ERIZO, del lat. ERզCIUS (o HERզCIUS) íd., derivado del lat. arcaico ER, ERIS, íd.

1.ª doc.: J. Ruiz, 288d, 292d.

La -z- sonora está asegurada por la grafía de J. Ruiz, de APal. (78b, 124d), de Nebr., etc. Para las formas latinas, vid. Walde-H. En una área bastante extensa ha sufrido la contaminación de un vocablo en AU-: de ahí santand. orizo, bolizo, burizo, ‘pericarpio de castaña’ (G. Lomas), ast. oriciu «erizo» (G. Oliveros, 302), gall. ourizo ‘erizo de tierra y de mar’, ‘pericarpio de castaña’ (Vall.), cat. oriç ‘erizo de mar’ (Costa Brava); santand. horcino, urcino, ‘erizo de castaña’, fr. oursin ‘erizo de mar’. Probablemente hay que partir de un lat. vg. *AURICIUM: debido a la contaminación de AURICULA y AURIS empleados como nombre de conchas y moluscos (fr. oreille de Vénus, ast. oreya de la Virgen, fr. ormer, etc., FEW I, 180b § 2, 181 n 16, 182).

DERIV.

Erizar [J. Ruiz, 1188a; Nebr.; pero éste prefiere enerizarse]. Junto a ourizo (Sarm. CaG. 190r) hay también orizo en gallego (Vall.); cruce de un *orizarse (= erizarse) con el sinónimo arrepiarse (< horripilarse, vid. HORROR) sería primero *arreporizarse, arp-, disimilado en alporizarse (-pur-) que Vall. y la RAcG. definen «erizarse el pelo», el P. Sobreira «encresparse», «mostrarse superior a otro», ‘subir las pulgas, encresparse en cólera’, ‘ahuecar la lana’, ‘engalanarse, representar majeza’ (DAcG.), ‘erizar, irritar’ (Lugrís), alporizado es frecuente en Castelao para ‘soliviantado’ (147), ‘indignado, colérico’ (196). Erizamiento; erizado. Arcín, ast. ‘erizo de mar’ (V). Erizón en la ac. ‘asiento de pastor’ [Acad. 1899] vendrá del cat. eriçó ‘erizo’, ‘asiento de pastor’1, pues esta planta es muy frecuente en el Maestrazgo; alto-arag. abrizón ‘asiento de pastor’ (cruce de erizón con abrojo), Victoriano Rivera, Guía del Valle de Ordesa, M. Espasa, 1929, p. 118. Erizón en la ac. ‘peinado mujeril del S. XVIII, con aspecto de erizo’ (falta aún Acad. 1899), del fr. hérisson. Vid. además RIZO 2 .

1 También arizón ‘erizo de mar’ (h. 1500: Vicente Burgos; Canc. de Castillo; DHist.) tendrá esta procedencia: el sufijo -ón tiene ahí valor diminutivo. Y erizón ‘erizo de la castaña’ en el aragonés de Jérica, B. de Villalba (1577), vid. Fcha.―

2 Para ‘erizo’ está muy difundido en los dialectos vascos un vocablo triku (a. nav., guip.) y kiriki(ñ)o (vizc.). Como prueba convincentemente Michelena, FoLiVa, 1971, 261-262, deben remontar a una base única, con la alternancia nada rara en vasco de t- con k-; pero no veo la fuerza de las razones que le conducen a renunciar a la etimología lat. ERICIUS que él mismo sugiere y a admitir un vago origen onomatopéyico, de lo cual no conozco casos para denominar el erizo en otras lenguas. Por el contrario, esto me parece idea acertada y sin gran dificultad fonética, pues junto a todo cambio inductivo existe una ultracorrección, y esto en vasco se aplica a casi todo cambio fonético de cualquier orden que sea; y al paso de k(i)rik- a t(i)rik- ayudaba aquí la ultracorrección. Que el caso no es el mismo que el de tximino ~ tximu es muy cierto, pero puesto que el área vasca de triku linda con la de las formas romances procedentes de ERICIUS, y la de kirikiño con la de las que vienen de ERICINUS, palabra documentada ya en latín, de donde santand. arcino, ast. arcin, fr. oursin, es natural admitir que también en vasco se perpetuaron ambas formas.