MENDRUGO, ‘pedazo de pan duro o desechado’, origen incierto.

1.ª doc.: Sem Tob, 3.r cuarto del S. XIV.

Escribe: «Y siervo que mendrugo / comería de centeno, / por su causa madrugo / a comprarle pan bueno» (copla 530). Es palabra estrictamente castellana, pues aunque la registra el dicc. portugués de Bluteau (seguido por Vieira y Roquete, pero no por Moraes ni CortesƟo), se apresura a agregar «he palavra castelhana». Recogióla ya Nebr., «mendrugo: panis emendicatus». Lo mismo esta definición que la de Sánchez de las Brozas «pan de mendigo», la de Covarr. «pedaço de pan de los que dan a los mendigos» (copiada por Aut.) y la de Oudin «une briba de pain, aumosne», están influídas por el prejuicio de que mendrugo ha de ser derivado de mendigo o voz etimológicamente afín. De hecho el mendrugo puede darse a los mendigos, pero es aún más frecuente que al mencionarlo no se piense para nada en este empleo: el padre enseña a los hijos a no dejar mendrugos, la dueña de casa los aprovecha para sopas, el caminante extraviado se alimenta de los que le quedaron de una comida anterior; el goloso de Sancho ruega a los cocineros de Camacho que le dejen «mojar un mendrugo de pan en una de aquellas ollas (Quijote II, xx, 75), y ofrece a su amo, después de la lucha con el Vizcaíno, «una cebolla, y un poco de queso, y no sé quantos mendrugos de pan» que lleva en las alforjas (I, x, 31 bis, ), y V. los ejs. análogos de Muñoz, Alcázar, Fr. L. de Granada y Moreto que citan Aut. y Pagés; el excelente diccionario de Percivale (1591), modelo de objetividad, traduce atinadamente «a caste of bread». Figuradamente: «subieron la comida de un bodegón que estaba a las espaldas de la casa, en unos mendrugos de platos y retacillos de cántaros y tinajas...» (Quevedo, Buscón, Cl. C., 145).

Claro está que la relación con la mendicidad es también frecuente: V. el ej. de Ribadeneira (h. 1600), Vida de San Juan el Limosnero, en Aut., y el de mandrugueiro ‘estudiante pedigüeño’ en un poeta gallego citado por Vall. Pero ni siquiera desde el punto de vista semántico puedo aprobar la adhesión que presta Spitzer a la tesis insinuada por Nebr. y Covarr. (Litbl. XXXV, 209). Claro que el obstáculo mayor es de carácter morfológico: no habría manera de explicar la terminación -ugo en vez de -igo (ni la -r-)1. Desechada esta etimología, veo tres más o menos posibles, pero ninguna demostrable por ahora2.

Brüch, Zeitschr. f. rom. Philol. LVII (1937), 77-78, propuso partir de un *MANDȢCUM ‘comida’, derivado de MANDȢCARE ‘comer’, comparando el campid. mandugu «companatico, comangiare: tutte le vivande che servono per mangiare col pane» (logud. màndigu «cibo»); la e se debería a influjo de mendigo, y en efecto el citado gall. mandrugueiro podría comprobar la existencia de una variante con a3. Pero el propio Brüch reconoce que así no se explica la r; además tanto como es natural que los sardos derivaran un mandugu de su mandugare, -digare, expresión normal entre ellas de la idea de ‘comer’, es sorprendente la formación de este derivado en Castilla donde no existe tal verbo. Acaso pudieran eliminarse ambas dificultades postulando un *MANDȢCŬLUM formado en los conventos para denominar los mendrugos que daban a sus pobres, comp. el cultismo GALLOFA nacido en condiciones parecidas: vulgarizándose a medias el vocablo se habría pasado a *manduglo > *mandugro (comp. peligro PERICULUM), y luego mandrugo, mendrugo (comp. blago, otro cultismo eclesiástico, de BACULUM). De todos modos esta evolución es muy hipotética, ni en el latín conventual es muy verosirnil la formación del diminutivo *MANDȢCŬLUM, y finalmente un mendrugo no es ‘comida’ en general, sino precisamente comida de pan (aunque podría argüirse que era la que más se daba a los pordioseros)4.

Quizá sea bueno prestar atención al sanabr. mendrugo ‘holgazán’ (Krüger, Dial. de S. Cipr.), minhoto mendrulho «pessoa suja e desajeitada» (Fig.), ‘mujer gandula’ (RL XXIX, 260), santand. mendrugo ‘torpe, hombre tosco y de poca inteligencia’ (G. Lomas), que la Acad. admite como familiar en la lengua común en su suplemento de 1939, port. dial. mandronga ‘mujer que lleva vida holgazana’ (Fig.). Acaso se trate, pues, de un derivado de MANDRIA y su rica familia, de sentidos tan cercanos: el contacto con mendigo explicaría el cambio de a en e, y semánticamente se habría pasado de ‘gandul’, ‘pordiosero’ a ‘comida: de pordiosero’. Esta etimología se recomendaría por su simplicidad, que no nos obligaría a postular puntos de partida hipotéticos. De todos modos nos pone en guardia la rareza del sufijo -ugo5, junto con la falta de testimonios antiguos de la ac. ‘mandria, pordiosero’ frente a la unanimidad de los que significan ‘zatico de pan’, y también la relativa modernidad del grupo de MANDRIA en España, importado de Italia en el S. XVI, mientras que mendrugo ya aparece en el XIV; no son objeciones decisivas (mandra ya se halla en el vecino Languedoc en esta última fecha), pero sí bastantes y sobradas para hacernos dudar.

Finalmente otra posibilidad me la sugiere la ac. ‘bulto de carne o de grasa en el cuerpo de una persona’, que conozco como muy viva en Almería y lo será seguramente en otras parles: se le forma un mendrugo en la cintura, o bien ya se hace vieja: tiene el cuerpo lleno de mendrugos. Por otra parte Terr. anotó como usual en Toledo en el S. XVIII la voz drugo «burujón o pelotilla de alguna cosa», que si por una parte vale lo mismo que el mendrugo almeriense6, por otra parte en el catalán del Maestrazgo drugo significa ‘guijarro o canto rodado’ (García Girona), cuya dureza es como la de un mendrugo de pan. Ahora bien, s. v. JOROBA he indicado la etimología arábiga de drugo (variante de *adrubo, hadruba ‘corcova’), y justamente la estructura de mendrugo coincide con la de un participio pasivo árabe. El participio de la misma raíz que ha dado hadruba y joroba, es en árabe maɅdûb y está registrado en el vulgar de Siria (Mohît al-Mohît) y en el de Argelia (Beaussier) en el sentido de ‘jorobado’; como esta raíz aparece en romance, judeorromance y árabe vulgar, casi en todas partes, con una r adventicia (hadubra, hadruba, haldrobe, etc.), nada más natural que admitir una variante hispanoarábiga *maɅdûbr (o quizá *maɅd?rûb), que con un tratamiento fonético como el de mencal < mescal, guisante < biššabt, etc.7, bien podía dar *mendrubo y luego mendrugo (como el indudable hadrubo > drugo)8. De ‘jorobado, contrahecho’ se habría pasado a ‘pordiosero’, ‘holgazán’, por otra parte a ‘joroba’, ‘mendrugo de carne’, y la ac. ‘pedazo de pan duro’ lo mismo podría explicarse partiendo de ésta que desde ‘pordiosero’, ‘mendigo’. Lo hipotético de estas evoluciones semánticas se compensaría por la convergencia con que las varias acs. modernas señalan hacia el Punto de partida ‘jorobado’. Aunque es posible esta combinación, es forzoso reconocer que se le aplican varias de las objeciones que he alegado contra las etimologías anteriores9. Para terminar indicaré que el meñaco de pan duro, negro y seco que Rz. Marín (2500 Voces) señaló en Baltasar Pérez del Castillo (1566) resultará de un cruce de los sinónimos añaco (V. AÑICOS) y mendrugo.

Spitzer, MLN LXXII, 1957, 585 s. v. pechuga, explica mendrugo a base de un *almendrugo paralelo de almendruco, de donde ‘fruto duro’ y ‘pedazo de pan duro’. Ingenioso y acaso acertado.

1 Mendīcus en latín es derivado de menda ‘defecto corporal’. Pero ni aun partiendo de éste sería fácil explicar la formación de mendrugo, además de que entonces se afloja del todo el nexo semántico.―

2 Como no es fácil dar con las traducciones de mendrugo en otros idiomas, anoto las siguientes, que pueden ayudar a orientarnos en el aspecto semántico: cat. rosegó, Albacete, Murcia y Teruel rosigón (y quizá mozár. ȬǤaq, V. ROER), oc. rousigoun, rouisse; fr. rogaton (< lat. rogatum ‘pedido’), croûton, it. seccarello, tozzo (propiamente ‘pedazo’); ruso y serviocroato kusánje (de kusi? ‘morder’); vasco mokor, -orra (difícilmente podríamos pensar en una metátesis *moruco > *monruco > mendrugo, por la rr doble y por otras razones), y los compuestos de ogi ‘pan’: ogi-kozker (comp. cast. coscorrón), ogimuskin, y zati u ogi-zati, con su descendiente el cast. ZATICO.―

3 Agréguese el gall. mandruco que cito luego, pero no es seguro que se relacione con mendrugo. Más dudoso es todavía criollo-portugués de Cabo Verde mãduku ‘pedazo’, que Schuchardt (Litbl. VIII, 136) derivaba del port. manducar ‘comer’, pero él mismo observa en Litbl. X, 458, que la otra ac. ‘cachiporra’ hace dudar de esta etimología; de hecho manduco en el castellano de Panamá es «pala que usan las lavanderas para golpear la ropa» (Malaret): hallándose el vocablo en dos zonas de influencia negra, y siendo utensilio que emplearían los esclavos, hay motivo para sospechar un origen africano.―

4 Para el valenciano mendrugo ‘desperdicios del atún’ que acaso apoye el étimo *MANDȢC(UL)UM, vid. BANDULLO.―

5 Con carácter verdaderamente sufijal, en castellano apenas pueden citarse más que el dialectal peúgo, verdugo y pechuga (pero éste quizá se sacara de apechugar < -iguar < -IFICARE). Algo más vivo, y no mucho, es en catalán-occitano: feixuc, poruc, chazuc (con femeninos en -uga), lladruc, peuc.―

6 Comp. el gall. mandruco ‘hacina pequeña de manojos de cereal que se hace en las heredades’ (no en Cuveiro, Schneider, ni RL VII): Valladares lo da como sinónimo de «medeiro, especie de almiar, como la meda, sólo que es más pequeño y suele hacerse en las heredades, mientras que la meda se hace en las eras de majar» (desde luego es imposible que venga de METULA, pese a GdDD 4323). Santanderino mendrugas ‘clase de castañas’ (¿abotagadas?).―

7 Lat. fixus > ast. finso o filso, epilepsia > epilensia, muɅtasab > cat. mostassà, mahšiqûnya > it. marzacotto.―

8 Parece realmente ser ésta la etimología verdadera, cf. el cat. del Maestrazgo y Castellón manró ‘mendrugo de pan’ (DAlcM.) = cat. dial. mandró ‘perezoso’ (empleado no sólo en Alguer y Lluçanès, como dice el DAlcM., sino también en el Valle de Arán y sin duda en otras partes.―

9 Nótese especialmente que si en árabe vulgar se partiese de una raíz alterada con adición de r -Ʌdbr o Ʌdrb- el participio debería ser de vocalismo diferente (*máɅdabar, *máɅdarab); y si se parte de la raíz verdadera Ʌdb (considerando la r de hadruba, etc., mero agregado anorgánico) entonces sería más sorprendente que la r se añadiera también al participio maɅdûb. No es verosímil que mendrugo resulte de *MINOR-ȢCU ‘(trozo de pan) pequeño’; V. lo dicho sobre el sufijo -ugo. Tampoco creo que haya relación con MONDONGO, ni aun con su étimo supuesto (Baist y M-L.), el ár. búnduqabola; comp. Gandía mandocana ‘boñiga’ (ALC, s. v. buina). Entonces habría que esperar -ogo y no -ugo, ante una enfática. A lo sumo un cruce de búnduqa con adrubo, -ugo. Muy poco verosímil así y todo.