ALMENA, del antiguo mena o amena, y éste del lat. MէNA íd. (del mismo origen que eminēre, imminēre, prominēre ‘ser saliente’).

1.ª doc.: Alex., amena; h. 1270 (Hist. Troyana)1, almena.

Amena aparece además en la 1.a Crón. Gral. (junto con almena) y en el Cantar de los Cantares (S. XIII: Festschrift Förster 1901, 126); mena, en la Gr. Conq. de Ultr., 595, 616, y en los Fueros aragoneses de h. 1300 (Tilander, p. 153). En gallegoportugués figura ama ya en las Cantigas de Alfonso el Sabio (ed. Mettmann, 183.28, 185.75, 205.2) y en un glos. del S. XIV (RPhCal. VI, 88 § 1761), y amena en el Canc. de la Vaticana (825)2, hoy ameia. Claro está que MINA pasó primero a mena, éste a amena por aglutinación de la a del artículo la, y finalmente a almena, con intrusión del artículo árabe, como en ALMENDRA y ALMEJA.

DERIV.

Almenado [Alex.: amenado]. Almenaje. Almenar ‘guarnecer de almenas’.

1 Según Solalinde, RFE III, 139. Creo se trata de la publicada después por M. P.―

2 Admena en un doc. citado por Viterbo deberá entenderse en este sentido, como observó Leite, RL XXVI, 114. Estos casos de -n- conservada quizá deban entenderse más bien como grafías arcaizantes que como castellanismos.