RUBIO, del lat. RŬBĔUS ‘rojizo’.
1.ª doc.: doc. leonés de 950.
Al mismo tiempo que ruvio, el resultado fonético de RŬBĔUS fué royo en ciertas regiones de España adonde se extendió el tratamiento de -B?- como -J, tal como en Francia (rouge) o en Cataluña (roig): royo es típicamente aragonés1, pero se extiende a la toponimia de la Rioja, Burgos y Soria, y G. de Diego asegura que es usual (¿como apelativo?) en estas provincias y también en Segovia (RFE III, 317). El sentido de royo no es ‘rubio’, sino ‘rojizo’, como en latín y hasta hoy en catalán, mientras que el fr. rouge evolucionó hasta ‘rojo’. Hay además una variante intermedia ruyo, que G. de Diego encontró en Soria, Burgos y Ávila; formas Covas rruyas, Cuevas rruyas aparecen según M. P. en los SS. XIII y XIV, y los mss. de Berceo vacilan entre Monte ruyo y M. ruvjo (S. Dom., 463) para nombrar el pueblo actual de Monte Rubio. No creo con M. P. que debamos mirar ruvio como un tratamiento culto, pues está de acuerdo con el de LLUVIA, GAVIA y con las tendencias generales de la fonética castellana; la oposición frente a royo es diferencia dialectal, y en cuanto a ruyo debemos mirarlo como una pronunciación descuidada (tal como uviar esporádicamente se reduce a uyar). El étimo no es RŬBէDUS ‘rojo pardusco’, como supusieron R. Cabrera y Richardson, pues esta palabra no ha dejado descendencia en otros romances y su sentido está más alejado.
DERIV.
Rubia [«ruvia, raíz es ierva conocida: rubia» Nebr.], femenino sustantivado que conservó el sentido etimológico ‘rojizo’; de ahí, si bien atraído por el verbo arripiar ~ arrupiar ‘erizar’ (vid. HORROR), gall. pontev. arripio bravo, que saca sangre a la lengua (y parece ser la raspa-lengua o rubia tinctorum, Sarm. CaG. A169v, 161r). Rubiáceo; rubial; rubilla. Rubia ‘pececillo de agua dulce con manchas pardas y rojas’ [Acad. ya 1817]; rubiel ‘pajel común’ ast. (V), gall. ferrolano rubioca, rabioca ‘pescado gustoso, colorado como barbo chico’ (Sarm. CaG. 221r).
Rûya ‘ictericia’ moz. (RMa); roya ‘honguillo parásito’ murc. [Aut.; = tizoncillo en Castilla]; royal nav.; royega pal.; royor, royura ‘puesta de sol encendida’ en las Leyes de Moros SS. XIV-XV (Memorial Hist. Esp. V, 427ss.). Rubial «se llama el terreno que es de color rubio» (Aut.), según Acad. sería adj., pero en Almería se emplea como sust. (un rubial o tierra de rubial) y conserva allí el sentido etimológico de ‘tierra de color rojizo intenso’; así en dos docs. del S. XIII (Oelschl.). Rubiera. Rubión [1605, Quijote]. Enrubiar [-viarse = enroxarse, Nebr.].
Rubí [«hun otro aniello d’oro con un rubiz bermello» invent. arag. de 1402, BRAE II, 221; falta en la lista de piedras de Alex.; «rubí, piedra preciosa: carbunculus» Nebr.; rubíes, La Gitanilla, Cl. C. I, 13; variante rara rubín], del cat. robí (pron. rubí ya en la E. Media), documentado muchas veces en el S. XV (Jaume Roig, vv. 1839, 8349, y Ag.), y éste del b. lat. rubinus (frecuente, vid. Du C.), comp. oc. rubi (> fr. rubis), it. rubino; rubinejo; rubicela.
Los siguientes son cultismos. Rubéola. Rubescente, de rubescere ‘enrojecer’; erubescente, de erubescere; erubescencia; enrubecer. Rubente [1521, Juan de Padilla]. Rubicundo [Juan de Mena; C. C. Smith, Bull. Hispanic LXI; 1594, Góngora, ed. Foulché I, 175; Quijote; Cuervo, Disq., 1950, p. 115], de rŭbĭcŭndus ‘rojizo, colorado’. Rubidio [Acad. 1925, no 1884], derivado de rubidus ‘rojo pardusco’. Rubor [J. de Mena (Lida, pp. 450, 135); fin S. XVII, Aut.; no Covarr. ni Oudin], de rŭbor, -ōris, íd.; ruborizar [Acad. 1884, no 1843], ruborizado; ruboroso [Acad. ya 1817]; de ahí por vía semiculta derivó *arruborar, disimilado en arrebolar [rebolar, 1589, J. de Pineda, Cej. V, pp. 417-8; arrebolar, 1591, Góngora, ed. Foulché I, 146], y de ahí arrebol [1438, Corbacho, DHist.; med. S. XVI, Seb. de Horozco; 1589, Góngora I, 122; 1591, Percivale, etc.]2, gall.-port. ant. revol ‘cosmético rosado de las mujeres’ (R. Lapa, CEsc. 338.3); arrebolada3; arrebolera.
Rubro, latinismo raro [h. 1435, J. de Mena, Aut.], de rŭber, -bra, -brum ‘rojo’. Rúbrica [Celestina (C. C. Smith, BHisp. LXI); APal. 423d, al parecer ya como voz cast.; 1570, C. de las Casas; 1605, Quijote; 1609, Góngora, I, 325; ya acentuado gráficamente en la ú por Aut.], de rŭbrīca ‘tierra roja’, ‘título escrito en rojo’4; disim. rública colomb., cub., chil. (Cuervo, Obr. Inéd., p. 229; y ya en 1587, Cuervo, Ap., § 808); rubricado; rubricante; rubricar; rubriquista. Rufo [‘de pelo ensortijado, duro y áspero’, Aut.; en Covarr. parece estar sólo como voz latina], de rūfus ‘rojizo, rojo’, afín a rubeus; arrufar; comp. RUFIÁN.
1 Variante arcaica aragonesa contienen los nombres de lugar Pueyarruego PODIUM RUBEUM y Montearruego (Bielsa), antiguamente rogo. Desde luego no se trata de RAUCUS ‘ronco’ (Rom. XXIX 369), pero tampoco hay cruce de RUBEUS con CR֊CUS (> cat. groc ‘amarillo’), sino evolución fonética, con pérdida de la -y- intervocálica e intercalación de -g- antihiática. Para la triptongación oy > uey comp. bueitre < BUITRE, cerruello por cerrojo (ambos con Ŭ, como RŬBEUS); para la pérdida de la -y-, comp. el apellido Pueo bastante extendido en Aragón (y de ahí a la Arg.) en lugar de Pueyo. Vid. VRom. II, 455; BhZRPh. LXXXV, § 383, y comp. morruego MARRŬBէUMl> en el Alto Aragón, BDC XXIV, 175.― ↩
2 La fecha muy anterior de arrebol respecto del verbo sugiere otra explicación: que sea descendiente popular mozárabe de RUBOR, -ORIS, con artículo árabe; entonces arrebolar podría derivar de arrebol. Pero esto queda incierto por ahora, pues el asunto ha sido poco estudiado y puede haber documentación anterior: verbo y sustantivo faltan todavía en APal., Nebr., PAlc., C. de las Casas (1570), a pesar de que arrebol se ha documentado mucho antes; y algo análogo puede ocurrir con arrebolar. Para un descendiente popular de RUBOR en galorrománico, vid. I 170a 11ss.― ↩
3 En el Oriente de Cuba ‘(mujer) emperejilada’ aunque sea sin arrebol (Ca., 236).― ↩
4 Han admitido varios filólogos portugueses que el port. arrebicar-se ‘adornar mucho’, ‘componerse en exceso’, ‘ponerse colorete’ con el adj.-part. arrebicado y el sust. arrebique ‘colorete’, ‘adornos y rasgos superfluos’, gall. rubique ‘color rosado de las mejillas’ («esta niña es hermosa y tiene rubiques» Sarm. CaG. 198v), proceden del lat. RUBRզCAl>. Silveira quiere explicárselo fonéticamente por un intermedio arábigo; quizá con razón, aunque la ausencia en castellano y demás romances de cualquier descendiente algo antiguo y popular de esta palabra latina, nos pone en guardia ante la idea y nos hace presente la coincidencia de ar-re-bique, -car con el port. bico ‘pico, punta’ (cf. también fr. se rebecquer ‘ponerse de punta contra, resistir’ junto a bec ‘pico’). Por otra parte como hay variante arrabique y arrabicar [ya Moraes], quizá se trate más bien de un derivado de rabo. Falta investigar mejor la historia semántica y filológica del vocablo. ↩