ARISCO, origen incierto: parece infundado el aserto de que venga del port. areisco ‘arenisco’, derivado de areia ‘arena’, con paso del sentido de ‘estéril’, ‘áspero’, aplicado a las tierras, al de ‘bravío’, ‘huraño’, aplicado a las personas; en realidad el origen es enteramente incierto, el vocablo es más antiguo en castellano que en portugués y es más verosímil que el portugués lo tomara del castellano y lo adaptara a la forma y sentido de los derivados portugueses de areia.

1.ª doc.: J. Ruiz, 1228b.

Ejs. de fin S. XVI y princ S. XVII en Cej. V, pp. 93-94. Son varios los romanistas que han aceptado sin explicaciones la etimología aludida (A. Coelho, Dicc. Etim. da Língua Portuguesa; M. P., Manual, § 4.6; Gonçalves Viana, Apostilas, 83; A. Castro, RFE V, 30), pero nadie se ha detenido en demostrarla o siquiera aportar alguna justificación histórica. Ahora bien, los materiales filológicos de que disponemos son insuficientes, sea para confirmarla, sea para refutarla. Faltaría ante todo probar cronológicamente que el vocablo castellano puede ser de origen portugués, y desde el punto de vista semántico probar que la forma portuguesa areísco o arísco se ha empleado en el sentido de ‘arisco, huraño’. De esto último no tenemos ninguna prueba, pues el diccionario portugués de Moraes, en este sentido, sólo cita ejs. de la forma arisco, y los que cita de areisco se aplican exclusivamente a la tierra: concretamente hay uno de Afonso d’Albuquerque (1557), que trae la forma areĩsca, con referencia a la «tierra seca y suelta, abundante en arena, que fácilmente se traga la lluvia». Claro está que en esta ac. el port. mod. arisco viene de ARNA, pues es la forma equivalente del cast. arenisco, si bien, por lo demás, el vocablo parece ser menos vivo, en esta ac. que en castellano1. Pero, aplicado a personas o animales, ¿arisco es la misma palabra o no pasa de ser un homónimo? Cronológicamente, por lo que nos consta, el vocablo está documentado antes en castellano que en portugués: Moraes lo halló en la Eufrosina de Ferreira de Vasconcellos (h. 1537), y también en Gaspar Estaço do Amaral, al que creo del mismo siglo o del siguiente; Bluteau señala potros ariscos en GalvƟo de Andrada (1678) y Vieira passaros ariscos en un texto del S. XVI. Puedo agregar otro ej. portugués, quizá no tan seguro, en Álvaro de Brito, uno de los poetas del Cancionero de Resende (I, 207), con lo cual llegamos al S. XV2. Pero en castellano tenemos ya el ej. de Juan Ruiz («Ally sale gritando la gitarra morisca, / de las vozes aguda, de los puntos arisca» ‘áspera’, 1228b), y un par de ejs. de la primera mitad o med. S. XV (A. de Cartagena, Gómez Manrique, en DHist.). En vista de esta documentación parece como si el vocablo fuese más antiguo en castellano que en el idioma vecino, pero no tenemos de ello la menor seguridad, dada la pobreza de los diccionarios portugueses en citas medievales. En definitiva queda el hecho de que en castellano no hay recuerdo alguno de que arisco se haya aplicado jamás a tierras3, y que aun en portugués faltan testimonios de la ac. intermedia terra arisca ‘tierra áspera, bravía’. Esto no es decisivo tampoco, pues no es raro que los extranjerismos pasen al idioma prestatario solamente en acs. traslaticias, pero no en las propias y primitivas. La presencia del vocablo, en Juan Ruiz y en Álvaro de Brito, que lo miden ya como trisílabo, prueba que la contracción de arisco en arisco hubo de producirse en fecha muy temprana, por lo menos muy a principios del S. XIV. Tanto más cuanto que ya a mediados del siglo siguiente la forma contracta del vocablo había tenido tiempo de propagarse hasta el catalán de Valencia y cruzarse allí con otra palabra, dando el abstracto arispea ‘arisquez, carácter huraño’4. Esta fecha temprana de la contracción portuguesa es sorprendente, sobre todo en un derivado de area ‘arena’, pues la influencia del primitivo más bien debía retrasar la evolución: lo menos que puede decirse es que en esta época son raras aún tales contracciones. Sin embargo tampoco este argumento es concluyente. En conclusión la etimología portuguesa está por probar o por refutar, y para ello deberá procederse a hallar testimonios del vocablo en la literatura gallegoportuguesa medioeval: una búsqueda rápida en glosarios de textos no me ha permitido hallar ej. alguno.

Casi no se ha propuesto hasta ahora otra etimología5, pero no sería difícil imaginar otras. El duplicado consonántico arisco ~ arisp (garrispo) recuerda el caso del it. visco ~ vispo ~ visto, voz de creación expresiva, con el sentido de ‘vivaz, despabilado’, no muy lejano del de ‘arisco’: ¿tendrá el mismo origen expresivo arisco? Es muy posible. Es verdad que las palabras de este origen suelen tener una estructura muy simple, a lo cual correspondería más bien *risco que arisco. Al estudiar las formas arêque, arêche o aresca ‘espina de pescado’ (= fr. arête, cast. arista), empleadas en Normandía, Picardía, Piamonte, Lombardía y Calabria, Wartburg (FEW I, 139b, n. 3.), después de explicar esta k mediante un *ARISTULA (> *ARISCLA) o por un cruce con LISKA, sugiere que arisco, que él cree sólo gallego, tenga el mismo origen; entonces la reducción *ariesco > arisco sólo se podría producir en castellano, de suerte que la forma gallegoportuguesa debería ser extranjerismo; semánticamente la idea es audaz, pero no del todo inconcebible; en esta hipótesis el significado originario sería ‘seco’ (véase ARESTÍN para la conexión de ARISTA con la idea de ‘sequedad’), pero la falta de toda huella en España de un sustantivo *ari(e)sca en el sentido de ‘arista’ o ‘espina’ la hace completamente inverosímil.

En la Montaña de Santander en lugar de arisco se dice jarisco. Aislada como parece estar esta forma, lo más probable es que se trate de una alteración local, seguramente por cruce con josco ‘hosco, arisco’ y juraño = huraño; en Colunga dicen oriscu (Vigón), ciertamente por influjo de (h)osco. No hay testimonios, que yo sepa, de tal aspiración en dialectos modernos ni de una grafía harisco en textos antiguos (sin embargo la Acad. en ediciones del S. XX registra hariscarse). Es verdad que no sería éste el primer caso en que sólo un dialecto local nos ha conservado una forma primitiva con h- aspirada (vid. ORONDO). De todos modos esto no parece probable en nuestro caso6. A las etimologías sugeridas para arisco debe ahora agregarse la de G. de Diego (RFE XXXIV, 116; GdDD 2749), que fijándose en el montañés jarisco cree sea derivado de FERUS. Inverosímil por las razones que ya doy (sí podría admitirse que la j- se deba a un influjo secundario de este vocablo); el nav. farrusco ‘enfurecido’ no viene de ahí, sino de farruco, aunque deba su -s- al influjo de arisco u otro vocablo. Variante del santand. jarisco es jeriezgu ‘malhumorado y duro’ (G. Lomas), que podría apoyar la explicación de Wartburg por *ariesco = oc. aresca ‘espina’, pero sigo creyendo que este parecido es accidental.

Del todo inverosímil sería partir del port. fariscar ‘oliscar, oler el perro’, derivado del port. faro ‘olfato’ (vocablo ajeno al castellano), pues deberíamos admitir primero un préstamo de este vocablo portugués que diera el cast. ariscar y de ahí arisco ‘desconfiado’, que luego habría pasado en esta forma castellana a Portugal.

Finalmente, teniendo en cuenta que arisco en Salamanca y en Andalucía designa el yugo para arar, diferente del yugo para carro (Lamano, A. Venceslada), puede tomarse en consideración la posibilidad de que arisco sea derivado de ARAR; entonces hombre arisco sería primitivamente ‘labriego’, ‘campesino’ y de ahí ‘montaraz, bravío’. Otra hipótesis audaz que hasta aquí no se justifica documentalmente.

El sabio filólogo portugués Joaquim da Silveira, consultado acerca del problema (R. Port. de Fil. III, 46-48), se inclina a creer que la tradicional etimología portuguesa de arisco sea falsa, y que la palabra sea igualmente genuina en los dos idiomas. Como sugestión positiva propone con mucha reserva («con dos interrogantes») una base *ARIDզSCUS, derivada de ARIDUS. Pero hay que apartar esta idea: no hay en latín un sufijo -զSCUS; lo hay, sí, en iberorromance, pero tal derivado no pudo formarse en portugués ni en castellano porque ARIDUS no dejó descendencia popular en estos idiomas; y aun suponiendo que tal *ARIDISCUS fuese admisible, es evidente que el resultado sólo podía ser *ardisco: los ejs. que cita Silveira de pérdida de la -D- intervocálica la tienen precedida de sílaba inicial, cuya vocal no podía perderse.

En conclusión debemos reconocer que la derivación portuguesa de ARENA es la única etimología razonable que hasta ahora se ha propuesto para arisco, pero esta etimología no ha sido demostrada y por el contrario tropieza con serias dificultades.

Las averiguaciones de los últimos años han reforzado la tendencia a creer que la etimología portuguesa es enteramente errónea. Se perciben ahora dos posibilidades, ambas inseguras. Quizá sea voz prerromana. Y realmente existió en céltico una palabra de seductora semejanza. Dos palabras de considerable antigüedad en irlandés, pues se remontan hasta el irlandés medio, arasc y airsce, con el significado de ‘muñón de un cuello cortado’, corresponden a formas del celta antiguo *ARI-SKO- y ARI-SK?O-. Por lo menos no cabe duda de que se formaron con elementos indoeuropeos y tienen carácter aborigen en céltico, pues se formaron con la raíz indoeuropea del lat. SECAREcortar’ y a. alem. ant. sega ‘sierra’, con el prefijo céltico muy productivo ARI- (= gr. περι, esl. pri- etc.); paralelamente, con otros prefijos irl. med. tescaid ‘cortar, morder’ ēiscid ‘cortar, partir’ (Pok. IEW 895.22, 812.19). Pero no se ve nada clara la posibilidad de un enlace semántico. De todos modos no es inconcebible la idea de que en hispano-céltico una forma igual a la goidélica, *ARI-SKO- pero con carácter de adjetivo, tomase el sentido de ‘cortado en seco, cortado bruscamente’, dese el cual se podría llegar a ‘huraño’.

Queda esto por ahora sin pruebas, y por lo tanto también hay que tomar en examen la idea de un cruce de sinónimos entre hosco y erizo, puesto que este último tiene una variante arizo (cast.; y cat. ariç) y el adjetivo eriso, -isa, se emplea en el sentido de ‘arisco’ y «val. arisc» [?] en los valles valencianos de lengua castellana, en el Alto Mijares (Monzó Nogués ACCV XII, 1951, p. 218). Comp. además ENRIZAR ‘enfurecer a un animal’, que en el fondo parece ser una mera variante de ERIZAR.

Ambas ideas son posibles, y así la una como la otra se prestarían mejor a una formación en castellano que en portugués, de acuerdo con la cronología comprobada hasta aquí.

DERIV.

Ariscarse [1560-75].

1 Nótese que Gonçalves Viana se cree obligado a citar el testimonio de un diccionario, y sólo cita uno, el Dicionário Contemporâneo. El artículo de Gonçalves Viana está destinado a preconizar la introducción del neologismo (pedra) arisca ‘piedra arenisca’ para evitar el uso del galicismo grès. Trátase de un neologismo imitado del castellano, que en portugués no se usó hasta entonces.―

2 «Arisco gozo corrido, / saro, rravalco, mostrengo, / nam ha mais num bexodido / casy casy tengomengo». Se trata de una cantiga en que el autor moteja al contador Pero Borges porque dió mal despacho a una solicitud suya. C. Michaëlis, al citarla como el ej. más antiguo de la conocida fórmula tangro-mangro (RL I, 66), hace notar que se trata de frases bastante oscuras. Supongo debe leerse rravasco ‘libertino’ en lugar de rravalco; saro es nombre de color de animales; y gozo corrido, debe entenderse ‘perrito avergonzado’; pero arisco, ¿es adjetivo sustantivado (o sustantivo), separado de gozo corrido por una coma, o se trata más bien de otro adjetivo (?) que modifica a gozo al igual que corrido? No es claro. El gran parecido con el estribote de Villasandino (Canc. de Baena, n.° 141) que empieza con las palabras «Alfonso, capón corrido» indica que arisco oficia ahí de sustantivo, probablemente en calidad de apodo aplicado a un hombre. De todos modos hay gran probabilidad de que se trate de la palabra arisco, y aun en su sentido ordinario. El Sr. Joaquim da Silveira (V. más arriba) confirma mi interpretación, y cree que la identificación del vocablo no ofrece duda.―

3 En el Vocab. Andaluz de Alcalá Venceslada se lee «saliego: terreno arisco», pero será errata por arenisco, pues no hallo confirmación, de tal uso en otras fuentes.―

4 «Cercant-li vado / que l’amansàs, / abonançàs, / de l’arispea / per sa vivea / dubtant no surta, / com a la murta / yo la manege / e lagotege», J. Roig, n. 2883. Tendremos ahí un cruce de arisquea con asprea ‘aspereza’ (*arisprea > arispea por disimilación) o con el cast. ríspido, híspido. Que arispo y arispea se deban a un cruce con una variante de HÍSPIDO y ríspido me parece tanto más seguro cuanto que una de esas variantes documentadas es precisamente rispo. En catalán no hay más testimonios de este vocablo, y arisco o arisp son desconocidos del catalán y valenciano modernos. Pero en el aragonés de Litera hallamos garrispo ‘mulo o caballo coceador’, ‘vino que empieza a agriarse’ (Coll. A.), forma que a su vez presenta huellas, en su g- inicial, de otra contaminación, la del arag. guito, cat. guit ‘(animal) coceador’.―

5 A excepción de las sugestiones italianas, griegas y árabes, muy descabelladas, que pueden leerse en Covarr.―

6 De confirmarse que el vocablo tuvo h- aspirada, podría pensarse para la etimología en un origen germánico. La idea, que ya no es inobjetable en lo fonético y semántico, peca sobre todo de hipotética en grado sumo: postular un gótico *FRISKS, equivalente del alem. frisch, palabra sólo atestiguada en germánico occidental. Los sentidos del a. alem. ant. frisc ‘joven, nuevo’, ‘vigoroso, despabilado, atrevido’, además de ‘fresco’, se prestarían para llegar a ‘arisco’ pasando por ‘independiente de carácter’, y hay otros casos de conservación de la I gótica como i en voces tardías. La anaptixis también es concebible. Entonces el vocablo debería ser castellanismo en gallegoportugués. Pero quedamos escépticos.