CLARO, del lat. CLARUS íd.

1.ª doc.: Cid.

Pertenece al segundo estrato de palabras castellanas, con tratamiento retrasado y conservador del grupo inicial CL-, pero no puede considerarse voz culta ni semiculta. Para acs. especiales, vid. Cuervo, Dicc. II, 157-65. La de ‘ralo’ (tejidos) o ‘espaciado’ (pelo), que señala la Acad. (sin ejs. en Cuervo ni Aut.), puede conducir hasta ‘raro, que no se halla a menudo’: «era muy sesuda hembra, cosa por cierto muy clara en tierra y en mar», 2.ª parte, anónima, del Lazarillo (Rivad. III), p. 99, según es frecuente en otros romances1.

DERIV.

Clara [de huevo: APal., 13d; Nebr.]. Clarea ‘bebida que se hace con vino claro, azúcar o miel, canela y otras especias aromáticas’ [ya en 1403, Inv. arag., BHisp. LVII, 452; 1525, Rob. de Nola, p. 46; 1555, Laguna], probablemente del fr. ant. claré íd. o de un fr. ant. *clarée, derivados del lat. CLARUS, comp. cat. ant. clarea íd. [Eiximenis, 1381-6, muy frecuente hasta el S. XVI], it. ant. chiarèa ‘especie de medicina’ [1.ª mitad S. XV: Bernardino de Siena]2. Clarear [princ. S. XVII: Juan Hidalgo, Paravicino]; clariar ast. «empezar a amanecer, despejar» (V); clareo. Clarecerclarecer el día: lucesco», «clarescerse: clareo, claresco», Nebr.; Juan de Mena; Aut. dice que es de poco uso]. Clarete [1591, Góngora, ed. Foulché, I, 152], del fr. ant. claret [S. XII-XIII], hoy clairet íd.; adaptación del gascón bordelés claretz ‘clarete’ (según la norma gall. ch- = oc. cl-) debe de ser el gall. viño xerés (-z) o xereciño ‘vino flojo, clarete’ y pontev. ‘vino ruin’ (Sarm. CaG. 218r), adaptación con paso de *charez a xerez por superposición léxica con el andaluz (vino de) Jerez. Clareza [med. S. XIV, Sem Tob, copla 592, y SS. XVI-XVII; ya antic. para Aut.]. Claridad [Berceo]. Claror [h. 1300, Yúçuf, ed. Rivad., 186; Celestina; y Juan de Mena de quien lo considera propio Nebr.]. En el sentido de ‘luz, claridad atmosférica’ el cat., el gall. (craror, Lugrís, Gram., 119) y muchas hablas portuguesas (Algarbe, Azores, etc.) prefieren claror a claridad, -ade, si bien en el portugués común esto se ha disimilado en clarão. Clarilla. Clarimente [h. 1490, Celestina], del cat. clariment [1707] íd., derivado del cat. ant. clarir ‘aclarar’ (hoy aclarir); clarimento, como término de pintura [Aut.], tendrá probablemente la misma procedencia. Clarín [claril: S. de Horozco, med. S. XVI, cita de Fcha.; clarín, 1607, Góngora, ed. Foulché I, 280; Oudin; Covarr.]3; clarinada, clarinero, clarinete (V. nota), clarinado (íd.). Clariosa, gnía. Clarucho. Aclarar [3r. cuarto S. XIII: Fn. Gonz.]; aclaración [Nebr.], aclarado, aclarador, aclaratorio; aclarecer; aclareo. Esclarecer [h. 1460: Crón. de Juan II], esclarecedor, esclarecido, esclarecimiento [Nebr.]. Esclariar ast. ‘agitar una vasija con agua para lavarla’ (V). Declarar [Berceo], vid. Cuervo, Dicc. II, 827-30, tomado del lat. declarare íd.; declarable, declaración, declarado, declarador, declaramiento, declarante, declarativo, declaratorio, declaro. Preclaro.

CPT.

Claraboya [quizá ya en 1495 (BHisp. LVIII, 88), 1586, Góngora, ed. Foulché I 89; Oudin; 1624, Valbuena], del fr. claire-voie, compuesto con voie ‘vía’ (FEW II, 7416; Bloch, s. v.). Clarificar (junto con clarífico en Juan de Mena: Lida, 145, 254), tomado del latín clarificare íd.; clarificación [1457, Arévalo, Vergel, p. 316a (Nougué, BHisp. LXVI)], clarificadora, clarificativo, clarífico. Clarividente [falta aún Acad. 1899, rechazado largo tiempo como galicismo, aunque ya se usó bastante en el S. XIX; el peruano Concolorcorvo, en 1773, ya lo usa en la forma crudamente francesa clarivoyante, ed. de París, p. 343], formación imitada del fr. clairvoyant [S. XIII] y amoldada al lat. tardío clarĭvĭdus, compuesto con videre ‘ver’; clarividencia. Claroscuro [Terr., s. v. claro], expresión nacida en Italia.

1 No creo que sea un calco lingüístico del galo, según admite Wartburg, FEW II, 745n.21. Se trata del proceso inverso al que condujo de prieto ‘apretado, espeso’ a ‘oscuro, negro’, hito íd. íd., lat. pressus; en el mismo sentido alem. licht. Clar ‘raro’ es muy popular en catalán, y el claro castellano sustantivado para ‘lugar sin árboles en un bosque’ muestra la popularidad de la ac. en este idioma.―

2 Un francés clarée no está documentado que yo sepa (sólo fr. mod. clairée ‘jarabe de azúcar blanco para aclarar el azúcar’, desde 1751; Alençon clârée «grande rasade»), aunque se halla clarie «vin de liqueur» (un ej. en God.), que parece variante dialectal de clarée. Hay el masculino correspondiente claré íd. frecuente en los SS. XII-XV (FEW II, 740b). El significado no es favorable a que el cast. clarea sea postverbal de clarear; además debiera ser castellanismo en catalán y en italiano, lo cual no es posible en el S. XIV. Tampoco es verosímil que se trate de un vocablo creado en catalán con el sufijo -ea -ITIA, equivalente al cast. clareza, como sugiere Alcover, pues el significado no corresponde al de un abstracto. De todos modos claré podía pasar fácilmente a clarea por influjo del nombre de otros preparados, de origen francés asimismo, como fricasea, gragea, jalea, oblea. Clarea o esclarea [Acad. 1884, no 1843] en el sentido de ‘chelidonium majus’ es palabra independiente, procedente del b. lat. sclarea (vid. Bertoldi, ARom. VII, 281-2).―

3 Probablemente es creación autóctona castellana, según el modelo del fr. clairon [S. XIII], cuyo sufijo, que aquí no es diminutivo como en francés, hubiera estado en desacuerdo con lo agudo del sonido del clarín. En rigor podría salir de oc. clarin [1508], mas no es probable, en vista de que ahí significa ‘oboe’ o ‘caramillo’ (FEW II, 743b); el cat. clarí [1620], el port. clarim, el it. clarino, y aun el anticuado chiarino, chiarina (SS. XVI-XVII), procederán del castellano. En cuanto al fr. clarin de donde M-L. (REW, 1963) deriva la voz castellana, es palabra rara, y sólo documentada como adjetivo (una vez en Tobler) o en el sentido de ‘cencerro de vaca’ (también clarine), de donde clarinado como término de blasón. En cambio, clarinete, que no hallo antes del S. XIX [Acad. 1884], sería creación de Italia, clarinetto diminutivo de clarino, y de ahí pasaría a España y Francia [clarinette, 1753]. Todo esto, por lo demás, es lógico: el instrumento militar, clarín, es español; el usado en orquestas y bandas, es italiano.