ATRACAR, ‘arrimar una embarcación a otra o a tierra’, término náutico común con el portugués, catalán, lengua de Oc y genovés, de origen incierto.

1.ª doc.: 1587, García de Palacio.

La documentación más antigua presenta el vocablo en el sentido de ‘asegurar o sujetar un objeto al costado u otra parte de una nave’. Así en el más antiguo ej. portugués, de med. S. XVI: «se entendeo logo em se segurar o batel, o qual com assaz de trabalho foy atracado a bordo» Mendes Pinto [Peregrinação, cap. 86, cita de Jal, 84a). En cast. el testimonio más antiguo parece ser el de García de Palacio (Instr. Náutica, 131v°), al parecer desfigurado por una errata: «atraçar: se llama quando para que vna cosa esté más segura, la juntan [laísmo] otra, sin menearse». Más tarde no vuelve a encontrarse hasta 1644 (ej. de Ovalle en DHist.), y Gili sólo cita ejs. desde fines del S. XVII; en port. vuelve a aparecer en Freire de Andrade, med. S. XVII, y de los demás idiomas faltan datos, lo cual no prueba que no sea en ellos antiguo, pues allí está por estudiar el lenguaje náutico de los SS. XVI-XVIII. Desde luego puede rechazarse la etimología de Diez, admitida por el REW 8873 y por Cuervo: neerl. trekken ‘tirar de (algo)’, por razones geográficas, ya que falta el necesario enlace a través del francés, también porque este vocablo neerlandés ( = a. alem. medio trecken, relacionado con el a. alem. ant. trehhan) no ha tenido nunca a como vocal radical1. De Gregorio y más recientemente R. A. Hall Jr. (Language XV, 34ss.) pensaron en el it. attaccare ‘pegar, atar’, que se habría cruzado con attrarre ‘atraer’: son palabras de sentido demasiado diferente entre sí, y demasiado diferente del de atracar, para que el cruce sea verosímil. Spitzer, MLN LV, 79, llama la atención hacia el hecho de que oc. mod. atracà, además de ‘atracar’ significa ‘amontonar (p. ej. maderos)’, traco es ‘pila de maderos’ y atracà, attraccare, sería ‘acercarse a un muelle para cargar o descargar mercancías’ según Mistral y el Diz. di Mar. de la Academia italiana; en consecuencia sugiere relación con la raíz onomatopéyica trak (REW 8846), de acs. diversas, particularmente cast. traquear ‘crepitar’, val. traca ‘castillo de petardos’; pero no es clara la filiación semántica e ignoramos demasiado la antigüedad y extensión geográfica de este traco ‘pila’ para poder atribuirle tal carácter básico2. Quizá la idea más razonable hasta ahora es la del Diz. di Mar., que relacionando con it. straccare «spingere sulla sabbia» deriva del lat. vg. *TRAGICAREtirar de (algo)’, el mismo derivado de *TRAHĔRE que ha dado el it. straccare ‘fatigar’; ya Diez había pensado en *ATTRAHICARE, y sería bien aceptable semánticamente el paso de la variante vulgar *ATTRAGICAREatraer’, ‘tirar de algo hacia uno’, a atracar una embarcación; como no parece ser cierto que de *TRAGICARE venga el cast. TRAGAR, sólo el it. straccare comprobaría la existencia de *TRAGICARE y esto invitaría a creer que el iberorrománico y oc. atracar proceden de Italia, sin que esta conclusión fuese inevitable, pues no habría dificultad fonética, ya que *FIGICARE dió port. y cat. ficar.

Esta etimología no es inverosímil, pero quedan muchas dudas. Primeramente: ¿es antiguo el vocablo en Italia? Los diccionarios de la lengua literaria (Crusca, Tommaseo, Petrocchi, Rigutini-F.) lo desconocen, sólo lo ha admitido el Diz. Moderno de Panzini y vocab. náuticos como el de Corazzini («prendere e condurre un galleggiante, una barca...», «afferrare, ritenere con forza», con referencia al genovés); no existe en veneciano, sí en cambio en el dialecto de Génova, con acs. especiales que no parecen indicar un origen hispánico (attraccâ «afferrare», como transitivo e intransitivo: l’àncoa a l’ha attraccôu «l’ancora afferrò il fondo», attraccà o gaitello ‘amarrar la boya’)3; agregúese que el gran desarrollo semántico en el español de América, con aplicaciones no marítimas, no es favorable a una importación extranjera reciente: atracarse ‘acercarse (a alguien)’ en Chile, Bolivia y Argentina (Román; Bayo; Carrizo, Canc. de Tucumán II, 493), ‘adherirse (a una opinión)’, ‘hablar con dificultad, entorpecerse (la lengua)’ en el Perú (Arona), atracar un chivo a alguien ‘arrimarle un golpe’ (Martín Fierro II, 3197), atracarse a pelear en Cuba y Santo Domingo (BDHA V, 223), atracar a alguien ‘agredirle’, que en tiempo de Terr. era andaluz y hoy se ha generalizado en España, port. atracar-se com alguém ‘luchar cuerpo a cuerpo’, cat. atracar ‘acercar (en general)’ en Mallorca y Menorca (Moll, Misc. Alcover); esta plétora semántica no parece hallarse en Italia, aunque se han escudriñado poco los dialectos para tener seguridad al respecto; por otra parte la existencia en griego moderno de τρακάρω (o ντρακάρω) ‘abordar’ y también ‘chocar (en sentido no marítimo)’ (Hesseling; Kahane, ARom. XXII, 580-1), puede aprovecharse como testimonio italiano, pues hasta ahora apenas se han señalado casos seguros de palabras de origen catalán en Grecia, aunque ello sea teóricamente posible.

En segundo lugar, el único ej. castellano del S. XVII contiene atracar una nave en el sentido de ‘aferrarla en el abordaje’, del mismo modo deberá entenderse el ej. contemporáneo portugués, ésta es la única ac. que admiten todavía Aut. y Terr., y varias de las acs. modernas en español, italiano y neogriego apuntan hacia el mismo substrato semántico. Luego ¿será ésta la ac. originaria? No sería contrario a la etimología *ATTRAGICARE; tampoco sería esto desfavorable para una onomatopeya TRAK, expresando el choque.

Finalmente, ¿en qué relación está con atracar ‘acercar, aferrar, amarrar’ el cast. atracar ‘hartar de comida’, que no aparece antes de Moratín († 1828)?4. Cuervo no vacila en ver ahí una aplicación figurada, pero no se ve clara la comparación, a no ser que entremos en el terreno de las metáforas jergales, donde casi todo es posible, pero hoy el vocablo no pertenece a este ambiente lingüístico5. Para la ac. ‘hartar’, en todo caso es inadmisible la etimología *OBTURICARE de GdDD 4658a. El gall. torgar ‘atragantar’ y el leon. (Riaño) atorgar ‘obstruir’ vienen de torgar ‘estorbar el paso’ (vid. TORCA § 4), quizá influido por atorar (de TUERO).

Según Asín, Al-And. IX, 24, sería un ár. *taráqqa ‘aproximarse a la costa’ 5.ª forma de ráqà ‘lanzar’ (en España), cuya 4.ª forma (Ȑárqà), propiamente ‘echar’, aparece en dos autores orientales de los SS. IX y XI en el sentido de ‘aproximar un barco a la costa y echar el ancla’ (al parecer expresión elíptica en vez de Ȑárqà bi-s-sâɅil ‘echar el ancla’). Fonéticamente sería posible, pues hay casos de reducción de ta- a t- en árabe vulgar en la 5.ª forma (vid. ACHACAR), así que una base vulgar *Ȑatráqqà ‘él se aproxima a la costa’, aunque bastante hipotética, es perfectamente concebible; por otra parte, entonces deberíamos admitir que en Italia, Grecia y el Sur de Francia es préstamo hispánico, lo cual estaría de acuerdo con la modernidad y escasez de la documentación italiana. Con todo, el hecho de que hoy en Marruecos se emplee trāka para «accoste» (es decir, ‘atraca’), citado por Asín, en lugar de apoyar su idea, más bien le es desfavorable, pues dada la forma discrepante de su consonantismo y vocalismo, esta variante tendría que ser de origen románico. Aunque sorprende entonces que los moros no reconocieran su vocablo al imitar el uso del mismo por los hispanos, el hecho es que esto ha ocurrido varias veces en la terminología náutica, así que, si bien con dudas acerca de la misma, me inclino a tomar muy en serio esta, idea de Asín.

DERIV.

Atraco ‘acción de saltear en poblado’ [falta aún Acad. 1884]. Atracón ‘hartazgo’ [med. S. XIX].

1 El ingl. track ‘remolcar’, ‘sirgar’, es la palabra holandesa, tomada en el S. XVIII y confundida con el autóctono track ‘pista’ de otro origen. El vasco tiene atreka y lo mismo, o atraka, en Guipúzcoa; pero es dudoso que estas formas tengan mucha antigüedad: el vocabulario náutico del vasco raramente es autóctono.―

2 Probablemente es ac. secundaria, comp. ramarrer ‘reunir, amontonar’ en el Bajo Maine y en el Anjou, procedente de amarrer ‘amarrar’ (FEW I, la).―

3 Dare l’attracco ‘ir al abordaje’ en Liorna según Petrocchi.―

4 Ajeno a los demás romances, salvo el catalán. Alcover considera castellanismo, no así Fabra. Corre bastante en Cataluña, y aunque no recuerdo haberlo oído en ambientes muy puros, no se puede asegurar su carácter forastero puesto que también en castellano es reciente. Ag. dice haberlo hallado ya en el S. XVIII.―

5 Quizá derive del cat. ant. traca ‘rollo (de cueros de buey)’, cat. e hisp.-am. TRACALADA ‘multitud’ (véase), o esté relacionado con estas palabras. Comp. además cat. atracallar ‘atropella: (con palabras a alguien)’, ‘atarantar, cachifollar’ (> campid. tragallai ‘echar pestes contra algo’: Wagner, RFE IX, 240), que también he oído alguna vez en el sentido de ‘atracar, hartar (de agua)’. Finalmente deberá tenerse en cuenta el cast. y cat. TRACA ‘parte del forro de una nave’. Estamos ante uno de aquellos «Massen-probleme» que tanto gustaban a Schuchardt, donde es posible llegar a vastas síntesis y también es muy fácil desorientarse del todo. Hace falta documentación histórica.