CUCARACHA, derivado de cuca ‘oruga o larva de mariposa’, que en ciertos romances significa ‘bicho, sabandija’ genéricamente, y en dialectos castellanos vale ‘cucaracha’; para cuca, voz de creación expresiva, V. CUCO.

1.ª doc.: cucaraça, 1535, Fz. de Oviedo (vid. s. v. FÓTULA); cucaracha, Lope de Rueda († 1565)1, Timoneda († 1583)2.

Para otras denominaciones, vid. CURIANA, ESCARABAJO y FÓTULA. En cuanto a cucaracha, Oudin, 1607, define «une sorte de vermine comme cloportes: selon d’autres c’est une sorte d’airaigne». Covarr.: «ciertos insectos, menores que escaravajos, largos, y con muchos pies, críanse debaxo de las tinajas del agua, y de las piedras donde hay humedad... A la muger que es morena, suelen dezir cucaracha martín, etc.». Aut. da dos ejs. de princ. S. XVII, atribuyéndoles el mismo sentido de ‘escolopendra o cientopies’ que se deduce claro de Rueda, Oudin y Covarr.; pero además recoge sin documentarla la ac. ‘insecto maloliente semejante al escarabajo’, llamándola cucaracha de Indias y explicando que se cría en los barcos procedentes de América, entre los géneros allí encajonados. Hoy lo común es que el vocablo designe, no aquel crustáceo, sino este ortóptero o su análogo europeo, nocturno y corredor, la cucaracha de cocina. Es vocablo de uso general en España, América y Filipinas (Retana, RH LI, 81)3. Riegler, ASNSL CLVII, 86-87, indicó que del español proceden el genov. cucuàcia ‘blatta orientalis’4, Chieti (puerto en el litoral de los Abrazos) cucaràcc (Garbini) y el ingl. cockroach [cacarootch, 1624; cockroch, 1706]5; además son castellanismos val. cucaratxa (comp. cat. escarabat de cuina) y probablemente gall. cucaracha (comp. port. barata).

Por otra parte, llama la atención el citado Riegler hacia el alem. kakerlak ‘cucaracha’, procedente del neerl. kakkerlak, que se emplea también en francés en la misma forma, y además canquerla en La Rochelle, canquerlin en París, kìnkarlà en Provenza. Este nombre procedería de una lengua indígena sudamericana, cree Riegler, y agrega que el vocablo castellano procede de la misma por cruce con cuca, que significa ‘cucaracha’ en Álava, cuke, cuko, íd., en los Altos y Bajos Pirineos franceses. Littmann, Morgeländische Wörter im Deutschen, 1924 admitió, en efecto, que aquella voz holandesa y alemana sale del «sudamericano kakerlakki» procedente de Surinam6, pero Palmer observa que kakerlack, como insulto dirigido a Lutero, ya se halla en sátira escrita en bajo alemán en 1524, de suerte que no debemos pensar en un origen americano, y opina Friederici que sería preferible mirar estas voces germánicas como adaptación de la española. En todo caso han de ser de procedencia europea, y dada su aparición en La Rochelle y en otros puertos mediterráneos y del Mar del Norte, se impone creer que vocablo se difundió gracias al comercio con América, por las cucarachas que infectaban las bodegas de los barcos procedentes de allí. La exacta procedencia del vocablo nórdico quizá sea Burdeos, en cuya proximidad se emplearán formas análogas a las que son conocidas en vasco: vizc., guip. y a. nav. kakalardo, vizc. karkaraldo, kakarraldo, guip. karrakaldo, lab., a. nav., b. nav. kakamarlo, ronc. kakamarro, cast. de Álava cacaldarro7. En cuanto al castellano, puesto que ya a med. S. XVI está documentado designando un crustáceo europeo, la escolopendra, es seguro que no viene de América, sino que es derivado de cuca ‘oruga o larva de cierta mariposa nocturna’, que en Álava y en Filipinas vale ‘cucaracha’ (Baráibar, Retana), y que en otros romances tiene el significado genérico de ‘bicho’, particularmente en catalán (‘sabandija’ comúnmente, pero cuca fera es un dragón alado, monstruo de la mitología popular, y cuc es la voz común para ‘gusano’ y ‘lombriz’) y en lengua de Oc (Mistral: cuco ‘oruga’, ‘polilla’, en gasc. y cat. ‘luciérnaga’, en el Aude ‘liendre’; rodanés coucouro, prov. alp. coucouero, delf. coucouaro ‘abejorro blanco’).

Que en cucaracha se trata de una creación expresiva o denominación infantil, lo prueba la existencia de variantes apofónicas, como Cespedosa coca ‘cucaracha’ (RFE XV, 276), y el mismo procedimiento derivativo observamos en el berciano cocaracha ‘cogote’, que se formó paralelamente a base del radical de coca, cocote, cogote (V. COCO), mientras que en Bogotá se emplea cucarrón ‘escarabajo y otros coleópteros’, de derivación diferente (Cuervo, Ap., 7.ª ed., p. 637). F. Ortiz, Glosario de Afonegrismos cita varios nombres africanos y americanos indígenas que se parecen a cucaracha, pero es más probable que vengan del español que lo contrario. En cuanto al port. carocha ‘ciervo volante’, que varios han citado como hermano de cucaracha, quizá sea otra cosa, en vista de la estructura y significado diferentes (comp. carocha ‘larva’ en CRESA, y otras formas análogas en CARONCHO). Nombres dialectales, en RDTP IV, 626-8.

DERIV.

Cucarachera. Cucarachero.

1 Emplea cucaracha de sótanos como expresión figurada insultante (cita de J. Warshaw, MLN LI, 368).―

2 «Cucaracha hermana, / calças son de grana, / aunque no querays», en unos versos publicados en BRAE III, 564.―

3 En varios países americanos designa además una planta de jardín, conocida en Cuba, Colombia (Malaret) y la Arg. (Chaca, Hist. de Tupungato 91), etc.; denominación que se explica fácilmente si en todas partes designa una planta rastrera, como consta en Cuba.―

4 Falta en Casaccia. La caída de la -r- intervocálica indica cierta antigüedad del vocablo en el dialecto, pero no sería razón para dudar del origen castellano, pues la caída de la -r-, que es regular en este dialecto, no se produjo antes del S. XVII, según Parodi, AGI XV, 7.―

5 Hay influjo de cock ‘cocinero’. Sentido el vocablo como compuesto, de él se extrajo un seudo-simple roach que ya se halla en 1836.―

6 Comp. el informe de Stedman (1796) recogido por Skeat, de que en Surinam se llama cukreluce.―

7 Schuchardt, BhZRPh. VI, 43, y Litbl. XL, 400. No creo que sean cruces de SCARABAEUS con COCHLEA, como admitió este lingüista, sino variantes de la misma creación expresiva que la voz castellana.