TUPIDO, participio del verbo menos empleado tupir; éste deriva probablemente de ¡TUP! onomatopeya del apisonamiento; así como el antiguo sinónimo tapido, cat. atapeir, oc. tapir, atapir ‘tupir’, oc. tap, cat. tapàs ‘arcilla’ y el cast. TAPIA proceden de la onomatopeya semejante ¡TAP!, y el cast. tepe ‘gleba de césped’ (ast. tapín íd.) tiene otro origen semejante.
1.ª doc.: «opilare es atapar y cerrar y topir fasta que se endurezca algo» APal. 326d.
Tupir y más comúnmente entupir [siglo XVII, Moraes] es también portugués para ‘obstruir’ y ‘rellenar (zanjas, etc.)’. Apenas se ha estudiado la etimología; es evidentemente inaceptable la de CortesƟo, adoptada por M-L. (REW, 8333), *STUPPARE, derivado de STŬPPA en el sentido de ‘rellenar de estopa’; tampoco hay relación directa, como admitiría Diez (Wb., 321), con TOPE y TOPAR.
En cambio es visible que hay relación entre tupido y tapado, por una parte, y el catalán atapeir, oc. ant. atapir, oc. mod. tapir por la otra, palabras que tienen no sólo el mismo sentido, sino precisamente el mismo matiz que tupir: ‘apretar mucho una cosa cerrando sus poros o intersticios’. El vocalismo del cat. atapeir reaparece en Cuéllar (Segovia) entapecer ‘hacerse un tejido más espeso cuando se lava’ (BRAE XXXI, 154). Es sabido que el origen de atapeir, (a)tapir, se halla en la onomatopeya ¡TAP!, que primitivamente designó el apisonamiento de la tierra, arcilla, etc., de donde proceden también el oc. ant. y mod. tap [S. XVI] y el cat. tapàs ‘arcilla’, sobre todo la muy compacta que a menudo se encuentra en capas del subsuelo; onomatopeya de la cual es probable que también derive en última instancia el cast. e iberorromance TAPIA. Estamos, pues, ante una raíz onomatopéyica alternante TUP o TAP, donde la diferencia vocálica expresa una resonancia más o menos sorda en los golpes. De ahí también el ast. tapín o chapín «trozo de césped separado del suelo con la azada o el palote» (V; R, s. v.; ejs. s. v. cárcola, empraizar, forniellu), tapín ‘césped, pradera’ en Sajambre, Fz. Gnzz., Oseja, 355 (cuyo origen onomatopéyico ya indicó Schuchardt, ZRPh. XXXVI, 37).
Que sea regresión de una alteración fonética de este vocablo (*tepín), o que venga de una tercera variante vocalica ¡TEP!, me parece seguro que es también onomatopéyico (así ya Schuchardt, ZRPh. XXIII, 197) el origen del cast. tepe «pedazo de tierra mui trabado con las raíces de la grama, que se corta en forma de cuña, y sirve para hacer murallas, acomodándolos unos sobre otros» [1708, Tosca, Aut.]1; luego en los Pirineos ha tomado el sentido de ‘bloque de piedra que se desprende de la montaña’, y en este sentido ha pasado alguna vez al cat. tépi, voz poco empleada que sólo he oído a alpinistas, y que creo tomada del aragonés; pero hay también un barcelonés popular tepa ‘piedra (empleada en pedreas de chiquillos)’ (Misc. Fabra, p. 74, y Ag.). Sin duda hay palabras semejantes, y aparentemente relacionadas, en otros romances: Hautes-Alpes tepo «gazon, pelouse» (Chabrand), oc. tepe, tepo, teipo ‘tepe’, «tertre, monticule, sommité recouverte de gazon» (Mistral), Luchon, Bigorre tepè «colline» (Rohlfs, RLiR VII, 142)2, su. fr. tepa «gazon, pelouse» (Bridel; Jaccard, 456; ALF 1908; para cuya extensión V. además Jud, BDR III, 77), Aosta y Saboya teppa, Valsesia teppa «zolla di terra erbosa», corso teppa «masso, balza» (con los cuales Bertoni, ARom. V, 97, relaciona el tipo toscano pittone «macigno, sasso»)3. Dudo mucho que nada de esto tenga origen prerromano y que se relacione con el sabino teba ‘colina’ y el prehelénico taba ‘peñasco’ (para los cuales vid. la bibliografía citada por Jud, y luego Bertoldi, ARom. XVII, 79n., y Festschrift Jud 1943, p. 238; Rohlfs, ZRPh. XLVI, 156). Hay que tener muy presente que en palabras tan breves una imperfecta semejanza fonética y semántica (y ni aun si fuese perfecta) no autoriza a deducir conclusiones etimológicas. Salta a la vista el peligro de las homonimias casuales si agregamos que el turco tepé significa también ‘cumbre’, ‘altozano’4, y el náhuatl tépetl ‘monte’ (donde -tl es elemento desinencial y separable). ¡Claro que esto no viene del sabino!5.
DERIV.
Tupición «el estado de una cosa tupida, lo que tupe» cub. (Ca., 26). Tupa «la acción de tupir o tupirse», «hartazgo» (Aut.); de ahí quizá el mall. tupar ‘golpear, pegar’. Tupitaina. Entupir, -ido ‘tupir, tupido’ [ambos h. 1580, Fr. L. de Granada; comp. arriba]. Tapido (V. arriba); tapetado ‘dícese del color oscuro o prieto’ (Acad.), semánticamente comp. prieto de APRETAR. Ast. atapecer ‘anochecer’ (V). Entapecer [Acad. ya 1843].
1 Ej. del aragonés Oliván, S. XIX, en Pagés: «sus tepes (los de los hormigones) se impregnan de humo que luego llevan al terreno». En la Arg.: «enormes bloques de nieve (tepes) son aprovisionados para la construcción de refugios donde pernoctarán...» (V. ilustración en La Nación de B. A., 6-X-1940).― ↩
2 Además del art. tepè (-é) de los diccs. de Mistral y Palay, hay que tener en cuenta que tepé glosado «tertre, monticule, petite cime abrupte» figura en Pey de Garròs, el poeta del Armanhac en el S. XVI, rimando con pè ‘pie’ (luego con è abierta < -ARIUM); A. Berry en su ed. de las Églogues (V, 172) traduce «mamelon».― ↩
3 De todos modos no creo tenga esto que ver con el it. dial. pettata «grande e aspra salita», que será derivado de PECTUS (por el esfuerzo en subirla), lo mismo que el sinónimo cat. pitrada.― ↩
4 Es muy conacido el Tepe Gawra, importante lugar de hallazgos arqueológicos, monte de unos 25 metros, cerca de Mosul y de la antigua Nínive. De ahí el refrán judeoespañol «la honesta, en el tepé de la montaña» (RH IX, 446, n.° 182, 196).― ↩
5 Ni del germ. TIPP ‘punta’, como quisiera Behrens, ZRPh. XIV, 368. Tampoco hay que relacionar con el tipo cat.-it. timpa ‘despeñadero’ (V. aquí ATEMPA), como han querido otros. Ni es posible hacerlo venir de un lat. *STզPIRE por STզPARE, como se le ha ocurrido a GdDD 6344. Ha tratado también de tepe y vocablos semejantes J. Hubschmid, Pyrenäenwörter vorroman. Ursprungs, 33-34. ↩