TACHO, ‘vasija de metal empleada para diferentes usos’ amer., probablemente tomado del port. tacho íd., de origen incierto, al parecer metátesis de chato, porque el tacho portugués es vasija más ancha que honda.

1.ª doc.: 1836, Pichardo (1862).

Puedo limitarme a extractar mi artículo de RFH VI, 164-5. Con este nombre se designan dos clases de vasijas: ambas son siempre, o casi siempre, de metal. En la Arg., Chile, Bolivia y Sur del Perú es un recipiente más hondo que ancho, y se emplea para calentar agua y otros usos culinarios, para tener aceite, para echar basura, etc.1. Suele tener forma de paralelepípedo, de igual anchura arriba y abajo, o bien es más ancho del fondo (Román); es frecuente aprovechar como tachos antiguas latas de petróleo y otros envases. En Colombia, Venezuela, Guatemala y las Antillas, se trata, en cambio, de recipientes más anchos que hondos. El tacho antillano, conocido también en Guatemala, y atestiguado junto al otro en Arg. y Bolivia, es una paila o vasija grande de metal, redonda y poco profunda, empleada en la fabricación de azúcar o para hacer dulce de almíbar. El mismo objeto se denomina tacha en Venezuela y en Méjico, aunque el masculino tacho debe haberse empleado en este país, pues de ahí hubo de pasar a las Filipinas (Retana, introd. a su Vocab. de Filipinismos); en Méjico y en Colombia tachuela es una especie de taza o escudilla de metal que se usa para beber agua o calentar algunas cosas2.

Ni tacho ni tacha ni tachuela me consta que se empleen en parte alguna de España; en cambio tacho es port.: «vasija ancha y poco honda destinada especialmente a usos culinarios; antiguamente medida de capacidad equivalente a 25 litros; plato empleado en cierto juego de billar» (Fig.), a lo que Moraes agrega que es de cobre o de latón y se emplea, entre otros usos, para calentar agua, pero también, según se deduce del artículo tachada, para hacer dulce y para la lejía de lavar; en lenguaje jergal es ‘sopera’ (Bessa). Hay pocos datos acerca de la antigüedad del vocablo en Portugal y en América; Alvarado nos entera de que tachuela ya figura en invent. venezolanos de 1748; en port., el diminutivo tachozinho sale en Vaz d’Almada, a. 1624 (Moraes).

En cuanto a la etimología, Lenz y Nascentes llegan con razón a conclusiones negativas acerca de cuanto se ha propuesto. El ár. taȟt de que hablan Fig. y Silva Bastos no hace al caso, pues significa ‘trono’, ‘butaca’, ‘lagar’, y además ȟt no puede dar ch romance; sólo cabe asentir a la conclusión de Lenz de que no debe de ser indigenismo, sino de origen europeo, en vista de su área de difusión; inútil pensar con este lexicógrafo en una relación con el fr. tache ‘mancha’ o el cast. TACO, que no tienen relación semántica con tacho; tampoco es posible, por razones fonéticas, a pesar de la citada forma tacha, identificar con el arabismo TAZA. En vista de su mayor difusión en América y de que es también la forma portuguesa, creo que el tipo de tacho más antiguo será el de poca profundidad, a manera de paila. Siendo así, cabe partir del adjetivo chato (o quizá de un sustantivo chato, duplicado popular de plato), comp. chata ‘embarcación de poco calado’, ‘camioneta plana’. En Canarias la forma metatética tacho se emplea, en efecto, como adjetivo con el valor de ‘chato, aplanado’ (sombrero tacho), y en La Palma ‘bajo, enano’ (hablando de personas): BRAE VII, 340; Pérez Vidal, s. v.; Rég. Pérez, Rev. de Hist. de La Laguna n.º 78, p. 258. Para la posibilidad de que tacha, tachuela y TACHÓN con el valor de ‘clavo’ sean metátesis de chato y derivados, V. el artículo correspondiente.

DERIV.

Tacha (V. arriba). Tachuela [1748, arriba]; gall. chatola ‘clavo de cabeza muy ancha, casi como un maravedí’ (Sarm. CaG. 105v). Tachero ‘hojalatero’ (Gnz. Carballo, La Prensa de B. A., 7-VII-1940), ‘el azucarero que maneja los tachos’.

1 «El tacho de desperdicios llenito hasta la boca de cebaduras» O. Baliero, La Nación, 18-II-1940: muy corriente en esta ac. En el Neuquén toma el sentido secundario de ‘cencerro’ (M. A. Camino, El Paisaje, el Hombre y su Canción, glos.).―

2 Datos sacados de los dicc. de Granada, Segovia, Lafone, Bayo, Lenz, Román, Z. Rodríguez, Arona, Tascón, Alvarado, G. Icazbalceta (s. v. calabaza), Batres, Pichardo, Suárez y Mz. Moles; del Vocab. de Malaret; de las Ap. de Cuervo, § 881; y de BDHA V, 188.