GUADAÑA, procede de la raíz germ. WAITH-, probablemente como derivado (romance o germánico) del gót. *WAITHÔ ‘prado, pastizal’ (a. alem. ant. weida, b. alem. med. weide, neerl. ant. weitha íd., ags. wâth, escand. ant. veir ‘caza’); el verbo guadañar podría venir del gót. *WAITHANJAN, derivado de la misma raíz, y cuya equivalencia se halla en otros idiomas germánicos y romances (fr. ant. gaaignier ‘cultivar la tierra’), siendo entonces guadaña derivado de guadañar; pero como el verbo es mucho más reciente y menos usado que guadaña, es más probable que sea derivado castellano del sustantivo.
1.ª doc.: princ. S. XV, J. Alfonso de Baena1.
Ahora bien, un galicismo en vocablo de tal significado es siempre inverosímil, y más si debe partirse de una forma tan remota, del francés preliterario. En realidad, los argumentos de Brüch no tienen la menor fuerza: que *WAIDANJAN fuese nada más que fráncico se basa en razones fonéticas endebles y está contradicho por la existencia del vocablo en italiano; no hay dificultad semántica en relacionar guadaña directamente con el germánico, donde weida, weitha, significa ‘prado, pastizal’ en neerlandés y en alto y bajo alemán antiguos. Pero es más. De ninguna manera la -d- fricativa y evanescente del francés preliterario, en vocablo tomado hacia los siglos VII-X, hubiera podido conservarse en portugués ni en catalán, idiomas que eliminan todas las D intervocálicas, y no es de creer tampoco que se hubiese conservado en castellano, que suele eliminar la -D- pretónica; la -d- conservada y firme de los tres romances ibéricos indica inequívocamente un étimo con -T-7, y efectivamente el gótico debía responder con una forma tal como *WAITHÔ al weida del alto alemán antiguo, neerl. ant. weitha, ags. wâth; no hay inconveniente en atribuir esta raíz al gótico, puesto que se halla en todos los demás idiomas germánicos, y la existencia del vocablo en los tres romances ibéricos, con significado diferente de los demás romances, con carácter indiscutiblemente popular y con antigüedad considerable, obliga casi forzosamente a admitir una raíz gótica. Ahora bien, en este idioma no están documentadas las formaciones verbales en -ANJAN (en lugar de ellas aparece un sufijo frecuente -INÔN); quizá a pesar de todo existieron, y Gamillscheg (R. G. I, p. 392) así lo supone al postular un gót. *TÂHANJAN (que, por lo demás, es etimología falsa, vid. TACAÑO).
Por otra parte pudo ocurrir que todo el latín vulgar tomara en préstamo el verbo germánico occidental *WAITHANJAN, cuando todavía la TH, en este dialecto germánico, no se había cambiado en -D- (¿S. IV?); y que *WAITHANJAN ‘cultivar la tierra’ se conservara en esta forma en España, restringiendo su significado al de ‘segar con guadaña’, mientras los demás romances, más en contacto con la evolución posterior del germánico occidental, cambiaran esta forma en *WAIDANJAN.
Sin embargo todas estas hipótesis me parecen improbables e innecesarias teniendo en cuenta la fecha tardía del verbo cast. guadañar, port. gadanhar. Creo que es menester separar resueltamente este verbo del it. guadagnare y su familia romance y considerarlo un denominativo tardío del sustantivo guadaña. Es un parecido meramente falaz, que Diez y sus sucesores no pudieron advertir por la falta de un diccionario histórico castellano. En cuanto a guadaña, sería primitivamente un adjetivo FALX *WAITHANIA ‘hoz para prados’, derivado del gót. *WAITHÔ. Que se formara semejante derivado con el sufijo romance -ANEA no sería más de extrañar que la formación del híbrido *WAIDIMEN, de donde proceden el fr. ant. gaïn (fr. regain), oc. gaïm, it. guaime ‘segunda cosecha de hierba que producen los prados’. Por lo demás, aún me parece más probable que este adjetivo no sea más que latinización de un gót. *WAITHANEIS (plur. *waithanjôs, dat. sing. *waithanja, etc.), formado con el tema nasal WAITHAN- de la declinación débil (a la cual pertenecía *WAITHÔ o un masculino *WAITHA) más el sufijo de adjetivo -JA-; luego no es preciso dar ejs. de adjetivos góticos en -ANEIS
DERIV.
Guadañeta. Ast. gadañu ‘guadaña’ (R). Para otros derivados, V. arriba.
1 «Amos tienen de mí ssaña: / con mi lengua de guadaña, /... / juro a Dios que yo los vista / del paño de tyrytaña», Canc. de Baena, n.° 357, v. 11.― ↩
2 Ya Acad. 1817. El sufijo es -ín disimilado, comp. salm. guadañino (Lamano), ast. guañín.― ↩
3 Para este significado, vid. Leite de V., RL X, 69, n. 5.― ↩
4 Ajenos al portugués son gadanchos ‘círculo de madera con muchos garfios para colgar carnes’ (Sarm. CaG. 205v) y gadoupa ‘garra de un animal’, ‘zarpa de un hombre bruto’ (Vall.; Castelao 217.12). Más que en «cambio de sufijo» hay que pensar en cruce con parasinónimos: en aquel caso, claro que es con gancho (cf. cat. dial. garranxa ‘pértiga, varal’); en éste es menos claro, aunque ha habido, desde luego, estrecho contacto con el sinónimo pouta, que es también sólo gallego y no portugués. Como junto al étimo de éste, PAUTA (vid. PATA) hay también b. alem. tappe y variantes del esquema *TAUPA, quizá gadoupa es éste cruzado con gadaña, probabilidad que aumentaría si fuese antiguo un gall. goupas que sólo veo en Vall.― ↩
5 El lexicógrafo catalán Onofre Pou (a. 1575) registra godalla, forma dialectal, hoy rara: «dalla o godalla: secula», «dallar o godallar: seco, -care» (Thes. Pue. 86). Pou era de Gerona, pero escribía e imprimió en Valencia; suele dar sistemáticamente el vocablo usual en su tierra y el empleado en Valencia, que en este caso debe de ser godallar. En la Sierra de Rocacorba, unos 20 km. al NO. de Gerona, un alto y gran collado (en tierra de grandes bosques y claros empradizados) está el que la Guía del Pir. de C. A. Torras (tomo Garrotxa) llamó Coll de Godall y yo oí Coll de Gulany: acaso coexistió ahí con godall una variante en -ny como la castellana. AlcM. registra godalla ‘podón’ en Gandía, falta en el mapa dalla del ALC, en los mapas faux y faucher del ALF, etc. La -ll- se debe a un cruce con dalla ‘guadaña’, y al influjo de dallar ‘segar con guadaña’ se deberá el hecho de que el cat. godallar aparezca al mismo tiempo que el sustantivo (O. Pou). Men. guitzoll ‘herramienta cortante para podar los olivos’ (Ag.), mall., men. gatzoll (Alc.). Dudo que el rosell. degallar o desgallar ‘derrochar, malbaratar’, que puede aplicarse a la paja y los cereales (hay adagio: entre blat i palla, més n’hi ha, més se’n degalla: Misc. Fabra, p. 186), pero también al pan (Saisset, Perpinyanenques, p. 53) y a otras cosas, sea metátesis de *gadallar; en el mismo sentido se dice prov. degaià, langued., lemos. degalhà; y degalhier ‘pródigo’ se documenta ya en la Edad Media; comp. Mayenne dégailler «déchirer les habits» (Sainéan, BhZRPh. X, 113).― ↩
6 Esta etimología no logró convencer a C. Michaëlis (Ebert’s Jahrbuch XIII, 202-6), que prefería relacionar con el gót. hwassei ‘agudeza’, ‘severidad’, lo cual es imposible (aunque este vocablo gótico proceda de hwatt-).― ↩
7 No se alegue en contra el ast. guañín ‘segador’ (= cast. guadañil) y guañu ‘brote de una semilla’, pues sabido es que el asturiano pierde hoy con gran extensión la -d- intervocálica procedente de -T- (-au, furtaes, partíu, parea, alredor, s. v. freru, Rato). Por lo demás, en el sentido de ‘ganar’ existieron en castellano arcaico y en portugués algunas formas del tipo guaañar, que provienen de una expansión del vocablo germánico occidental, tomado seguramente ya por el latín vulgar (V. GANAR). Hoy persiste esto en el port. y gall. ganhar, todavía bien corriente en ambos, y no menos popular en Galicia: «gañar diñeiro», Castelao 229.9, 237.5, 142.4, «punando por gañar aires de trunfador» 221.4.― ↩