GALLARDO, del fr. gaillard u oc. ant. galhart ‘vigoroso, valiente’, de origen incierto, quizá palabra popular y afectiva, quizá tomada, por el francés preliterario, del britónico antiguo gualart ‘dominador’ de donde ‘arrogante, gallardo’; si bien queda alguna duda entre esta etimología o mirarla como derivado del vocablo galh, gaha, galhon, que se halla hoy en hablas occitanas con los sentidos ‘brote, retoño’, ‘agalla de roble’, ‘glándula’, y procede del lat. vg. *GALLĔUS ‘semejante a la agalla’ (de donde viene también el cast. GAJO), entonces con un sentido primitivo de ‘retoñante, lozano, vivaz’.
1.ª doc.: Nebr., «loçano, gallardo: lascivus, elegans» (olvidado en el orden alfabético).
Sin embargo, en todos estos idiomas es menos antiguo que en Francia, donde ya aparece en el Norte desde el Roland, y en el Sur por lo menos desde la 2.ª mitad del S. XII (Peire d’Alvernhe, Bertran de Born, Guiraut de Bornelh, Raimbaut de Vaqueiras), y aun en la 1.ª mitad, puesto que un Ramón Gualgard (entiéndase gwaྊárd), seguramente occitano, figura ya en doc. arag. fronterizo (Somport) del a. 1147 (M. P., Oríg., 58). Por otra parte, el sufijo -ard sólo es antiguo en francés y en lengua de Oc; de suerte que puede asegurarse que el vocablo es en todas partes préstamo galorrománico.
Del origen poco se puede asegurar. Interesa la aparición coincidente de formas en gwa- en muchas partes: piam. ant. goagliardo, abr. guajarde (Salvioni, Rom. XXVIII, 97), sic. guagghiardu ‘robusto, fuerte’ y gwaྊárdu «presto»2 (Rohlfs, ARom. IX, 165), bearn. goalhard, Gers gouaillard (Cénac-Moncaut), Landas íd. «fort, vigoureux» (Métivier, Agric. des Landes, p. 728), gasc. ant. goalhard ya en Pei de Garròs, a. 1567 (Mélanges Chabaneau, p. 293), la citada grafía gualgard de 11473. Dudo mucho que todas estas formas se deban a una ultracorrección coincidente por casualidad en territorios tan diferentes, como sugiere Wartburg; de todos modos no se puede asegurar tampoco que éste sea indicio seguro de una etimología en W-, pues era muy fácil que en el francés y occitano preliterarios el vocablo sufriera el influjo de galer (fr. orient. ant. waler) ‘divertirse, hacer jolgorio’, con el cual estaba semánticamente emparentado; al pasar el vocablo a Italia y a Gascuña lo haría con esta pronunciación primitiva. Bloch se inclina a creer que gaillard viene del mismo radical de galant, es decir, precisamente de galer, pero esto es sumamente difícil por razones morfológicas, pues claro está que de este verbo sólo podía salir *galard, y es imposible suponer que gaillard sea contracción romance de *galiard (en el cual tampoco se explicaría la i, de todos modos)4.
Lo menos arriesgado es admitir que gaillard es derivado del tipo galorrománico *GALLĔUS (FEW IV, 35-36), como certeramente sugirió M-L. (REW 3657), al cual pertenecen según Wartburg: a) La Teste gaill «plein de sève, vivace», Agén regaillero «forte envie, ragaillardissement»5, b) gasc. galhoun ‘germen, retoño’, muy extendido en la zona pirenaica, c) prov. galho ‘glándula, amígdalas, etc.’ (comp., sin embargo, aquí AGALLA), y demás formas que pueden verse en buen número en el citado diccionario; carece por lo tanto de fundamento la objeción que Wartburg opone a esta etimología por la ausencia del vocablo en galorrománico, y semánticamente es muy fácil llegar a ‘vigoroso’, lo mismo desde ‘brote, retoño’ (de donde ‘fronda’, ‘vitalidad’) que desde ‘agalla’ (por ‘agalludo, que tiene arrestos’); comp. RETOZAR. La conservación de la Ga- en francés podría explicarse ―teniendo en cuenta que el tipo *GALLĔUS está hoy casi del todo restringido al Sur de Francia―por un préstamo occitano en francés, contra lo cual el argumento estilístico de Wartburg (presencia del vocablo en la épica, pero no en el roman courtois, y por lo tanto popularidad del vocablo) me parece discutible mientras no se haya procedido a un estudio monográfico del uso de gaillard en francés arcaico; en un vocablo de sentido frecuentemente amoroso y erótico, un provenzalismo temprano sería posible en francés (comp. GAYO, y fade, s. v. ENFADAR); por lo demás, el occitanismo no es indispensable pues podría mirarse la conservación de la Ga- como debida a disimilación (según admite el propio Wartburg para su etimología céltica), y hoy el tipo *GALLĔUS se extiende hasta Saboya y Borgoña, lo que podría ser resto de una antigua área septentrional más extendida.
El étimo propuesto por Diez (Wb. 151) y admitido por Gamillscheg (EWFS), Brüch (ZRPh. LI, 468-71) y Wartburg (FEW IV, 30-31), céltico *GALIA ‘fuerza’―deducido del irl. gal ‘valentía’, bret. ant. gal ‘potencia’ (con el cual no tendría que ver el galés, córn. y bret. med. gallaf ‘yo puedo’; Thurneysen, Keltorom. 61), voz antigua, procedente de los Urnenfelder: Pokorny, ZCPh. XX, 514―, me parece rechazable desde un punto de vista metódico. No se puede, en efécto, admitir un derivado puramente romance (y tan poco antiguo, relativamente, como lo son las formaciones en -ard) de un sustantivo céltico no documentado en romance.
Hay en cambio otra etimología céltica que es imposible rechazar sólidamente, por más que reconozcamos que es idea audaz y arriesgada. Lo más extraño quizás es que hasta ahora no se le haya, por lo visto, ocurrido a nadie. No se trataría, en verdad, de una palabra heredada del galo por las lenguas galorrománicas, sino trasmitida al francés por el britónico antiguo, en su período arcaico, en la época merovingia o carlovingia, quizá cuando los invasores bretones se trasladaron a Francia escapando a la presión anglosajona en Gran Bretaña: el período comprendido desde el S. V hasta el X.
Empleaban ellos entonces la palabra gȮalart o walart en el sentido de ‘dominador, dominante’, ‘gobernante’, ‘soberano’, forma que resulta de una trasposición en el grupo consonántico final de la forma gwaladr también conservada en el ky. medieval, pero justamente lo documentado en fecha más antigua es la forma de consonantismo traspuesto ―y ello lo mismo en Gales que en Bretaña―, en el nombre de persona compuesto ky. ant. Catgualart, bret. ant. Cat-uualart, propiamente ‘dominante en el combate’.
Ahora bien, en las inscripciones galas aparece un compuesto análogo, aunque sin el sufijo: KATO-VALOS en una de Nimes (CIL XII, 383: Horst Schmidt, 168; Holder I, 848, III 1166); de ahí un topónimo renano-céltico Catualium (o mutilado Catual- en inscripciones renanas (vid. Schmidt) y sus correspondencias irl. ant. Cathal, ky. Catwal. Gwaladr, -art, es un derivado normal de la vasta familia céltica ?AL- ‘dominar’, ‘ser fuerte’, hermana del lat. ualere, balto-esl. ?ALD- (lit. vald༱ti, paleosl. y esl. com. vlasti), gót. waldan (alem. Walten) ‘ser fuerte’, toc. walo ‘rey’; en céltico: irl. ant. fal-n-‘dominar’, flaith ‘dominio’6, ky. y córn. ant. gwlad (gulat) íd.7, bret. med. y mod. gl(o)at ‘poder’, ‘tierra’, ky. med. gwledyd ‘tierras’, gwletic y galo Vlatos ‘dominador’, celto-sorotáptico vlate (imperativo) ‘gobernad, dirigid’8.
Suponiendo que este vocablo fuera trasmitido por los antiguos britónicos al francés preliterario, comprendemos bien que al pasar, desde la boca de jefes y guerreros tan pujantes como fueron los invasores bretones de Armórica y los defensores celtas de Gran Bretaña, contra los anglosajones, el vocablo tomase en romance la ac. ‘gallardo, arrogante, etc.’; sabemos perfectamente que ya antes de los desembarcos bretones en Bretaña desde el año 460, hubo además relaciones activísimas y continuas entre las dos costas del Canal, vid. Jullian, Histoire de la Gaule II, 1908, 227-228; y luego J. Loth, L’émigration bretonne en Armorique du Ve. au VIIe siècle de notra ère, 1883. Siguieron luego guerras prolongadas en el Noroeste de Francia entre los hombres del duque bretón y los franco-galorromanos, hasta que se llegó a concluir una paz más o menos duradera, cediéndoles un amplio territorio: el curso de estas guerras ofrecía ya bastante ocasión para que se trasmitieran terminachos militares, etc.
De admitir esta etimología desaparecería la extrañeza que causaba, y que he puesto de relieve en un párrafo anterior, la aparición de formas romances en gȮ- casi en todas partes y desde fecha muy antigua: éstas serían entonces la supervivencia de la única forma básica en lo fonético. Y quedaría una sola objeción fonética, la ྊ palatal. Es un pormenor único, aunque reconozco que es grave. ¿Se trataría del resultado de una contaminación? Nada más fácil que admitir que si la etimología puramente romance *GALLEUS, que provisionalmente he admitido más arriba, no es el étimo último y verdadero, sea sin embargo el agente de esta contaminación. Y también tenemos base para sospechar que la -L- britónica tenía en aquella época un matiz en general menos velar y más agudo que la L galorrománica: puesto que en todos los dialectos galorrománicos, en grado mayor o menor, a veces radical, a veces parcial, las L implosivas se han cambiado en Ȯ o tienen un matiz alveolo-velar (en Auvernia y otras partes participa de este cambio incluso la -L- intervocálica), mientras que las lenguas britónicas no han alterado su L en esta forma; como suele ocurrir en los préstamos entre lenguas heterogéneas y de fonética bien diferente, ese tipo de divergencias se exagera en los préstamos, y al tratar de imitar la pronunciación que oían, los galorromanos pudieron extremar la diferencia cambiando esta -L- en ս.
Me siento casi decidido a admitir ésta como la etimología verdadera. Si no lo hago todavía sin vacilación, es por este escrúpulo fonético, combinado con la rareza del caso de un préstamo desde el britónico (y ya no el galo) al romance del Norte de Francia (V. sin embargo palabras tan importantes como GALERNA, SÁBALO, etc., que desde esta procedencia, y por conducto del francés del Norte han pasado a la lengua de Oc y a las demás romances). Convendrá pensar el pro y el contra de la idea, al menos, por un tiempo más largo.
DERIV.
Gallarda ‘especie de danza airosa’ [h. 1570, E. de Salazar; otros ejs. en Fcha.], existente también en italiano (bailare alla gagliarda está ya en el Boiardo, a fines del S. XV), vid. Terlingen, 155-6, pero no está averiguado en qué idioma se produjo la sustantivación, quizá ya en francés [S. XV: FEW]. Gallardear [1615, Quijote]. Gallardía [1570, C. de las Casas]. Gallardete [1570, C. de las Casas], de oc. ant. galhardet ‘banderola de adorno’9; gallardetón.
1 En Mallorca se pronuncia gaiard (p. ej. Moll, Amoroses, 74, 103), como corresponde a la representación mallorquina del nexo -L?-, lo cual confirma la gran antigüedad del vocablo en la isla.― ↩
2 Ac. que no es ajena al catalán antiguo; tot gallart ‘en seguida’: «de mantinent va-los degollar, he a una concha recullí tota la sanch; he cant assò ach fet, va·ls cobrir tot gallart al llit ab la roba matexa, axí com si fossen vius», Amic e Melis (h. 1400, o poco anterior), N. Cl. XLVIII, 140. Se comprende con facilidad el paso de ‘vigorosamente’ a ‘rápidamente’.― ↩
3 La grafía gualard es también frecuente en catalán antiguo (p. ej. Senescal d’Egipte, N. Cl. XLVIII, 149), pero su valor es dudoso, en vista de grafías como guat, reguar, que se hallan tantas veces en textos medievales catalanes.― ↩
4 El único recurso sería suponer que gaillard nació a manera de nombre propio o apodo, aunque de significado conocido (de donde después el apelativo) y que se formara ya en boca de germanoparlantes, en fecha muy antigua, un *WALLIHARD ‘el que bulle o se agita fuertemente’, con -I- de unión entre los dos radicales WALL- y HARD. Pero es hipótesis bastante audaz, que sólo podría apoyarse en un estudio a fondo de la más antigua onomástica germánica de Francia; y se debería empezar por la prueba de que en semejantes casos los dos elementos se unían con vocal -I-, de lo cual no es testigo suficiente el caso de WILLIHELM (> fr. Guillaume, oc. Guilhem), pues aquí se trata de un antiguo WILJA (a. alem. ant. willio, gót. wilja ‘voluntad’). En principio no me siento opuesto a semejantes generalizaciones de antiguas formaciones onomásticas, como dejé sentado s. v. BARRAGÁN; en rigor, el caso del fr. ant. estandart < fránc. STANDHARD podría ser del mismo tipo, y téngase bien presente que todos los adjetivos franceses en -ard debieron hallarse inicialmente en la misma zona fronteriza entre el apodo y el apelativo.― ↩
5 En cuanto a gouaillè, -èro «plaisant, discoureur, agréable, moqueur, rieur», que aparece en el poeta gascón Dastròs (S. XVII), según Cénac-Moncaut, sería tentador derivarlo de ahí, con el mismo gw- secundario que en gouaillart, pero claro está que no puede separarse del fr. jergal gouailler ‘burlarse groseramente’, de suerte que la idea podría sólo defenderse si este último vocablo fuese gasconismo del argot.― ↩
6 Thurneysen, Handbuch d. Altirischen, §§ 30, 89, 214.― ↩
7 Gulát glosa el lat. regia (caeli), en las glosas a Juvenco, que J. Loth Vocab. Vieux-Breton, p. 141, traduce «royauté, principauté, pays», y considera escritas en el País de Gales, hacia fines del siglo IX; otros han creído que son córnicas.― ↩
8 Corominas, Les Plombs sorothaptiques d’Arles, ZRPh. 1975, cuad. 1, §11. En cuanto a gwalart ~ gwaladr en particular parece que hay una leve divergencia en la interpretación morfológico-semántica entre los especialistas; aunque todos coinciden en partir de la base ?ALA-TRO-, Pedersen, Vgl. Gr. d. Kelt. Spr. § 390.2b, cree que el vocablo significó primeramente ‘dominio’, pasando luego desde este sentido abstracto al personal ‘hombre dominante’ (cf. irl. ant. flaith, que reúne también los dos significados), mientras que de Pokorny, IEW 1112.10, al ver que postula como base protocéltica *VALATROS, masculino, sacamos la impresión de que piensa más bien en una formación personal desde el comienzo. Para nosotros lo mismo da.― ↩
9 Esta etimología no está probada concluyentemente. En occitano medieval no hay más que un ej. (hoy gaiardet, Mistral), en catalán gallaret ha sido empleado (por Verdaguer y otros) con el mismo valor, val. gargallets ‘banderitas que cuelgan en las fiestas de las calles’ (Sanelo). Cabría pensar, en un derivado del cat. gall ‘señal de una nasa sumergida, consistente en un corcho flotante provisto de una banderola’, que a su vez puede ir con el it. gallare ‘flotar’ (de GALLA ‘agalla de roble’) o con el cat. ant. gaiatell (lo mismo que gall), it. gavitello. Más tarde gallaret habría sufrido el influjo de gallardo, de donde cat. gallardet [1510]. Aplazo el problema hasta mi DECat. G. Colón, Occitanismos en Enc. Ling. Hisp. II, cree que hay transmisión u origen catalán. ↩