IGÜEDO, ‘cabrón’, ‘chivo’, probablemente del mismo origen incierto que el port. bode ‘cabrón’, quizá de una base prerromana *EC?TO emparentada con el vasco aketo íd.
1.ª doc.: egüedo, princ. S. XV, Juan García de Vinuesa.
El Sr. Castro había pensado en considerar igüedo variante del antiguo eguado (AEQUATUS)4 que parece significar ‘mozo’ en Berceo (Signos, 24), Calila (p. 482), Cortes de 1252 (Anales de la Junta de A. de E. III, 134), Juan Manuel (Caza, p. 49), J. Ruiz (480), con variante iguado en López de Ayala (Caza, p. 139): el cambio de iguado en igüedo se debería al influjo de las formas dialectales güe ‘buey’ y güeya ‘oveja’, en las combinaciones güe iguado, güeya iguada. Pero mi sabio maestro se apresura a añadir certeramente «el obstáculo del cambio de a en e es tal que me hace dudar de lo justo de mi hipótesis, siendo así que cada vez me siento más enemigo de la fantástica arbitrariedad que inunda el campo de las investigaciones etimológicas». Por mi parte diré que, en efecto, aun contra la ingeniosa pero sutil explicación que sugiere para el cambio de gua en güe, hay dos serios obstáculos: las formas güe y güeya son sólo leonesas, más precisamente asturianas, y de fecha muy moderna, mientras que la forma igüedo se extiende desde Albacete a Zamora y ya aparece en el S. XV. Por otra parte hay godayo, -alho, y otras formas que creo emparentadas, que orientan nuestra indagación en otro sentido.
Es muy probable que igüedo sea la forma castellana correspondiente al port. bode ‘macho cabrío’, gall. bòde íd. y ‘pellejo inflado’, ‘obeso’5; la diptongación de o en ue está en regla, puesto que bode tiene o abierta, por lo menos en Galicia, y la vacilación de las formas españolas entre e-, es-, en- o cero, correspondería bien a una base EB?TU o EG?TU; para el cambio de -o en -e tras o tónica, seguramente por disimilación, V. lo dicho a propósito de DOBLE y GOLDRE. Un vocablo de esa estructura y significado difícilmente puede ser otra cosa que prerromano, como parecen serlo el arag. segallo ‘cabrito antes de llegar a primal’ y el arag., nav. y alav. irasco ‘macho cabrío’ [Peralta, 1836]6. Tal vez haya parentesco con el vasco aketo7 ‘cabrón pequeño’, aker8 ‘macho cabrío’ (comp. además vasco ahuntz ‘cabra’), pues al fin y al cabo también podríamos partir de *EC?TO (para la terminación de *EC?TO comp. MAGÜETO), con vocalismo algo diferente, admitiendo que en portugués (e)gode pasara secundariamente a bode con una b como la del vulgar abuja ACUCULA, bujero ‘agujero’. Estas suposiciones nos obligarían a creer que en castellano BODE sea forma tomada del gallegoportugués o del mozárabe, lo cual es posible, pues no es vocablo de uso general (falta en Aut. y en el Tesoro de Gili)9, y difícilmente serían compatibles con el origen onomatopéyico sugerido en el artículo BODE. Comp. MOGOTE.
1 Su adversario dice que era de Vinuesa de Melgar. Supongo sea el actual pueblo de Vinuesa, del partido de Soria. Los títulos del Cancionero nos informan de que era oficial de Juan García de Soria, «despensero del Rey nostro señor».― ↩
2 Claro que (e)güedo (y güedro) no viene de HAEDUS, como quisiera G. de Diego, GdDD 3190a.― ↩
3 «Haedus, el cabrito que ya es grande para cabrito y aun no tiene edad para ser padre o castrón», que Sarm. recoge del gallego de tierra adentro y deriva de una forma burgalesa guedo; además «receptor o notario que sale a diligencias» y en Pontevedra hacer una godalla ‘huir, un niño, de la escuela’, el cual se denomina godalleiro (CaG. 209v, 163r, 217r, A18r), godalleiro ‘cochino, obsceno, hediondo’ (Vall.), hablando de un asno retozante: «o seu orneo godalleiro» (Castelao, 142.26). Igüedri es una majada al Oeste de Camaleño, a unos 1.400 m. alt. en los Picos de Europa, alto valle de Potes, junto al trifinio de Santander con León y Asturias (José R. Lueje, Los Picos de Europa, León 1973, p. 83). Parece tratarse de un colectivo ECOTĔRI ‘(lugar de) muchos rebecos o igüedos’.― ↩
4 Realmente en Juan Ruiz, 480a, eguado se aplica a un carnero en el sentido de ‘crecido, adulto, que ya tiene cuernos’; en Berceo, Signos 24b, se refiere a personas, oponiéndose juntamente a niños y a de gran vegedat, luego significa ‘adulto’ y parece ser cierto, como sugiere Baist (J. Manual, Caza, p. 112), que la expresión partió de las aves que ya habían emparejado su plumaje (vid. eguar s. v. IGUAL). Pero el parecido del eguado carnero de J. Ruiz con el cabrón egüedo de J. A. de Baena ha de ser meramente casual, pues el igüedo es justamente el cabrón joven y no el crecido. Alto Aller iguá ‘cabra de un año’ (Lorenzo Rodríguez-Castellano, 282) no tiene valor alguno en apoyo de la etimología AEQUATUS (que es la de GdDD 225), no sólo porque en esta habla abundan las contracciones del tipo del madrileño señá < señora, sino aún más teniendo en cuenta que ésa es la zona de la metafonía asturiana -adu > -edu, de donde oposiciones como güepu: guapa, furecu: furaca, tenéu: tená(da), mayéu: mayá ‘majada’ (Rdz. Cast., p. 118 y passim) y las ultracorrecciones consiguientes. En la vecina habla de La Lomba (León) esta ultracorrección parece haberse generalizado en nuestro caso, de donde iguau, iguado, ‘macho cabrío joven’ (BRAE XXX, 326).― ↩
5 El compt. bòde-seijo que a continuación da Vall., remitiendo a cabra, será la cabra montés, y resultará de una haplología de bòde de seixo ‘cabrón de peña’, traducción del nombre latino rupicapra.― ↩
6 En el vasco del Roncal es ‘choto castrado’ (Azkue); luego debe de haber relación con el vco. guip. y vizc. iren ‘castrado’, irendu ‘castrar’. Por lo demás hay que contar también con la posibilidad de que en los Pirineos sea de origen indoeuropeo, pues er(i)-, erଖ- ‘chivo’ ‘morueco’ está más o menos representado en muchas familias lingüísticas indoeuropeas, mucho sobre todo en la balto-eslava, pero también en casi todas las demás, pues no es seguro que el a. al. ant. irah ‘chivo’ sea un latinismo, como admite Pok. IEW, 326, y a éste hay que agregar todavía el scr. tardío āreyaɅ ‘morueco’ (Schmidt, Nachträge zum kurz. Petersb. Wb., 99c). Quizá tenga razón Baráibar al identificarlo con el vasco iratxo ‘duende’ (Azkue; bilb. irachus ‘seres fantásticos diminutos, como los gnomos’, Arriaga), suponiendo que pasara de ‘macho cabrío’ a ‘demonio’, representado por aquel animal, y de ahí a ‘duende’. Sin embargo, como falta explicar la diferente terminación quizá debamos pensar en un cruce entre el lat. hĭrcus ‘macho cabrío’ (conservado popularmente en los Pirineos, véase s. v. HIRCO) y el alto aragonés ternasco ‘cabrito’ (BDC XXIV, p. 181), cuando éste sonaba todavía *tenerasco; aunque, como advierte el prof. Michelena (BSVAP XI, p. 296), irasco e iratxo podrían unirse, suponiendo que contengan los sufijos vascos -sko y -txo.― ↩
7 Sin embargo, también es verosímil relacionarlo con ikotu «saltar, retozar», ikotika «brincando» (propio del vizcaíno de Durango según Azkue), ¿quizá emparentado con el vizcaíno y guipuzcoano ikutu ‘tocar’ y éste con ikubil = ukabil ‘puño’? Es una imagen estereotipada, en lituano, la de los cabritos retozando, igual que en J. Ruiz, en el episodio del lobo burlado por las cabras en la historia de D.ª Endrina; cf. vizc. akitian y akitika que Azkue define «saltando los cabritos». Quizá en definitiva aketu esté también emparentado lejanamente con ikotu ‘retozar’. Por otra parte, aunque es problemática, hay la posibilidad de que exista relación de aketo ~ ekoto, por una parte con el bereber aγad ‘macho cabrío’, iγid, igedi ‘cabrito’ [los cita Tovar DEVco. creo que de Schuchardt RIEV VII, 315], y por otra parte, entre éste y el tipo (al parecer) preindoeuropeo GHAIDO- que es común al latín (haedus ‘macho cabrío’) y al germánico (gaits ‘cabra’), pero ajeno a las demás lenguas indoeuropeas.― ↩
8 Vasco aker ‘macho cabrío’ ya se documenta en 1076, y en un texto coetáneo aparece una traducción romance navarra ueko [difícil de relacionar con nada de esto: parece que se deba entender veco y relacionar con la voz italiana becco íd., de creación expresiva], Michelena, BSVAP XI, 296; J. M. Lacarra, Vasconia Medieval, Historia y Filología, S. Sebastián, 1957, 24.― ↩
9 Sólo se citan ejemplos del granadino Fray Luis, y de Juan de Guzmán (1580), que estudió en Salamanca, fué luego catedrático allí, antes de pasar a Alcalá, y publicó un libro en Lisboa. ↩