PESTAÑA, voz común a los tres romances hispánicos y al gascón, de origen incierto, seguramente prerromano; el port. pestana y el gasc. pestane demuestran que el étimo hubo de tener la forma *PէSTANNA, probablemente emparentada con el vasco pizta ‘legaña’, piztule ‘pestaña’, y quizá con el vasco pitar ‘legaña’, cast. pitarra, pitaña, íd.; es verosímil que en último término sea de procedencia indoeuropea, pues en varias lenguas de esta gran familia una voz p(ə)stano- designa excrecencias pendientes de la oreja, de la garganta o del pecho, cf. persa pəstano, avéstico fštana, scr. stánaɅ, tocario päçcane, lit. spens, gr. στƓνίον, etc.

1.ª doc.: h. 1275. Alfonso el Sabio.

M. Singleton, Hisp. R. VI, 211-3, cita dos pasajes de la 1.ª Crón. Gral. donde se dice que el ár. al-hâǤib significa pestanna; dicha voz árabe designa más bien las cejas que las pestañas1. Igual significado parece ofrecer un pasaje de la General Estoria: «quando vieron tal omne e tan estranno, elos ojos todos cubiertos de cabellos delas pestannas, e aun la faz, ca tan luengos eran otrossí los otros cabellos de todo el cuerpo en su guisa». En cambio los Libros del S. de Astronomía presentan la ac. moderna, puesto que traducen con esta voz el ár. al-Ȑašfâr, que es ‘pestaña’ según PAlc.; y los varios dicc. corrientes. Está claro, pues, que pestaña para los sabios alfonsíes designaba conjuntamente cejas y pestañas, como ocurre con el lat. cilium y varias formas romances. Por lo general, sin embargo, pestaña ha designado sólo los pelos que nacen en la punta de los dos párpados, y este significado está ya fuera de duda en Juan Ruiz: «ojos grandes, fermosos, pyntados, reluzientes, / e de luengas pestañas, byen claros e reyentes» (433b), pues las cejas se han mencionado antes (432c), y el canon clásico de belleza femenina exige en efecto que las pestañas sean largas; lo mismo supone la trad. de Nebr. «pestaña, pelo del ojo: palpebra», pues esta palabra latina, con la cual el glos. del Escorial traduce también pestaña, designa a un tiempo el párpado y las pestañas; la definición moderna es general desde entonces en la tradición lexicográfica (Covarr., Aut., etc.). Desde el punto de vista semántico las cosas se presentan igual en portugués y en catalán, pues los dicc. portugueses del S. XVIII no asignan a pestaña otra ac. que ‘pelo de la punta de los párpados’, y ésta es también la ac. que admiten como básica los dicc. modernos, pero la otra no será desconocida, ya que la registra Fig.; en portugués es ya voz clásica por lo menos, pues Moraes documenta los derivados pestane(j)ar y pestanudo en varios autores desde princ. S. XVII; es ‘párpado’ y no ‘pestaña’ en la Gral. Est. gall. del S. XIV («os ollos todos cobertos de cabelos das pestanas» 55 21.10).

El catalán pestanya es por lo general ‘el pelo de los párpados’, pero en los varios pueblos de mi encuesta del Valle de Cardós me dijeron que bastanya designa conjuntamente las cejas y las pestañas2; en la vecina Vall Ferrera dicen pestanya (past-) y con esta palabra entienden la parte carnosa del párpado y los pelos que en él nacen. Es probable que confusiones de este tipo existan en muchas partes en el uso vulgar, que al fin y al cabo el lat. cilium designó las tres cosas y palpebra: las dos últimas a un tiempo. El cat. pestanya se documenta desde la 2.ª mitad del S. XIV (Eiximenis, en Ag.; past-, Alcoatí, Libre de figura de l’Ull, L vºa)3. En lengua de Oc el vocablo se conoce solamente en la parte occidental del gascón pirenaico: el bearn. pestane ‘ceja’ según Palay es propio del Valle de Ossau (nótese que ‘pestaña’ y ‘ceja’ se dicen por lo general perpelh en el Bearne), pero la existencia previa de pestañe en los Altos Pirineos se deduce de los cruces que ha sufrido allí con paupeta o paupadera (PALPEBRA) dando bespano ‘párpado’ en Bagnères-de-Bigorre, paupano allí mismo (RF XIV, 377), baspano en el Lavedán, Lourdes y Pontacq (BhZRPh. LXXXV, § 339)4. También en gascón -ane con -n- firme; postula un étimo en -ANNA con nasal geminada. Del testimonio coincidente del gascón pestane con el port. pestana y el leon. occid. pistana (así en Villaoril, según M. P.), se deduce, como ya observó M. P. (El Dial. Leon., § 12.7), que la terminación de nuestro vocablo no representa -ANEA, sino -ANNA o si acaso -AMNA; como por otra parte en catalán -ny- puede venir de -NN-, pero no de -MN- (comp. dona = dueña, dan DAMNUM, escon SCAMNUM, antena ANTEMNA), podemos afirmar sin vacilaciones que el étimo de pestaña terminaba en -ANNA5.

Este sufijo, evidentemente no latino, demuestra ya que son falsas las varias etimologías que hasta aquí se han sugerido para nuestro vocablo, y que por lo demás son inaceptables desde todos los puntos de vista. Covarr., Diez (Wb., 243) y Simonet (s. v. pechéina y pixánia) querían derivar de PէSTARE ‘majar, moler, machacar’; Diez sustituyó la pueril explicación semántica de Covarr. («porque se golpean a menudo unas con otras, obviando a que no se entre en el ojo ninguna mota»), por otra a base del it. pistagna «striscia imbottita della stessa stoffa o diversa che forma il collo del sopràbito, palton o simili», suponiendo que esta ac. de ‘orilla del lienzo’ fuese la primitiva y procediera de pista, pesta, ‘huella, sendero’ (derivado de PISTARE); pero en primer lugar está claro que esto es invertir los términos naturales de la evolución semántica: lo técnico antes de lo elemental humano, el carro delante de los bueyes6; el it. pistagna, sólo documentado desde el S. XVII, en un autor tan hispanizado lingüísticamente como Buonarroti, es castellanismo seguro (quizá con influjo fonético de la vacilación italiana entre pesiare y pistare); en el sentido figurado ‘orilla del lienzo’ el cast. pestaña figura ya en Percivale (1591) y Covarr. Pero todavía es peor la idea de Singleton, CELIA *PRESTANĔA derivado de PRAESTARE en el sentido de ‘estar delante, ser prominente’, imposible morfológica7 y fonéticamente, pues la perdida de la R no podría justificarse como imagina el autor ni en forma alguna8. En la busca de una etimología más aceptable, interesan las formas mozárabes: el pechéina ‘pestaña del ojo’ y pachán ‘pestañear’ de PAlc., hoy fechéina y fachán en Marruecos, son arabizaciones ya antiguas de la voz romance, pero que no enseñan nada nuevo, pues es bien conocido por los trabajos de A. Alonso y míos el cambio mozárabe de ST en ch; parece tener razón Simonet al suponer que bišâniya, nombre vulgar del Sisymbrium o Serpyllum silvestre (especie de menta) según el tunecí Abenalɏazzar, designara más bien la Mentha Crispa o la Mentha aquatica: cuyas hojas tienen forma aserrada, y que se trata de una grafía aproximada del mozár. piƇánia ‘pestaña’, por alusión a la forma de estas hojas; lo cual nos permitiría hacer remontar la fecha de primera aparición del vocablo hasta fines del S. X. Quizá atine también Simonet al tratar de colocarla ya en la época romana, identificando con pestaña el nombre pistana, que según Plinio daba Magón, en su tratado púnico de Botánica, como denominación griega de la Sagittaria sagittifolia9; se trataría de una comparación de su forma asaetada con las pestañas salientes de un párpado, y es posible que Plinio o ya Magón confundieran aquí griego o helénico con hispánico o hespérico10.

Viniendo a un terreno más firme, está claro que pestaña no se puede separar del vasco vizc. piztule ‘pestaña’, el cual es compuesto de ule ‘pelo’ y el vasco vizc. pizta ‘legaña’, es decir, propiamente ‘pelo de legañas’11; del vasco ha pasado pista al castellano de Bilbao, donde también se dice pisterre y pistojo por ‘legañoso’ (Arriaga, Lexicón; Revoladas); en hablas cantábricas se dice pistaña por ‘pestaña’, así en Santander (Mugica), y en todo Asturias (pistaña ‘pestaña’ y pistañu ‘parte muy pequeña de una cosa’, Vigón; apistañar ‘pestañear’ en Rato; pistana arriba citado); además bilb. pistojo ‘legañoso’ y Colunga pistojar ‘parpadear’ (Vigón)12; burgalés despistojarse ‘esforzar la vista’, cita de GdDD 5065: más bien que de un DIS-PIZTULE-ARE derivado del vco. piztule, se tratará de despistañarse cruzado con desojarse. No veo ninguna palabra vasca que, juntándose a pizta, pudiera dar pestaña (tal como piztule), de suerte que más bien hay que pensar en un sufijo -ANNA, con tanta mayor razón cuanto que tenemos un tipo *ARGANNA, que ha dado el cast. argaña, gall. argana ‘arista’, y que cruzándose con pestaña ha producido el port. pargana íd., junto al cual subsiste, con otro sufijo, argueiro ‘mota en el ojo’13.

Ahora bien, el sufijo -ANNO, -ANNA, es típicamente galo o céltico; además de los ejemplos citados por Zeuss, Grammatica Celtica2, 774, recuérdense CAPANNA (junto al galés cab ‘cabaña’), CAVANNUS, CARCANNUM, irl. preliterario barann- ‘ira’ i (frente al galés bâr, lat. ferire, Stokes-B., 161); y como por otra parte la P- inicial es sonido ajeno o no genuino en vasco y en ibérico (como demostró Schuchardt, ZRPh. XI, 474ss.), habría buenas razones para pensar en una voz céltica o celtibérica. El caso es que no veo nada parecido que ofrezca una base firme, en céltico insular ni en la lista de voces gálicas de Dottin; lo cual, naturalmente, no prueba mucho contra el galo, y menos todavía contra el celta hispánico14. Sin embargo, tampoco puede descartarse la posibilidad de que el sufijo céltico -ANNA se agregara a una raíz de otro idioma hispánico prerromano, aunque éste difícilmente podría ser el ibérico o el protovasco a causa de la P-.

Hay voces vascas que recuerdan mucho la que nos interesa; además del vizc. piztin, pistin ‘pingajo’, y del b. nav. y ronc. betzain ‘membrana rojiza interior del párpado’ (Azkue), que debe de ser alteración de nuestro pestaña tomado en préstamo (comp., sin embargo, los vizc. betzinte y betzurda15 ‘ceja’: ¿cambio de sufijo?), está sobre todo el vasco pitar ‘legaña’, ‘aguapié, sidra fermentada, vinaza’ (para la evolución semántica y otros aspectos de este vocablo, vid. Schuchardt, ZRPh. XI, 488-9)16, de donde se tomó el cast. pitarra ‘legaña’ [Aut.], particularmente empleado en Aragón, según informes orales; el mismo vocablo en el catalán del Pallars vale ‘garrapata’, idea relacionada con ‘legaña’ a base de ‘mota, objeto pequeño’17; de pitarra derivarán el extremeño pitarrina ‘deuda pequeña’ (BRAE IV, 99), y el zamor. pitarro «chorizo pequeño que se hace para los niños en la época de la matanza» (Fz. Duro); y por cruce de pitarra y legaña se formaría pitaña íd. [Aut.] con su derivado pitañoso, ya registrado por Percivale (1591), Covarr. y Oudin. ¿En qué relación están los dos radicales sinónimos PITT- y PIST- del vasco y del iberorromance? ¿Se tratará de un préstamo de otra lengua prerromana, con adaptación divergente (-TT- o -ST-) de un sonido extranjero? ¿O se trataría de una vieja creación expresiva, relacionada con el vasco vizc. mist y ronc. pizt ‘mu, ni palabra, nada’? Si acaso tendría que ser creación muy antigua, puesto que -ANNA es sufijo prerromano que no sigue vivo en romance.

Hay una palabra indoeuropea de forma alternante p(ə)stano-, pstano- steno-, -peno-, que designa diversas partes del cuerpo, generalmente el pezón, las mamas y el pecho, pero en lit. y prus. (spens) es ‘lóbulo de la oreja’ y ‘úvula’, y en irl. Med. (tine) es ‘úvula’. La palabra tiene una forma que proviene de pəstano- en persa y ya en pelví (pistān), de pstāno- en avéstico (fštāna)18, en los cuales designa el pezón o bien un ‘nudo’; en tocario occ. ?cane, toc. or. päççä ‘pechos, mamas’. En la forma más reducida steno- se encuentra en griego y en sánscrito, mientras que en céltico, báltico y germánico está speno- (Pok., IEW, 990; Bartholomae, Altiran. Wb. 1030 y Idg. F. VII, 72; Johansson, ibid. XIV, 324; Pedersen, Tocharisch, p. 74; W. Krause, Tocharisch, 1971, p. 10). No es difícil concebir que el vco. pizta ‘legaña’ y el iberorrománico *pestanna puedan salir de una palabra que es verosímil que existiese en sorotáptico en la forma *PESTANNA o *PISTANNA, y que teniendo ocasionalmente acepciones como ‘nudo’, ‘lóbulo de la oreja’, ‘úvula’, ‘pezón’ (de donde después ‘mama’ y ‘pecho’), se aplicara allí a excrecencias (pelo, legaña) pendientes de los ojos tal como esas otras penden de los oídos, la garganta o el pecho.

DERIV.

Pestañear [Nebr.]; pestañeo. Pestañoso. Pestañina ast. ‘variedad de pera muy pequeña y de buen gusto’ (V). Ast. apistañar ‘pestañear’ (V). Despestañarse ‘trabajar excesivamente con la vista’ cub. [Ca., 46].

1 Basándose en Lane afirma Singleton que significa solamente ‘cejas’; otros diccionarios admiten también la ac. ‘pestañas’, pero en cuanto al hispanoárabe, que es el que más interesa, la afirmación de Lane está corroborada no sólo por otro pasaje de la Crón. Gral., donde al-hâǤib se traduce soberceja, y por Rodrigo Toledano que lo traduce supercilium, sino también por PAlc., donde lleva la equivalencia ceja.―

2 Se distinguen; las primeras diciendo la bastanya de damunt (Estaon).―

3 Nótese pestanyada ‘guiño’ en un ms. del S. XVI (Ag.), que quizá suponga la ac. ‘párpado’ en el primitivo; y comp. el cast. pestañear = parpadear.―

4 Sin relación con pestaña es el prov. pistagno «pressée de graine de lin, quantité qu’on en fait réduire en pâte pour extraire l’huile» (Mistral), derivado evidente de pista ‘machacar’. En el gascón oriental ya no se conoce una voz hermana del cast. pestaña; es verdad que Condó (BDC III, 21) da pestáa como forma aranesa, pero en realidad se trata de un catalanismo poco usado en el Valle: en Canejan y Gessa me dijeron que las pestañas se dicen peus des paupaderes, en Vilac paupetes, en Vilamós síls.―

5 No debe pensarse en que el vocablo tuviera sufijos diferentes, -ANA en portugués-gascón, y -ANEA en castellano-catalán; no sólo sería demasiado casual la coincidencia con la ley fonética, sino que en portugués -ANA pasa a -ã y en gascón a ȧ o según las localidades. Tampoco el port. espadaña frente al cast. espadaña puede explicarse por -ANA, -ANEA; si repugna aquí admitir un sufijo -ANNA, tratándose de un nombre de planta, se puede aceptar un tratamiento semiculto del sufijo botánico -AGէNEM (comp. port. sartã SARTAGINEM).―

6 Rechazaron ya la idea M-L. (REW 6536) y Zauner (RF XIV, 380).―

7 Según indiqué s. v. HAZAÑA (que no viene de FACERE), no se forman derivados verbales en -ANEA.―

8 No hay casos de esa trasposición de r en sílabas cerradas por s, de suerte que la comparación con perlado está fuera de lugar; precisamente ante s lo que ocurre es la trasposición contraria: persona > presona, cast. prisco, cat. préssec < PERSICUM.―

9 «Idem pistana dicit a Graecis vocari, quam inter ulvas sagittam appellamus» (Nat. Hist. XXI, xvii, 111); así en los mss. más numerosos y antiguos (tustana en unos pocos). Oscar Weise (Jahrbücher für Philologie, hg. Fleckeisen, 1881, 512), quiso enmendar en oiston, nombre griego de la saeta, que no consta tuviera aplicación botánica, y le sigue Mayhoff, pero no la mayor parte de los editores.―

10 Dice además Simonet que en portugués se llama pistana el agracejo, variedad de cambronero (Berberis Vulgaris) ―quizá a causa de sus pinchos―, de lo cual no hallo confirmación en Fig. ni Colmeiro. Esta planta, la Sagittaria y las labiadas arriba citadas pertenecen a familias muy diferentes entre sí.―

11 Comp. el apellido cast. Pestaña, port. Pestana, que quizá corresponda a la ac. primitiva ‘legaña’, a manera de apodo.―

12 Para esta i, comp. el ast. pistoreyu < pestorejo.―

13 Nótese que ‘mota en el ojo’ parece ser precisamente el sentido etimológico del iberismo LEGAÑA (cuyo sufijo, sin embargo, en este caso parece corresponder a -ANIA).―

14 El bret. bestl, córn. bistel, galés bustl, lat. bilis, ‘hiel, bilis’ (*BIS-TLO-, Stokes-B. 175, Walde-P. II, 111) queda muy lejos, aun partiendo de ‘legaña’. Más bien se podría pensar en el tipo *BISTIS (indoeur. GWIS-TI-S) al cual corresponden el irl. biss, galés bys, bret. bes ‘dedo’, escand. ant. kvistr ‘rama’; el puente semántico entre ‘ramita’ o ‘dedo’ y ‘pestaña’ no es impracticable, y tampoco es inconcebible que los iberos, por ultracorrección de su dificultad en pronunciarla, introdujeran P- en lugar de la B- céltica (de lo cual creyó Brüch encontrar ejs., por lo demás muy inciertos), pero todo esto es muy hipotético. Junto al cómico pystyc y pystry ‘magia’: y el bret. pistri ‘envenenamiento’, está el irl. piseóg ‘magia’, lo cual Victor Henry cree tomado del lat. pyxis ‘caja farmacéutica’, pero esto no es evidente, ya que la voz irlandesa podría estar tomada del britónico más bien que del latín; no veo que Pedersen ni otros hayan tratado de esta voz céltica, que recuerda el vasco mizto ‘veneno’, ‘aguijón de abejas y culebras’ y su derivado miztor, puesto que m-, b- y p- alternan en vasco, y no sería imposible hallar un nexo entre ‘pestaña’ y ‘aguijón’ o entre ‘legaña’ y ‘veneno’; pero nada de esto convence y además la variante guip. miztura hace sospechar que las voces vascas vengan de MIXTUS, MIXTURA.―

15 En realidad parece que ni el vasco betzain ni betzinte tienen nada que ver con pestaña, pues son compuestos del vasco begi ‘ojo’ (bet- en composición, comp. sat-= sagu ‘ratón’) vid. Michelena, BSVAP XII, 370. Betzurda es de Urduliz (vizcaíno) con variante buzurda en el Txorierri, también contiene bet- = begi ‘ojo’ y zurda ‘crin’.―

16 Vco.: alto navarro, bajo navarro, guip., lab., ronc. y vizc. or. pitar (-rra antic.) «aguapié»; usa aquél y éste Araquistain (1746) como traducción castellana del guip. binacha y vizc. chuspiña: Azkue explica que es ‘vino de orujo’ en las dos últimas hablas, ‘sidra de residuos’ en guip., y ambas cosas en los demás dialectos citados. Debe ser palabra independiente de la legaña y la garrapata y conectada con el cast. (agua)pié.―

17 Recuérdese que junto a lagaña está el vasco lakain, lakasta, cat. llagosta, que significan ‘garrapata’.―

18 Acerca del cual cf. la nota reciente de Eric P. Hamp en ZVglSprfg. LXXVI (1960).