TRAGAR, voz propia del cast. y el port., en catalán dragar; de origen incierto: por razones fonéticas y morfológicas no es posible relacionarla con el lat. TRAHĔRE ‘tirar de algo’; probablemente se sacó del lat. DRACO, -ONIS, ‘monstruo devorador’, del cual existe una antigua variante TRACO, y, en castellano drago, drasgo y TRASGO (V. éste).
1.ª doc.: Berceo.
Diez (Wb., 493) partía de un lat. vg. *TRAHICARE derivado de TRAHERE ‘tirar de algo’, tal como VOLVICARE (> VOLCAR) sale de VOLVERE. Es idea irreprochable en el aspecto semántico, pues bastará notar que el oc. ant. trazir, tragir, variante de traire ‘sacar’, y como éste procedente de TRAHERE (o de sus variantes *TRAGERE, *TRACERE), significa también ‘engullir’, en el trovador Gavaudan y otros (ASNSL CXXXV, 383). Pero es evidente, según la fonética castellana y portuguesa, que el resultado de *TRAHICARE sólo podía ser allá *tregar y aquí *treigar: comp. LAICUS > lego, leigo, BAICA > vega, veiga, etc. Sin duda por esta razón sustituyó M-L. tácitamente en la primera ed. del REW (8835) el *TRAHICARE de Diez por una variante *TRAGICARE. Aunque el propio M-L. combatió luego a los que admitían la existencia de un *TRAGERE variante de TRAHERE en latín vulgar (Einf., § 81, y ZRPh. XLVII, 288n.), sus argumentos son discutibles (Jud, ASNSL CXXIV, 398), y el citado oc. ant. tragir parece comprobar la existencia de *TRAGERE, de suerte que un *TRAGICARE sería teóricamente posible, y es posible que el it. straccare ‘fatigar’ lo compruebe (etimología dudosa, sin embargo). Pero en el aspeco fonético en realidad no ganamos nada suponiendo *TRAGICARE: si en esta forma hubiese ocurrido una síncopa temprana, anterior a la sonorización de la -C-, el resultado habría sido *tracar2, tal como de FIGICARE vino port. y cat. ficar (cast. HINCAR); y si la síncopa hubiese sido posterior a la sonorización entonces la G ante I ya se habría convertido en y o desaparecido del todo, y así el resultado habría sido también *tre(i)gar: comp. MAGէCUS > port. meigo, leon. mego. Es dilema sin escape, que obliga perentoriamente a descartar esta etimología.
El propio Meyer-Lübke lo hizo en su tercera edición, borrando el artículo *TRAGICARE; pero lo que propone en su lugar es peor, y desde luego inaceptable: vuelve a crear un artículo *TRAHICARE, del cual vendrían el it. straccare y otras formas italianas que de ninguna manera pueden acomodarse a tal base fonética; y en cuanto al iberorromance tragar, sería un derivado puramente castellano y portugués de traer. No debe esto entenderse en el sentido de que partiendo del indicativo yo trago ‘traigo’ y del subjuntivo que yo traga ‘traiga’ (preliterarios en castellano, y todavía usuales en el port. del S. XVI, vid. D. Vieira), se formara un infinitivo heteróclito tragar, lo cual sería un proceso morfológico poco menos que único, e inadmisible semánticamente (puesto que traer ya no significa ‘tirar’ en romance); debemos entenderlo, según explica más claramente en ZRPh. XLVII, 288n., en el sentido de que «abundando en la Península Ibérica los verbos derivados en -gar» tragar se formó en época más o menos moderna como derivado de traer. Se trata de una idea extraña, a la que sin duda no hubiera llegado M-L., de no haber sido en el calor y el agobio de su polémica con Jud. Desde luego no es aceptable: repásense los ejs. que reúne M-L. de verbos derivados en -gar en su Rom. Gramm. II, § 577, no sólo los iberorrománicos, sino los de todos los romances, y en vano se buscará entre ellos un caso que pudiera servir de modelo a esta derivación de tragar desde el traer romance3. ¿Habrá que renunciar del todo a relacionar con TRAHERE? Es verdad que hay formas semejantes en otros romances que evocan insistentemente esta relación etimológica: más lejos hablaré del cat. sotragar ‘sacudir’; el campid. tragai significa «trasportare, trainare, trasportar con carro» y parece clara su relación con el lat. TRAHERE ‘arrastrar, tirar de algo’, pero sería imprudente sacar conclusiones de esta forma aislada y moderna4.
Debemos prestar especial atención a una glosa del Penitenciario Silense (2.ª mitad del S. X) evidentemente relacionada con nuestro problema (n.º 326)5: se trata de la frase «si porci autem lacerantes cadabera mortuorum manducaberint, comedi porci proibeantur» lo cual ilustró el glosador mediante las palabras elos cuerpos (con llamada en cadabera) y tradecando (con llamada en lacerantes); si el glosador mezcló mentalmente el sentido de lacerantes con el de manducaberint, o si meramente entendió mal lacerantes como si significase ‘devorantes’, no es bien claro, pero no importa mucho: de todos modos parece claro que este tradecare es un antecedente de nuestro tragar, y esto puede orientar nuestra búsqueda en otra dirección. ¿Habrá que pensar en un *TRADICARE derivado de TRADĔRE? Estaríamos fonéticamente ante el caso de TRITICUM > tridgo > trigo. Pero me parece esto inverosímil en el aspecto semántico: sería forzado querer pasar de ‘trasmitir’ o ‘entregar’ a ‘tragar’ (además de que el romance sólo ha conservado TRADERE en el sentido de ‘traicionar’). Desde luego no puede desconocerse que las Glosas Silenses y Emilianenses contienen latinizaciones y casos de reconstrucción de formas más arcaicas que las pronunciadas por el glosador: cuémpetet COMPŬTET es evidente que no presenta el vocalismo originario, sino una falsa restitución a base de la forma pronunciada por el glosador cuémptet; paralelamente lo más que puede significar la forma tradecando es una pronunciación real *tradgando. Así y todo el dato sería valioso, y podría conducirnos a suponer como base *TRACTIARE. Morfológicamente sería esto tan bueno o más que TRAHICARE, y en el aspecto fonético la evolución pudo ser *traིtegare > *traȳ?gar > tragar, con reducción del grupo complejo ȳ?g donde las dos palatales ȳ y ? estarían íntimamente compenetradas. Así y todo lo natural sería que la reducción se hiciese en *traigar y así volvemos a la dificultad de siempre. Además es muy discutible que los cat. tragar y dragar puedan explicarse de esta manera: el catalán resuelve palatalmente el grupo átono -TէC- o -DէC-, y si el resultado de FITICUM es fetge, -ATICUM > -atge, PORTICUM > porxo, MANTICA > manxa, y por otra parte PENDICARE > penjar, COACTICARE > acotxar, acatxar, CRONTICARE > gronxar, también esperaríamos que *TRACTICARE diese *tretxar. Finalmente la glosa del Vaticano «traco: glutiens», de que hablaré luego, es anterior al S. X, y en ella es forzoso reconocer un antepasado del cast. tragón, lo cual quebranta nuestra fe en el valor del tradecando silense: puesto que esta forma de todos modos ha de ser reconstrucción arcaizante, ¿estamos bien seguros de que nos revele un *tradgando oral? No por cierto: es muy posible que el glosador latinizara así una pronunciación real tragando fijándose en el modelo de vengar VINDICARE, pingar PENDICARE, Salamanca SALMANTICA, trigo TRITICUM, etc.
En conclusión nada es seguro y los varios ensayos de etimología latina tropiezan todos con dificultades considerables. ¿Cabe pensar en otra etimología completamente distinta? Partiendo del latín no veo nada practicable6. Quizá podríamos partir del gót. DRAGAN (o GADRAGAN) ‘tirar de algo’, ‘llevar’, ‘traer’, con el mismo cambio de la inicial rara DR- en tr- que observamos en TRAPO < DRAPPUS (o por influjo de traer). Mas, ¿por qué este germanismo en idea tan elemental y solamente en iberorromance? También cabría pensar en el céltico: pues el galés go-dro ‘ordeñar’ (< VOTRଵGO), bret. ant. guo-troit «vous trayez», galés treio «refluere ut mare», irl. ant. tráges «quod refluit», galo ver-trăgus ‘sabueso’ y otras formas célticas (Stokes-Bezz. 136) coinciden en postular un paleo-céltico *TRଵGĶ ‘yo tiro (de algo)’: fonética y semánticamente sería irreprochable esta etimología, y no sólo los fr. briser o basir, sino también el pan-romance ESTANCAR (tancar) nos dan ejs. de importantes verbos de origen céltico. Así y todo sorprendería este celtismo verbal circunscrito a la Península Ibérica y ajeno a Francia.
En definitiva ninguna de estas etimologías es ni medianamente satisfactoria, y así creo que hemos de acudir a otra fuente, nada misteriosa por cierto. El camino nos lo señala San Isidoro en sus Differentiae: «inter draconem et traconem: draco est immanis bellua, tracones vero sunt hiatus terrae» (§ 165). Esta palabra traco muestra gran vitalidad en la Edad Media. El venerable Beda, medio siglo después del santo hispalense, lo describe así: «terra ad imitationern arteriarum, per quas spiritus discurrit in homine, habet cavernas, foramina et tracones, per quae venti et flumines discurrunt: nam flumina mare intrant omnia, nec tamen redundat, quia ad suos alveos per tracones redeunt» (cita de Quicherat, Addenda ad Lexicos Latinos, p. 296). Más tarde lo emplean Guillermo de Tiro, Mateo de París, el biógrafo de San Albano y otros, hablando los unos de las cuevas de los trogloditas de Siria, otros de los canales subterráneos que absorben las aguas del Nilo, otros de cavernas cualesquiera, y había una crypta Traconaria bajo el Cabo Miseno. De que traco y draco se empleaban promiscuamente, y eran en el fondo una sola palabra, es testigo el propio San Isidoro al querer establecer una distinción sinonímica, en lo cual se guió el santo por un buen instinto de gramático, al reservar la forma correcta y primitiva para el sentido primitivo, y especializar la deformada por el vulgo para el sentido metafórico vulgar; pero así y todo la gente siguió relacionando y aun confundiendo los dos vocablos, como revela el vetus poeta anónimo citado por Juan de Janua («terrarum tracones, animalia dico dracones») y el glos. de la Biblioteca Real de París citado por Du C.: «traco idem est quod Via subterranea... ubi habitant dracones fantastici; et ideo debemos dicere ‘Laudate Dominum de terra tracones’, et non dracones, ut dicunt quidam errantes»7.
Este «error», que si bien lo miramos era una verdad profunda, tuvo la vida dura, pues todavía el pueblo en Cataluña dice dragar por tragar ‘engullir’, forma que ya se encuentra en el S. XVII (Ag., s. v. dragador y draga-pa) ―se oye más en el campo que en Barcelona, esp. en la frase no poder dragar algú ‘no poderle soportar’ y en el valle de Boí he anotado dragar-se lo fum; V. abajo dragante―, y al revés Nebr. trae tragonçuelos «sarcocolla» seguramente como equivalencia del nombre de planta latino dracunculus. Pero si el traco era un enorme sumidero donde desaparecían las aguas de la tierra, el verbo derivado *TRACARE era excelente descripción de lo que hacía el traco al ‘tragarse’ las aguas; y si el DRACO clásico era un enorme monstruo devorador, ¿no estaba destinado su nombre a convertirse, por un proceso fonético muy normal, en el tragón castellano? La metamórfosis la sorprendemos ya cumplida en una glosa trasmitida por un ms. Vaticano del S. XIII, pero seguramente más antigua y quizá escrita en España, donde el traco está definido no sólo por «qui aquam absorbit» en el sentido isidoriano, sino también por «glutiens» ‘tragador’ (CGL V, 517.12).
¿Cómo pudo el grecolatino DRACO ‘monstruo devorador’ convertirse en TRACO ‘sumidero’? La respuesta en principio ya está dada; nótese además que era lugar común de la Antigüedad situar a los dragones en cavernas y como guardianes de tesoros, que siempre han sido subterráreos («incubantes eos thesauris custodiae causa finxerunt Antiqui» Festo, «subest specus in quo manes ejus custodire Draco traditur» Plinio); cuán vivamente impresionó la imaginación del pueblo latino la leyenda del dragón griego nos lo muestran las numerosas acs. traslaticias: ‘vasija de forma tortuosa para calentar agua’, ‘sarmiento de vid ensortijado’, nombres de plantas y de pequeños reptiles, etc.; mas por otra parte, al principio, el vulgo, ignorante del griego, al ver DRACO empleado hablando de cavernas había de tender a tomarlo por de la caverna misma, y con ello coincidiría la metáfora de otros más cultos que comparaban a una serpiente colosal las simas tragadoras de aguas y de animales. ¿Qué fué primero: tragar ‘devorar’ o tragar ‘sumirse la tierra’? Es imposible decirlo y tampoco hace falta: los dos debieron ser antiguos, y lo único evidente es que la ac. ‘engullir’ salió posteriormente de ‘devorar, comer tragonamente’.
El cambio de DR- en tr-, cuyo ejemplo más conspicuo es trapo de DRAPPUS, como es sabido se explica por la suma rareza de la inicial DR- en latín8, y en realidad es fenómeno más frecuente de lo que suele creerse: port. y cast. ant. trópego HYDROPICUS, tragontía < DRACONTୱA (al revés adragante < tragacanthe); para nombres de lugar catalanes y portugueses en Truite- procedentes del gót. DRAÚHTS, vid. Misc. Fabra, 114; it. treggea = fr. dragée (REW 2728); *TRACէNA, REW3 8223b < ƌράκαινα; napol. tragonceddu DRACUNCULUS (REW 2760). Finalmente la formación del verbo tragar partiendo de DRACO, -ONIS, no presenta la menor dificultad, sea que partamos del antiguo nominativo drago (Alex., 988, cat. y oc. drac ‘dragón’, b. lat. dracus, o que tomando a tragón (voz muy antigua, ya documentada en el S. XIII, y J. Ruiz ya emplea tragonía) por continuación directa de TRACO, -ONIS, admitamos una formación regresiva según el modelo copiosísimo de saltar : saltón, espiar : espión, enredar : enredón, adular : adulón, COMEDERE : COMEDO, BIBERE : BIBO, etc.9.
Las objeciones de Leo Spitzer, en MLN LXXIV, 1959, 133, a la etimología DRACO tienen bien poco peso. Que TRACO era realmente una variante de DRACO en circulación, no puede ponerse razonablemente en duda: no sólo por lo que dicen los varios glosarios sino teniendo en cuenta tragonceddu, tragonçuelos, tragontía, etc. Es muy débil también la defensa que hace de la etimología TRADICARE.
DERIV.
Tragable. Tragadero [APal. 168b]; tragaderas. Tragador. Tragallón. Tragamiento [APal. 41d, 42b]. Tragante (‘canal que traga agua de lluvia’ cub., Ca., 97); tragantada; tragantez ant. [-és, APal. 214b]; tragantón [APal. 105d]; tragantona; atragantar [Tirso, Quevedo]; atragantamiento cub. [Ca., 214]; dragante [Aut. como signo heráldico que representa un dragón, y según eds. recientes de la Acad. un dragón tragando] > fr. dragan ‘parte de la proa de una galera donde se inscribían el nombre y divisa de la misma’ [S. XVII], Spitzer, Litbl. XLII, 310. Tragazón. Trago [«t. de cosa líquida» Nebr.]. Tragón [S. X, V. arriba; en la Gral. Estoria, 78a27 traduciendo «hians aut devorator», RFE XXI, 16; APal. 56b, 125b, 252d; «gluto» Nebr.]; tragonía [J. Ruiz 294a, Rim. de Palacio, 100; «ingluvies» Nebr.] o tragonería; tragonear; tragonçuelos, V. arriba.
CPT.
Tragafees [S. XV, Aut.]. Tragahombres. Trágala. Tragaldabas [Aut.]. Tragaleguas [Aut.]. Tragaluz [Aut.]. Tragamallas [Quevedo, Aut.]. Tragasantos. Tragavenado. Tragavino. Tragavirotes10.
1 V. ejs. en Ag.; agrego algunos de Jaume Roig: «d’un gras porcell / e vi novell / ha molt tragat, / es-se ofegat / de poplexia» (v. 1575); frecuente en este texto con el matiz de ‘devorar’ (9083, 13478, tragadora 3926); de ‘engullir’, como en el Legendari, hay uno en el v. 8376, y en el Curial: «a manera de qui beu purga, volgué tragar aquesta píllola tan amarga» (N. Cl. III, 20).― ↩
2 Si debe explicarse así el lomb. alp. trakar jo ‘caer’ (Bormio, Livigno), como dice Rohlfs, ASNSL CLXXVII, 37, no debemos dilucidarlo aquí, pues se trata de una palabra de sentido bastante diferente, que no puede decidir el problema del iberorromance tragar.― ↩
3 Casos como rosegar frente a roer o mossegar frente a morder, o como pingar junto a pender, están ya muy alejados del radical del primitivo; tampoco apesgar junto a pesar o doblegar junto a doblar proporcionarían un punto de partida adecuado. En primer lugar son casos demasiado raros, y aun prescindiendo de que no son verbos en -er sino en -ar, siempre tendríamos que el resultado de la imitación de estos modelos habría sido *traegar, que vuelve a llevarnos al callejón sin salida *traigar, tre(i)gar. Casos como saborgar o madrugar ni siquiera tienen radical verbal sino nominal. Podría señalarse alguno oscuro como el cat. aixoplugar-se ‘ponerse a cubierto de la lluvia’, que parece derivado de ploure o del lat. pluere ‘llover’. Palabras que nos recuerdan el caso del cast. tragar (cat. dragar) al lado del lat. trahere. Pero se trata de un caso absolutamente aislado y difícil de explicar; su relación con el sinónimo soplujar, derivado de pluja ‘lluvia’, no está aclarada: creo habrá cruce de éste con el sinónimo esplugar-se (deriv. de espluga), oído en el Montsec. V. ahora el art. aixoplugar del DECat.― ↩
4 Más dudoso todavía es el valor de Chioggia tragar «tirare» acerca del cual discutieron Vidossi (Studi Dial. Triestini, § 151; ZRPh. XXVII, 759) y Salvioni (St. di Fil. Rom. VII, 201; AGI XVI, 213); creía aquél que esta forma debió estar más extendida por el Véneto en otro tiempo, teniendo en cuenta el venec. general tragante ‘cazador’ y un tragaúro (-ATORIUM) difundido en varios dialectos locales, y así pensaba en una forma hermana del cast. tragar; mientras que Salvioni explicaba tragante desde el verbo trar según el modelo de gerundios como dagando junto a dar, y consideraba secundario el local tragar. Cualquiera de ellos que tuviese razón es visible que no sería prudente fundarse en estas formas locales para la etimología del iberorromance y antiguo tragar. Ahora bien: ¿no pudo el campid. tragai tener un origen analógico semejante? En cuanto al campíd. trangulai ‘engullir’ que M-L. coloca también entre los representantes de *TRAHICARE debe de estar tomado del cat. ant. trangolar íd. (AILC III, 210; M. L. Wagner, RF LXIX, 267 insiste en TRAHICARE, porque la forma sarda no quiere decir ‘tragar’ sino «trainare, strascinare», «nach sich herziehn»); el origen de éste a su vez me parece ahora claro: se sacaría secundariamente de estrangolar (STRANGULARE), tomado por un derivado privativo en EX-, en el sentido de ‘impedir tragar’, comp. estrangolir ‘morir de hambre’ en el Curial (N. Cl. I, 105), port. ant. estrangulho ‘asfixia del caballo’ *STRANGULIUM, RL XIII, 114. El it. trangugiare ‘engullir’ pasa por derivado del radical céltico del fr. gosier, pero tran- no puede explicarse fonéticamente por TRANS-, de suerte que por lo menos habrá cruce con el tipo trangolar. De todos modos este grupo de formas heterogéneas no tiene relación íntima con nuestro tragar.― ↩
5 Por lo visto Berlanga conocía las glosas de Silos, pues en el vocabulario de sus Antigüedades explica tradecar por ‘despedazar’, evidentemente refiriéndose a esta glosa.― ↩
6 Suponer que de estragar *STRAGARE, partiendo del sentido de ‘destruir’, se sacase un regresivo tragar ‘consumir’ y luego ‘devorar’, finalmente ‘engullir’, me parece forzado en el aspecto semántico.― ↩
7 Tragó ‘canal subterráneo’ se ha conservado en el nombre de dos pueblos catalanes Tragó de Noguera en el bajo Ribagorzana [Tragó en 1359, Col. Doc.5 Arch. Cor. Ar. XII, 78], junto al desfiladero más profundo de este río, cuyas aguas, como dice Madoz, no pueden aprovecharse en Tragó por estar demasiado hondo su cauce; y Tragó de Peramola también junto a un desfiladero del Segre (ya Trogone en 1035, Bol. Acad. B. Letras de B. VIII, 423); no sé si tiene el mismo origen Torogó, término de Espluga de Serra, que creo no está lejos del Ribagorzana, pero que ya se menciona con el nombre de Torocone en el S. X (Serrano y Sanz, Noticias Hist. del Condado de Ribagorza, p. 387). Comp. sobreselv. dargun ‘arroyo tormentoso y rocalloso’, Bergamo drac, dragú ‘quebrada de un monte’, Romagna darven ‘torrente, quebrada’, Delfinado drac (drau) «gros volume d’eau» y nombre de un arroyo alpino, napol. ant. dragonare ‘desbordarse’ (REW 2759; FEW III, 151 n. 6). El cat. tragó en el artículo DRACO del REW es errata: pero ¡sonó la flauta por casualidad!― ↩
8 Es probable que la forma irregular del lat. trahere, en lugar del *drahere que esperaríamos más bien como correspondencia disimilada del indoeur. dhragh- (gót. dragan, ingl. drag, alem. tragen), se explique también por esta rareza.― ↩
9 No creo que el cat. sotragar ‘sacudir’ pueda constituir una objeción seria contra esta etimología a pesar de su relación con TRAHERE, quizá más aparente que real. En primer lugar apenas conozco testimonio alguno de esta palabra, ni de sotrac o sotragada ‘sacudida’, anterior al S. XIX; sólo sodrach ‘golpe’ como barbarismo en el valenciano B. Fenollar, h. 1490 (Bol. Acad. B. L., 1950, 146). Por otra parte existen numerosas variantes fonéticas que nos apartan mucho de TRAHERE: mall. sodrac, sutroc, sodragada, sodrogar, Garrigas soldroc, Priorato sondrec, Tortosa sostracada, Barcelona y Vic sotraquejar, sotraqueig; soldracada oído en Fraga (li pegue la soldracada); comp. el mall. sondrollar equivalente del barcelonés sorollar ‘sacudir levemente’. Parece quimérico querer derivar todo esto de un étimo latino único. Por otra parte lo realmente vivo son los sustantivos sotrac, sotragada y análogos, el verbo sotragar apenas se oye. Lo razonable me parece ser buscar a todo esto un origen onomatopéyico a base de la sílaba TRAK, TROK, imitativa del traqueteo que va sufriendo continuamente un carro, pues a esto es a lo que especialmente se refiere sotrac: el origen será, pues, el mismo del cast. traqueteo.― ↩
10 En la comarca del Ribagorzana, donde se está construyendo el gran embalse de Canelles, hay la creencia popular de que el embalse no se podrá terminar nunca a causa de las grandiosas simas que se tragarán el río. Así me lo han dicho muchos en un viaje reciente. Ignoro si comparten este temor los ingenieros, como algunos me lo han asegurado. Más bien creo que habrá ahí una supervivencia de viejas creencias locales: a 2 kilómetros de Canelles está el pueblo de Tragó de Noguera. ↩