ROSCA, voz peculiar de los tres romances ibéricos, de origen incierto, quizá prerromano; es imposible que proceda del lat vg. *ROSICARE ‘roer’, lo que además de suponer un cambio de sentido poco verosímil, tropieza con graves dificultades, entre ellas el hecho de que el verbo roscar es raro y reciente, luego es de creer que derive de rosca y no al revés.

1.ª doc.: h. 1300.

En el Cavallero Zifar escrito por este tiempo se encuentran estas frases: «―Tomad agora esa rosca destas bodas―dixo el Cavallero Amigo, e arrancóle la cabeça. E porende dizen que de tales bodas, tales roscas» (ed. Wagner, 502.26); lo cual alude a la costumbre de hacer roscas o rosquillas, «especie de massa dulce y delicada» (Aut.), con motivo de las grandes fiestas; rosca es «bollo de massa de harina como la del pan, u otra delicada, como la del bizcocho, formada en círculo». «Rosca es de pan mediano» en J. A. de Baena (Canc. n.º 180, v. 4). En este sentido también, en El Rufián Dichoso de Cervantes se habla de «las blandas roscas de Utrera» (Cej. V, 496-8), que según Correas eran «excelentes y de buen pan»; este autor cita varios refranes relativos a este amasijo: «la rosca de Pedraza, gran agujero y poca masa», «el pan de la que malquieras, en roscas lo veas»1.

Por lo común suele considerarse fundamental la ac. mecánica «máquina que se compone de tornillo y tuerca», aunque es difícil asegurar si lo primitivo es esta ac. técnica, y aun es lícito sospechar que sea más bien la genérica ‘cualquier cosa redonda y rolliza que, cerrándose, forma un círculo u óvalo, dejando en medio un espacio vacío’. Nebr.: «rosca de pan: spira; rosquilla desta forma: spirula; rosca de culebra: spira». Así es como se aplica a los espirales en que se dobla una culebra, a los círculos en que plegamos una cuerda, a los que se marcan en el agua después de lanzarle una piedra, etc., de todo lo cual pueden verse ejs. clásicos en Aut. y en Cej.

Rosca no se encuentra en otros romances que el cast., cat. (donde no conozco datos antiguos, y donde hoy se pronuncia con ò abierta; pero debe de estar antiguamente arraigado en el cat. de Fraga rsca ‘viejo peinado típico de las fragatinas = fr. natte [trenzado fino que se extiende por todo lo ancho de la nuca y tapándoles las orejas]’)2, y portugués, donde todavía suena con o cerrada, y donde ya se documenta en Corte Real, med. S. XVI: «de cores variado, o corpo em rosca, / de pés e mƟos carece, e nƟo tem cousa, / de que mostre servirse mas na lingua / venenosa e cruel» (cita de Vieira). Por lo demás, en los tres romances ibéricos el sentido es el mismo.

El origen de rosca presenta un problema al parecer insoluble; así lo veía Diez (Wb., 484) y desde entonces no hemos adelantado apreciablemente. C. C. Rice, PMLA XX, 342-3, partiendo de rosca en el sentido de ‘concavidad helicoidal en que va encajándose un tornillo’ supuso que fuese un postverbal del verbo romance *RĶSէCARE, derivado de RODERE ‘roer’, de donde salen el it. rosicare, oc., cat. y port. rosegar. Esta etimología recibió el honor de ser admitida por M-L. en su REW (7380), aunque declarándola dudosa por la razón ―por lo demás inexacta― de que rosegar ‘roer’ no existe en la Península Ibérica. Algo hay en esto de verdad, pues si el cast. ha permanecido siempre fiel al simple roer, es un poco extraño que hubiese empleado el derivado vulgar *ROSICARE, precisamente sólo en el sentido técnico de ‘abrir una muesca helicoidal’; pero hay objeciones mucho más graves que obligan a adoptar una actitud completamente escéptica ante esta idea: ¿por qué el port. y el cat. conservaron la vocal interna y sonorizaron la consonante en el descendiente indudable de *ROSICARE y en cambio sincoparon en el supuesto roscar técnico?; que se llamara ‘mordedura’ a una muesca es comprensible, pues el corte en la línea recta que ofrece a nuestros ojos la mella de un cuchillo, de la oreja de un animal, etc., bien puede compararse con el resultado de una dentellada, mas ¿podremos decir que el abrir una concavidad espiral sea igualmente comparable a lo que hace el que roe un hueso o un pedazo de pan duro? Haría falta mucha buena voluntad. Sobre todo, esto supondría que rosca fuese derivado de un verbo roscar ‘abrir una rosca’, pero tal verbo apenas existe en parte alguna: en Portugal lo registra algún diccionario reciente (Fig.), pero falta totalmente en los léxicos clásicos de Vieira, Moraes y Bluteau; en cat. no recuerdo haberlo oído jamás, aunque Ag. registra un ej. de 1817, sin duda como curioso. En cast. no sólo falta en Aut. y demás fuentes antiguas, sino aun en la última ed. de la Acad., y sólo puede citarse algún ej. suelto y desperdigado, que además no significa ‘abrir una rosca’: roscado ‘atormentado’ en B. de Villalba (1573; Fcha.), ‘que tiene la cola enroscada’ en el Mtro. Correas («podencos conejeros, es que los bien roscados de cola eran alabados»). Lo usual como verbo es enroscar [Nebr.] y algunas veces arroscar o rosquear (ejs. en Cej.)3: es evidente que todos éstos, lo mismo que los raros testimonios de roscar en los tres romances peninsulares, son derivados de rosca y no, al contrario, el primitivo de donde deriva este sustantivo. Bien mirado todo, no tenemos razón alguna para creer que este vocablo tenga un origen verbal, y sin duda ha sido siempre una raíz sustantiva. Hay que abandonar sin vacilación esta etimología.

Aunque no haya otra aceptable, que en efecto no la hay. Schuchardt (Roman. Etym. II, 47) creía poder identificar con la voz prerromana RȢSCA ‘corteza’, que ha dejado descendencia en Aragón, Cataluña, Francia y el Norte de Italia, con este sentido o con el de ‘colmena’ y en algunas partes ‘cuévano, cesta’, y que se cree de origen céltico (irl. med. rúsc ‘corteza’, ‘cesta de corteza’, irl. mod. rusg ‘caparazón de tortuga y otros animales’, galés rhisg(l) ‘corteza’: Diez, Wb., 673; Thurneysen, Keltorom. 111; REW 7456); para la diferente vocal tónica remitía Schuchardt a la variante rouche del fr. ant. (Littré), suponiendo que el vocablo hubiese sufrido el influjo de CRŬSTA ‘costra’, lo cual está lejos de ser claro ni convincente4; pero la debilidad mayor de esta etimología está en el sentido: no es fácil llegar de ‘corteza’ o ‘cesta’ a ‘rosca’, en todo caso habría que partir de la colmena primitiva hecha de un rollo de corteza, de donde luego ‘redondel’ y ‘rosca’; así y todo cuesta aceptar esta evolución semántica tan hipotética y desusada5. Por lo demás es dudoso que sea antigua la variante de RUSCAcorteza’ con O. En Francia la hallamos solamente en el Norte y con el sentido secundario de ‘colmena’, en el cual rou(s)che se documenta en el Roman de la Rose y otro texto del S. XIII (Littré), así como en Rabelais (Gargantua, cap. 40, ed. 1919, p. 200); hoy el ALF sólo trae rú(t)sə con u (= ou) en el Este del Valais (mapa écorce) y en un punto del Ain (mapa ruche). No hallo esta variante en diccionarios dialectales del Norte ni del Sur. Hay, pues, una solución de continuidad tan grande entre el fr. ant. rouche y el arag. roscada ‘colada’ (Borao), roscadero ‘coladero’ (Echo y Ansó: BhZRPh. LXXXV, § 92), que sugiere que estas formas aragonesas, documentadas sólo en un sentido tan secundario, sean debidas a la invasión tardía de un rusca galorrománico o catalán alterado por una confusión meramente formal con otra palabra; quizá el autóctono rosca ‘círculo’, de otro origen; pero más bien roscadero deberá su o al influjo de rocadero, otro utensilio doméstico y femenino, de donde la o se extendería a roscada.

Ante todo hay que atender al hecho de que muchos nombres romances de la ‘muesca’ e ideas semejantes son de origen prerromano o de etimología completamente oscura: así MELLA, HUECA, el fr. coche y el tipo constituído por oc., cat. y gall. osca, cast. dial. güezca; aun el mismo cast. MUESCA (cat. mosca) está lejos de ser seguro que pueda venir de MORSICARE. Bien puede ser rosca otra palabra prerromana, para lo cual no constituiría objeción sólida la r- inicial, teniendo en cuenta que fácilmente podría ser alteración de un *arrosca; tanto más cuanto que nada semejante se encuentra en árabe. Pero de esta vaga conjetura no podemos pasar. Ni siquiera es probable que haya una relación cualquiera con osca o con muesca, puesto que estas dos palabras tienen ֊l>. Si constara que ARO es prerromano, podríamos concebir un derivado *ARO-Z-KA con los medios formativos del vasco; pero la etimología lat. ARVUM > aro es muy probable. ¿Tendría el tipo RUSCAcorteza’ otros sentidos que ignoramos en su lengua originaria? Con lo que hoy sabemos es vano especular sobre esta posibilidad. Más audaz aún sería suponer que el étimo ignorado del veronés y trentino rosco, dolomítico ruosc, ‘sapo’ (REW 1329, 7462)6, pudiera haber designado el caracol o bien la culebra (comp. ESCUERZO frente al cat. escurçó ‘víbora’) y de ahí sus espirales. Podría imaginarse que las voces germánicas a. alem. ant. rasc, ingl. med. rasch, dan. y sueco rask, ‘rápido, apresurado’, escand. ant. r྿skr ‘valiente’, isl. röskr ‘vigoroso’, primitivamente ‘el que corre’, procedentes de ROTH-SKO- (según muestran a. alem. ant. rado, ags. hræde, neerl. rad ‘rápido’), y derivadas probablemente de la raíz del lat. rota, irl. rethim ‘yo corro’, tuvieran una correspondencia *RĶSCAl> ‘rueda’ en céltico, en lígur o en la lengua de los Urnenfelder (con Ķ por compensación de THS > S); pero claro está que no pasa de ser una hipótesis, y algo atrevida y que hay otras, aun dentro del céltico, con base no menos perceptible: rosc ‘ojo’ (y ‘mirada’), es palabra de viejo abolengo y ya bien documentada en irlandés antiguo, aunque no le sé parentela en otras lenguas célticas7. A falta de algo más documentado me inclinaría por una hipótesis en torno a esto, si me viera obligado a optar por alguna; pero es preferible aplazarlo. En conclusión: nada positivo sabemos hoy, aunque un origen prerromano es bastante seguro.

DERIV.

Roscadero (V. arriba, no es derivado de rosca). Roscado (V. arriba). Rosco [1525, Rob. de Nola; 2.ª mitad S. XIX, Juan Valera, en Pagés; Acad. 1925, no 1884]. Roscón [1721, Aut.]. Rosquear ‘enroscarse’ [S. XVI, Cej.; raro]; arg. ‘retorcerse un animal en la agonía’ [Á. M. Vargas, La Prensa, 22-III-1942]; rosqueado. Rosquete [ej. antiguo en Cej.]; entregar el rosquete arg. ‘morir’ [B. Hidalgo, I, v. 217]. Rosquilla [Nebr.; 1525, Rob. de Nola, p. 131]; rosquillero. Arroscar [DHist.]. Enroscare., hazer roscas: sinuo; -arse: in spiras se colligere», Nebr.]; enroscadura [íd.]. Trasroscar.

1 Sigue hoy bien vivo: «demás del pan ordinario... roscas o aguaderas, que se hacen para los niños, con muchos adornos» Cespedosa (RFE XV, 272), «torta delgada de pan de maíz; tener rosca = tener qué comer» en Asturias (V).―

2 Figura ya en el dicc. de Belvitges (1803) pero no en Torra ni Lacavalleria. No hay inconveniente en admitir que dicha pronunciación, contradictoria de la port. y cast., sea secundaria, pues el cat. moderno tiene tendencia a abrir las oo en sílaba inicial: Est. Romànics III, 206-12.―

3 Hacer roscada empleado por Lope de Rueda, nada tiene que ver aquí, pues significa ‘hacer colada’, préstamo catalán o galorrománico, derivado de rusca ‘corteza de corcho’, ‘corcho’; lo mismo el arag. roscadero ‘coladero’ [1373 y 1397, BRAE IV, 347, 217], hoy también ‘cuévano para frutas y verduras’.―

4 El arag. roscadero y roscada citados en la n. 3, parecen comprobar que este vocablo tuvo realmente una variante con o; J. U. Hubschmied, VRom. III, 101n.2, para explicar un nombre de lugar de la Suiza alemana, supone que la Ȣ gala pudiera abreviarse en combinaciones como -CS- o -SC-, para lo cual se funda justamente en el caso del fr. ant. rouche; pero no hay otras pruebas de tal cambio y tampoco es evidente la etimología de aquel topónimo suizo.―

5 Cornu, GGr. I, § 28, dice que rosca viene de RUSCA plural de RUSCUM ‘rusco’, nombre de planta (que también tiene Ȣ), pero no se alcanza a ver la idea semántica de Cornu: no hay analogía alguna entre las dos cosas. Quizá su idea fuese la misma de Schuchardt, y sólo quisiera decir que RUSCAcorteza’ viene del lat. RUSCUM (?).―

6 Para la posible relación con el fr. ant. rouche, arag. rosca, ‘corteza’, se compara ESCUERZO frente al lat. SCORTEA, fr. écorce ‘corteza’, pero esta etimología de ESCUERZO es improbable.―

7 El nombre indoeuropeo de los ojos ha sido sustituido en las lenguas célticas por varias palabras secundarias, y ni es ésta la única (el propio irl. ant. empleaba también derk ‘ojo’), ni tampoco era voz reciente, sino compuesta de la fecundísima raíz S(E)Qu- ‘ver’, ‘mostrar’, con prefijo (P)RO-, así que (a)rosc también valía ‘proverbio’ y ‘poema laudatorio’ (Pok. IEW 898.23). Que de ‘ojo de la vista’ se pasara a ‘ojo o redondel de una rosca’ es una mera posibilidad, y en fuentes prerromanas continentales no tenemos, o apenas, huella alguna que confirme la existencia de nuestro vocablo fuera de Irlanda, pues bien débil es el apoyo que nos prestaría un nombre de persona renano Roscus (Holder II, 1229). El irl. ant. rosc es masculino, con un plural ruisc, lo cual supone base antigua RO-SQuO-S (plural rosq(o)i), y formación bien distante de su único congénere, el hit. šau?a ‘ojos’ (plural neutro).