TOPE mar. ‘extremo superior de un palo o mastelero’, amer. ‘cumbre’, tomado del fr. ant. top ‘cumbre’, ‘copete’, y éste del fránc. TOP íd.

1.ª doc.: 1587, García de Palacio.

En su Instr. Náutica: «burdas se llaman unas cuerdas que abaxan desde el remate del árbol mayor de gavia, que se dize tope» (fº135); en un ms. de construcción náutica del S. XVII: «las dos gatas para los topes de la mesana y contramesana» (Jal, 1465b); Aut.: «lo más alto de los masteleros, donde se ponen las grímpolas», con cita del Vocab. Marít. de Sevilla (1696). En portugués encontramos con el mismo sentido tope y tôpo1, éste ya en los Comentarios de Albuquerque, de los primeros años del S. XVI: «e huma mea gávea no topo do masto» (Jal, 1466a). Hay alguna ac. traslaticia como el tope de la hilera [1633, Lz. de Arenas, p. 25] en carpintería arquitectónica. Hoy en América tope, como tantas voces náuticas, ha ampliado su significado hasta equivaler a ‘cumbre’, el tope de un cerro, de una loma, de los Andes. Es voz de uso muy común (aun literario) en la Argentina2, también en Colombia, donde viejas familias bogotanas emplean frases como «llegamos hasta el tope de la sierra»; en la región minera de Antioquia, al abrir una galería en busca de un filón de mineral, cuando éste se descubre se dice llegar al tope de la mina (AILC I, 11; II, 182); falta en todos los diccionarios.

Aunque es seguro que el verbo topar es voz autóctona española, y con él el sustantivo tope en las otras varias acs. del vocablo, en esta ac. tenemos sin duda uno de los infinitos galicismos del lenguaje náutico, tomada del fr. ant. top. Éste y su derivado topet son muy corrientes desde el S. XII, top con el sentido de ‘copete de cabello’3 o ‘extremo superior de la cabeza’, topet es antiguamente ‘copete’ y también ‘cumbre (de montaña)’, ac. ya documentada en la Chronique de St. Denis, de la cual no da ejs. God. (VII, 746) para top, sin duda casualmente. No es posible creer que este vocablo francés derive de la onomatopeya TOP (como nuestro topar), pues el verbo ni siquiera existe en Francia; por otra parte TOPcumbre’, ‘copete’, ‘mechón’ es voz común a todas las lenguas germánicas de Occidente y de Escandinavia, desde su fase más antigua; en inglés y en escandinavo se emplea con significados náuticos análogos a los hispánicos, aunque todavía más amplios. El carácter antiguo y autóctono de esta familia en germánico (aunque carece de etimología indoeuropea) está comprobado además por el desarrollo fonético regular (a. alem. ant. y mod. zopf), y por la apofonía vocálica que muestran las diversas palabras de esta raíz (ingl. top, tip, tap). El vocablo pasó del germánico (seguramente el fráncico: Gamillscheg, R. G. I, p. 208) al francés, y del francés al iberorromance. De tope en cast. deriva topa [1539, Ant. de Guevara], porque esta garrucha se ponía en el tope de los mástiles (Jal). Del fr. mod. toupet vino modernamente el cast. tupé [Aut., como voz reciente].

1 En su cast. lo empleó Colón en la narración de su primer viaje, Jal, 1462a. Comp. Fcha.―

2 «Situada con preferencia en el tope de una loma o frente al paso de un río, la pulpería...» en el catamarqueño Luis Franco, La Prensa de B. A., 25-II-1940. Frases así he leído muchas.―

3 Topete en gallego ant. aparece con el sentido de «cabelo que reveste a parte superior da cabeça», ‘frente’: «fez gran coroa / e cerceou seu topete espartido / e os cabelos cabo do oído» (R. Lapa, CEsc. 124.16, 26.20, 237.7 y p. 756); «cavalgou en seu cavalo e deçedeu-se pera Tejo, por darlle a bever no rio e o topete lavá-lo» Ctgs. 369.69; hoy topetes ‘losas que se encajan en una pared, para que no entre en ella el agua llovediza’ (Vall.).