AULAGA o ALIAGA, nombre de varias plantas espinosas de los géneros Ulex y Genista, del mismo origen incierto que el hispanoár. yulâqa, yalâqa, cat. argelaga, y langued., prov. y auvern. argilac, argelàs, probablemente de origen hispánico prerromano.

1.ª doc.: aliaga, h. 1400, Glos. del Escorial; aülaga, Francisco de Baena polemizando con Villasandino († h. 1428).

Antes de entrar en el problema etimológico conviene enumerar y localizar las variantes. Cej. VII, § 109. Según Aut. aulaga es la forma de Castilla y aliaga la de Aragón, Valencia (zona castellana) y la Mancha. Allaga (o allaca) procede, en efecto, de aliaga (-aca), y aquélla es la forma que se emplea en todo el Alto Aragón, desde Gistáin hasta Ansó, asimismo en el SE. de la región, en Caspe y la Puebla de Híjar (BDC XXIV, 159; RLiR VII, 129; XI, 182, 75: ASNSL CLXVII, 246, v. 41)1, pero también empleó aliaga Cervantes (Quijote II, xi, 236v°), y ailaga el autor del Viaje a Turquía, cuya patria no consta (DHist., s. v.)2. Por otra parte aulaga llega hasta el Sur de Aragón según Pardo y Loscos, y los sucedáneos olaga y ulaguino se extienden hasta Logroño (Zubia, Máximo Laguna) y aquél a Álava (Baráivar)3; de todos modos los testimonios de aulaga se refieren por lo general al Sur de España: Baena, de donde pudo ser el poeta, está en Córdoba; emplearon esta forma el granadino Fray Luis y el sevillano Jáuregui (Cuervo, Ap. § 629), y la recogieron García de la Leña en Málaga, y Rojas Clemente y Boissier en otros puntos de Andalucía; Giese anotó ulaga en Cádiz (BhZRPh. LXXXIX, 197)4; ya he indicado que Baena cuenta aülaga como de cuatro sílabas5, a lo cual aludirán Boissier y Fernández de Navarrete con su grafía ahulaga; de aquí salió abulaga recogida en Jaén y en Extremadura (Lagasca, Fernández Maldonado) y empleada por los andaluces Fernán Caballero y P. A. de Alarcón6. Para la repartición dialectal: olaga en Burgos, Álava y Alicante, bolaga en Murcia y Cádiz, ulaga en Burgos y Rioja, ablaga junto a aliega en Teruel, albolaga, albor-, arbol-, en Badajoz, jabulaga en Huelva, julaga en Canarias; por otra parte, (a)ilaga en Burgos y Soria, iliaga o illaga en Burgos, y los cruzados oliaga, ollaga, ullaga y ullada en Burgos, Navarra, Soria y Guadalajara; datos de GdDD 356, que precisan y confirman los míos y pueden aceptarse a beneficio de inventario (pero su idea de que el vocablo derive del lat. ARGզLLAarcilla’ es absurda en lo semántico y choca con la forma del vocablo precisamente en castellano). En todo el territorio lingüístico catalán se emplea argelaga, con la ligera variante argilaga en el Sur, y angilaga o angelaga (< *algelaga) en Alcoy y zona del Júcar (M. Gadea, Tèrra del I, 405; J. Alemany, BRAE XVIII, 152-3)7; J. Giner me confirma que esta conservadora variante valenciana angelaga es de la zona de Alcoy y se extiende hasta Pego). Los testimonios más antiguos son, casualmente, de la forma secundaria argilaga, en J. Roig (1460), y en el Boeci, que puede corresponder al S. XIV o al XV. El masculino argelac empieza en el Ampurdán y Cataluña francesa, y desde allí, alterado en arjalat, arjalàs, argelàs, argilègre, y variantes locales, el vocablo se extiende por todo el Languedoc (excepto Ariège y Alto Garona), por toda Provenza hasta el Condado de Niza, y hasta la Auvernia y el Forez (arjallà en Gras), vid. ALF, 218; que la forma originaria en tierras de Oc fué argelac (-gilac), como en catalán, lo prueba la grafía argilax (plural) de un doc. de 1308 (Du C.) y el derivado l’Argilagueira en documento de Nimes de h. 1180 (Brunel, Les plus anc. chartes en l. prov., 182.13), que contiene el testimonio más antiguo de procedencia cristiana. Los autores hispanoárabes nos dan otros más arcaicos: el plural Ȑilâquš en Abenalɏazzar († 1007), y-lâquh (entiéndase yalâquh = yelaco) en el anónimo de h. 1100 (Asín, 362), yulâqa o arǤilâqa en los varios manuscritos de Abenbuclárix (h. 1106), yaláqa en Abenalbéitar († 1248), haciendo constar todos ellos que son formas romances. Dozy, Gloss. 371-2, y Simonet (s. v. yulaca), niegan decididamente que éstas sean formas de origen arábigo, y Dozy cree que nada tienen que ver con ǤáȬlaq (nombre de unidad ǤáȬlaqa), nombre arábigo de la misma planta. En cambio M-L., decidiéndose en favor de la escasa autoridad arabística de Antoine Thomas (Mél., p. 18), deriva aliaga y toda su familia del ár. ǤáȬlaq, agregando que desde el punto de vista romanístico no interesa saber si ǤáȬlaq es palabra autóctona o importada en árabe (RFE XI, 17-18; REW, 3946). No sé si habrá alguien que suscriba esta peregrina afirmación, pues ǤáȬlaq podría ser hispanismo en árabe, y esto es justamente lo que se trata de averiguar. Notemos ante todo que el Ulex europaeus, la variedad más típica de aulaga, es planta esencialmente propia del Centro y Oeste de Europa, aunque se extiende también a algunos puntos de África, pero solamente al Noroeste de este continente; luego mal puede tratarse de una antigua voz traída de Arabia. Aumentan la sospecha la estructura cuadrilítera del vocablo y la carencia de voces emparentadas en el léxico árabe. Es verdad que PAlc. y el anónimo de 1100 oponen ǤáȬlaq como voz arábiga a las formas romances aliaga o yalâqo, y que el Idrisí (1154) lo emplea en su árabe (Dozy, Suppl. I, 209b); pero con todo esto casi no salimos de España, pues el Idrisí era de Ceuta y vivió en nuestro país; ya tiene más valor el que el vocablo figure en un diccionario purista de autor oriental, como es el Qamûs del Fairuzabadí (fin del S. XIV), pero tampoco esto es prueba decisiva tratándose de una planta desconocida en Oriente, y no olvidemos que el Qamûs es una refundición de otros dos diccionarios, uno de ellos formado por el español Abensida († 1066). En definitiva ǤáȬlaq es palabra ajena al árabe clásico (falta en Lane), y aunque resultara que no es de origen romance sino antigua en árabe, siempre tropezaríamos con la imposibilidad fonética para sacar de ahí el cast. aliaga o aulaga y aun el cat. y oc. argelac, -aga9. Es sabido que -aga es sufijo colectivo de nombres de planta, cuyo origen ibérico y afinidades vascas han sido señalados repetidamente10; además de los infinitos colectivos vascos formados con este sufijo (del tipo arteaga ‘bosque de encinas’, llamadas en vasco arte), bastará recordar el gascón touyaga (-ago), otro nombre de la aliaga, que deriva del tipo toyo o tojo hoy reinante en todo el Noroeste y Oeste de la Península; en plantas que crecen en matorrales como la aliaga es fácil que el colectivo se convierta en nombre de la planta misma. Teniendo esto en cuenta, he aquí cómo me figuro la historia de aliaga y su familia. Un ibérico o protovasco *AIELAGA (o *AGELAGA) dió por una parte *ayilaga, aïlaga (así en el Viaje de Turquía) y luego aliaga; por otra parte, cat. *algelaga, con intrusión del artículo árabe, frecuentísima en palabras de este tipo (V. ALMENDRA, ALMENA, etc.). de donde argelaga o angelaga por disimilación; en mozárabe el vocablo sufrió el influjo de la vieja palabra semítica ulláȳq11 ‘zarza’ y se convirtió en *ayulaga o yulâqa12, cuya y se perdió como en las formas mozárabes auntar ‘ayuntar’, Vallunquera o Unqueira JUNCARIA (M. P., Oríg., § 42.5; Corominas, RFH VI, 247;, y de aquí aülaga o abulaga. Finalmente ǤáȬlaq, ǤáȬlaqa, puede resultar de la confusión de yulâqa con una palabra del todo diferente, ǤáȬlaq ‘arca, caja’, ‘costal’ (R. Martí, Bocthor), que es también de origen extranjero en árabe, pero que se emplea en Egipto y ya venía de Oriente13; o quizá más bien se tratará otra vez del influjo de ulláȳq ‘zarza’, que para los españoles (y aun seguramente los mozárabes) sonaba como aulláȳq. Hallar afinidades vascas o ibéricas para este tipo *AJELAGA será cosa del futuro. Anda Hubschmid evidentemente lejos del blanco al postular una arbitraria base prerromana *ARGILAKA en Sardische Studien, 74. Nótese que el vocablo es ajeno a la zona gascona y cántabro-lusitana, donde reina el tipo TOJO, con el cual podría estar emparentado el actual nombre vasco ote. En una casida de Abulhasan de Cartagena (S. XIII) sale el nombre del lugar ȐAyáll, en otro pasaje ȐAyâla, forma confirmada por otro texto (García Gómez, Al-And. I, 99), que Casiri identificaba con Elda (Alicante). El cambio de ȐAyâlla en *Aelda > Elda sería, efectivamente, muy posible (J. Giner me cita una frecuente grafía medieval Etla para Elda); mas por otra parte el nombre recuerda el Ayala de Álava, y también los dos Aielo de la provincia de Valencia. Está claro que todo esto es prerromano. Si tiene algo que ver con *AJELAGA, ya es más difícil asegurarlo, pero no es inverosímil14. Comp. GAYUBA.

DERIV.

Aulagar.

1 Para la ll de li, comp. pellar < peliar ‘pelear’ en Echo: RLiR XI, 115. Cienfuegos (1627) da hallada ‘Genista scorpius’ como navarro.―

2 Agregúense los nombres de lugar Aliaga en Teruel y Aliaguilla en Cuenca.―

3 La Acad. da Logroño ulaguiño ‘abrótano’ (?).―

4 La forma jaulaga de Suárez de Ribera (1730-3), debe ser también del Sur de España, pues estará por lah aulagah.―

5 «Color tenéis de aülaga / non querades más fablar».―

6 DHist., que además registra abolaga en el extremeño Silva y Figueroa (1618-24). Para las formas recogidas por botánicos, vid. Col-meiro II, 30, 49, 52, 56. Aulago es pueblo de Almería, y Aulaga o Agulaga de Sevilla.―

7 Nótese además eláe o Ƈeláre en el catalán de Ribagorza (Krüger, Die Hochpyr. A, I, 18), ambos procedentes de *yelaga. En el aragonés de Venasque corre la forma acatalanada archelaga (Ferraz).―

8 Rohlfs en su reseña de Vincent (ZONF) se refiere a los nombres de lugar Jalage, Jalai, que deben pertenecer al N. del dominio occitano o ya al francés, mas no puedo localizarlos. No está claro si las formas ogolatse, agalaze, goleze, zalarze, de Dordogne y Corrèze, van con argalà del Gard y con el cat. argelaga, o si son otra palabra diferente.―

9 Ár. au no puede dar cat. e (daría au u o). ՕaȬlaqa > aulaga es aún más difícil, pues el Ǥ- árabe no se pierde nunca. Y para aliaga, que M-L. explicaba primero como disimilación de un *alilaga, aunque sin explicar la caída de Ǥ, más tarde reconoció que es forma oscura, seguramente dándose cuenta de que no hay casos de pérdida disimilatoria de la l cuando esta consonante es intervocálica.―

10 Cito ejs. en mi artículo de Estudios M. P., 1950, I, 53, donde estudio el origen de aulaga. Dialectalmente este sufijo vasco tiene la forma -aka; por ej.: alav. otaca ‘tojo’, derivado del vasco ote íd., con el mismo paso del colectivo al nombre de la planta. Sanabr. touzaca colectivo de touza ‘mata’ (Krüger, Gegenstandsk. 146, n. 12). Puede ser casual, aunque llama la atención, el parecido de argelaga con un arcelaca o arceraca, especie de vid de naturaleza incierta, que algunos confundían erróneamente con la argitis (ęρƔƗτις), según explican Columela y Plinio (fuentes que harían pensar en una procedencia hispánica de ese arcelaca, que Walde-H. declara de etimología desconocida).―

11 Palabra semítica o latinismo africano de ULEX, con reducción al tipo del diminutivo semítico.―

12 Para esta aféresis, comp. mozár. bucasta < AVUCASTA.―

13 Es variante del árabe clásico Օuwâliq, de origen persa. Es frecuente que los vocablos extranjeros sean deformados por el árabe confundiéndolos o cruzándolos con otra palabra que ya existía en el idioma. Vid. ABARCA.―

14 Convendrá no perder de vista el otro nombre vasco elarra (Larramendi, en Colmeiro II, 27). En cuanto a erratza quizá es derivado de erre ‘quemar’. Con elarra comp. eldu ‘agarrar’. Como los árabes conocían por Օallāqîya no sólo Galicia y el Norte de Portugal sino también gran parte de Castilla, y por alǤalâlaqa los habitantes de este territorio, puede ser también que ǤáȬlaq sufriera el influjo de Ǥallâq ‘gallego’, ‘español’, siendo planta característica de España, pero desde luego no creo que ésta sea la etimología última del vocablo, pues insisto en que si J puede cambiarse en Ǥ lo contrario no es cierto, y aliaga sólo puede explicarse a base de una J primitiva.