SEL, ‘pradería en que se recoge el ganado para dormir’ santand., vizc., voz seguramente prerromana, procedente de un tipo *SLE, que parece entrar en la formación del vasco saroi, sarobe, ‘sel, corral, majada’ (compuesto con oi u obe ‘cama’); es verosímil que *SLE significara primitivamente ‘red’ y después ‘majada cerrada con redes’, pues de ahí procederá el vasco sare ‘red’, ‘majada’.

1.ª doc.: 823, doc. asturiano.

Donde se lee: «in territorio de Campo, braneas, pascua quas vulgus dicit Seles» (Esp. Sagr. XXXVII, 321). En un doc. vascongado de la última década del S. XIII o de las dos primeras del XIV: «dende do se taja el arroyo de Azordayaga, et dende ansí va el cerro... fasta el sel de Eguiluz» (Memorias de Fernando IV, II, 218). Escribió E. Ibarra Rodríguez (BRAE XVII, 208): «se llama seles en las montañas de Santander y Vizcaya a los refugios o asilos donde se cobijan los ganados en las montañas ya dichas: para conservar estos refugios, abonaban una exigua cuota los ganaderos» y agrega que la Pragmática otorgada en Toledo en 30-VI-1502 (N. Recopil. IX, viii, 18) prohibe a los Prebostes, Merinos y Ejecutores de las Provincias Vascongadas que cobren este impuesto, por ser Real, junto con «los de caserías, horrerías, mortuorios, y seles y montes, lo qual todo pertenece a nuestra Corona Real». En la Provincia de Santander sel continúa muy vivo y copiosamente representado en la Toponimia; según G. Lomas en Pas vale «lugar abrigado y limpio de maleza, acotado en círculo con piedras grandes, en el que se recogen por la noche los ganados que están pastando en los montes», en Campoo «lugar donde mane o hace asiento el ganado para dormir», en Cabuérniga «prado silvestre en el monte»; según Alcalde del Río significa «sitio de aselo o cobijo del ganado en primavera en los altos puertos». Más detalles y bibliografía acerca de los seles santanderinos y vascongados en Caro, Pueblos de Esp., 281, 325n.22.

Para Spitzer (RFE XIII, 118) sel viene del lat. SEDզLE «des lieux où l’on demeure», lo cual hubiera ciertamente acarreado a su autor el reproche de Ant. Thomas de «faire trop bon marché de la phonétique»; con razón esta vez, pues SEDզLE habría dado *seíle (así con seguridad en los docs. antiguos), más tarde quizá *sil o *seíl o a lo sumo *séile (en fecha moderna), que no tenía por qué reducirse a sel; comp. seíja ‘asiento, residencia’ SEDզLIA en Berceo S. D., 45, cat. ant. seïlla ‘asiento, cátedra’ (AILC III, 210; todavía la seïlla de Déu en la Biblia de Valencia de 1478, plancha I reproducida en RH XXI, 380).

El hecho es que sel es palabra aferrada al terruño, seguramente prerromana, que solamente puede corresponder a un tipo *SLE. Éste tenía que dar *sere en vasco; de hecho el ‘sel’ se llama hoy en este idioma sarobe en Guipúzcoa «sel, terreno particular rodeado de monte comunal», en ciertos pueblos de esta provincia «corral con su choza para el ganado», en otros y en algunos de Vizcaya «lugar resguardado, abrigado» y «jaro grande; hallier, fourré»; en otras partes se emplea la variante saroi «granja con cuadra abajo y depósito de forraje arriba» alto-navarro, vizcaíno y empleado en puntos de Guipúzcoa y Baja Navarra, mientras que significa «majada» en localidades alto-navarras, «punto en que se reúnen los pastores» en otras labortanas y roncalesas, y «oriente, paraje soleado» en algún punto de Vizcaya (Azkue1; Caro l. c.). Está claro que el segundo elemento de este vocablo compuesto es el vasco común oe ‘cama’ con sus variantes fonéticas obe y oi (ambas en Azkue). ¿Y el primero? Quizá sea el vasco común sare, puesto que éste en Sule significa ‘majada’, y en varias localidades de Vizcaya y de Alta y Baja Navarra es ‘pesebre’ o ‘estacada delante del pesebre’, aunque la ac. más extendida en la actualidad sea simplemente ‘red’. Igualmente posible es que el sentido primitivo de sare fuese ‘redil donde los animales pasan la noche’ y por estar éste cerrado con redes se pasara después a ‘red’, especialización nada inverosímil en un país donde el pastoreo ha desempeñado históricamente tan gran papel como en el Vasco; o bien que fuese ‘red’ el sentido originario, de donde luego ‘majada cerrada con redes, redil’ y generalizando ‘sel, majada’. En apariencia lo más verosímil. Las voces vascas no tienen acentuación fija, pero hay tendencia a acentuarlas en la última sílaba, por lo cual el paso de *sere a sare es fácil (entonces sería palabra diferente de zare ‘cesto’, como ya lo sugiere la diferencia semántica y fonética).

No es imposible, sin embargo, que en la idea de Spitzer hubiese algo de bueno, en la medida en que sugiere un parentesco con el lat. SEDERE ‘estar sentado’; pero entonces habría de ser parentesco muy indirecto. Esta es la idea que al parecer nos revela el derivado santand. aselarse «acomodarse las aves, especialmente las gallinas, en sitios retirados y seguros para pasar la noche» (también aselar intr.), «acogerse una persona en un sitio permaneciendo quieta y callada», «cobijarse mientras dura un peligro», aseladero ‘avergadero, palo suspendido del techo en que pasan la noche las gallinas’, ast. aselar ‘descansar de algún cuidado o fatiga’ (no asela se dice del que se afana sin descanso, V). Sabido es que no escasean en vasco las voces afines al céltico (artz ‘oso’, andere ‘chica’, ezkerr): nótese especialmente tegi «paraje en que se cobija el ganado» < galo attegia ‘cabaña’, irl. teg ‘casa’. Bien podría ser nuestro iberorromance y vasco ant. *SLE otro celtismo, perteneciente a la misma raíz indoeuropea que el lat. SEDRE, bien representada en céltico (Stokes-Bezz.4, p. 298), tanto más fácilmente cuanto que un galo SEDLON hermano del lat. sella, gót. sitls, alem. sessel, eslavo selo «fundus», está documentado en una inscripción de Autun, en el compuesto canecosedlon, cuyo significado parece ser ‘sede de tribunal’, de caneco- emparentado con el irl. cáin ‘ley’ (Dottin, La Langue Gauloise, pp. 162-3, 241). No sería inconcebible que este SEDLON presentara la apofonía de grado largo , aunque esto es difícil, pues la suele estar representada por զ en galo, como en las demás lenguas célticas2. También puede admitirse que se trate de SĔDLO- cambiado en *SLO por compensación. Además hay indicios de que la Ĕ celtibérica se pronunciaba cerrada (vid. BERRO, etc.). En verdad el santand. sel postula más bien *SԷLE, pero hay que advertir que el céltico también forma derivados en -LI-, vid. Pedersen, Vgl. Gramm. II, p. 54 (y aquí port. sável, s. v. SÁBALO), por lo cual un *SE(D)LIS sería igualmente posible. Finalmente, así la Է cerrada como la caída de la -O pueden también explicarse por el intermediario ibero o vasco; en una palabra, discrepancias en el detalle fonético tratándose de voces prerromanas (donde ignoramos el pormenor dialectal) no bastan para probar la falsedad de la etimología, como pueden hacerlo ciertamente en las palabras latinas. A pesar de todo, quizá sea más probable admitir que *SԷLE sea vieja palabra ibero-vasca con el sentido etimológico de ‘red’, de donde luego ‘redil’, ‘majada’ en romance; mientras que en vasco, donde es normal el cambio de -L- en -r-, *SԷLE pasaría a *sere y luego sare, conservando el sentido de ‘red’3.

Escrito este artículo sale el de Hubschmid en Boletim de Filologia XIV, 2, donde se agrega valiosa documentación antigua (seles, «pascua» en doc. de Oviedo de 853 y montes aut seles en el Fuero de Miranda de Ebro, de 1099) y se señala la existencia moderna del vocablo en Cuéllar (Segovia). En cuanto a la supuesta conexión etimológica con el vasco zelai ‘prado’ (de donde el nombre de lugar santanderino Selaya), quizá sea atinada, pero deberá estudiarse mejor, pues el matiz semántico de sel me parece sugerir otra pista y, si no me engaño, debiéramos esperar una ç- y no una s- como correspondencia de la z- vasca.

El vco. sail, con el cual quiere relacionar el cast. sel GdDD 6025, es falso que signifique «prado, majada»: el sentido real es ‘grupo’, ‘rebaño’, ‘recua’, y el vocablo no tiene con sel relación alguna. En cuanto a la otra etimología en que piensa también este autor, gr. ıσυλον ‘asilo’, no puede tomarse en serio4.

DERIV.

Aselarse; aseladero, V. arriba; aselo (Alcalde del Río, V. arriba).

1 Azkue en su dicc. y en las adiciones a éste emplea sel, con referencia a su patria, Lequeitio, como traducción castellana del vco. korta ‘terreno de un particular rodeado de monte comunal’ (FoLiVa. IV, 88).―

2 Sin embargo V. ejs. galos con e y ei (que sugieren una pronunciación ) en Pedersen, Vgl. Gramm., § 34 nota. No es imposible que el céltico de España conservara esta pronunciación arcaica (comp. lo dicho acerca de LÉGAMO); Pedersen más que en arcaísmo del galo piensa en un tratamiento especial en compuestos, debido a una pronunciación átona. Éste sería entonces el caso de canecosedlon, y aun se podría suponer que desde compuestos como éste se hubiera extendido la forma con e al simple.―

3 Según los estudios toponímicos de M. P. la E ibérica aparece romanizada como Գ abierta, de donde ie, siempre que cae bajo el acento. Es lo que me hace pensar en el céltico. Pero el tema del vocalismo ibérico no está lo bastante estudiado para que podamos afirmar que el timbre Ե tenía carácter general, y así esta objeción contra un origen ibero-vasco no tiene fuerza decisiva. Mucho menos contra otras etimologías prerromanas; sea de ello lo que quiera, debe descartarse resueltamente la etimología latina SEDզLE.―

4 El vocablo se extiende más al Sur de lo que ahí indico, pues llega hasta el Norte de la prov. de Segovia: Cuéllar sel m. «punto designado para que duerman los ganados bajo la custodia de los pastores», «conjunto de cabañas» (BRAE XXXI, 509); en Navarra, a juzgar por Iribarren, se ha empleado sólo como traducción castellana del vasco saroi, en las zonas de lengua vasca, y así es posible que no tenga arraigo local. Spitzer no dejaría de servirse, en apoyo de su etimología, del alto-santand. sejo «aseladero de las gallinas» (tiene la cara más sucia que los palos del sejo), BRAE XXXIII, 303, el cual saldrá de seíja (SEDզLIA) por cambio de sufijo. Pero claro que esto no prueba, ni mucho menos, que sel venga de SEDզLE.