MAZAMORRA, ‘especie de gachas que se preparaban con los desperdicios de galleta’, antigua voz común a todos los romances mediterráneos, de origen incierto; quizá alteración del ár. baqsamâƫ ‘galleta de barco’ (que a su vez procede del gr. παξαμάƌιον ‘bizcocho’).

1.ª doc.: 1535, Fz. de Oviedo.

Con referencia al último viaje de Colón nos dice el P. Las Casas «pudrióseles tanto el bizcocho, y hinchóseles de tanta cantidad de gusanos, que había personas que no querían comer o cenar la maçamorra que del bizcocho y agua, puesta en el fuego, hacían». En el Viaje de Turquía (1555) se describe más detenidamente: «toman la harina sin cerner ni nada y hácenla pan; después aquello hácenlo cuartos y recuécenlo hasta que está duro como piedra, y métenlo en la galera; las migajas que se desmoronan de aquello y los suelos donde estuvo es mazamorra, y muchas veces hay tanta necesidad, que dan de sola ésta, que cuando habréis apartado a una parte las chinches muertas que están entre ello, y las pajas, y el estiércol de los ratones, lo que queda no es la quinta parte». En el Guzmán de Alfarache dice el protagonista, condenado a galeras: «diéronme mi ración de 26 onzas de bizcocho... acertó a ser aquél día de caldero, y como era nuevo y estaba desprovisto de gábata, recebí la mazamorra en una de un compañero» (Cl. C. V, 141.6). Aparece también en Fr. Pedro de Aguado, Hist. de Venezuela (1565); y con el sentido traslaticio de ‘mezcolanza, confusión’, hoy vivo en la Arg., está en las Cartas de Eugenio de Salazar. Como tantos términos marinos, el uso de este vocablo se popularizó y generalizó en América: Fz. de Oviedo emplea maçamorra por lo menos cuatro veces aplicándolo a unas puches de maíz, a una pasta de cacao o a una especie de gachas preparadas con leche de coco1. Hoy en la Arg. es una comida típica de la cocina criolla, que se prepara con maíz machacado, pelado, y cocido en agua o en leche; en el Este de Cuba es una «especie de atol hecho del jugo del maíz tierno, con leche y azúcar» (Pichardo, s. v. majarete; Ca., 239), también «la ampolla o apostema que sale a las caballerías en la parte inferior de los cascos» (Pichardo, s. v. masamorra).

Fuera del castellano el vocablo tiene gran extensión. Port, massamôrda «termo náutico: as migalhas do biscouto» [Bluteau]2. Oc. machomourre, de donde procede el fr. machemoure «des miettes de biscuit dont on faisait une soupe», ya documentado en el S. XVII (Jal, s. v.). It. mazzamurro (o mazzamorra) «tritume o rottame di biscotto, che si dà alle bestie (polli ecc.) e si usa ancora in marina», documentado desde Ramusio (1550-9) y Ulloa (trad. de Fernando Colón), vid. Zaccaria y Diz. di Marina; hoy genov. massamôro íd., Tarento mazzamurra «quantità di ragazzi plebei, marmaglia», sardo mattsamúrru ‘especie de sopas de pan’ (Wagner, VKR I, 82). Neogr. μαντσαμούρα ‘migas de bizcocho de barco’ [Somavera, 1709]3. Donde el vocablo puede documentarse más pronto es en catalán: ahí maçamorro se lee ya en el Cancionero de Zaragoza, del S. XV, evidentemente como comida desagradable de marineros o galeotes: «veniu a considerar / quant és mal de practicar / tots dias lo maçamorro» (Ag.), y ya anteriormente en el Poema de la Vida Marina, de fines del S. XIV: «cuyts en lo calderó / ab del masa moro»4.

Junto a mazzamurro existe en italiano mazzamarrone «soprannome in ischerzo, che denota grossolano, babbione, baggeo», vocablo que se lee en Franco Sacchetti (2.ª mitad del S. XIV), en el Pataffio (S. XV) y en Tassoni (principio del XVII), y que paralelamente, junto al port. massamorda, cast. mazamorra, tenemos en este idioma maxmordón, que el Padre Guadix (1593) definía «hombre de poca estima, tardo, pasmado y sin discurso». Trataré más detenidamente de este vocablo al final del arículo, pero desde luego el paralelismo de ambos vocablos en castellano y en italiano no puede ser efecto de una casualidad: el adjetivo personal tiene que ser derivado de nuestro mazamorra, -orda, de la misma manera que papanatas está en relación con natas y papillas, y gachón es derivado de gachas. Richardson en su vocabulario de Juan Ruiz supone que moxmordo o maxmordón viene del ár. mašmûr, y aunque esta idea no me parece aceptable en sí, debemos reconocer que el vocablo tiene marcada fisonomía arábiga: la x ante m, la vacilación entre x y z y entre ó y ú, la estructura general, semejante a la de un participio pasivo árabe, la aplicación a galeotes y remeros y el área mediterránea del vocablo, todo apunta hacia lo mismo. Sin embargo no es fácil determinar la fuente exacta, y creo que hemos de desechar la idea de Richardson, basada en palabra que no ofrece base semántica aceptable5.

Por mi parte no puedo presentar tampoco un resultado del todo satisfactorio, y es natural que así sea, dado nuestro singular desconocimiento del vocabulario náutico del árabe6. Sin embargo puedo al menos señalar una pista. ‘Galleta de barco’ se dice hoy en Argelia bašƫ (Beaussier, Ben Sedira), bušƫ (Humbert), buǤƫ (Dombay); es palabra ya antigua, que hallamos, en la forma bišƫ y traducida por ‘bizcocho’, en textos como el Makrizî y el Cabbâb, y especialmente en los españoles Abenbuclárix (1106), Abenalbéitar y R. Martí. Este último nos advierte que en rumî (es decir, en griego) se llama baksamâȝya, y Abenalbéitar dice que es alteración magrebí de la palabra baqsamâƫ. Ahora bien, este último aparece en Almaccarí, de Marruecos, y hoy se conserva en Egipto (Bocthor) y en Palestina (buqɊimâƫ «du pain bis» Berggren), vid Dozy, Supl. I, 90b, 103a7. Es sabido que se trata de una alteración del gr. παξαμάƌιον o παξαμάς ‘bizcocho’ (Galeno), derivado de πƓƔνύναι (aoristo ƒπαξα) ‘hacer compacto’, hoy παξιμάƌι ‘dulces’ en neogriego8. Es natural que este vocablo extranjero sufriera fuertes alteraciones en el árabe magrebí, de las cuales he citado arriba varias. Pero debieron existir otras más semejantes a maçamorro, mazzamurro, mazamorra.

Por lo pronto es sabido que la â arábiga se cambia en ó por influjo de una consonante enfática o labial (Steiger, Contrib., 311; Corominas, BDC XXIV, 50), de suerte que es casi seguro que en España baqsamâƫ se pronunciaría baqsamôƫ y aun quizá *maqsamôƫ con la frecuentísima dilación de la nasalidad. El influjo de masa y de morro, con los cuales el vocablo se relacionaba en romance por su mismo significado, había de conducir casi forzosamente hasta mazamorra. Por lo demás hay en árabe varias palabras que pudieron contribuir a la alteración: ȶúrda ‘migas de pan cocido’ (PAlc.), cuyo influjo podría explicar, si fuese necesario, el port. maçamorda; kusûr ‘migas de pan’ (R. Martí); muȟámmaɊa ‘hormigos de masa’ (PAlc.). Especialmente probable es que la semejanza existente entre baqsamôƫ ‘galleta’ por una parte, y maksûr ‘quebrantado, desmenuzado’ (PAlc.) y mašmûr ‘empapado’9 por la otra, causara un ár. vg. *maqsamûr que explicaría directamente mazamorro.

Las otras etimologías de mazamorra que se han propuesto deben desecharse sin escrúpulo. Sainéan (Sources Indig. II, 348) y Morawski (RFE XXIV, 140) querían partir del oc. (más exactamente lemosín) machà ‘mascar’, ‘aplastar’ (MASTICARE o = MACAR) + mourre ‘morro’, pero ello es inadmisible en una palabra documentada mucho antes en España e Italia que en Francia. Tiscornia, l. c., partía del gr. μάζα ‘masa’ (cuya z es griega, pero no lat. ni rom.: MASSA) + el sufijo -orro, pero así no explicaba la -m- intermedia10. Tampoco bastan MASSA BORDA o MASSA HÓRRIDA propuestos por Cornu (Portug. Sprache, § 78).

DERIV.

Maxmordón, para cuya explicación semántica V. arriba, aparece por primera vez en Torres Naharro (1517, V. el índice de la ed. Gillet) y, a med. S. XVI, en Sebastián de Horozco: «en esta cibdad avía / un vigardo maxmordón, / que una demanda traía, / y a una dama servía, / a quien tenía afición» (Canc., p. 235); Baltasar del Alcázar, en el último tercio del siglo, pone el vocablo sin explicaciones en una lista de palabras anticuadas (ed. Rz. Marín, glos.); Correas, 1626 (Arte grande de la l. cast., p. 33) señala una variante masmordón (junto a maxm-), que nos acerca todavía más al port. massamorda, cast. mazamorra; el Padre Guadix dice que es nombre arábigo y vale ‘hombre de poca estima, tardo, pasmado y sin discurso’, y Covarr. lo confirma agregando que además envuelve la idea de «quien de callada sabe hazer su negocio, aunque sea dando pesadumbre y sufriendo injurias». El pasaje de Torres Naharro (ed. Cañete I, 137) acaba de aclarar el sentido de ‘lerdo’ o ‘rústico’: «aunque parezco gañán, / un poquillo maxmordón, / yo sé...». Tal vez de ahí proceda el gall.-port. mazmorra «porreta o cabeza, y cachiporra de cualquier cosa» (Sarm. CaG. 231r), a base de la idea de ‘un porrudo, un cabezota’ (pues no es de creer que tampoco éste venga de los ár. masmûr o maƫmúr citados en la nota 5; no sé qué es un mazmorrillo que Sarm. derivaría de aquí citándolo de «Nebrija» pero no está en el diccionario de Nebr. y figurará sólo en alguna ed. tardía y anónima del mismo. Baltasar de Echaue, Discursos de la antigüedad de la lengua cántabra bascongada (a. 1607), dice que masmordón, vocablo antiguo, viene del vasco, donde significa «racimo floxo y desgajado» (Viñaza, col. 54)11. En realidad lo único que el vasco masmordo significa es ‘racimo de uvas’ a secas (Azkue): es compuesto de mats ‘uva’ y mordo ‘racimo’: luego esto nos deja muy lejos del sentido de maxmordón. Verdad es que un curioso moxmordo aparece una vez en Juan Ruiz, al describir a la Serrana monstruosa: «su boca de alano e los rrostros muy gordos, / dyentes anchos e luengos, asnudos e moxmordos» (1014b); y ahí ve Cej. una comprobación palpable de su vascomanía, traduciendo ‘arracimados, amontonados’. Acaso tenga razón por una vez, pues ello entraría en el canon tradicional de fealdad que aquí está siguiendo Juan Ruiz. Entonces deberíamos separar completamente moxmordo del maxmordón clásico y de mazamorra. Sin embargo ello está lejos de ser seguro: bien podemos crer también que ahí dientes moxmordos sea locución abreviada por ‘dientes de papanatas, de idiota, de rústico’ (comp. ahí mismo dientes asnudos ‘dientes de asno’).

Sería audaz ―que no es decir temerario y ni siquiera decir inverosímil, aunque se acerque― suponer un *MO-SMORDO- ~ *ME-SMORDO-, del indoeuropeo hispánico (sorotáptico?), con el sentido de ‘hediondo’ y ‘sujeto o manjar grosero, repugnante o despreciable’12, formado con un procedimiento reduplicativo muy normal en todo el indoeuropeo, sobre una raíz típica sobre todo del balto-eslavo, aunque no ajena al latín ni a ciertas hablas helénicas, y muy posiblemente derivada del indoeuropeo común (s)merd- ‘desgastar, perjudicar, morder’, que va desde el scr. márdati ‘desgasta, oprime, amasa’ al lat. mordere ‘morder’, griego σμερƌαλέος ‘terrible’ y germ. occid. común smart ‘doler’, smertan ‘cortante, mordiente’ (Pokorny, IEW, 735-6); recuérdese el leto-lituano smirdéti ‘heder, oler mal’, lit. ant. smarstas ‘hedor’, prus. ant. smorde ‘yezgo, arbusto maloliente’, esl. común smrŭdeti ‘heder’ (todavía algo empleado en ruso smerdétĭ), junto a los cuales cita Hesiquio un σμóρƌωνες ‘hediondo’ y σμορƌóǢν ‘futuere, coire’, evidentes hermanos del lat. merda (Pokorny, IEW); la formación reduplicativa sólo está documentada en la raíz paralela o etimológica (lat. momordi, scr. mam?) pero nos bastará recordar la gran proliferación figurada de la familia del germ. stink(en) para reconocer la naturalidad semántica de los varios matices de moxmordo, maxmordón, massamorda ~ mazmorra (‘manjar medio podrido, rancho repugnante’, que nos describen a lo vivo Las Casas, C. de Villalón, Mateo Alemán y el poeta catalán de Zaragoza), muy paralelos a los ingl. stinker, stinkard, a stinking shame, lo raise a stink, etc., alem. stinkfaul, stinklaune, stinkwut, stänker, stänkerei, stinkadores, etc.

En cuanto al tipo mazmorra habría que admitir que sólo el rom. extremo (portugués) conservó la variante consonantica básica massamorda, asimilándose en los demás el grupo RD en rr, en parte por ultracorrección13 de la tendencia -RR- > -rd- (tan estudiada en voces prerromanas de la familia de izquierdo, morueco, zurdo, cerdo) y parte por una etimología popular que tendería a la vez a analizar como ‘masa de morros’ (= labios sucios). Aprovecho la ocasión para señalar que el val. somordo, -da ‘sordo, bajo, sórdido’ parece debido a un cruce del cat. somort, -ta ‘(ruido o dolor) sordo’ (literalmente ‘algo moribundo’) con el mozár. moxmordo.

Maçato «mazamorra, puches, en lengua de Venezuela», según Fz. de Oviedo, hoy masato ‘bebida fermentada’ en Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia (Malaret, Semánt. Amer., 102): parece ser (como ya asegura Oviedo) palabra indígena caribe, más bien que derivado de mazamorra o cruce de éste con otra palabra, vid. Friederici, Am. Wb., 405-6.

1 El detalle de la documentación citada puede verse en Tiscornia, M. Fierro coment., 442; Cuervo, Ap.7, p. xviii; Hz. Ureña, BDHA V, 42-43; B. E. Vidal de Battini, en Filología, B. Aires I (1949), 132-3.―

2 Quizá esté ya en Lopes de Castanheda, med. S. XVI, pues la voz italiana correspondiente, que Zaccaria cree hispanismo, figura en la traducción de Lopes por Ramusio. Comp. el trasm. salamorda, -murdo ‘mixordia, salgalhada; individuo que fala pouco mas que morde pela calada’ (Fig.), donde habrá cruce con otro vocablo.―

3 Gustav Meyer, Roman. Lehnworte im Neugr., 49.―

4 Massó i Torrents, RH IX, 247. Como se trata de pareados heptasílabos, debe leerse, en ortografía normal, massamorró. Pero en el Canc. de Zaragoza el metro exige precisamente maçamórro, única acentuación que encuentra paralelos en los demás romances. Creo que ésta en realidad fué la única acentuación existente, alterada arbitrariamente en el otro texto para las necesidades de la rima, de lo cual no escasean ejs. en la época. No hay por qué poner en entredicho la catalanidad de esta palabra, pues es sabido que el catalán conserva sin excepción la -o cuando se halla tras rr (verro, ferro, porro, carro, morro, farro, modorro, es decir, aun en palabras que no existen en castellano).―

5 Richardson traduce el vocablo de Juan Ruiz por ‘(dientes) grandes y descubiertos’ y sugiere la existencia de un ár. vg. *mašmûr ‘arremangado’ (de šámar ‘arremangar’, documentado en este sentido por el Qamûs y el ?auharí, raíz no ajena, aunque sólo en sus formas derivadas, al árabe vulgar: Freytag II, 449a; Dozy, Suppl. I, 185b). Pero además de que esto se basa en una traducción insegura del vocablo de Juan Ruiz, esta base arábiga no explica el sentido de maxmordón ni el de mazamorra, y por lo tanto debe desecharse. Tampoco sería aceptable masmûr, participio de sámar ‘clavar’ (aunque masmûr sea ‘nervudo, robusto’ según el Qamûs, pero es palabra extraña al árabe vulgar y clásico, que falta en Dozy, Beaussier, R. Martí, PAlc., Dieterici). Ni me satisface el bien conocido y vulgar maƫmûr ‘enterrado, encerrado’ (comp. MAZMORRA), de donde se podría pasar a ‘diente cubierto por los contiguos’, y en rigor podríamos llegar a maxmordón pasando por ‘cerrado de cascos’, pero todo esto es forzado, y sobre todo no explica mazamorra.―

6 No conozco otras fuentes especiales que las siguientes, muy breves, y limitadas casi exclusivamete a nombres de embarcaciones: F. Wüstenfeld, Die Namen der Schiffe im Arabischen, en Göttinger Nachrichten 1880, 133-143; J. Gildemeister, Über arabisches Schiffswesen, ibid. 1882, 431-448; Kindermann ‘Schiffim Arabischen, Dissertation Zwickau, 1934; Glidden, A comparative Study of the Arabie nautical Vocabulary from Al-Aqabah, Transjordan, en Amer. Oriental Soc. Journal LXII, 1942, 68-72. Nada relacionado con mazamorra o baqsamâƫ se halla en las dos primeras.―

7 Otros nombres arábigos de la galleta de barco son de origen romance: gallîƫ, qošƫ y bišƇo en Marruecos, biskóto en Argelia (Lerchundi).―

8 De ahí el it. ant. y dial. pasimata ‘pan cocido con canela y azafrán’, turco peksimet, rum. pesmet (REW 6319). Gustav Meyer en las adiciones a su diccionario albanés supone por el contrario que deba partirse del turco, como compuesto de pe ‘duro’ y simat ‘mojar’, pero es imposible por razones cronológicas, no sólo a causa del ej. de Galeno, sino además por los testimonios árabes desde el S. XII.―

9 El verbo šámar no tiene este sentido en árabe correcto, sino otros (‘arremangar’, etc.), pero el vocablo debió confundirse con šámmaȟ ‘mojar, empapar’ (ya en Abenalauam y hoy en el Norte de África), pues de ahí ha de venir el sic. asammarari ‘empapar en remojo’, como observa Dozy, Suppl. I, 785a.―

10 Poco antes de fallecer, el estimadísimo filólogo argentino me pidió datos sobre el vocablo, con miras a una nota, que según creo no llegó a publicarse. En su carta insistía aún en el gr. maza, aludiendo a MAZACOTE y MAZAPÁN (mas para éstos, que tampoco tienen que ver con dicha palabra griega, V. los artículos correspondientes), y manifestaba que los Kahane proponían partir de morro y mazar (¿‘batir manteca’?, ¿it. ammazzare ‘aplastar, matar’?). Claro está que esto tampoco satisface. En cuanto a que el grecolatino massa proporciona una base buena en el aspecto semántico para la primera mitad del vocablo, no hay por qué negarlo: en griego la empleaba Hornero como ‘pan de cebada’, Hesíodo para «sorte de gâteau ou de galette»; alguna fuente del bajo latín la identifica con el bizcocho náutico («lo bescuyt: panis nauticus, biscoctum, maza», O. Pou, 1575, p. 72).―

11 Ésta parece ser la única base con que cuentan Rz. Marín, l. c., y Cej. (en sus notas a Juan Ruiz) para asegurar que maxmordón era «hombre que se hace el bobo para vivir sin trabajar». Pero claro está que una definición basada en una etimología problemática debe desecharse.―

12 De ahí también momórdiga ‘balsamilla, cucurbitácea’ [1592], planta que si a algunos, probablemente por su olor, se les antojó balsámica, a otros de olfato más exigente les pudo parecer hedionda; cf. aquí s. v. MORDER. La formación MO-(S)MORDIK tiene aire indoeuropeo y la variante momórdija será arabización, luego no sorprende la falta de -s- en un nombre que se emplearía particularmente en Andalucía.―

13 Junto al port. massamorda y a su posible étimo MO-SMORDO- podríamos quizá documentar asimismo en sorotáptico la variante MORD- o MORDON- (cf. maxmordón), pues Moelios Mordoniegos se ha encontrado como nombre de un dios en la inscripción de Cornoces (Orense) (J. Lorenzo y F. Bouza-Brey en Cuad. de Est. Gallegos XX, 1965, 161, cf. J. M. Blázquez, Hom. a Tovar 1972, 87.27). Quizá un dios protector de aguas sulfhídricas o de emanaciones sulfúricas, como la divinidad osea Mefiteí o Mephitis de que nos hablan Varrón, Plinio y Tácito (cf. mofeta, aquí en MEFÍTICO). Es sabido que el azufre no tiene nombre antiguo en las lenguas indoeuropeas: el lat. sulp(h)ur y el oseo mefiti parecen ser préstamos mediterráneos; se ignora en realidad el origen del gót. swibls (ags. swefel, a. al. ant. swëval, ajeno al escandinavo), del eslavo sěra, y aun del griego ȎεƗον, y lo común ha sido darle nombres secundarios, como quizá lo sea ȎεƗον (¿propiamente ‘humeante’?), fundados sea en el color (rus. sera, checo sira, lit. sieras, junto al esl. šerŭ ‘gris’, etc.) sea en el olor; éste, creo, es el caso del scr. gadhakraɅ, gāྔdhekraɅ ‘olor, perfume’ (ave. gantay- ‘hedor’, Pokorny, IEW, 466). No faltaría, pues, fundamento para suponer que mordon-, junto al σμóρƌωνες de Hesiquio y al lit. smardìnti ‘volver fétido’ se hubiese empleado para nombrar un dios protector de aguas o emanaciones sulfurosas y aun para nombrar el propio azufre. Por lo demás Cornoces está a menos de una legua de Orense y sus burgos.