SOBACO, palabra peculiar al cast., el port. y el gascón, de origen incierto, quizá debida a un cruce de las dos voces latinas SŬBLA y SŬBHէRCUS, que significan lo mismo que sobaco.

1.ª doc.: 1251, Calila.

La liebre que ha de mostrar al león el antro de su enemigo le dice: «en este lugar se metió, e aquí es; mas he miedo dél synon me pones so tu sobaco» (ed. Allen 35; Rivad. LI, p. 25); «la lança de yuso del sobaco» Zifar, 60.28; «de yuso del sobaco va la mejor alfaja: / calabaça bermeja mas que pyco de graja» J. Ruiz 1207a, quien también dice que le gustan las mujeres húmedas de sobacos (445a); en los glos. del Escorial y de Palacio, h. 1400, sobaco traduce el lat. axilla y el lat. subhircus1; «estas cosas fallareys en los cofres de las mugeres... almisque, algalia para cejas e sobacos», «e la vi colgar... por los sobacos» Corbacho 132.12, 182.27; «ale son miembros pelosos so los braços... son los sobacos», «subirco que es sobaco» APal. 12d, 34b; «sobaco, lugar so el braço: ala» Nebr.; F. Chacón, Trat. de la Jineta, cap. 10; abundan los testimonios clásicos y es palabra de uso general en todas las épocas, bastante más que su sinónimo y concurrente ISLILLA.

Sobaco es también el vocablo portugués. En este idioma la forma antigua es sobaco, empleada por Mendes Pinto (1540) y Lopes de Castanheda (med. S. XVI), y preferida por los diccionarios hasta fines del S. XIX (Bluteau, Moraes, D. Vieira, H. Michaëlis), sólo Fig. da la preferencia a sovaco, y Moraes observa que esta forma es incorrecta: sin duda con motivo, pues será debida a una contaminación popular por sovar ‘frotar’. El caso es que todos los testimonios cast. medievales escriben también con -b-; en el gascón pirenaico oriental (Tramesaygues, Martres-Toulousane) a la -v- intervocálica corresponde el sonido de w, y por lo tanto a sovaco correspondería *su(w)ák, mientras que la forma general gascona es soubac en todas partes, aun en las localidades mencionadas. En bearnés, y particularmente en los valles de Aspa y Beretóns, soubac significa «l’espace compris entre les deux bras, sein» o simplemente «poitrine» (Palay; Rohlfs, BhZRPh. LXXXV, § 233), pero en gascón está más extendida la ac. figurada ‘abrigo, cubierto’: bearn. abé u boû soubac «avoir un bon abri, un bon protecteur», hicà las causes au soubac «mettre les choses à l’abri, à couvert», Arrens at soubac «à l’abri» (vocab. de Rouch-Camelat), at soubac «à l’abri du vent» en Martres-Toulousane (H.-Garonne) (raramente deformado en at saubat «à l’abri du vent», «à l’abri de la pluie», en Tramesaygues, ALF mapa 4, puntos 781 y 698). Adviértase con todo que en ciertas zonas del gc. pirenaico toma este sentido el descendiente del lat. OPACUS: Comenge «aoubag, abri s. m.; ad ~, à l’abri, sous l’abri» (Dupleich, Dict. patois de St. Gaudens, a. 1843). Podría suponerse pues que el soubac del resto del gascón sea SUB-OPACUS (e imaginar que la coincidencia con el cast. sobaco sea una convergencia casual?). Desde luego un bosque «opaco» es una selva espesa, que puede proteger algo contra vientos y lluvias. Desconfío mucho de esta etimología del vocablo gascón por varias razones semánticas (y otras), entre ellas porque justamente la vertiente umbría de los montes, lejos de estar más al abrigo, está mucho más expuesta que la otra a los vientos helados y chubascos. Aunque la ac. topográfica parece haber existido también en la vertiente Sur de los Pirineos (en el Valle de Boí: Font del Sobaco, término de Barruera, donde hay una angostura del torrente, y la Sobaquera en el de Cardet), no hay razones sólidas para dudar de que el sentido original de esta voz gascona fuese el mismo que en castellano y portugués, pues esta idea es el nexo natural y más fácil entre las dos acs. de la voz gascona: desde la axila se puede pasar a un paraje contiguo como es el seno o el pecho, y por otra parte es fácil comparar un abrigo o roca saliente que protege contra la lluvia con el escondrijo que dejan debajo de sí el hombro y la parte alta del brazo.

Indudablemente se podría pasar desde ‘cueva’ o ‘solapo de roca’ a ‘sobaco, axila’ ―esta parte del cuerpo se llama cova dus brazus en las hablas gallegas del Limia: VKR XI, 140―, pero decir que el tránsito semántico opuesto es inconcebible, como hace Zauner, es demostrar muy pobre imaginación. Precisamente el pueblo tiene siempre tendencia a humanizar o animalizar la naturaleza: recuérdense denominaciones tan frecuentes como ‘fraile’ para ‘peñasco aislado’, ‘ceja’ o ‘crencha’ para ‘línea de cumbre’, ‘pico’ para ‘cumbre de montaña’, ‘teta’ para ‘colina chata’, ‘espaldar’ para ‘cerro alargado’, ‘pescuezo’ (cast. cerro) para ‘monte’, etc. Y en efecto uno de los nombres latinos del sobaco, SŬBLA, ha dado el gasc. souala (-alo) ‘solapo bajo una roca’, y el pic. gove «cave» (Corblet) parece ser procedente de una voz escandinava que significa lo mismo que el cast. sobaco o el bearn. soubac2.

Importante sería averiguar en qué dirección se produjo el cambio semántico en el caso de sobaco, pues de ello depende la etimología de la palabra. Si el sentido etimológico hubiese sido ‘solapo, cueva’ tendríamos que pensar en un origen prerromano. De hecho se cita un arag. soba ‘cueva’, del cual sobaco podría ser derivado, y no habiendo étimo latino para este vocablo sería lógico pensar que venga de un idioma prelatino, como tantas denominaciones de la ‘cueva’; la terminación -aco no latina, y que hoy funciona como sufijo cast. (a decir verdad en formaciones por lo general muy recientes), apoyaría este origen prerromano, que realmente es harto verosímil desde muchos puntos de vista. Sin embargo, fuerza es reconocer que M-L. (REW 8352a) no carece de razón al rechazar esta derivación de sobaco, preconizada por Rohlfs (ZRPh. LII, 491, y l. c.) y alternativamente por Spitzer (RFE XI, 71): M-L duda de la existencia de un sufijo -aco, en lo cual no tiene razón3 (recuérdese huraco junto a horado, lat. FORUS), y sobre todo observa que siendo soba palabra mucho más local y moderna no es de buen método tomarla como punto de partida. En efecto soba puede no ser más que una regresión del tipo gascón más extendido souala, lat. SUBALA, y además la existencia misma de este vocablo aragonés es dudosa4. Luego debemos renunciar a esta pista. Pero ello no implica desechar la idea de un origen prerromano. Nada nos cierra el paso para descomponer en so-baco, y creer que *baco sea el nombre prerromano de una roca saliente u otra cosa dentro de este orden de ideas (comp. baque ‘caída’, ¿de donde ‘roca inclinada’?); sea como quiera, recordemos que hay nombres de partes del cuerpo de origen prelatino (PESTAÑA, LEGAÑA, MUÑECA y MOÑO, cat.-arag. garra, etc.).

Hecha esta importante reserva, veamos, sin embargo, si existen otras posibilidades. Ante todo no creo que debamos negarnos a admitir cruces de palabras, cuando éstos se ajustan a los principios racionales; concretamente estos principios son: que los dos vocablos hayan coexistido en el idioma, pertenezcan a una misma categoría gramatical, signifiquen lo mismo y el resultado consista en la suma del principio del uno con el fin del otro. Ahora bien, el latín vulgar empleó varias palabras para decir ‘sobaco’: además de AXILLA y ALA, formó un derivado SŬBLA (así en la Mulomedicina Chironis, ed. Oder, p. 122.3, y en CGL II, 364.33), formación muy comprensible, pues hay tendencia general a agregar a los nombres de esta parte del cuerpo un prefijo que signifique ‘bajo’: cat. mod. el sotaaixella (antes l’aixella AXILLA); SUBALA persiste hoy en el rumano de Meglen soară, pero también se le ha agregado otro SUB- resultando el rum. antic. si?ioara y la variante meglenita subsuară (REW 8346); SUBALA dió también el mencionado gasc. soualo ‘cueva’. Por otra parte se decía HէRCUS, propiamente ‘macho cabrío’, para el hedor del sobaco o sobaquina (así ya Nebr.), y este vocablo latino se aplicó también como nombre del propio sobaco; no es, pues, extraño que en San Isidoro encontremos SŬBHէRCUS como nombre del ‘sobaco’ (Etym. XI, i, 65)5 y no hay motivo alguno para dudar de que tal palabra (más tarde muy repetida en glosarios) se empleara en el latín de España, pues con referencia a la misma emplea el santo la fórmula «quidam vocant» de la cual solía servirse para señalar las palabras vulgares que oía a su alrededor. Tampoco hay motivo alguno, como indicó M. L. Wagner (RDR II, 100), para dudar que de allí procedan el logud. suircu, suiscu, y el campid. suercu, suelcu, nombres del sobaco en Cerdeña, cuyo latín fué siempre tan semejante al de España6. Luego no se puede rechazar la idea de que SUBHIRCUS y SUBALA convivieron en España, puesto que el último se emplea hasta hoy en el gascón del Valle de Arán y de otras zonas fronterizas del Alto Aragón (Fos, Luchon, Larboust, Barousse, vid. BhZRPh. LXXXV, § 223; RLR XLVI, 375; y mi Vocab. Aran.), y aun quizá en la Andalucía actual7; y así es perfectamente lógico suponer que sobaco sea producto del cruce de estos dos sinónimos, cruce producido a fines de la época visigótica o aun más tarde, cuando ya no se sonorizaba la -C- intervocálica; así no quedaría otra dificultad fonética que la -b- (y no -v-, como esperaríamos), dificultad nimia, pues todos habían de percibir SU- como el prefijo igual al cast. so- y así no es extraño que la B se tratara como inicial y se conservara; tanto más cuanto que junto a SUBHIRCUS empleaba San Isidoro (l. c.) SUBBRACCHIUM con el mismo sentido. Además los casos de subir (sobir), cobarde, cobija y encobar prueban que ov podía pasar a ob espontáneamente ya en la Edad Media. Para un cruce parecido al que aquí supongo, vid. calama, s. v. SIMA (n. 7).

No son admisibles las demás etimologías propuestas. La de Steiger (BRAE X, 44-45), aceptada en el REW3, *SŬBCVUS, derivado de CAVUS ‘agujero’, podrá apoyarse en alguna denominación paralela (como alem. achselhöhle, ingl. armpit, armhole, prov. trau di bras), pero supone una metátesis violenta, e injustificable cuando las consonantes afectadas están separadas por la vocal tónica8; además así se haría mucho más difícil explicar la b antigua, portuguesa y gascona9. Peor es todavía derivar sobaco de sobar ‘frotar’, en lo cual pensó Spitzer (l. c.), idea sin base semántica (claro que es muy diferente el caso del it. ditello ‘sobaco’, derivado de TITILLLARE, pero sobar nunca ha significado ‘hacer cosquillas’), y además -aco no es sufijo postverbal. Y desde luego es indefendible fonéticamente la idea de Covarr., adoptada por Zauner (RF XIV, 440), de un verbo *SUBARCUARE ‘poner bajo un arco’.

DERIV.

Sobacal. Sobaquera. Sobaquido. Sobaquina [Nebr.].

1 En uno de los dos pasajes del primero la forma evidentemente errada sobazo.―

2 Dauzat, Les Noms de Lieux, p. 214, dice que gôve «grotte», propio del Pays de Caux, viene del escandinavo, donde significa ‘sobaco’. Se referirá al jutlandés gubbe y nor. dial. gobb ‘espacio comprendido entre los dos hombros’ (Falk-Torp, s. v. gubbe), escand. ant. gaupn ‘las dos manos juntas’, ‘el hueco de las plantas de los pies’, ‘almorzada’.―

3 Quizá por esto propone Rohlfs considerar sobaco como un cruce de soba con el arag. paco ‘umbría’, lat. OPACUS, lo cual hay que desechar, pues no se cruzan voces de sentidos tan diferentes, y OPACUS habría dado (o)bago en cast. y port., donde por lo demás no se conoce tal vocablo.―

4 Está en el dicc. de Peralta, definido «cueva o boquerón profundo horizontalmente». De ahí lo reproduce Borao citando a Peralta, y en su artículo toba dice que esta palabra vale lo mismo que «la voz soba del dicc. de Peralta»; luego parece que Borao no conocía el vocablo directamente, y yo tampoco conozco otros testimonios. Hay motivo de sobra para temer que tengamos una errata de soba por toba, en el dicc. de Peralta, impreso sin cuidado y que contiene bastantes palabras erradas (V. cenero en mi artículo SERNA). Si soba existe (hay un Pico y Col de Sobe (Boisson) o Soube (P. Raymond) en la frontera entre Ossau y Sallent de Gállego, 2.600 y 2.445 alt.) puede ser cruce de sobala o sobaco con toba, palabra ésta bien conocida y muy extendida (cat. tou, arag. tobo, gasc. touat, touut, ‘hueco’, TOFUS).―

5 Comp. Sofer, 17.18.―

6 No había motivo para las dudas expresadas contra esta etimología en RF XIV, 440, y en Rom. XXXVII, 465. El cambio de -rc- en -sc- o -lc- es propio de varias hablas sardas. En cuanto a la e la explicaría Wagner por influjo de covercu ‘tapa’ lo cual es menos convincente; más motivo habría para creer en una variante latina *HĔRCUS, pues էR es nexo fonético ajeno al latín, y hace tiempo que se sabe que HIRCUS era forma dialectal, emparentada con el sabino HIRPUSlobo’ y su derivado lat. HIRPEXrastrillo’, junto al cual existe variante HERPEX: estamos, pues, ante el caso de Mircurius ~ Mercurius, etc. En cuanto a la semejanza de la pareja suercu ~ sobaco, con la variante sarda cobercu ~ cobaccu COOPERCULUM, parece ser casual (V. sobre esto Salvioni, RIL XLII, 666ss., n.º 59; Wagner, ARom. XIX, 4).―

7 Soala ‘cornisa de piedra, ladrillo o madera que en los edificios hace voladizas las tejas para evitar que el agua resbale por los muros’ (AV), muy próximo al sentido del gasc. soualo ‘roca que sobresale’. Claro que soala podría ser derivado cast. de ala, igual que lo es alero. Para posibles restos de SUBALA en los Alpes, mi nota de la Festschrift Jud, 566.―

8 Metátesis de este tipo no son raras en fin de esdrújulo, o bien antes de la vocal tónica, y así no es extraño que en Salamanca digan sobacar por socavar, forma por lo demás excepcional en los dialectos, a la cual puede no ser ajeno el influjo de sobaco.―

9 La otra idea de Steiger ni siquiera puede tomarse en consideración (SUB-VACUUS, cuyo resultado habría sido -bago o -bogo en España). Tiene interés, en cambio, su cita del genov. ant. sobacarse «tuffarsi, nascondersi» hoy subbaccá-se «seppellirsi, nascondersi», subbaccá «superare, vincere» (AGI VIII, 389), cuya relación con sobaco no está clara. Pero seguramente nada tiene en común con las demás formas dialectales italianas que ahí cita, procedentes sin duda de VACUUS, pero muy alejadas del sentido de sobaco. En cuanto al genov. subbaccá, ¿no será = it. soperchiare SUPERCULUS, con el cambio que arriba he comentado para el sardo cobaccu COOPERCULUM?