CHARRO, ‘basto, tosco’, ‘aldeano’, ‘de mal gusto’, vocablo familiar probablemente emparentado con el vasco txar ‘malo, defectuoso’, ‘débil’, ‘pequeño’, y tomado de esta voz vasca o heredado de la ibérica correspondiente.
1.ª doc.: 1627, G. Correas (Voc., p. 284, s. v. Dios); Aut.
DERIV.
Charra. Charrada [Aut.]. Charrería. Y vid. CHARRÁN. Zarriento. Zarrioso. Zarrucar ‘maltratar, tormentar’ [1603, Valderrama, Cej. IX, 547] ¿de zarria?
1 «Nenhum homem sabe tanto como a mulher mais charra», cita de Moraes. CortesƟo da ej. de Filinto († 1819).― ↩
2 También tendría razón este erudito al rechazar la idea de Baist, ZRPh. V, 233ss., de considerar a charro como término estudiantil aplicado a los aldeanos salmantinos por alteración de la palabra JARRO.― ↩
3 Observa Azkue que en libros vascos de alguna antigüedad no se halla nunca txar y sí sólo gaizto, o gaitz, aplicado aun a las cosas; conjetura este erudito que txar, única palabra que en los dialectos labortano y bajo-navarro empieza por tx-, pudiera sacarse del sufijo aumentativo despectivo -tzar, con palatalización diminutiva. En vista de esta poca antigüedad cabría sospechar que también txar fuese de origen romance, y que el cast. charro fuese derivado regresivo de charrán < ár. šarrânī; pero lo creo improbable: charrán es voz jergal andaluza y de aparición muy reciente, mientras que charro ya se halla en la primera mitad del S. XVI, y la escasa antigüedad dentro de la literatura vasca no debe preocuparnos mucho, tratándose de una palabra evidentemente afectiva.― ↩
4 Por lo demás, Azkue recogió zar ‘cosa muy común, de poco valor’ en una localidad bajo-navarra; en el sentido de viejo, zar y con artículo zarra, es variante muy extendida de zahar, zagar, que ya puede ser palabra diferente (con ésta relaciona zarria G. de Diego, RFE IX, 134). El gall. cerello ‘harapo’, que también ha sido relacionado con zarria y z(ah)ar, parece ser palabra independiente, pues aunque se ha dicho que zarralleiro es ‘andrajoso’ no parece que esto tenga ningún fundamento: Vall. y sus sucesores lo dan sólo como variante de cerralleiro ‘cerrajero’ y ya lo anotó con este valor Sarm. en un doc. pontevedrés de 1477 (CaG. 178v). En cambio cerello con -r- y ce- es palabra bien establecida que ya recogió Sarmiento: «cerêllos: pedazos de trapos», «cerêllo y cirello: mandil, refaixo o trapo muy viejo y despreciable» (CaG. 185r, 184r); relación la hay con el gall. zarapello (que Vall. iguala a cerello), pero es indirecta y secundaria, pues éste ha de ser anaptixis de los sinónimos vascos zarp(a)il y oc. mod. serpilho ‘harapo’, los cuales se enlazan con las familias de ZARPA y HARPILLERA. En conclusión, estamos ante una raíz cer(e)- de origen enteramente oscuro. En cuanto a la relación entre el vasco zahar y zar hay que tener en cuenta que también hay casos de desdoblamiento vocálico con intercalación de -h- antihiática. Es imposible fonéticamente derivar zarria del ár. sîr ‘correa’, o de sarîda ‘banda de cuero’, o del lat. serilia ‘cuerdas de junco’, como quisiera Eguílaz (p. 528). Un erudito anónimo en RL XXV, 333, relaciona con el vasco zahar las barbas sarras ‘barbas canas’ del Alex., O, 181b, 1803c, y el port. sarrudo, sarritão, aplicado a la barba (que no hallo en los diccionarios portugueses). Es palabra oscura: Julia Keller daba la preferencia a la forma soras que aparece en P, en el primer pasaje, relacionando con el fr. ant. barbe sore, oc. ant. saur ‘coleur d’or, jaune brun’, germ. SAUR, pero hay que desechar la idea en vista de que la forma sara que aparece en el otro pasaje de P está asegurada por la rima (cara, lexara, enseñara); sin embargo ésta, a su vez, es desfavorable a la doble rr del ms. O. Por lo demás, todo esto nada puede tener en común con CHARRO; V. JARO. En cuanto al ecuat. charra ‘sarna, grano o tumorcillo’ (Lemos, Semánt.), parece ser variante fonética del iberismo SARNA, pero tampoco hay relación plausible con charro. ↩