CHATO, del lat. vg. *PLATTUSplano’, ‘chato, aplastado’, y éste del gr. πλατύς ‘ancho’, ‘plano’.

1.ª doc.: 1601, Rosal (Gili); 1605, Quijote I, iii, 10; 1611, Covarr. (s. v. chatón; 1616, Oudin, no en la ed. de 1607)1.

Es sorprendente lo tardío de la fecha en que puede documentarse esta importante voz castellana2. Sólo se ven dos explicaciones posibles de esta anomalía: que el vocablo sea portuguesismo (como lo indicaría la ch- < PL-), o que por su carácter afectivo y popular falte en los textos serios que constituyen la gran mayoría de la literatura antes del Siglo de Oro: es indudable que este último factor entró en juego, y aunque no puede descartarse la posibilidad de un portuguesismo, debe tenerse en cuenta que la fonética sintáctica en nuestro caso pudo favorecer el tratamiento ch- (por la frecuencia de la posición post-consonántica: un chato, es chato, los chatos), y atender a la circunstancia de que en portugués los diccionarios (Vieira, Moraes, CortesƟo, Viterbo) tampoco permiten documentar el vocablo en autores antiguos ni modernos, prueba elocuente del desdén con que lexicógrafos y escritores suelen tratar las palabras populares de este cuño, antiquísimas, sin embargo, en el idioma. El hecho es que, si bien Aut. da varios ejs. del S. XVII, todos los autores de esta época extractados por Herrero García en su estudió sobre Los rasgos físicos y el carácter según los textos españoles (RFE XII, 174) emplean unánimente romo y nunca chato; aquél era, en efecto, el vocablo noble3. Es verdad que chato y chata aparecen ya en 8 versos de J. Ruiz (952c, d, 956a, 963a, 964a, 972b, 977c, 1452c), pero el verdadero significado que ahí tiene el vocablo está por averiguar, y aunque no es imposible que sea algo derivado del sentido actual, desde luego no estamos ante un sinónimo de ‘romo’4.

El vocablo hispano-portugués chato es idéntico al adjetivo plat del francés, lengua de Oc, catalán y retorrománico, y al it. piatto, sinónimos de ‘plano’, ‘achatado’, y todos juntos obligan a postular la existencia de *PLATTUS en latín vulgar, que ha de ser evidentemente un helenismo, tomado de πλατύς ‘ancho’, ‘plano’; la antigüedad y popularidad del vocablo en latín vulgar y en romance está probada además por los sustantivados plato5 y plata6, y por la existencia del derivado platessa ‘pez de forma achatada’ en Ausonio7 y del antiguo femenino PLATĔA (gr. πλατεία) > PLAZA. La -TT- postulada por las formas romances (también en el caso de plaça < *PLATTEA) se explica como reduplicación expresiva de carácter intensivo (como en TOTTUS o en COTTIDIE).

En casi toda América y en parte de Asturias chato, en cuanto se aplica a la nariz, fué reemplazado por ñato, forma debida a un cruce con el leon. y gall.8 nacho íd.9 (en forma más dialectal *ñacho), que a su vez parece resultar de una pronunciación hipocorística de naso ‘nariz’, lat. NASUS, vid. mi artículo en RFH VI, 15-22, que puede consultarse además para el exacto valor semántico y para el matiz afectivo de chato y de ñato. Para derivados con metátesis, vid. TACHO y TACHÓN.

DERIV.

Chata ‘bacín’, ‘chalana’ [1720, Gili], etc. (RFH VI, 19-20). Chatear. Chatedad [1616, Cervantes]. Achatar [1803, Ciscar], achatado. Deriv. cultos del gr. πλατύς: Platalea, tomado del lat. platalĕa íd. (seguramente helenismo). Plátano [ya está en 1438 en J. de Mena (Coron., 33), si bien acentuado en la penúltima; 1555, Laguna, Aut.; «y haviendo todo el día sustentado / a plátano por hombre (fruta indiana), / en el río descansa», Lope, Dragontea V, estr. 329]. Para la aplicación secundaria al banano en América y África, ya documentada en 1554, vid. BANANA, y además Friederici, Am. Wb., 517, y Aut.; observaciones acerca del uso en Cuba, Ca. 81. Tomado del lat. platănus y éste del gr. πλάτανος; hay formas hereditarias en romances próximos: gascón piren. plade, cat. blada ‘Acer pseudoplatanus’, gall. ant. pladayro (< pladãeiro, -ARIUM) («tomou Jacob varas de olmos et de almendras et de pladayros, et entalló-as», Gral. Est. gall. 292.4). Silveira, RL XVII, 125-6 reúne además muchos representantes hereditarios o semipopulares de PLATANUS (acer pseudoplatanus) o -NARIUS en la toponimia y en las hablas gallego-portuguesas hasta la línea del Douro: Padreiro, en el S. XIII Pradaeiro, etc.; Padraído [S. XIII]; Padrenda [Pradaneda S. XIII] y otros10; y otros muchos en Galicia, paralelos; probablemente también Prádanos en Burgos y Palencia; también está claro el caso de Padroso, lugar del concelho de Felgueiras entre la Limia gallega y el Douro, que es Pradanoso en los SS. X-XI, Pradaoso y Padraoso en el XIII. Platanal, platanar, platáneo; platanero (Ca. 81); aplatanarse ‘adaptarse un extranjero al modo de ser de los cubanos’, aplatanamiento, aplatanación (Ca. 191). Platea [Terr.; Acad. ya 1817], ‘patio en los teatros’, cuya formación exacta no está bien precisada, pues es difícil que se trate del gr. πλατεƗα adj. f. ‘llana’ (¿helenismo humanístico?), quizá más bien del fr. platée «massif de fondation d’un édifice».

CPT.

Carichato [Romancero General, ed. 1600; Tirso]. Paflón [1708, Palomino, Aut.] o plafón [Acad. ya 1817], tomado del fr. plafond íd., compuesto de plat ‘achatado, plano’ y fond ‘fondo’. Plataforma [1595], término de fortificación tomado del fr. plate-forme [S. XV; a pesar de Terlingen, 220, no viene del it., donde aparece en la 2.ª mitad S. XVI, pues ya el orden de los componentes denuncia la procedencia francesa]; en la ac. electoral (Ca. 213; también en España) se ha tomado del inglés. Platelminto. Platirrino; platirrinia.

1 «Chato: plat, aplati, escaché, escrasé». «Nariz chata: nez aplati et camus, nez ratatiné, nez plat; voyez roma».―

2 Falta en los diccionarios de APal., Nebr. y PAlc., y aun en los de Percivale (1599) y C. de las Casas, que traduce piat(t)o por agachado, escondido, remachado. Falta también en los Glos. de Castro, y es voz ajena al vocabulario de Góngora, la Celestina, J. Ruiz (comp. arriba), Conde Luc., Berceo, Cid, Calila, F. Juzgo, ms. bíblico escurialense I, j, 8, etc. Datos del S. XVII en Cej. IX, pp. 412-3.―

3 Nótese que Cervantes aplica chato, con toda la intención, a una aldeana: «era carirredonda, y chata» (Quijote, II, x, f° 35 r°).―

4 A pesar de la afirmación de Richardson, Aguado y BKKR. Los comentaristas del Libro de Buen Amor guardan un prudente silencio. Ante todo obsérvese que en J. Ruiz es siempre sustantivo. Los primeros ejs. se refieren todos a una misma serrana, pero en 977c se aplica a una segunda serrana, diferente de la otra. De ninguna de las dos nos dice el Arcipreste qué clase de nariz tenía, como lo indica de otra tercera serrana (1013c). En 952d la propia interesada se llama a sí misma la chata rezia: luego es denominación objetiva y no un término poco amable aplicado por el autor. En 1452c la Trotaconventos trata de convencer a la dama de que se digne dirigir la palabra al Arcipreste: «Amad al buen amigo, quered su buen amor; / si mas que non, fablalde como a (un) chato pastor, / dezilde: «¡Dios vos salve!», dexemos el pavor.» Es decir, entiendo: ‘si todavía no queréis amarle, por lo menos saludadle como se hace con todos, aun con el pastor serrano que encontramos en nuestro camino’. Creo, por lo tanto, que en el Arcipreste chato y chata son meros sinónimos de ‘serrano, habitante de las sierras’. Lo mismo ocurre con el pasaje de J. A. de Baena (princ. S. XV) que he citado s. v. culcasilla: «diz que vos dexó en la culcasilla / un chato pastor toda la rezmilla». ¿De dónde procede este otro vocablo? ¿Tiene que ver con el prov. mod. chato ‘moza, muchacha’, quizá en calidad de creación expresiva, hipocorística, como el ast. xato ‘ternero’? ¿O bien partiendo del uso de chato PLATTUS por parte de los aldeanos, como término acariciativo, aplicado aun a personas que no eran romas (comp. los datos que reuní en RFH VI, 22), se llegó a la objetivación de este vocablo, preferentemente rústico, como designación de los serranos? Esto no es improbable. Pero son éstos problemas que no es posible resolver sin más documentación. En todo caso no pueden utilizarse los pasajes de J. Ruiz para la fechación de chato en castellano.―

5 Documentado desde h. 1400, glos. del Escorial; APal. 340dparapsis... es plato de metal o de tierra o alguna gran escudilla»), 79b, 158b, Nebr. («patina»), etc. El tratamiento del grupo inicial no es propiamente culto, sino el correspondiente a la pronunciación de las clases más elevadas (comp. los casos de CLARO, CLAVO, FLOR, PLAZA, etc.), como es natural, puesto que el pueblo más rudo no empleaba platos para comer, bastándole las escudillas, gamellas, etc.; comp. port. prato, cat. plat, it. piatto íd., fr. plat ‘fuente’. Derivados platillo; platel [glos. del Escorial y de Palacio; «p., plato pequeño: patella», Nebr.; «p., por plato, es para entre plebeyos», J. de Valdés, Diál. de la L., 115.4], tomado del fr. ant. platel (hoy plateau); platina, nombre técnico de varios discos, tomado del fr. platine.―

6 En bajo latín plata aparece en el sentido de ‘lámina, de metal generalmente’, de donde por especialización el sentido romance, que es propio del cast. y el port. prata; los demás romances han conservado el lat. ARGENTUM, aunque plata se halla conjuntamente en catalán, y ya algunas veces en la Edad Media [Usatges, S. XIII, N. Cl., p. 79]; Simonet lo cita en docs. latinos de Cataluña, del S. X; plata = argent ya se registra en Cataluña en 1125 («quinque solidos de plata fina», Cartul. de St. Cugat III, 73). En castellano es general, y frecuente desde el Cid. (doc. de 1112 en Oelschl.; ej. alfonsí en RFE XVI, 165; Sem Tob, copla 555; etc.), y se extiende hasta el mozár. Ȑaplâƫa (1106, Abenbeclarix); acs. secundarias ‘vajilla de plata’ (Buscón, Cl. C. 226.4, 7, 227.8), ‘dinero’, ac. hoy general en América (desde Chile y la Arg. hasta Cuba, etc.; vid. Amunátegui, Borrones Gram. 291ss.; Catauro, 120) y anticuada en España (no está en Aut.), pero se halla en Lope (El Cuerdo Loco, v. 1466) y al parecer está ya en las Coplas de Yoçef (2.ª mitad S. XIV, RH LXXXI, i, 426, vv. 274c, 275a, 277a, etc.), en doc. toledano de 1424 (M. P., D. L. 304.12), etc. Para el tratamiento de PL- vale lo dicho acerca de plato. Derivados: platal ‘dineral’ arg. (M. Fierro II, 3626), cub. (Ca. 28), y amer. en general; platear [APal. 30d; Nebr.], plateado, plateador, plateadura; plateado circulaba en esta forma entre los valencianos en 1575 (On. Pou, Th. Pue., 317), indicio de que se creó en castellano, aunque hoy es platejat; platero [APal., 75b; Nebr.: «p. de sinzel: anagliptarius; p. que labra oro; p. que labra anillos»], platería, plateresco [princ. S. XVIII, Zúñiga, Aut.]; platilla ‘bocadillo, tejido liso’ [Aut.], de ahí el fr. platille [1726] y el cat. platilla [S. XVII], probablemente por el color muy blanco (Vidos, R. Port. Fil. IV, II, 36-38); platina ‘platino’ [Bloch cita en Ulloa, 1748; Terr., quien habla de las minas de Popayán, en Colombia; forma preferida por la Acad. en 1817, mientras que la ed. de 1843 la reserva, para el mineral de platino, distinción suprimida recientemente], y más tarde platino [Acad. 1817, no 1783], del cast. se tomó el fr. platine [1752; masc. sólo desde h. 1780] y las formas de los demás idiomas europeos; el sentido primitivo de platina parece ser el conservado en Asturias ‘planchuela de hierro martillada’ (Vigón); platinar, platinado, platinista, platinífero, platinoide, platinotipia.―

7 De ahí el cast. platija [1705, Sobrino, en Aut.], gall. platucha [Aut.], variantes castellanas platuja (Acad.) y platusa en Bilbao (Arriaga); variantes latinas platensis en Antimo (ALLG III, 498) y en Polemio Silvio (Rom. XXXV, 187), platissa y platesa en glosas (CGL VII, 96). Para este vocablo, vid. Schuchardt, ZRPh. XXV, 348-9, y XXVI, 423-424, quien admite que la forma latina sea adaptación de un galo *LITTISSA, derivado de un adjetivo hermano del gr. πλατύς, comp. gales llyth ‘plano’.―

8 Castelao 60.12. Nacha f. en Sarm. CaG. 222v, quien agrega las variantes narchada y narechata, cruce con chato.―

9 El ej. más antiguo de este vocablo parece hallarse en el mozár. barba nánǤa (= nancha), nombre de una planta que se extiende sobre la tierra, y que por lo tanto podría llamarse ‘barba chata’, vid. Asín, Glos. Mozár., n.° 63 y comp. n.° 65 (Asín piensa en ancha AMPLA, lo que no explica la n-).―

10 Hay que rechazar sólo Padrós que no puede ser derivado de esto en -OLAS, por razones morfológicas. Quizá del romance PETREA o de PATRIA, o bien un PETRUOLAS de raíz céltica.