HUECA, ‘muesca espiral que se hace al huso en la punta delgada para que trabe en ella la hebra que se va hilando y no se caiga el huso’, resulta probablemente de un compromiso entre los dos tipos *֊SCA ‘muesca’ y *COCCA íd., representados en muchos romances (ast., berc. y arag. güesca, gall., trasm., cat. y oc. osca, vasco ozka, fr. hoche; vasco koka, oc. mod. coco, fr. coche, it. cocca), ambos de origen incierto, quizá prerromano; al cruce castellano pudo asimismo contribuir el adjetivo HUECO.
1.ª doc.: APal. («Cloto trae el fuso y Lachesis saca el filo; Atropos lo coje y pone en la hueca», 81d1).
Luego vco. koka ‘hueca’ (general a los varios dialectos), oc. mod. coco (-cho) ‘muesca’, ‘hueca’ (Toulouse, Aurillac, Aveyron, Ardèche, Auvernia), oc. ant. encocar ‘empulgar la cuerda de un arco’, fr. coche ‘muesca en un arco, etc.’ [S. XII], it. cócca íd., scoccare ‘disparar’.
Teniendo en cuenta la muy considerable extensión de los dos tipos *֊SCA y *COCCA, y la reducida área del tipo intermedio hueca, es lógico deducir que éste resulta de un cruce de los otros dos, puesto que ambos están representados en iberorromance o por lo menos en vasco; otro cruce comparable podemos ver en el vasco koska (vizc., guip., lab., b. y a. nav.). Sin embargo, como la etimología de estos dos tipos romances es desconocida o dudosa, conviene examinar si hay otras posibilidades. Lo primero que llama la atención es la existencia de otros vocablos parecidos: el tipo MUESCA, junto al cual está el val. mossa, y por lo tanto parece claro que han de venir de M֊RSUS ‘mordido’ y de su derivado MORSICARE; y por otra parte ROSCA, de significado algo distinto, pero que puede extenderse hasta significar ‘hueca’, y del cual se ha sugerido que venga de un verbo ROSICARE. Luego: ¿no sería posible que sea *OSCA el que resulte de un cruce de uno de estos vocablos con hueca, y que éste sea simplemente el femenino de HUECO? A ello me parecen oponerse dos graves y decisivos reparos: por una parte el significado de hueca no se explica bien partiendo del de este adjetivo, pues la hueca tiene muy escasa profundidad; por otra parte el vocablo hueco es y ha sido siempre completamente ajeno al catalán, vasco y galorrománico, por lo tanto mal pudo cruzarse allí con otro vocablo para dar osca. Tampoco es aceptable admitir con Schuchardt (Roman. Etym. II, 43-44) que hueca resulte simplemente de una disimilación de *COCCA, pues una oclusiva inicial no puede perderse por disimilación.
En cuanto a la etimología de *COCCA, es oscura. No me parece aceptable partir del lat. COCCUM ‘excrecencia en un árbol’ y especialmente ‘grano de coscoja’, pues como observa Gamillscheg no tienen verosimilitud, ni la explicación semántica de M-L. (REW, 2010) ‘botón que remata el huso’ > ‘muesca que está debajo de este botón’ > ‘muesca en general’, ni la de Wartburg (FEW II, 825) ‘excrecencia’ > ‘objeto saliente’ > ‘hueca’ (¡que es entrante!). Para relacionar con COCHLEA ‘caracol’, según quiere Schuchardt (l. c.), hay insuperables dificultades fonéticas. Al fin y al cabo lo más razonable me parece el parentesco con el tipo céltico *COCCUS, supuesto por el galés cwch ‘concavidad redondeada’, ‘barca’, ‘colmena’ (con variante *CĶCUS en irlandés, gaélico y galés, con las acs. ‘copa’, ‘cavidad de un nido’), pues tal como indica Thurneysen (Keltorom., 55, cocca 2) se pudo pasar de ‘cavidad’ a ‘muesca’; por desgracia esta sugestión no encentró eco y no se ha examinado a la luz de las últimas investigaciones celtológicas.
En cuanto a *֊SCA no hay nada satisfactorio. Suponer que venga del vasco, y ahí derive del verbo ortzekatu ‘mordiscar, dar dentelladas’ (de donde oskatu ‘hacer muesca’ y oska ‘hendedura’), que a su vez procedería de ortz ‘diente’, según quiere G. de Diego (RFE XI, 341n.), además de presentar cierta dificultad fonética, no es posible, pues el fr. hoche, el prov. alpino ouissa ‘muesca’ (Martin, Le Patois de Lallé), y aun Quercy osco «encoche» (Lescale), salen completamente de la esfera de influencia vasca. Con ello no quiero desconocer que la etimología vasca es verdaderamente tentadora. En primer lugar, en vasco es general y con muchas acepciones, todas las cuales presentan evidente enlace semántico con ‘mella, muesca’ (ésta común a todos los dialectos vascos, salvo el vizcaíno occidental): ‘ranura’ ‘ondulación’ ‘grado’ ‘escalera de pelo mal cortado’ ‘bocado’ ‘mordedura, picadura’; y con muchas voces derivadas y afines (ozkatu ‘hacer muescas’ ‘morder, atarazar’, sul. y ronc. ozke ‘muesca’ ‘estigma del ganado para reconocerlo’, ozkada ‘picadura, pellizco’, etc.). Y la formación de ozka ‘mordiendo’ ‘mordedura’ a base de ortz ‘diente’ con el sufijo fofmativo -ka es normal, de un tipo común en el idioma2 y sin la menor dificultad según la fonética vasca. ¿Llegaremos hasta pensar que el vocablo se formaría en un substrato iberoide, común a todo el territorio gálico e hispánico antes de la venida de los celtas? Es desde luego muy audaz el suponer tanto, y admitir que el proceso formativo ortz-ka ya se diese en tan arcaico lenguaje. No es, sin embargo, que sea idea del todo inconcebible.
No es menos imposible partir de CUSCULIUM ‘coscoja’ con Schuchardt (Romanische Etymologien II, 47-48; BhZRPh. VI, 13, 59), que además de estar muy alejado por el sentido y por la terminación, sólo sería compatible con la inicial vocálica del tipo osca, suponiendo que éste se hubiera propagado desde el vasco, idea prácticamente imposible, según hemos notado.
Y para relacionar con el bretón ask ‘muesca’, cuyo origen céltico o indoeuropeo a su vez tropieza con dificultades (Thurneysen, Keltoroman., 109), hay el obstáculo de la diferencia vocálica3. Rohlfs, La Infl. lat. en la L. Vasca, p. 5, sugería que nuestro apelativo esté emparentado con el nombre de la ciudad de Huesca, lat. ֊SCA, probablemente ibérico y quizá sinónimo de ‘portillo de montañas’, lo cual no se puede rechazar ni confirmar. Lo único prudente por ahora es limitarse con Jud (VRom. I, 183) a declararlo de origen prerromano.
Del FEW (VII, 432b) se deduce una impresión, completamente falsa, de que el supuesto origen galo del románico ֊SCA no presenta dificultad. Lejos de ser así, habría que afirmar más bien que no hay fundamentos serios para creer que sea palabra céltica. Pero Wartburg no entiende bien la breve nota de J. Loth, RCelt. XLI, 398, ahí citada, y reproduce sus datos en forma infiel. Por lo demás, esta nota no habla para nada de las palabras románicas, sólo alude pasajeramente al bret. ask ‘muesca’ (pues trata de las palabras célticas insulares para decir ‘sobaco’), y la tesis que ahí sustenta Loth, además, es muy incierta.
Nadie ha hablado, que yo sepa, como hace Wartburg, de la existencia de un galés osg ‘muesca’: lo único que hace Loth es citar este vocablo, sin definición, junto al bretón ask (que sí significa ‘muesca’), pero el galés osg, según Owen Pughe y demás diccionarios, significa sólo «that tends from or out», y ni esto ni el galés osgo «obliquity, slope, slant» constituyen base suficiente para suponer un galés osg *‘muesca’, claro está. Tampoco podemos deducir gran cosa del galés asgell ‘vulva (de la vaca o la marrana)’, ac. rara en galés, por lo demás, como reconoce Loth (y sólo atestiguada por el dicc. de S. Evans); ni del bret. askre, galés asgre, que no es «sein» en el sentido de ‘separación de las tetas’ (como parecería dar a entender Loth), sino ‘corazón’, y de ahí figuradamente ‘conciencia’, ‘seno’, etc. (V. los varios dicc. galeses).
W. von Wartburg completa la impresión falsa traduciendo el galés asgen por «laesio», pero la traducción auténtica es «noxa, laesio», lo cual explica Owen Pughe como «harm, hurt, damage», es decir, que se trata de laesio en el sentido de ‘perjuicio’, pero no en el de ‘cortadura’; con todo lo cual quedamos absolutamente lejos de ‘muesca’.
En una palabra, es sumamente improbable que ninguno de estos vocablos tenga relación con el tipo románico *OSCA, salvo el bret. ask, del cual he tratado suficientemente en mi artículo, y que no corresponde a una base *OSCଵ, sino a *ASCO-.
Datos valiosos acerca de esta voz romance, en Jud, VRom. IX, 241-2.
D. Alonso ha tratado recientemente de osca ‘mella, brecha’, sobre todo en gallegoasturiano, en su artículo sobre los Oscos. La ac. especial ‘collado, portezuelo’ reaparece en la toponimia catalana, donde hay varios ejs. que ahora no están a mi alcance, pero desde luego cito dos: l’Osca de Cabrera, en el macizo rocoso de este nombre, cerca de Sta. María de Corcó (límite entre el partido de Vic y el de Olot), y la Canal de l’Osca, barranco empinado que remata en un portezuelo, sobre l’Ametlla, extremo oriental del Montsec de Áger.
Para el derivado oqueruela, y para una opinión diferente acerca del origen del cast. hueca, V. el artículo siguiente.
1 Para la interpretación de este pasaje, vid. G. de Diego, RFE XI, 340.― ↩
2 Obsérvese el uso adverbial guip. ozka «a dentelladas» (Azkue § 5) con un uso morfosintáctico tan típico del vasco. Téngase en cuenta además el vasco akats, akets ‘muesca’ que quizá no pueda separarse de esta cuestión.― ↩
3 También es muy difícil derivar ask de un lat. *ABSECARE, conforme sugería Schuchardt, Litbl. XIV, 95.― La etimología que V. Henry da al bret. ask, lat. ASCIA, en un artículo lleno de errores, es manifiestamente imposible, por el sentido y por la forma. En definitiva, y a pesar de todo, es verosímil que haya algún parentesco entre el bret. ask y el romance *OSCA, sobre todo si se trata de adaptaciones divergentes de una palabra precéltica, pues no se equivalen ni en la vocal tónica (a bretona no viene de o) ni en el género, que en bretón es masculino. ↩