MORCELLA, voz dialectal leonesa, de origen incierto, quizá prerromano y emparentado con el vasco muskin, -kil, ‘moco’, ‘troncho’, ‘cosa insignificante’.

1.ª doc.: «morcella, centella muerta: favilla», Nebr.

PAlc. reproduce el artículo de Nebr. traduciendo con palabras hispanoarábigas que significan ‘chispa apagada’; lo mismo hace Oudin (1607), traduciendo «estincelle morte, cendre chaude», y agregando en 1616 la variante morceña. Percivale (1591) se limita a traducir morcella por «sparke of fire». Covarr.: «morcella: la centella que salta del moco del candil, dicha assí a muco; o se dixo assí quia cito moritur; no es vocablo universal, pero úsase en algunas partes de estos reinos», «moscella: la centella que salta de la mecha del candil, quasi muscella, a muco; Brócense: morcella de lumbre, corrupto de centella». Los académicos de Aut. conocían el vocablo sólo por conducto de Nebr. y Covarr., y transcriben la definición de este último.

No hay más datos de primera mano en la tradición lexicográfica. De la crítica de éstos resulta claro que no hay que hacer caso alguno de la s de la variante moscella de Covarr., con la cual este autor entendía sencillamente mocella: debe ser una grafía como merescer pronunciado merecer; también es claro que no podemos prestar mucho crédito a los matices de ‘muerta, apagada’ o ‘desprendida del moco del candil’, puesto que se inspiran en sendas etimologías.

En la actualidad, y así sucedería siempre, como indica Covarr., nuestro vocablo es exclusivamente leonés. Emplea morceña el salmantino Torres Villarroel, a med. S. XVIII (Cl. C. 107), y según Lamano es variante oída en el pueblo salmantino de Cantalapiedra, mientras que en Ledesma dicen mocella. Moceña ‘pavesa’ se pronuncia en Villarino (Ribera salmantina del Duero), morzaña en tres pueblos de la Sierra de Gata y morceña en otro de la misma, según Espinosa (Arc. Dial., 197, n. 1). En Sanabria propiamente dicha, según los datos de Krüger (Gegenstandsk., 99-100), llaman murceñas las chispas que saltan del fuego del hogar, forma registrada en ocho localidades diferentes, junto a murzaña y murcella, oídas cada una en una sola; en la parte gallega de Sanabria, y en localidades fronterizas de las provincias de Orense y Lugo, oyó el mismo autor moxenas o muxenas (sólo en una muxenos). En el portugués de Tras-os-Montes se anota mochêna «fagulha que salta do lume crepitante» (Gonç. Viana, RL I, 213), en el del Minho muxana o muxena (RL XXII, 34); en Galicia moxenas «chispas o centellas que saltan del carbón o de otra cosa encendida» (Vall.), con variantes moxicas y muchicas, y además muchico o muchuco traducido «pavesa de una luz», con el verbo esmoxicar, esmuxicar o esmuchicar «saltar chispas de la leña que se quema o del pabilo de una luz; quitar el moco a la pavesa» (ibid.), esmoxicar ‘espabilar una vela’ (Sarm. CaG. 182v); y estas variantes se prolongan en el Oeste de Asturias: muchica «pavesa: salen muitas muchicas por a chaminía» (Fernández), mochica «chispa de fuego desprendida de un tizón, un hierro candente o una luz» y mochicar o much- «acción de parpadear por el escozor y lagrimeo como la cebolla en los ojos» (Acevedo). Pero lo antiguo y más arraigado ―como corresponde a la evolución fonética del vasco ant. MUSKIN-A― fué siempre en gallego moxena, que ya empleó el autor gallego de la Gral. Est. (princ. S. XIV): «vio sayr ?no ayre feíscas e moxenas da terra» (destrucción de Sodoma, 212.14), y que seguía siendo lo único conocido de Sarm. («chispa de lumbre, como de una vela ardiendo», CaG. 59v, A42v). Más al Este debió de existir la forma castellana mocella, pues la que da Rato «pozelles: chispas» se debe evidentemente a un cruce de la misma con el sinónimo povisa (V. PAVESA).

Acerca del origen empecemos por observar que la idea, que parece tuvo Nebr., de relacionar con morir o muerto es difícil ya por razones fonéticas, porque un derivado en -CELLA o -CէLLA, tal como *MORTICILLA, habría dado un descendiente romance con -z- sonora, mientras que las grafías de Nebr. y PAlc., y la pronunciación de las localidades portuguesas de Eljas (S.ª de Gata) y del Minho, indican unánimemente una sorda.

Como pavesa significa ‘moco, pabilo’ y también ‘chispa’, y como el vocablo que nos interesa se define ‘pavesa’ en la Sierra de Gata, Galicia y occidente asturiano, habría una razón firme para relacionarlo con moco o su abuelo MUCCUS: cabría imaginar un derivado *MUCCELLUS luego cambiado en *MŬCCէLLA por el influjo conjunto de SCINTILLA y FAVILLA; las formas en mor- se explicarían por la etimología popular que expresa Nebr. en su definición, morcella habría pasado a morceña por dilación de la nasalidad (como en ñamar, cabañón, y demás ejs. que cito en RFH VI, 17), y las formas gallego-asturianas en -ch- podrían explicarse por influjo del verbo gall. esmochar ‘desmochar, cortar el remate de algo’ que se codeaba con esmuchicar, esmuxicar ‘quitar el moco a la pavesa’. Esta etimología, nueva y bastante razonable, deja por explicar, sin embargo, la -x- y la -n- gallegoportuguesas, y sobre todo presenta la gran inverosimilitud de exigir la creación de un derivado antiquísimo, del latín vulgar, pues de otro modo no se explicaría la asibilación de la -CC-; ahora bien, este *MUCCELLUS o *MUCCILLA no encuentra otro apoyo ninguno en romance1. Bien mirado, pues, no puedo creer en esta etimología.

G. de Diego (RFE IX, 132-3; Contrib., § 426; Homen. a M. P. II, 12), partiendo de mosca en el sentido de ‘chispa’ postula un diminutivo lat. *MUSCէLLA con el mismo significado, que habría dado nuestro vocablo: el raro sufijo -ILLA se podría explicar por el influjo de SCINTILLA y FAVILLA. Este étimo tendría en apariencia una gran ventaja: la de explicar conjuntamente la x gallego-portuguesa y la -c- española; pero un examen atento nos muestra que esta ventaja es ilusoria, pues el leonés cambia -SCi- en -x- igual que el gallego, y según hemos visto nuestro vocablo español sólo se localiza en hablas leonesas2. Consta, pues, que *MUSCILLA presenta una primera y grave dificultad fonética al no explicar la -c- leonesa. Pero además aquí se aplica la misma objeción de inverosimilitud que he opuesto antes a *MUCCILLA, por ser derivado más antiguo que la palatalización de la -C-, reparo agravado en este caso por la fecha modernísima de la ac. ‘chispa’ en mosca, documentada sólo en castellano y por primera vez en Aut., donde, por si fuese poco, se califica de «voz festiva»: ¿no es temerario atribuir algo tan moderno al latín vulgar? Es evidente que sí3.

Sobre todo me parece que entre las dos variantes, en -ella y en -eña o -ena, sería más razonable partir de esta última: 1.º porque tiene más extensión geográfica, aunque se documente poco más de cien años más tarde, 2.º porque es más fácil pasar de morceña a morcella por disimilación (como en mullir < muñir; maralla, empellón, empella) que viceversa: en la hipótesis contraria sería poco menos que imposible explicar el gall.-port. moxena como alteración de *moxela o *morcela. En cambio la oposición entre -ena gallego y -eña leonés es de tipo normal y conduce decididamente a una base -էNNAl>4>. Pero ¿qué sería el tipo *MUXINNA o *MUSCINNA a que así nos veríamos conducidos? Me siento tanto más perplejo ante este problema cuanto que la terminación -էNNA sugeriría un origen prerromano y las denominaciones prerromanas no abundan para una noción que tan varia pero pasajeramente impresiona la imaginación popular como la de ‘chispa’5, y por lo tanto se presta a cambios frecuentes de nombre. Sin embargo, el hecho es que -INNA es sufijo no romance, y por lo tanto hay buenas razones para atribuir a mo(r)cella un origen prerromano.

En vasco existe muskil, que en Vizcaya y Guipúzcoa es el vocablo de uso común para ‘moco’, y en los demás dialectos vale ‘cosa insignificante’, ‘troncho de una fruta’ y ‘vastago, renuevo’, junto al cual existen muskin ‘troncho’ y por otra parte muski y muskiri ‘moco’. ¿Es casual el parecido de muskil y muskin con mocella y moxena, respectivamente? No lo creo6.

1 Nótese que las formas italianas como moccio, moccicare, moccicaglia, y aun el macedorrumano muȾ, se explican como extraídas del plural mocci (MUCCI), de suerte que todo el artículo *MUCCEUS del REW (5707) en realidad es innecesario.―

2 Aun suponiendo que en otro tiempo se hubiese empleado en algún punto de Castilla, el hecho es que morcella ha sido siempre ajeno al uso común español, y por lo tanto mal pudo esta supuesta forma castellana invadir el territorio leonés donde estaba principal o únicamente arraigado.―

3 En muchos pueblos de Sanabria se emplea musca, musco o muscarda para ‘chispa’, pero M-L., REW 5766, que como es natural rechaza la etimología de G. de Diego, le reprocha además que no está explicada esta u, como insinuando que podría tratarse de otra palabra que el lat. MŬSCAl>. Sin embargo, muscarda confirma que se trata de éste y en rigor la u puede explicarse, como sugiere Krüger, por influjo de musco ‘musgo’ que en Sanabria significa ‘hollín, trocito de hollín’; también cabría pensar en evolución pretónica partiendo de muscarda, o metafónica partiendo de musco, o en la contaminación, ya menos probable, propuesta por G. de Diego.―

4 Cabría incluso admitir que el contraste entre la x gallega y la c leonesa se debe a disimilación de una x originaria en las hablas donde iba seguida de una nasal palatal.―

5 Como otro ej. sólo me viene a las mientes el caso del galo *ULVOS > oc. ouvo, lion, orva (REW 9043). Para el sufijo que nos interesa piénsese en el de PEQUEÑO y CENCEÑO, y en el paralelo -ANNA de CABAÑA, PESTAÑA y ARGAÑA, justamente bien representado en el Oeste Hispánico. Convendría averiguar si hay otros casos de sufijo -ena en gallego. Dudo que lo sea esmoquenar «deshacer el remate o adornos salientes de algún objeto de piedra, de madera, etc.», que se me antoja alteración de *esmonecar, *esbonecar, comp. el port. boneca: éste además de ‘muñeca’ significa «grampo móvel», «peça de ferro na boleia dos carros» y otras acs. técnicas análogas. Desde luego no creo que en moxena debamos ver un derivado del greco-lat. MYXA ‘moco de candela’, pues no parece cierto que este vocablo haya dejado descendencia romance (V. MECHA).―

6 Larramendi asegura que ‘morcella’ se dice muchinarra en vasco. Pero no hallo confirmación de este dato en los diccionarios de este idioma. ¿Pensará acaso en el suletino musi, muxi, muxin, ‘trocito’? Pero éste viene del bearn. bouci(n) *BUCCINUM. Quizá más bien en el guip. mutxin ‘enojado, incomodado’ (Azkue), «vil, méchant, avare» (Van Eys), junto al cual está el vizc. mutxitu ‘quemarse todo el pabilo’ que en otros dialectos es ‘enmohecerse’, pero como junto a éste tenemos musitu en el mismo sentido y musi, muxi, ‘moho’, me parece claro que todo esto viene de MUCERE, fr. moisir; por lo tanto no hay relación posible con morcella.