ACHACAR, ‘acusar’ ant., ‘imputar falsamente’ del ár. šákà ‘quejarse’ o de una de sus formas derivadas, probablemente de la quinta forma, que era en hispanoárabe Ȑatšákkà ‘acusar’ (árabe clásico Ȑatašákkà).

1.ª doc.: Berceo.

Sólo port. ant. achacar ‘acusar’1. Sobre los problemas que presenta esta etimología y la evolución semántica del vocablo vid. Cuervo, Dicc. I, 174-6; Richardson, Hisp. R. VII, 337-44; Neuvonen, 206-10. Puede rechazarse la idea de G. de Diego, RFE XVIII, 2-6, de que achacar sale del antiguo asacar ‘inventar’, ‘imputar en falso’, derivado de SACAR, con influjo de achaque; contra su parecer, no hay dificultad alguna en pasar de ‘quejarse’ a ‘acusar’, y esta última ac. está ya documentada en árabe por PAlc.; por el contrario es asacar ‘imputar (algo) en falso’ (Memorias de Fernando IV, Castigos de D. Sancho) el que se debe a influjo de achacar sobre asacar ‘inventar’. En lo antiguo achacar se construía con complemento directo de persona lo mismo que su sinónimo acusar («teniénse desta muerte que serién sospechados.... que serién por ventura presos e achacados» Berceo; «El peón que las crebantare [las treguas]... finque en donna Vrraca Alfonsso quanto él ovier, e xáquele por traydor», doc. de 1244, M. P., D. L., 57.14), y el vocablo tenía a veces x como en árabe, en lugar de ch, como se ve por este ej. y por el de Juan Manuel, citado por Baist, RF IV, 409.

Algunas veces parece haberse conservado en romance el sentido arábigo etimológico ‘quejarse’. De otro modo sería difícil comprender el pasaje de Juan Ruiz, donde el Amor aconseja al poeta, para que tenga éxito con su amada: «sírvela con grand arte e mucho te achaca» (616a), así en S. La lección de G «mucho te la achaca» me parece decididamente mala, aunque la prefiera Cejador, pues nunca achacarse algo ha significado ‘apropiárselo’, ni sería ahí oportuno para el contexto (nótese el mucho); además este la se explica fácilmente como error del copista, en calidad de repetición mecánica del «sírvela» precedente. Neuvonen, pp. 209-10, ha creído hallar un ej. de achaquiarse con el sentido de ‘quejarse’ en la Biblia med. rom.2; en todo caso, en el Rim. de Palacio Ν 1092b estar muy achacado sigue bastante cerca de esta idea, pues vale ‘estar excitado, arrebatado’ (un amigo dice a Job exhortándole a tener paciencia: «por esto he temor que tu non has pensado / como van estas cosas, estás mucho achacado / que sin razón padeces, e andas tribulado», y el ms. Ε lo reemplaza por muy quexado) y traduce el lat. quid tumes de la Vulgata (vid. Aguado). También el pasaje del Rim. de Pal., 126a, citado por el mismo dicc., parece contener achacoso en un sentido tan próximo a ‘quejoso’ como a ‘acusador’. En el pasaje de Juan Ruiz la ac. ‘quejarse’ corresponde muy bien al sentido general del original ovidiano citado por Aguado. Finalmente en portugués unos diccs. definen el port. ant. achaque como «motivo de queixa; acto de queixar-se» (Fig.) y otros (Moraes) «queixa, ofensa» (Inéditos de Alcobaça), «malquerença, resentimento» (Crónica de Resende), «trabalho, dissabor, raz?es desabridas» (Ulisipo). Luego la interpretación que sugiero para el pasaje de Juan Ruiz está bien apoyada, y todo junto aporta nuevo testimonio de la íntima proximidad de achacar a los varios sentidos de la raíz arábiga šákà.

DERIV.

Achaque [1224: achac; Berceo: achaque] ‘acusación’, ‘causa’ ant., ‘pretexto’, ‘enfermedad habitual’, del ár. šakâ f., šakâȐ m., ‘queja’, ‘mal corporal’, ‘enfermedad’3, de la misma raíz que el verbo anterior. Richardson y Neuvonen se han esforzado por resolver la doble dificultad fonética que presenta el traslado del acento, que en árabe caía en la última sílaba, y el cambio de š en ch. En cuanto al acento, Richardson cree que su retroceso sólo es posible en el femenino šakâ; Neuvonen pone en duda que sea posible en ninguno de los dos, fundándose en que el hecho es enteramente excepcional en las grafías de PAlc. para ambos casos. En realidad los datos de Alcalá no prueban que no existiera otra acentuación en el árabe de España, pues no es raro el caso de que sus acentuaciones sean más próximas a las del árabe literal que las vulgares que han predominado en romance, así almadén contra Alcalá adin (98.39), Alcalá contra cálaa (s. v. tenazas), aljama contra jamáa (98.17), albarda contra bardáa (96.7), y el caso de queça (Steiger, p. 205) contra quicí (99.20), que tiene la misma estructura que nuestro šakâȐ. Este ej. y los dos que cita Steiger, p. 84, prueban que no es cierta la afirmación de los dos eruditos de que el acento no puede retroceder en los masculinos de esta estructura, y un caso como el de azaque < ár. zakâ f., prueba que tampoco hay la menor dificultad para que achaque proceda del femenino šakâ4. En realidad no es posible decidirse entre los dos étimos, y es sumamente probable que ambos se confundieran en un solo resultado romance5; el factor decisivo para generalizar en romance la acentuación paroxítona de achaque fué su relación con el verbo achacar percibida por todo el mundo: la pareja acháque - achacár pertenecía a un tipo romance frecuentísimo, mientras que *achaqué - achacár hubiera sido en romance muy excepcional6. En cuanto a la ch es probable que Neuvonen haya atinado al explicarla por la pronunciación vulgar de la quinta forma del verbo7, desde donde se extendería al sustantivo, pero nótese que la forma de éste con artículo (aš-šakâ) pudo dar el mismo resultado, en vista de los casos de šš geminada pronunciada como ch que reuní en BDC XXIV, 28 (hachún, machéq, morratxa). Además del castellano este arabismo entró en port. achaque ‘queja’, ‘acusación’, ‘pretexto’ ant., ‘dolencia habitual’ mod., y en el cat. xacra f. ‘dolencia habitual’ (¿con r de LACRA?); el it. acciacco íd. parece ser castellanismo, pues sólo aparece en el S. XVII (Redi, Magalotti, Salvini). Achacoso [h. 1400: Rim. de Palacio], Achaquía arag., bilb., ‘pretexto, causa’ [1131], ‘acusación’, del ár. šakîya ‘acusación’; achaquiar ‘quejarse’, ‘acusar’ [S. XIII]; de aquí también el cat. ant. xaquiós [1460: J. Roig]. Desajacarse ‘excusarse’ [Acad. ya 1843] ant.

1 Acerca de la posibilidad de que el cat. atgegar, engegar, ‘arrojar’, ‘expulsar’, ‘poner en marcha’, tenga el mismo origen, con la ac. inicialrepudiar’, vid. Spitzer, AILC II, 17. El it. acciaccare ‘aplastar’, ‘quebrantar’, seguramente es palabra romance de otro origen completamente distinto, aunque posteriormente entró en contacto con el hispanismo acciacco ‘achaque’.―

2 Comprobado el caso resulta, en verdad, por lo menos dudoso. Aunque el lat. causari de la Vulgata, al que ahí traduce achaquiarse (Deuteron. XXX, 13), es cierto que puede significar ‘quejarse, lamentarse’, también tiene el sentido de ‘pretextar’, que es otra de las acs. de achaque y su familia. Ambas acs. son posibles según el contexto, pero la segunda es algo más natural y así lo entiende la única traducción de que dispongo para la Vulgata, la católica alemana.―

3 PAlc. traduce «lazeria por mezquindad, pasión del cuerpo, trabajo con pasión, fatiga del cuerpo, aflegimiento». Nótese que la grafía xaquá de Alcalá no corresponde al ár. šákwa, como entiende Eguílaz, sino a šakâ o šakâȐ (comp. márfaqua = márfaqa, háqqua = háqqa, etc.).―

4 Cito todavía más ejemplos de retroceso del acento en vocablos del mismo tipo o parecido en BDC XXIV, 54. Agregúese alubia del ár. lūbiyâȐ, que ya aparece en R. Martí y en Alcalá en la forma lúbya. En casos como éste los diccionarios suelen citar sólo la forma hispanoárabe y así dan la impresión de que no ha habido cambio del acento entre el árabe y el castellano, pero claro está que la forma citada por Alcalá y Martí no es una variante perteneciente al árabe antiguo, sino la forma dialectal hispanoárabe.―

5 Los casos de achaque femenino en textos del S. XIII, en que se funda Richardson, p. 339, en verdad no prueban nada, pues abundan los casos de femenino secundario en palabras de a inicial y e final. Albogue y adarve se encuentran entre ellos (Neuvonen, 144, 141-2), aunque su étimo árabe era indiscutiblemente masculino.―

6 El artículo de Neuvonen está redactado contradictoriamente. Primero anuncia que debe hallarse otra solución que la del traslado de acento, y lo que dice en la p. 288 (la -e de achaque es vocal de apoyo) indica que esta solución era considerar achaque postverbal romance de achacar, mas parece que posteriormente cambió de opinión y acaba por rechazar esta idea. Indudablemente con razón, pues el significado ‘enfermedad’ correspondiente a achaque y a su substrato árabe, no tiene raíces en el verbo achacar.―

7 Documentada por PAlc. 78: nachaquí, achaquéit, achaquí, ‘acusar’. Otros testimonios de lo mismo se sacan de la toponimia valenciana (Mutxamel).