués, a carcoma se explica fácilmente por disimilación de las vocales, más que por influjo de CARIES como quiere Schuchardt. También se podría pensar en un derivado de *corco con el sufijo que vemos en el murc. bardoma, pero es sufijo raro. También carcoma ha logrado arraigo en el valenciano ―aplicado a la de la madera en On. Pou, Thes. Pue. 231, año 1575― pero todo indica que es castellanismo. El vasco vizc. kardamu, gardamu, ‘carcoma’, ‘gusano del tocino’, ‘roña’, gardama ‘hez de la leche’ (Azkue), cast. de Álava, Navarra y Vizcaya gardama ‘carcoma’ (Baráibar, Arriaga, Acad.), parecen alteraciones vascas de *kargamu, *kargama, que serían hermanos antiguos de la voz castellana. Parece que esté también emparentado el vocablo kurrumi ‘carcoma’, que según Azkue recogió el botánico Lacoizqueta en Navarra; el mismo Azkue dice que Lacoizqueta da cumtzkurrumia como nombre del euforbio en Navarra y agrega la variante ahuntz-kormioa en Salazar, y otras variantes del mismo compuesto con las formas koromino y kurrimi en Baztán y kurrumi en las localidades francesas de Santa Grazia y Saint-Pé-de-Labourd (aunque no sabemos si todo esto lo recogió Lacoizqueta o Azkue, cuyo Suplemento trae aunzkurruma como salacenco, variante de cuyos detalles no nos podemos fiar, dada la forma como se ha publicado este Suplemento). Qué tiene que ver ahí la carcoma, lo explica la definición de Azkue: «euforbio cuya... leche se usa para calmar el dolor de muelas, pero las pierden». Al parecer, pues, todas estas variantes son formas del nombre de la carcoma en las hablas navarras o bajo-navarras del vasco; en todo caso la reducción de corcoma a kurrumia o, al menos, a kurruma no presentaría ninguna dificultad según la fonética vasca. Por otra parte, korromio vco.-fr.: está en el labortano Axular (1640), Oihenart lo explica por «transport de colère» y Azkue ‘odio, aborrecimiento’; Larramendi (Supl.) ―que partirá también de una fuente vco.-francesa― registra, en cambio, un verbo «corromiotu: corcomerse» (cf. Michelena, FAzk. § 166, que no da más luces sobre el asunto; nótese el corc- que emplea el guipuzooano Larramendi en su castellano). Todo esto recuerda el concomio y reconcomio andaluz (arriba); pero la coincidencia de la terminación podrá ser accidental, pues también el vasco forma derivados en -io (sobre todo en abstractos, que a menudo parecen compuestos con jo ‘herir’, ‘golpear’). Pouvreau da una variante gorromio «rancune» (Diccionario de Azkue).― ↩
7 Hoy se ha registrado corcoma (de madera) en tres pueblos de Palencia, uno de Salamanca, uno de Cáceres, uno de Guadalajara, corca en Utebo (Zaragoza), gardama en Bernedo (Álava) y Estella (Navarra) y garduña en Alegría de Álava, según la encuesta de M. C. Gutiérrez, RDTP II, 150-1, que no da testimonios de carcoma en parte alguna. También se dice en Cuéllar (Segovia) corcomiarse (< -earse) ‘llenarse de carcoma’ (BRAE XXXI, 150), otro indicio de que el verbo es derivado del sustantivo. ↩