AMELGA, ‘faja de terreno que el labrador señala en una haza para esparcir la simiente con igualdad’, origen incierto, probablemente del célt. *AMBELէCA.

1.ª doc.: enbelga, S. XIII; mielga, 1513, Herrera: Cuervo, Ap.7, § 817; emelga, Covarr.1; amelga, 1866, Oliván.

Formas dialectales: Burgos melga, belga, embelga, murc. chamelga (G. Soriano), Colombia, Argentina melga (Borcosque, Puque, 89)2, astur. embelga (V; R, s. v. leira), embuelga (R)3 ‘tira de tierra larga y estrecha a labradío’ (Rato), León embelga, ambelga (Garrote), Salamanca íd. (Lamano), charruno embelga, Cespedosa embelga, mielga (RFE XV, 269), trasm. embelga, imbelga (RL V, 44; I, 212), Estremadura velga (RL XXIII, 132; XXXVI, 166 «pedaço de terra estreito e alongado, às vezes situado entre duas rochas»), Viseo y Alentejo belga (RL IV, 58); para más variantes locales GdDD 3552 y 2064. M. P., Rom. XXIX, 337-8 y 359, fijándose en la forma emelga que se atribuye a Nebr., y en que Francisco del Rosal da emelgo en el sentido de ‘mellizo’, propuso derivar de *GEMĔLLէCUS, derivado a su vez de GEMĔLLUS íd., admitiendo que la tierra se dividiría primitivamente en dos partes iguales para sembrarla; pero aparte de que una división en dos partes es poco verosímil, ya M-L. (ZRPh. XXV, 381), Baist (KJRPh. VI, i, 384) y G. de Diego (RFE VI, 120) hicieron notar la imposibilidad fonética de esta etimología: la forma con ie, que es muy rara, debiera ser general en español, y el carácter constante de la b o mb en las hablas portuguesas o leonesas es incompatible con una ultracorrección esporádica como la que supone M. P., e indica por el contrario que el étimo tenía -MB- o -NV-4. Tampoco es admisible, a causa de las formas luso-leonesas, el étimo *ADMETICARE, derivado de METAmojón’, que propuso Barbier, RLR LI, 263, fijándose en que amelgar significa ‘marcar una tierra con mojones o con hoyos en señal de posesión’ (Aut., Borao), ni el INVIRGULARE derivado de VIRGAverga’ que sugiere G. de Diego. ¿Acaso *IMBIBICAREregar’ > ‘hacer surcos’? Pero sería extraña la reducción de MB a m en un prefijo verbal. Para averiguar la etimología es importante el sentido del vocablo en su ej. más antiguo, que pertenece al Fuero leonés de Ledesma, traducido al castellano en el S. XIII: «Alcalldes den entre los villares terminos e mayadas de ganados, huertos, linares, prados, ferrenes; partan todos por suertes [= ‘lotes de tierra’]; los montes e los terminos non los defenda nullo omne con enbelgas. Quien heredade defendir, deféndala con reya junta, e áyala. Et quien quadriellas demandar o con enbelgas tierras anparar, peche X morauedis e nonlle preste» (Castro y Onís, Fueros Leoneses de Zamora, Salamanca, Ledesma y Alba de Tormes, p. 260.12). Se trata de algo para «defender» o «amparar» tierras y límites, lo cual no me parece conciliable con las acs. modernas ‘surco’, ‘tira de tierra entre dos rocas’, ‘espacio de tierra entre dos surcos’ si no es a base de la idea de ‘foso que delimitaba un terreno rodeándolo’; y este sentido primitivo se conserva bastante bien todavía en algunos lugares: en los valles altos de Santander la embelga viene a ser todavía un ‘terreno rodeado de surcos’: «parte de la finca sembrada, separada o delimitada por surcos», embelgar tr. «dividir la finca de labor en muchas partes por medio de surcos» define Calderón Escalada en BRAE XXV, 386. En la Ribera tudelana de Navarra emberca (Iribarren, junto al verbo amelgar, amelcar, almercar, etc.) es también una faja de terreno rodeada de piedras blancas, estaquillas, montoncitos de paja o surcos, con objeto de facilitar la siembra. Si el sentido primitivo es el de ‘foso que rodea un terreno’ y la forma originaria es ambelga, como lo revela claramente la comparación de las variantes, lo mismo la inicial amb- que la localización occidental del vocablo en la Península indica un origen céltico (no se olvide que Ledesma LETISMA es palabra céltica); una base AMB-EL-էCA sería adecuada fonéticamente y se explicaría fácilmente por elementos muy conocidos en indoeuropeo (lat. amb-ul-are ‘ir alrededor’, vid. Ernout-M.) y en céltico: el prefijo AMBI-, frecuentísimo en esta familia lingüística, y la raíz EL- ‘ir’ representada por el galés med. y bret. med. el ‘vaya’, córnico ello íd., los compuestos irl. ant. di-ellaim «devio, declino», ad-ellaim ‘voy a ver, visito’, etc. (Pedersen, Vgl. Gramm. d. Kelt. Spr. II, 353; Walde2, s. v. ambulare); para el sufijo comp. ENDO-VELL-էCOS y tantos nombres de persona galos semejantes5.

DERIV.

Amelgar [1550: Santaella]; ast. embelgar (V), amelgado [Ordenanza de Huertas de Zaragoza].

1 «Dize Antonio de Nebrija que es la tierra entre dos sulcos; lat. candetum». Reproducido por Aut. y por Terr. M. P. atribuye lo mismo a Nebr. y poniendo las palabras en este mismo orden, como si pertenecieran al diccionario hispano-latino. Pero no hay tal palabra en la 1.a ed. de este diccionario de Nebr. No sé si estará en el latino-castellano, o en ediciones más tardías.―

2 En Lugones, cuyo lenguaje refleja el habla del Norte argentino, amelga significa ‘surco’ (BRAE IX, 532). Igualmente melga en Chiloé, según Cavada, que añade que en el resto de Chile vale ‘camellón’.―

3 Esta forma se deberá a influjo del ast. huelga ‘tierra labrantía’ (REW, 6050).―

4 La forma murciana chamelga no apoya la etimología GEMELLICA, pues sólo podría corresponder a esta base admitiendo que sea forma tomada, no del aragonés, sino precisamente del alto-aragonés. Estará influida por el verbo chamelgar, el cual contendrá el prefijo EX. La existencia del verbo chemelgar en Navarra, pero no del sustantivo (Iribarren) confirma brillantemente la explicación que doy de esta ch.―

5 La e castellana supone o por lo menos Է, mientras que las formas citadas del céltico insular corresponden a Ĕ; pero de ninguna manera debe considerarse este detalle una dificultad, tratándose de palabra prerromana, donde el timbre y la cantidad podían estar en relación diferente que en latín. De hecho se comprueba que la Ĕ celtibérica era cerrada, V. BERRO, LÉGAMO, SEL, TERCO, LEGUA, SERNA, cat. ble (aquí s. v. MELENA) y otros celtismos de este diccionario. Por lo demás recuérdese que mielga existe, y es timbre vacilante estaría muy conforme con una discrepancia entre timbre y cantidad. También cabría suponer, pero es innecesario, una alternancia morfológica Ĕ - , tan extendida en indoeuropeo (la pasa normalmente a զ en céltico, pero V. lo dicho s. v. LÉGAMO); o partir del verbo am(b)elgar, emb-.