TRAPO, del lat. tardío DRAPPUS íd., probablemente de origen indoeuropeo pre-latino (más bien sorotáptico que céltico); en castellano y portugués la D- se cambió en T- porque no existían palabras propiamente latinas que empezaran por DR-.

1.ª doc.: docs. de 1081 y 1095 (Oelschl.); 1251, Calila.

Donde se lee «Falló la una deuas un trapo viejo, e cubrió con él su vergüença» (ed. Allen, 72.387). El derivado trapero está también en la 1.ª Crón. Gral.: «una calle avié ý de los traperos y de los camiadores» (768a) y en el glos. del Escorial; «criatura de trapos: oscillum» en el glos. de Palacio de la misma fecha, h. 1400; «trapo: pannus, panniculus» Nebr. Es palabra de uso general en todas las épocas1. Lo mismo el port. trapo, ya documentado h. 1200 (CortesƟo). Los demás romances han conservado la D- inicial: cat., oc., fr. drap, it. drappo.

En textos latinos DRAPPUStrapo’, ‘paño’, aparece muy tardíamente, en la traducción de Oribasio (SS. V-VI, Rom. XXXVI, 633-4), en notas tironianas, en leyes bárbaras y en textos posteriores. Corresponde este vocablo a palabras difundidas en varias lenguas indoeuropeas, con significado igual o análogo: scr. drāɅ, avéstico drafša-, escand. ant. tr྿f, lit. drãpanos. Sin embargo, la fecha tardía de la palabra latina y todavía más la circunstancia de que el latín no posee palabras genuinas en DR-, hacen increíble, como observó M-L. (Litbl. XXVII, 233n.), la idea de Vendryes (Intensité Initiale, p. 119) de que sea vieja palabra latina no admitida por los clásicos; se había pensado en un origen germánico, a lo cual no se prestan las formas germánicas documentadas (Baist, ZRPh. VI, 117); también en el céltico, y a pesar de la objeción de Thurneysen (Keltorom., 56) de que la P indoeuropea desapareció en esta lengua, observó Brüch (ZRPh. XLI, 687-9) que el grupo pretónico PN forma una excepción a esta regla, y así la correspondencia céltica del lit. drãpanos ‘ropa blanca’ sería precisamente *DRAPPOS en el celta continental; sin duda es verdad que nada de esto conservaron las lenguas célticas isleñas, mas puede tratarse de una de las palabras privativas de las hablas del continente, y en efecto hay varios nombres de persona galos de la forma Drappo- y Drappet- (Dottin, La Langue Gaul., 252). En conclusión, se tiende últimamente a admitir el origen céltico, siguiendo el ej. de Pedersen (Litteris VII, 20); vid. REW 2765; FEW III, 156; Walde-H., s. v.; pero Pokorny (VRom. X, 229 y IEW 211.6.11) prefiere atribuir el vocablo a sus Urnenfelder indoeuropeos pre-célticos: es preciso reconocer que el conjunto de este grupo, dentro del indoeuropeo, señala más bien hacia el sorotáptico, y lo confirma la falta de todo apoyo en el céltico insular. El cambio castellano y portugués de DR- en tr- se debe precisamente a la falta de palabras latinas con esta inicial, lo que dió lugar a alteraciones hispánicas como las citadas por Brüch y por mí mismo aquí s. v. TRAGAR e HIDRO-, e igualmente en otras partes de la Romania (DREPANUM > Tràpani, y otros casos a que alude Hubschmied, VRom. III, 93n.1)2.

DERIV.

Trapajo [S. XVII, Aut.]; trapajoso [Aut.]; entrapajar; estrapajar (sólo en el falsario Cibdarreal, S. XVII). Trapé (así acentúa Aut.), del fr. drappé. Trapear. Trapero [S. XIII, V. arriba]; trapería; drapero. Trapiento. Trapillo. Trapinada ‘gran cantidad de trapos’ almer. Trapío [Acad. 1884, no 1843], quizá tomado del port., como voz náutica. Trapito. Entrapar; entrapada.

1 El ast. trapu significa además ‘copo de nieve’ (V). En castellano se empleó especialmente en el lenguaje náutico, y ahí en particular como colectivo, y sobre todo en la locución (navegar) a todo trapo ‘con todas las velas puestas, a toda vela’; además se generalizó el empleo de esta locución, pero dudo de la exactitud y el matiz de la definición de la Acad.: «con eficacia y actividad». En catalán, donde es muy viva, más que en castellano, a tot drap es ‘a todo propósito, en toda ocasión, sin restricción, copiosamente’ (cf. DAlcM, loc., 1). Veo el mismo matiz en la pluma de gallegos: «quise suplir a puras preguntas lo que no podía leer, ni hallaría en mi librería... así preguntaba a todo trapo, al primero o primera que se me ponía delante», M. Sarmiento, 1751 (Pensado, CaG. p. 59).―

2 El ruso común trjapka ‘trapo, andrajo’, y el ruso dial. trjapĭe (así en Tolstoi, Vlastĭ Tĭmy), es probable que sólo por una coincidencia se parezcan al cast. trapo, pues suponen TREMP- como punto de partida fonético; eso está claro si nuestro vocablo es de origen céltico, no tanto si viene de los sorotaptos, pues ahí no está demostrado que A interconsonántica no pudiera ser el representante de la nasal vocálica, como en griego o sánscrito.