GALERNA, del fr. galerne ‘viento Noroeste’, probablemente del bret. gwalern ‘Noroeste’, de origen incierto, al parecer derivado del ags. WALASpaís de Gales’, desde cuya dirección sopla el gwalern.

1.ª doc.: h. 1573, Eugenio de Salazar, Cartas, p. 53: viento galerno, con la explicación «es ni mucho ni poco viento»; igual definición en G. de Palacio (1587), 144 v°.

Terr. cita además el comentario de Herrera a la 3.ª Égloga de Garcilaso (1580). Aut. recoge solamente el sustantivo galerno definiendo ‘viento nordeste’ sin citar autores; Terr. observa que otros dicen es viento noroeste; Acad. 1843 da galerno adj. como aplicado al viento «que sopla suave y apaciblemente»; posteriormente (ya en 1884) introdujo galerna «ráfaga súbita y borrascosa que en la costa septentrional de España suele soplar entre el oeste y el noroeste». Ésta es en efecto la forma generalmente conocida, siempre en el sentido de un viento tempestuoso propio del Cantábrico. En portugués se halla ya vento Nornoroeste gallerno y vento leste galerno en el Roteiro de Juan de Castro (1541), vid. Jal, 1072b y 1081b. La falta de diptongación de la e tónica indica desde luego que en castellano es voz de procedencia extranjera. Dadas las condiciones geográficas, no sorprendería ver que dentro de la Península el vocablo arraigara más en el Oeste y Noroeste, donde por lo demás, evolucionó su sentido en una dirección favorable, a semejanza de lo ocurrido con brisa, pues el marino de la época renacentista tendía a mirar con optimismo la situación del mar cuando soplaba bastante viento: port. galerno «(vento) brando e fresco» (Moraes), «assopra-lhe galerno o vento e brando» (Camoës, Lus. II, 67); llegando en Galicia a aplicarse a la bonanza: «hace galerna cuando el mar está en leche», oído por Sarm., CaG. 224r.

En francés es donde aparece primero el vocablo: hállase galerne con frecuencia desde el S. XII, y aunque normalmente es viento Noroeste su significado puede oscilar en ambos sentidos, según los autores y las localidades, hasta el NE. y hasta el SO.; también vocablo rabelesiano (IV, cap. 9, p. 57; cap. 43; Sainéan, La L. de Rab. I, 303). Por lo común es femenino, pero se ha empleado también como masculino; el área del vocablo se extiende a lo largo de la costa oceánica, y aunque hay algún testimonio occitánico, es raro allí y ajeno al Mediterráneo; el cat. galerna es importación reciente; también es de procedencia forastera el vasco kalerna, que unos definen ‘galerna’ (Azkue) y otros ‘trueno’. Todo lo demás es incierto, aun la relación posible con el ingl. gale ‘viento de fuerza considerable, correspondiente en el uso náutico a lo que en tierra se llamaría una tormenta’, en el uso popular y literario ‘viento no tempestuoso, pero más fuerte que una brisa’ o ‘brisa, céfiro’, vocablo que no se documenta antes de 1547. Skeat deriva el vocablo inglés del dan. gal, noruego galen (cuya -n es terminación gramatical) ‘furioso’, aplicado particularmente a vientos, y Brüch (ZRPh. XXXVIII, 689-90) hace extensiva esta etimología al fr. galerne, admitiendo que la terminación -erna procede de un grupo de palabras romances así terminadas, que designan fenómenos meteorológicos, donde partiría en definitiva del lat. LUCĔRNA en el sentido de ‘relámpago’; otros parten de la terminación de HIBERNUM. Pero no habiendo testimonios de un *gale en francés, esto es muy dudoso; por otra parte, el sentido actual de las voces escandinavas parece ser moderno (Gamillscheg, EWFS, s. v.).

Finalmente el bret. gwalarn, -lern, -lorn, ‘Noroeste’, aunque pase por ser de origen francés (según insinúa Thurneysen, Keltorom., 611, y afirma Henry), parece indicar que la voz francesa tuvo en época preliteraria la inicial gȮa- (como supone el REW 3651), lo cual descartaría no sólo el origen escandinavo, sino también las diferentes etimologías célticas a base de una raíz GAL-, de significados diversos, que han propuesto sucesivamente Gamillscheg, Sainéan (Sources Indig. II, 313: referencia al artículo galloud ‘poder’ del diccionario bretón de Henry) y Wartburg (FEW IV, 29). Sainéan sugiere también una derivación del fr. ant. galer ‘divertirse, hacer jolgorio’, fr. ant. galant ‘vigoroso’ (de donde ‘viento fuerte’), lo cual explicaría la inicial bretona gw- (V. aquí GALA), y bien podría ser cierto, pero hay también objeciones fáciles, y por lo demás tampoco es bien seguro que ésta fuese la inicial etimológica, pues el vocablo puede haber partido de la costa normanda (donde GA- se conserva) y haber sufrido en bretón el influjo seudo-etimológico del autóctono gwall ‘malo’.

Para la historia del vocablo, particularmente en bretón, es importante el artículo de E. Ernault, RCelt. XXVII (1906), 223-30. La más razonable en definitiva parece la etimología de Ménage, que lo deriva del nombre de Gales, por encontrarse este Principado al N.-NO. de la costa septentrional francesa: Ernault la declara «tan plausible como otras», y Pokorny (Wiss. Fber., Keltologie, 1952, p. 137) la acepta sin vacilar. En efecto, un bret. ant. *WALERN, derivado del nombre ags. WALASGales’ con el sufijo -ERN (-ARN, -ORN), tan vivaz en las lenguas célticas (Pedersen, Vgl. Gramm. II, 53), satisfaría como base de la forma francesa y de la bretona; la variante -ERN es viva en bretón (lugern ‘brillo’ = irl. locharn ‘luz, lumbrera’) como las demás, y ya que Pokorny no halla, por lo visto, inconveniente en un tal derivado céltico de una raíz anglosajona (ajena al céltico en esta forma), bien podemos aceptarlo. Quedan por explicar varios puntos, y en particular la circunstancia de que en bretón medio coexista con goalarn una forma galern, al parecer tomada del francés, que es lo que había sugerido la creencia de que en bretón el vocablo viniera del francés en todas sus formas. Alleyne, RLiR XXV, 119-22, pretende rechazar el étimo de Pokorny, Ménage y Ernault porque el País de gales «no está al NO.» de la costa francesa, y a causa del bret. med. galern, y quiere volver al célt. GAL- ‘fuerte’; esta nota no aporta nada nuevo, ni documentación, ni argumentos, ni ideas. En realidad, como se puede ver en cualquier mapa de Europa, Gales se encuentra exactamente al NO. de la costa normanda; por otro lado WALAS es no sólo el nombre de Gales, sino también de Cornualles (Korn-Walas ‘el Walas córnico’) y Cornualles se encuentra recto al O. de Normandía (galerne puede significar ‘oeste’) y al NO. de Bretaña; los navegantes bretones que van hasta el País de Gales han de poner rumbo al NO. durante la parte más importante de la navegación (hasta que encuentran la punta de Cornualles). Del bret. med. galern Alleyne no tiene documentación directa y se limita a citar el FEW IV, 29, el cual da las mismas fuentes que yo (y otras dos más antiguas y posiblemente anticuadas MSL VII, 223 y RCelt. XII, 416): todo hace creer que galern es préstamo del francés como reconoce el FEW; puesto que gwa- y ga- no pueden ser legítimos los dos en bretón, y aquél no se puede explicar como un préstamo, es evidente que la forma prestada ha de ser ésta.

DERIV.

Galerno, vid. arriba.

1 V. éste para la imposibilidad de relacionar con el bret. gwall ‘malo’, como han hecho varios.