COMBLEZA, ant., ‘manceba del hombre casado’, ‘rival’, junto con el port. comborça íd., representa una base *COME֊RTIA ~ *COMBR֊TTIA de origen incierto, probablemente derivado céltico de *BĔRTIUMlecho’ (fr. berceau, cat. bressol, leon. brizo ‘cuna’).

1.ª doc.: S. XIII, mozár. «qumlúƇa: pellex» (R. Martí)1; S. XIV, congrueça2, J. Ruiz, S, 257d (conlueça en G)3; condrueza4, en los Castigos de D. Sancho, p. 141; conbleça (cunbreça en otro ms.), en las Sumas de Historia Troyana de Leomarte, 112.24, 114.155.

Otros testimonios antiguos son «conblueça: pelex» en el Glosario de Palacio y en el de Toledo; «yo soy fecha cumbleza de la mi hermana», en Juan de Mena (Aut.); «combleça de casada: pellex» en Nebr.; «combleça, amigada con casado: pellex», en Sánchez de la Ballesta (1587), etc. En portugués comborça (variante comboça, combooça, con simplificación del grupo , en Viterbo y Vieira) aparece ya en el S. XIV o XV (Inéditos de Alcobaça); conbooça «enemiga, rival en amores», en las Ctgs. (68.1, 68.15), en la traducción al gall. de la Gral. Est. (257.2) y en la Crón. Troyana del S. XIV en gallego6. Como observan Moraes y Vieira, designa la relación entre dos rivales en concubinato, o entre una soltera y la esposa de su concubino, aunque según nota el último, se ha dicho también en el sentido general de ‘concubina’; los citados textos castellanos confirman que es aquélla la ac. común, aunque ésta se halla también en textos del S. XVI (así en Diego Gracián, 1542-8, donde el amante habla de «mi combleza», y en Mariana, que califica a Popea Sabina de combleza de Nerón: Aut.; y en la definición de Covarr.); por otra parte, puede llegarse simplemente a ‘rival en amor’, como ya en J. Ruiz, de donde el masculino combrueço ‘rival’: «conblueço: rivalis», en el Glos. de Toledo; «rivales: combrueços, se dizen dos varones que biven tratando con una muger» APal., 421b; «combleço: rivalis» Nebr.; Góngora (ed. Foulché I, 276); el texto de Colmenares (1637) citado por Aut.; port. combórço «o rival». Claro está que la reducción de blȮe o brȮe a ble (bre) es regular en castellano (comp. frente < fruente, fleco < flueco), y que, por lo tanto, así en esta lengua como en mozárabe (donde la ú es grafía aproximada de ó) y en portugués, la vocal etimológica ha de ser una ֊. Spitzer, MLN LIII, 139, propuso como etimología un verbo *CONV֊LTIARE, derivado de CONV֊LVĔRE, ‘enredar’, part. CONVOLȢTUS. Semánticamente no habría dificultad, comp. la frase popular tiene un enredo ‘tiene una amante ilícita’ y la frase abolverse (a una mugier) ‘hacerle el amor’, que emplea J. Ruiz en el mismo pasaje que congrueça. ¿En lo fonético, la síncopa temprana que exige la pronunciación sorda de la ç, sería explicable por un participio analógico *VOL(Vէ)TUS, *CONV֊LTUS, como el que postulan el cast. vuelto, it. volto, etc., y aunque ya es muy audaz suponer un derivado *CONVOLTIARE, formado en el latín vulgar sobre esta base analógica y tardía, no sería esto inconcebible7. Pero el verbo *combolçar > *combloçar, que en esta construcción es la clave de bóveda, no parece haber existido nunca8, y, sobre todo, es evidente que la r de comborça, combrueça, y no la l, ha de ser la forma antigua de la consonante, pues la l sólo se halla cuando va tras consonante, que es la posición donde es frecuente el intercambio entre las dos líquidas; con el étimo de Spitzer, el port. comborça es inexplicable.

Desde antiguo se había venido relacionando a combleza con la palabra BRIZO, breço o berço, que en leonés, en portugués, y también en catalán, lengua de Oc y francés, designa la cuna9. A primera vista, parece que la o portuguesa y el diptongo del castellano antiguo obliguen a descartar esta idea. Pero este antiguo vocablo jurídico podría ser una reliquia céltica *COMB֊RTIAla que duerme con alguien’ (comp. con-cubina, cast. ant. cuéncoba CON-CŬBA), formada ya en esta lengua indoeuropea sobre el sustantivo *BĔRTIUMcama’, con la apofonía ĕ ~ ŏ, que es normal en los compuestos provistos de la preposición CON- y otras semejantes; comp., en griego, σύƔƔονος, πρóƔονος, ƆπίƔονος, junto a ƔενέσȎαι; συμưορά, junto a (συμ)ưέρειν; ƆξοχƲ junto a ƒχειν; ęκóλουȎος ‘compañero’ (< ģ-κóλουȎος) junto a κέλευȎος ‘camino’; y, en el propio céltico, Congonius (-onnus, -onnetiacos), Contoutos, Complūtum10, (Ver)-combogius, Comboiomarus (vid. Holder), y el tipo galo *COMB֊ROS (irl. commar, galés cymmer), derivado de BER- ‘llevar’, que con aprobación general postuló M-L. (ZRPh. XIX, 276; REW, 2075; para explicar el cast. escombros, fr. combres, encombrer, y su familia romance11. Una confirmación de esta idea me parece verla en el hecho de que *COMBORTIA ~ *COMBROTTIA presenta la misma alternancia en el lugar de la R que su presunto primitivo el tipo *BERTIUM (port. berço, miñoto berce [Leite de V., Opúsc. II, 62, 340, 401], gall. berzo, berce, ast. occid. bierzu [Munthe], santand. berzu, fr. ant. b(i)erz, fr. berceau) junto a *BRÈUTTIUM (Algarbe y Estremadura brêço, Ponte de Lima breço [Leite, l. c., 62], salm. brizo, sanabr. brizu, zamor. briciu, cat. y oc. bres, bressol), y aproximadamente con la misma distribución geográfica; luego podría tratarse de una variante dialectal ya existente en el hispano-céltico12. Spitzer (MLN LXXI, 281), de acuerdo con sus tendencias, se resiste a aceptar la etimología céltica: califica a *COMBORTIA, como derivado de BERTIUM, de «overworked construction», y en su lugar sugiere partir de *CONF֊RTIA, que ha dado cogüerzo ‘convite fúnebre’ (V. COGORZA), suponiéndole la ac. de *‘consoladora’. Decida quien le toque si esto no exige mejores tragaderas que aquella simple hipótesis. Pero a quien note el doble salto semántico y la sonorización imposible de una F tras consonante, le parecerá oír a los manes de Schuchardt, coreando a Antoine Thomas: «c’est faire bon marché et de la sémantique et de la phonétique». Repite y desarrolla algo más tan forzadas ideas en Fs. Wartburg 1958, 291-2.

La única dificultad con que tropieza mi etimología es el significado ‘cuna’, que hasta ahora se admitió para la palabra *BERTIUM, y que así habría que reemplazar por ‘cama’13. El hecho es que el vocablo que significa ‘cuna’, no es el primitivo BERTIUM, sino el diminutivo BERTIOLUM, lo mismo en el documento más antiguo (Vida de San Pandulfo, S. VIII) que en el dominio más extenso del vocablo actual (catalán-occitano-francés); la extensión de este significado a *BERTIUM en portugués y leonés se explicaría entonces por una distribución de significados en el vocabulario prerromano de la zona, afectando CAMA a la designación del lecho de los mayores, y BERTIUM, por tratarse de una cama de zarzos o mimbres14, a la de los niños; el derivado BERTIAREmecer’ se habría formado así secundariamente, con el radical de la palabra, con el fin de evitar el vocablo largo y pesado *BERTIOLARE. En cuanto al paso del antiguo combrueça a comblueça se explica por una ultracorrección de tipo frecuente (PLÁTICA, CLIN, etc.)15.

El matiz semántico ‘concubina de un casado’ frente al sentido general de los cuasi-sinónimos barragana, manceba, etc., se explicará por ser combleza la más antigua de estas palabras: las otras son denominaciones secundarias, sinónimas propiamente de ‘muchacha’; asi combleza era la única designación consagrada y objetiva, la única apta, por lo tanto, para servir de término jurídico. Ahora bien, la única concubina que interesaba jurídicamente era la del casado, pues no había necesidad de legislar sobre las amantes del soltero. De aquí luego la evolución hacia ‘rival’16.

Giese, ZRPh. LXVIII, 174, rechaza mi étimo porque BERTIUM es ‘cuna’ y no ‘cama’, e invocando el sentido del irl. med. bert «Bündel; Last». Mas precisamente siendo antiguo este tipo BERTO- con el sentido de ‘haz, fajina’ en céltico, no es nada atrevido postular para el derivado *BERTIO- el valor de ‘cama de zarzos o de maderos’, puesto que este *BERTIO- lo encontramos también en romance con el valor de ‘cesto de mimbres’, y creer que la especialización en el sentido de ‘cuna’ es secundaria y debida a la introducción de nuevos tipos de cama o al influjo del diminutivo BERTIOLUM. Por su parte propone Giese otra etimología céltica *COMBROITIA, que vacila entre derivar del irl. brat ‘manta’, ‘manto’, al cual supone un hermano galo (sic) *BRAT, con velarización de la vocal *BROT, y en plural (¡sic!) *BROIT; o partir del irl. brot ‘aguijón, varita’ (plural broit), de donde se habría pasado a *‘miembro viril’ (de ahí «*combroitia ‘compañera del aguijón’ en el habla de los soldados»). Hay que felicitar a Giese por su inventiva, pero deplorar que su desconocimiento de lo más elemental de la historia de las lenguas célticas le permita atribuir al galo fenómenos tan tardíos como la caída de las vocales finales o los plurales con «infección».

El étimo de GdDD 2034 *CUMULզCIUS (deriv. de CUMULUSmontón’) es imposible en lo fonético y semántico, aun prescindiendo del port. comborça.

Claro que mi etimología queda incólume. La forma con -l- debió de propagarse desde uno de los textos legales leoneses relacionados con el Fuero Juzgo y demás leyes del reino de León, aplicadas largo tiempo en Castilla (no importa que barragana sea más corriente en los textos legales más accesibles, lo cual ya corresponde a un estado de cosas tardío). De ahí que la -l- llegara hasta el mozárabe. Pero nótese que las fuentes procedentes del Oriente castellano, más alejadas de León, conservan la forma etimológica con -r-: así combrueça en el soriano APal., congrueça en Juan Ruiz, cuya habla corresponde a los valles orientales del Guadarrama.

DERIV.

Comblezo [h. 1400, V. arriba].

1 Su uso tendría ya cierto arraigo y antigüedad en hispanoárabe en vista de la existencia de un plural fracto qamāǤ. La desaparición de la b es normal según la fonética arábiga, que rechaza todo grupo de tres consonantes.―

2 Para brȮe > grȮe, comp. groma < BROMA.―

3 Se trata de las dos mujeres cortejadas por un enamorado: «una congrueça d’otra siempre tiene dentera».―

4 Seguramente errata de lectura por conbrueza: lo mató su mujer por la sospecha que dél tomó por razón de su condrueza».―

5 Alcmena llamada conbleça de Juno.―

6 Hablando de Hermione y Andrómaca, amante del marido de aquélla, dice «sem falla n? for? estas as primeyras conbooças que se mal quiser? n? serƟ as postremeyras» (II, 253).―

7 El artículo *VOLTIARE ( > val. bossar, port. bolsar ‘vomitar’) del REW, a que se refiere Spitzer, no puede, sin embargo, admitirse como prueba. Se trata sin duda alguna de una etimología falsa, como lo prueba la s del cast. bosar y REBOSAR, que se le olvidó a M-L. Más bien REVERSARE > *robe(l)sar > (re)bo(l)sar, comp. it. rovesciare.―

8 La Acad. [ya 1843] cita un antiguo comblezado «el casado cuya mujer está amancebada con otro», pero falta toda confirmación de la existencia de este vocablo. Es verdad que PAlc. trae «combleçado: cahb», pero Nebr., el modelo que este lexicógrafo seguía paso a paso, trae en su lugar combleçadgo (es decir: comblezazgo), el abstracto correspondiente a combleza, y no puede caber duda de que la forma de PAlc. es mera errata, en vista del significado abstracto de su traducción arábiga qaɅb, que Bocthor y Dozy explican por «putanisme». Es probable que el supuesto comblezado de la Academia no tenga otra fuente que esta errata tipográfica.―

9 Así Covarr., s. v. brizo: «de aí vino llamar combleza a la concubina, por dormir en el mismo blezo o cama del hombre casado»; s. v. combleza: «brezo o brizo en el antiguo castellano vale la cama que se arma sobre çarços, que en francés se llama berceau de treille». El etimologista escarmentado por las invenciones que a menudo se permite Covarr. para justificar sus etimologías, quisiera hallar alguna confirmación de la ac. ‘cama armada sobre zarzos’, ‘cama del hombre casado’, y de la variante blezo, que Diez (Wb., 521) admitió como asegurada, y que de aquí pasó, extrañamente deformada, al REW 1052a: «port., sp. comblezo ‘Bett aus Weidengeflecht’». Admitieron la etimología de Covarr., Diez y Cej. (Voc.), mientras que M-L. la rechaza, pero aduciendo la razón inadmisible de que la vocal o ~ ue de comborça, comblueza, no es compatible con la e de berço. Otros han pensado en el lat. COMPLEXcómplice’ (Simonet) o en un COM-PELLEX (ambos étimos en el P. Sarmiento, BRAE XV, 31), que son imposibles por obvias razones fonéticas.―

10 < Conploutom ‘confluencia’, formado seguramente con el radical pleu- ‘fluir’ del gr. πλέ?ειν ‘flotar, navegar’, lat. pluĕre.―

11 Para la vida, muy productiva, del prefijo CON- en céltico, vid. Brugmann, Grundriss II, ii, §§665-7; Vendryes, Grammaire du Vieil Irlandais, p. 164.―

12 M-L., ZFSL LIX, 487-9, observa que podría explicarse esta variante por una apofonía indoeuropea, pues el céltico rĭ corresponde al grado cero de ĕr (célt. rĭca < i-e. pka > lat. porca, alem. furche). Es verdad que la cerrada del cat. bres no corresponde, como supone M-L., a IU , sino a Ĕ, y que hay otras varias rectificaciones fonéticas y dialectológicas que hacer a ese artículo; pero las dos bases dialectales pudieron entrar en compromiso en algún lugar. La trasposición propia del tipo brizo-bres también podría explicarse por un influjo secundario del germ. BRETTtabla’. Con cualquiera de las dos hipótesis, el derivado céltico *COMBORTIA debería tener OR y no RO, pero era natural que el influjo de *BRETTIUM, en los lugares donde se decía así, cambiara posteriormente *COMBORTIA en *COMBROTTIA. En efecto, si hubo influjo germ., al cambiarse *BERTIUM en *BRETTIUM el sentimiento popular de solidaridad entre *BERTIUM y *COMBORTIA hacía casi inevitable el cambio de éste en *COMBROTTIA, y si la doble forma tenía raíces apofónicas, también sería concebible un influjo parcial del primitivo sobre el derivado, en época en que la conciencia del funcionamiento del sistema apofónico se iba ya haciendo borrosa sin haberse todavía obliterado del todo. Por lo demás, así la TT como la Ĕ postulada por el cat. bres y leon. brizo hacen más probable la explicación germánica.―

13 Así tendríamos que descartar la relación con el irl. bertaim ‘sacudir, agitar, menear, cimbrear’ (de donde un verbo *BERTIAREmecer’, y luego *BERTIUM como postverbal), sugerida por Kleinhans en el FEW. M-L. en el artículo citado ya hace notar que la derivación en -IARE es difícil de explicar entonces, y en el REW3, la declara resueltamente inverosímil, partiendo de ‘cesto’, ‘cuna de zarzos’, como significado básico. La etimología de Kleinhans podría a lo sumo mantenerse admitiendo que *COMBORTIA tuvo significado obsceno, ‘la que se mece o agita con hombres’ > ‘concubina, ramera’. Entonces el cambio de COMBORTIA en COMBROTTIA se debería a influjo secundario de BERTIUM, como es forzoso, por lo demás, reconocerlo si admitimos con M-L. que el traslado de la R se debe a una apofonía indoeuropea de grado cero (incompatible, por tanto, con el vocalismo O). Por lo demás, hay otras posibilidades para la etimología de BERTIUM. Podría explorarse la siguiente: que un derivado de BHER- ‘llevar’ puede conducir a ‘posición estable’, ‘yacija’, nos lo prueba el ingl. berth ‘cama provisional’, con el cual podría estar emparentado BERTIUM indirectamente. Comp., por otra parte, BARCINA.―

14 Que el berzo lo es, está inequívocamente atestiguado por García Lomas (compárese la descripción del sinónimo escanillo, y lo dicho en el artículo BRIZO). Y la contraprueba está en el cat. y gascón brès ‘cesto’.―

15 Como ya he dicho, el blezo de Covarr. es de existencia dudosa. Pero no está descartado el que una forma con L sea antigua en el vocablo para ‘cama’ o ‘cesto’, vid. Castellane, Puget-Theniers, Grasse beussa, beusso «corbeille, ouvrage de bannier», ‘cesto oblongo y plano para estiércol’, < *BELTIA, para los cuales vid. Lausberg, Litbl. LVII, 461.―

16 Inadmisible, desde luego, es la sugestión de Joaquim da Silveira, R. Port. de Fil. III, 48-51, de partir de un *CUMBUL֊TTĔA, derivado de un *CUMBULA, que a su vez sería haplología de *CONCUMBŬLA, derivado de *CONCŬMBĔREdormir con alguien’, pues ni existe un sufijo -OTTEA ni tiene verosimilitud alguna este étimo triplemente hipotético y obtenido con procesos fonéticos y morfológicos excepcionales; además ni cumbere ni concumbere dejaron descendencia en romance, y, sobre todo, no es cierto que se pueda producir una «epéntesis» de r ante ç (en la forma comborça) con carácter espontáneo: los ejs. que cita el Sr. Silveira son casos sueltos y excepcionales, en parte lecturas dudosas, y especialmente debidos a ultracorrecciones y contaminaciones (la de curcio = corzo en el caso de camurça ‘gamuza’, etc.), que aquí no tendrían aplicación. Suponer que la forma, comborça, ya documentada en el S. XIV y en el más antiguo de los diccionarios portugueses (Barbosa, 1611), sea posterior a comboça (o combooça), no documentada antes de fines de aquel siglo, es evidentemente invertir el orden natural de las cosas, puesto que la reducción de a ç es un hecho corriente (almoço < almorço, toça < torça, pocilga < porcilga; pocima < porcima, eça < herce, cozuelo < corzuelo, tocha < torcha, dosso < dorso, usso < urso, etc.), y una evolución fonética sumamente comprensible. En cuanto a la grafía combooça, a que Silveira atribuye valor tan decisivo, es dudoso que esté documentada más de una vez, pues no hay tal palabra en el capítulo 124 de la Crón. de D. Fernando de FernƟo Lopes, citado por el erudito portugués (ed. de 1816). Por lo demás, el hacer duplicaciones de vocales, sin valor fónico ni etimológico alguno, es un capricho seudo-arcaizante frecuentísimo en los textos gallego-portugueses del S. XV, y aun anteriores. Sólo en el citado capítulo de FernƟo Lopes encuentro los casos siguientes, para los cuales no puede imaginarse justificación histórica alguna: naaos, huuma, irmaão, patroões, Meloo, Caamoões, ataa, alguumas, maãos, mandaae, daae, desejaaes, Casteella; graado (GRATUS), boosco, seeda, seela, irmaão, coraçoões y otros muchos se hallan en el Graal del S. XIII (ms. del XV, V. el glosario de Magne); doõar, sooar, adeestrar, maãos, maao, pooer, soõar, peeas en el glos. del S. XIV, publ. en RPhCal. VI 74ss.; y ejs. como comegoo, booncedes, seyaamento, moolo, maaes, maaho, mááo-paramento, boomsar, boosco, pululan en Víterbo y en CortesƟo. Cierto que combooça se lee una vez en la Crónica Troyana de fines del S. XIV, donde la duplicación vocálica es más conforme, en general, con la etimología, pero tampoco ahí faltan excepciones tales como Jaason (I, 91.2), aaz (I 209.26, 204.32, 218.11, 264.23, 222.11, y passim), cinquaeenta (I, 162.14), leaal (I, 129.20), meercee (II, 254), postigoo (I, 115.7), odoor ‘olor’ (I, 295.27), oosmar ‘pensar’ (I, 326.5) y también recuerdo haber leído en ella jaazer o el futuro jaarey, además de otros en que la justificación histórica es dudosa, como soo ‘yo soy’ (II, 258 y passim), seerey (I, 123.12, etc.), gaanar (II, 215, etc.); otro ej. más: «entráronse logo aoo alto mar» (ibid. I, 116.18) (por lo demás, sería concebible que la reducción de orç a trajera consigo una prolongación compensatoria).