AULAGA o ALIAGA, nombre de varias plantas espinosas de los géneros Ulex y Genista, del mismo origen incierto que el hispanoár. yulâqa, yalâqa, cat. argelaga, y langued., prov. y auvern. argilac, argelàs, probablemente de origen hispánico prerromano.
Antes de entrar en el problema etimológico conviene enumerar y localizar las variantes. Cej. VII, § 109. Según
Aut.
aulaga es la forma de Castilla y
aliaga la de Aragón, Valencia (zona castellana) y la Mancha.
Allaga (o
allaca) procede, en efecto, de
aliaga (
-aca), y aquélla es la forma que se emplea en todo el Alto Aragón, desde Gistáin hasta Ansó, asimismo en el SE. de la región, en Caspe y la Puebla de Híjar (
BDC XXIV, 159;
RLiR VII, 129; XI, 182, 75:
ASNSL CLXVII, 246, v. 41)
1, pero también empleó
aliaga Cervantes (
Quijote II, xi, 236v°), y
ailaga el autor del
Viaje a Turquía, cuya patria no consta (
DHist., s. v.)
2. Por otra parte
aulaga llega hasta el Sur de Aragón según Pardo y Loscos, y los sucedáneos
olaga y
ulaguino se extienden hasta Logroño (Zubia, Máximo Laguna) y aquél a Álava (Baráivar)
3; de todos modos los testimonios de
aulaga se refieren por lo general al Sur de España: Baena, de donde pudo ser el poeta, está en Córdoba; emplearon esta forma el granadino Fray Luis y el sevillano Jáuregui (Cuervo,
Ap. § 629), y la recogieron García de la Leña en Málaga, y Rojas Clemente y Boissier en otros puntos de Andalucía; Giese anotó
ulaga en Cádiz (
BhZRPh. LXXXIX, 197)
4; ya he indicado que Baena cuenta
aülaga como de cuatro sílabas
5, a lo cual aludirán Boissier y Fernández de Navarrete con su grafía
ahulaga; de aquí salió
abulaga recogida en Jaén y en Extremadura (Lagasca, Fernández Maldonado) y empleada por los andaluces Fernán Caballero y P. A. de Alarcón
6. Para la repartición dialectal:
olaga en Burgos, Álava y Alicante,
bolaga en Murcia y Cádiz,
ulaga en Burgos y Rioja,
ablaga junto a
aliega en Teruel,
albolaga,
albor-,
arbol-, en Badajoz,
jabulaga en Huelva,
julaga en Canarias; por otra parte, (
a)
ilaga en Burgos y Soria,
iliaga o
illaga en Burgos, y los cruzados
oliaga,
ollaga,
ullaga y
ullada en Burgos, Navarra, Soria y Guadalajara; datos de
GdDD 356, que precisan y confirman los míos y pueden aceptarse a beneficio de inventario (pero su idea de que el vocablo derive del lat.
ARGզLLA ‘arcilla’ es absurda en lo semántico y choca con la forma del vocablo precisamente en castellano). En todo el territorio lingüístico catalán se emplea
argelaga, con la ligera variante
argilaga en el Sur, y
angilaga o
angelaga (
< *algelaga) en Alcoy y zona del Júcar (M. Gadea,
Tèrra del Gè I, 405; J. Alemany,
BRAE XVIII, 152-3)
7; J. Giner me confirma que esta conservadora variante valenciana
angelaga es de la zona de Alcoy y se extiende hasta Pego). Los testimonios más antiguos son, casualmente, de la forma secundaria
argilaga, en J. Roig (1460), y en el
Boeci, que puede corresponder al S. XIV o al XV. El masculino
argelac empieza en el Ampurdán y Cataluña francesa, y desde allí, alterado en
arjalat,
arjalàs,
argelàs,
argilègre, y variantes locales, el vocablo se extiende por todo el Languedoc (excepto Ariège y Alto Garona), por toda Provenza hasta el Condado de Niza, y hasta la Auvernia y el Forez (
arjallà en Gras), vid.
ALF, 21
8; que la forma originaria en tierras de Oc fué
argelac (
-gilac), como en catalán, lo prueba la grafía
argilax (plural) de un doc. de 1308 (Du C.) y el derivado
l’Argilagueira en documento de Nimes de h.
1180 (Brunel,
Les plus anc.
chartes en l.
prov., 182.13), que contiene el testimonio más antiguo de procedencia cristiana. Los autores hispanoárabes nos dan otros más arcaicos: el plural
Ȑilâquš en
Abenalɏazzar († 1007),
y-lâquh (entiéndase
yalâquh =
yelaco) en el anónimo de h. 1100 (Asín, 362),
yulâqa o
arǤilâqa en los varios manuscritos de Abenbuclárix (h. 1106),
yaláqa en Abenalbéitar († 1248), haciendo constar todos ellos que son formas romances. Dozy,
Gloss. 371-2, y Simonet (s. v.
yulaca), niegan decididamente que éstas sean formas de origen arábigo, y Dozy cree que nada tienen que ver con
ǤáȬlaq (nombre de unidad
ǤáȬlaqa), nombre arábigo de la misma planta. En cambio M-L., decidiéndose en favor de la escasa autoridad arabística de Antoine Thomas (
Mél., p. 18), deriva
aliaga y toda su familia del ár.
ǤáȬlaq, agregando que desde el punto de vista romanístico no interesa saber si
ǤáȬlaq es palabra autóctona o importada en árabe (
RFE XI, 17-18;
REW, 3946). No sé si habrá alguien que suscriba esta peregrina afirmación, pues
ǤáȬlaq podría ser hispanismo en árabe, y esto es justamente lo que se trata de averiguar. Notemos ante todo que el Ulex europaeus, la variedad más típica de aulaga, es planta esencialmente propia del Centro y Oeste de Europa, aunque se extiende también a algunos puntos de África, pero solamente al Noroeste de este continente; luego mal puede tratarse de una antigua voz traída de Arabia. Aumentan la sospecha la estructura cuadrilítera del vocablo y la carencia de voces emparentadas en el léxico árabe. Es verdad que PAlc. y el anónimo de 1100 oponen
ǤáȬlaq como voz arábiga a las formas romances
aliaga o
yalâqo, y que el Idrisí (1154) lo emplea en su árabe (Dozy,
Suppl. I, 209
b); pero con todo esto casi no salimos de España, pues el Idrisí era de Ceuta y vivió en nuestro país; ya tiene más valor el que el vocablo figure en un diccionario purista de autor oriental, como es el
Qamûs del Fairuzabadí (fin del S. XIV), pero tampoco esto es prueba decisiva tratándose de una planta desconocida en Oriente, y no olvidemos que el
Qamûs es una refundición de otros dos diccionarios, uno de ellos formado por el español Abensida († 1066). En definitiva
ǤáȬlaq es palabra ajena al árabe clásico (falta en Lane), y aunque resultara que no es de origen romance sino antigua en árabe, siempre tropezaríamos con la imposibilidad fonética para sacar de ahí el cast.
aliaga o
aulaga y aun el cat. y oc.
argelac,
-aga9. Es sabido que
-aga es sufijo colectivo de nombres de planta, cuyo origen ibérico y afinidades vascas han sido señalados repetidamente
10; además de los infinitos colectivos vascos formados con este sufijo (del tipo
arteaga ‘bosque de encinas’, llamadas en vasco
arte), bastará recordar el gascón
touyaga (
-ago), otro nombre de la aliaga, que deriva del tipo
toyo o
tojo hoy reinante en todo el Noroeste y Oeste de la Península; en plantas que crecen en matorrales como la aliaga es fácil que el colectivo se convierta en nombre de la planta misma. Teniendo esto en cuenta, he aquí cómo me figuro la historia de
aliaga y su familia. Un ibérico o protovasco
*AIELAGA (o
*AGELAGA) dió por una parte
*ayilaga,
aïlaga (así en el
Viaje de Turquía) y luego
aliaga; por otra parte, cat.
*algelaga, con intrusión del artículo árabe, frecuentísima en palabras de este tipo (V.
ALMENDRA,
ALMENA, etc.). de donde
argelaga o
angelaga por disimilación; en mozárabe el vocablo sufrió el influjo de la vieja palabra semítica
⺆ulláȳq11 ‘zarza’ y se convirtió en
*ayulaga o
yulâqa12, cuya
y se perdió como en las formas mozárabes
auntar ‘ayuntar’,
Vallunquera o
Unqueira J
UNCARIA (M. P.,
Oríg., § 42.5; Corominas,
RFH VI, 247;, y de aquí
aülaga o
abulaga. Finalmente
ǤáȬlaq,
ǤáȬlaqa, puede resultar de la confusión de
yulâqa con una palabra del todo diferente,
ǤáȬlaq ‘arca, caja’, ‘costal’ (R. Martí, Bocthor), que es también de origen extranjero en árabe, pero que se emplea en Egipto y ya venía de Oriente
13; o quizá más bien se tratará otra vez del influjo de
⺆ulláȳq ‘zarza’, que para los españoles (y aun seguramente los mozárabes) sonaba como
aulláȳq. Hallar afinidades vascas o ibéricas para este tipo
*AJELAGA será cosa del futuro. Anda Hubschmid evidentemente lejos del blanco al postular una arbitraria base prerromana
*ARGILAKA en
Sardische Studien, 74. Nótese que el vocablo es ajeno a la zona gascona y cántabro-lusitana, donde reina el tipo
TOJO, con el cual podría estar emparentado el actual nombre vasco
ote. En una casida de Abulhasan de Cartagena (S. XIII) sale el nombre del lugar
ȐAyáll, en otro pasaje
ȐAyâla, forma confirmada por otro texto (García Gómez,
Al-And. I, 99), que Casiri identificaba con
Elda (Alicante). El cambio de
ȐAyâlla en
*Aelda >
Elda sería, efectivamente, muy posible (J. Giner me cita una frecuente grafía medieval
Etla para
Elda); mas por otra parte el nombre recuerda el
Ayala de Álava, y también los dos
Aielo de la provincia de Valencia. Está claro que todo esto es prerromano. Si tiene algo que ver con
*AJELAGA, ya es más difícil asegurarlo, pero no es inverosímil
14. Comp.
GAYUBA.