CHOZNO, ‘tataranieto’, origen incierto.

1.ª doc.: 1528, Guevara.

Aut. da, además, dos ejs. del S. XVII, a los cuales se puede agregar el de Tirso que cita Sundheim; Cej. IX, § 145; Oudin, 1607, define chozno (y chozna), como sinónimo de ‘tataranieto’, y así dice también Clementín (en su ed. del Quijote III, 118); en Guevara el contexto exige el mismo significado («ya teníades nietos casados, biznietos desposados, y aun choznos nacidos») y lo mismo parece en el pasaje de Tirso, donde alguien desea a una mujer que llegue a ver choznos viejos (los demás pasajes no son inequívocos). Ésta es también la definición que dan Percivale (1591), Rosal y Palet (Gili). Por otra parte según Aut. sería el hijo del tataranieto, definición que ha respetado la Acad. en sus varias ediciones, así como Cuervo (Ap.7 § 791), Gagini y Sundheim, y que figura también en el diccionario inédito de Juan F. de Ayala Manrique, relacionado con la Academia, empezado en 1693, pero terminado después de Aut.; sospecho que es ac. infundada o secundaria, pues los idiomas no suelen tener denominaciones para descendientes más allá del tataranieto.

Hoy el vocablo está olvidado en el uso español común, pero hay testimonios de su supervivencia en varios países americanos: en Cuba y Puerto Rico, en la forma chorno (Pichardo, p. 88; Malaret), que se explica sin dificultad por una alteración del mismo tipo que marlo o murlo (por maslo, muslo); en Puerto Rico, Costa Rica y Colombia se dice chorlo; y en el Ecuador, chuznieto (Cevallos, Mateus).

Fijándose en esta última forma, Cuervo, en antiguas ediciones de sus Apuntaciones1, creyó que ésta sería la forma originaria del vocablo, que se habría formado, como miembro de la serie bisnieto, tresnieto (= tataranieto), quadrinieto (forma que aparece en el Fuero Juzgo); chuz- sería entonces el adverbio chus ‘más’, ‘plus’, que aparece en Berceo, S. M., 370, en gallego [Ctgs. «chus negro ca pez» 68.44, etc.] y portugués, y que probablemente se conserva fosilizado en la locución no decir chus ni mus (propiamente no decir chus ‘no decir nada más’, con añadidura del eco de consonantismo alternante mus). En la serie mencionada, percibiéndose bis- como equivalente de dos, y siendo claro el sentido correlativo de tres- y quadri-, se habría formado un miembro final chusnieto, con chus ‘más’, es decir ‘más de 3’ o ‘más de 5’, para los descendientes posteriores al tresnieto o al quadrinieto. Es verdad que tataranieto, antiguamente trasnieto, no parece contener tres- sino tras-, lat. TRANSmás allá’ (AILC I, 148), pero como la variante tresnieto existe realmente (Cuervo la cita en el F. Juzgo), importa poco que sea primitiva o secundaria, y puesto que el hecho es que dió nacimiento a un quadrinieto, también pudo provocar el de chus-nieto. Por lo que respecta al cambio de -sn- en -zn- no ofrecería dificultad (V. DELEZNAR, y mi nota en Word III, 74).

De chuznieto, en opinión de Cuervo, se habría sacado chozno como manso de mansueto y fino de finito; hoy sabemos que manso y fino no son formaciones regresivas romances, pues fino puede salir del sustantivo fin o del verbo finar o finir, pero desde luego no se sacó de FINITUS, y para manso, V. MANO. Esto no impediría del todo esta etimología, pues las formas regresivas CARPA de carpeta, leva de LEVITA, huma de HUMITA, ocal de ocalito por EUCALIPTO, son sumamente frecuentes en América y no falta algún ej. de tales «desdiminutivaciones» aun en España. Por otra parte aquí no se trata de -ete o -ito, sino de -ieto, habría que admitir que chuznieto se cambió primero en *choznieto por ultracorrección de la tendencia cobrieron > cubrieron, podiendo > pudiendo, y sobre todo sería extraño que tal desdiminutivación ya estuviera consumada a princ. S. XVI y que la forma originaria no apareciera sino en el Ecuador y más de tres siglos más tarde; y aunque ninguna de estas dificultades es dirimente, todas ellas en conjunto hacen inverosímil la idea, tanto más cuanto que es mucho más fácil explicar choznieto como cruce de los dos sinónimos chozno y tataranieto.

En definitiva considero más probable que chozno y su variante *chozlo (de donde chorlo, que no se explica fácilmente como alteración de chorno), sean términos hipocorísticos, empleados por el anciano al dirigirse a sus descendientes en tono de mimo o arrullo, creaciones primarias del idioma, de carácter expresivo y pertenecientes en rigor al lenguaje infantil, como tantos vocablos en ch- inicial; la fijación en el sentido preciso de ‘tataranieto’ (y aun quizá ‘cuarto nieto’) pudo ser secundaria.

1 Cito de segunda mano, según Tobar, Consultas al Dicc. de la Academia. Esta explicación está ya suprimida en la ed. de 1907, que es la más antigua a mi alcance. Luego, al parecer, el sabio filólogo puso en duda posteriormente su idea.