RIPIA, ‘tabla delgada’, ‘costero tosco de un madero’, probablemente del gót. *RIBJÔcostilla’.

1.ª doc.: 1269; 1389, invent. arag.1.

Ripia aparece también en los glosarios aragoneses recopilados h. 1400, el glosario del Escorial y el de Toledo, con la traducción asser ‘tabla’, y con la traducción scindula ‘tabla delgada’; Nebr.: «ripia de madera: scandula, assula»; Covarr.: «las tablas costeras que son delgadas y de poco provecho, a rapiendo, porque se rapa y aparta de las otras; y ripia, no en tanto rigor, estas mesmas tablas, las quales se asierran de los cogollos apartando aquel troço de lo grueso del pino, de donde ha de salir otro género de madera más ancho y fuerte»2; Aut.: «tabla delgada, cortada sin sierra, y sin arte ni regla; y también llaman assí las costeras de los maderos que assierran; lat. tabula residua exilis»; Terr.: «tabla pequeña para cubrir los techos; tabla delgada, basta, sin pulir»; Rato: «tiras de madera que se emplean en las cubriciones, en los cielos rasos y en otros usos, y con lo cual se sustituye el cañizo» (V. un ej. en su artículo banielles); gall. ripias ‘vigas de madera con las que se cubre el techo de paja’ (Orense: Krüger, WS X, 124); port. ripa «fasquia de táboa que se atravessa sobre os barrotes, e faz huma grade coro elles, sobre o que se assentƟo as telhas nos telhados» (Moraes), «pedaço de madeira estreito e comprido; sarrafo (= «fasquia; tira de madeira»]; Bras. do Norte: cacete [‘porra’]; Bras. do Sul: o mesmo que costela»3. En Portugal no es palabra menos antigua y arraigada que en castellano, pues en uno de los fueros fronterizos luso-leoneses publicados en los PMH (Leges I, 882), escrito en 1209, ya se lee «todo carpenteyro que madeyra aduzer a mercado com alvura o rripia, peyte 1 morabitino»: es decir, el vocablo terminó en -ia aun en portugués y después se redujo por vía fonética en la forma acostumbrada (comp. chuva ‘lluvia’, estudo ‘estudio’, etc.), lo cual se comprueba por la forma minhota ripe (Fig.; RL XIV o XV), con la misma reducción que lage de lágĩa LAGէNA (V. LAJA).

Para el problema etimológico tendría interés conocer la extensión actual de la voz ripia, de lo cual sabemos muy poco; sin embargo, como indicio de que tenga más arraigo en el Oeste que en el Este sólo podemos mencionar su total ausencia en cat., junto con el hecho de que el verbo derivado ripiar sólo se ha formado en Asturias, el Bierzo, Andalucía4, Cuba y territorio gallegoportugués; por otra parte no hay que perder de vista que los tres testimonios más antiguos son aragoneses, lo cual revela considerable extensión medieval.

Como pista etimológica plausible sólo hay la que indica Figueiredo al relacionar con el ingl. rib ‘costilla’, que además significa, y ya antes de 1400, «a piece of timber forming part of the framework or roof of a house», es decir, aproximadamente lo mismo que ‘ripia’, también «one of a set of paralleled timbers or iron beams serving to carry a bridge», y otras acs. semejantes; el correspondiente vocablo alemán, rippe, lo mismo que el inglés, designa también cada una de las cuadernas de un buque, una nervadura arquitectónica, etc. Desde luego no hay que pensar en un préstamo moderno de estas o de otras lenguas germánicas, pero el vocablo es antiquísimo y general en esta familia lingüística, pues aparece desde las más antiguas fases del alto-alemán, del anglosajón, del escandinavo, etc., y es vocablo común además con todas las lenguas eslavas, heredado por lo tanto del indoeuropeo. No nos consta que existiera en gótico, pero es por una casualidad, debida al hecho de que los fragmentos conservados de la Biblia de Úlfilas resultan no contener ninguno de los pasajes en cuyo original griego aparecen πλευρóν, πλευρά, σκελίς, σταμίς, y demás expresiones griegas de la idea de ‘costilla’ y análogas; es bastante seguro que el vocablo germánico común existiría en gótico, puesto que en las lenguas germánicas no existe otro vocablo que signifique ‘costilla’; y dada la forma rippa (rippi) f., que tenía en a. alem. ant., ribb en anglosajón, ribbi en bajo alem. ant., rif en escandinavo antiguo, podemos asegurar que de existir en gótico tenía la forma *RIBJÔ f., a no ser que fuese neutro, que entonces sería *RIBI, plural *RIBJA, dativo sing. *RIBJA, etc.,lo cual desde el punto de vista romance viene a resultar en lo mismo: en ambos casos lo más natural es que el vocablo se romanizara tomando la terminación -a.

La dificultad del problema no está ahí, sino en la -p- romance. Por lo demás, desde el punto de vista semántico la etimología es perfecta, pues aun las acs. arquitectónicas y carpinteriles de las modemas voces germánicas es probable que existieran ya en gótico, teniendo en cuenta que esta voz germano-eslava tiene el mismo origen indoeuropeo que el gr. ƽροưος ‘techo’ y Ɔρέưειν ‘techar’. Luego vale la pena examinar más detenidamente si podría explicarse la -p- inesperada del romance. Ahora bien, es sabido que todas las lenguas germánicas occidentales, desde sus formas más antiguas, reduplicaron toda consonante seguida de J (Kluge, Urgermanisch, § 157), así que el anglosajón y los varios dialectos del alto y bajo alemán parten de una base *RIBBJA-, que en alto-alemán se convierte en *RIPPJA- desde antes del S. IX, en que comienza la tradición literaria. Ahora bien, el suevo, hablado por los germanos que colonizaron y dominaron el Noroeste hispánico (incluyendo Galicia, Asturias, León y parte de Portugal), era dialecto del alto-alemán, y no estaría puesto fuera de razón admitir que, por lo menos en sus fases más tardías, el suevo pronunciara *RIPPJA. Es verdad que la gran extensión de ripia en cast., y su pronta aparición en tierras aragonesas, serían difíciles de conciliar con un origen suevo; el especial arraigo del vocablo en hablas occidentales, que he subrayado arriba, haría posible imaginar que la extensión hacia el Este se deba a una migración, siempre posible en expresiones tecnológicas; así y todo es dudoso este supuesto por tratarse de una tecnología tan elemental y primitiva como la de la construcción de casas rurales del tipo antiguo, y aun techadas con paja.

Que proceda del gót. *RIBJO no puede tampoco descartarse. La geminación ante yod, aunque sólo documentada en germánico occidental y no registrada en las grafías del gótico de Úlfilas (más bien fundado en el habla de los ostrogodos, y de tipo muy arcaico), es perfectamente concebible que alcanzara a producirse en el habla de los visigodos, especialmente en el período final de su dominación en España, al cual de todos modos tenemos que asignar el préstamo de ripia, puesto que es vocablo ajeno al catalán y a la lengua de Oc, cuyos préstamos godos corresponden al período antiguo de la monarquía visigótica5; ni siquiera puede descartarse del todo la idea de que el visigótico tardío ensordeciera más o menos completamente la B de este *RIBBJO tardío, puesto que la tendencia a pronunciar las «medias» con sonoridad incompleta o imperfecta (cuando no sin sonoridad alguna) es común a todos los idiomas germánicos, y persistente a todo lo largo de la historia de estas lenguas (la b de ciertas articulaciones inglesas actuales, y de muchas más alemanas, apenas si tiene un poco de voz en el final de su duración). Sea como quiera, no tendría nada de extraño que el romance hubiese reemplazado por -p- la -BB- geminada que oía a los germanos, combinación ajena al latín; para hechos semejantes en otras voces iberorromances, V. mis artículos ABAD y RACHA, y la nota de BDC XXIV, 14. Sea en esta forma, o admitiendo el influjo de otro vocablo (acaso RIPIO), podemos desechar este escrúpulo fonético, al fin y al cabo ligero, que es el único que podría oponerse a la etimología germánica de ripia.

Las demás etimologías propuestas no sostienen la crítica. Spitzer, Lexik. a. d. Kat., p. 111, sin llegar a conclusiones muy definidas, partía de la ac. ‘costera tosca del madero aserrado’6, relacionaba con ripio y con el tortosino riple ‘fiero, adusto’ (voz local, aislada y oscura, para la cual comp. lo dicho en RIPIO), e insinuaba un origen común con el oc. mod. rupo (o rifo o riflo) ‘arruga’: lo cual no lleva lejos, pues esta voz occitana, sin antecedentes medievales, es de origen oscuro7, y de todos modos así la vocal u como el significado alejan enormemente los dos vocablos.

Brüch en su crítica del libro de Spitzer (Misc. Schuchardt, 65-67) ideó algo mucho menos defendible todavía. Persistiendo en la premisa de Spitzer de que el origen de ripia había de ser el mismo que el de ripio y el del tort. riple, imaginé que en gótico existiera una palabra *RÊPJA, sin otro fundamento que la hermandad con cierto a. alem. ant. râffi ‘áspero’; este *RÊPJA se habría cruzado en iberorromance con el lat. REPLUM, derivado de REPLRE ‘rellenar’, del cual derivado procede el cat. reble ‘ripio’, y de ahí habrían resultado ripio y ripia ‘costera tosca, etc.’: lanzado por este camino M-L. (REW3 7222b) se limita a explicar las voces iberorromances como descendientes de tal palabra gótica, prescindiendo ya del cruce con REPLUM. Es igual: pues el supuesto gót. *RÊPJA es una hipótesis gratuita, apoyada en los fundamentos más frágiles e inexactos: la palabra del alto-alemán que cita Brüch no existe en otro dialecto germánico, y por esta sola razón ya sería abusiva achacarla al gótico, pero además la propia existencia de esta voz alto-alemana es problemática en grado sumo, y su forma real, mal reproducida por Brüch, llevaría a suponer una correspondencia gótica muy diferente, si nos decidiéramos temerariamente a suponerle tal correspondencia8.

Sólo por si a alguno se le ocurriera relacionar a ripia con el port. arripiar ‘erizar’, observaré que además de faltarle base semántica tropezaría con el hecho de que este vocablo, procedente de HORRIPILARE, sería *arreplar o *arrepelar en castellano, de haber existido, y la forma portuguesa ripa muestra que en nuestro vocablo el hiato ha de ser primario (de ahí la desaparición de la i en port.) y no debido a la pérdida tardía de una consonante, como en arripiar.

DERIV.

Ripiar ast. ‘colocar la ripia en los techos o para formar los tabiques divisorios’ (R; ripiu ‘los jirones de los trajes destrozados’); ripiar cub. ‘desmenuzar alguna cosa, dividirla en pequeñas partes más largas que anchas o en forma de hilos’ (Pich., s. v. ripiar y sancochar), ripiarse uno algo ‘jugárselo, reventárselo, destruirlo’ (voy a ripiarme diez pesos a la ruleta, es capaz de ripiarse la vida con cualquiera), ripiado ‘hecho trizas, desharrapado’ (este vestido está ripiado), ‘pobrete, despreciable’ (Ca., 50); and. ‘quitar las raíces’ (AV); berc. ‘hurtar’, ‘arrebatar de las manos una cosa’ (Fz. Morales); Cabrera Alta ‘separar las cabecitas del lino del resto de la planta’ (Casado Lobato; también rispiar por cruce con raspar), port. ripar íd., Orense ripar ‘sacar a tirones una cosa (un manojo de paja, p. ej.)’ (Cuad. Est. Gall. III, 429); gall. ripo ‘peine para trabajar el lino’ (WS X, 127), antes ripio «uno como peine de dientes de hierro verticales en el cual separan la bagaña de la hebra de hilo verde»9, port. ripançar ‘trabajar el lino con el peine’, ripanço ‘peine de lino’: todo lo cual se explica por la idea de ‘hacer tiras o ripias un objeto’10.

1 «Una falz podadera; una meseta de dos ripias, de pino; hun banquo de jambia, querado...», BRAE IV, 517. Para el primer testimonio V. la última nota al artículo RIPIO.―

2 Claro que, como siempre, hay que distinguir, en estas definiciones de Covarr., la parte objetiva de la interpretación arbitraria que él le agrega para justificar su etimología lat. rapere ‘arrebatar’, tirada de los cabellos: lo que él califica de sentido «impropio» es el propio y corriente. Sus prejuicios etimológicos se trasmiten aun a Aut. muchas veces; Terr. en voces tecnológicas como ésta es más de fiar.―

3 Supongo en el sentido de ‘cuaderna de navío’ o en el de «armadilha para pássaros». No está en el Vocab. Riograndense de L. C. de Moraes.―

4 PAlc. lo suprime en su vocabulario de 1505, por lo demás copiado fielmente de Nebr. Pero éste es dato algo ambiguo. Guillén de Segovia (p. 75) también recoge rrypia y enrrypia.―

5 La existencia de tal geminación en gótico sería tanto menos sorprendente cuanto que este idioma se distingue justamente dentro de los germánicos por las típicas geminadas ddj y ggw con que responde a las simples j y w de otras lenguas germánicas (Kluge, o. c., §§ 58 y 146).―

6 Cuyo fundamento en la tradición lexicográfica procede de Covarr., donde se encamina a justificar una etimología falsa, y por lo tanto es sospechosa. En todo caso, esto no es lo fundamental, puesto que este detalle falta totalmente en las definiciones portuguesas y asturianas y en la documentación medieval y clásica.―

7 El REW 7338 la deriva de un a. alem. ant. riupi ‘aspereza’ (quizá de la misma familia que el alem. raupe ‘oruga peluda’, frisón y alem. mod. robbe ‘foca’), pero la aparición del vocablo sólo en Toulouse, Valle de Arán y Piamonte, y el parentesco evidente con el cat. arrupir ‘encoger’, así como las variantes rifo, rufo, son desfavorables a este origen germánico. ¿Quizá creación expresiva?―

8 La forma alto-alemana es raffi, sin indicación alguna de que la a fuese larga, único caso en que podría corresponderle ê en gótico. Por el contrario, la ff geminada es ya indicio clarísimo de que la a era breve, pues tras vocales largas la f procedente de P no suele duplicarse: alem. schlaf, schlafen, a. alem. med. slâfen, a. alem. ant. slâf, slâfan, frente al gót. slêps, slêpan; por otra parte alem. schlaff, a. alem. ant. slaf, slaffes ‘débil’, frente al b. alem. y neerl. slăp. Pero es más: el a. alem. ant. raffi es un hápax de cuya existencia se duda gravemente, pues como observa Graff (II, 494), en la frase desa raffi infuaridu, única en que aparece una sola vez, se podría igualmente leer de saraffi i. y entonces tendríamos la conocida variante de sarf = scharf ‘agudo, agrio, picante, áspero’. Es extraño que un filólogo serio se atreva a operar con tales voces fantasmas y en violación de la fonética más elemental; y es extraordinario que M-L. mostrara tanta indulgencia hacia su discípulo.―

9 Sarm. CaG. 96v. Variantes ripo y ripote en los diccionarios de F. J. Rdz., Cuveiro y Vall., aunque en ellos como en el propio Sarm. acepción ‘bollitos de trigo’ (ColVFG.), ripote ‘cuarto de pan de trigo’ (Sarm. CaG. 206r); el estómago. También gall. ripanzo ‘confesión’ (figuradamente). Además la forma ripio y la primera acepción aparecen también en otras hablas leonesas, vid. Pensado, CaG., p. 104.―

10 No hay por qué pensar en el germ. riffel o ripil ‘peine de lino’, como quieren Krüger y Malkiel (Language XXV, 443), voz no representada en la Península Ibérica y cuya -l no desaparecería en romance.