RACHA, voz hermana del port. rajada y el cat. ratxada o ratxa, de origen incierto; probablemente del ár. ǤǤa ‘sacudida’, ‘agitación’, ‘estruendo’, ‘tormenta’.

1.ª doc.: 1831, Fz. de Navarrete; 1848, Jal (s. v. rafale).

Aquel lexicógrafo lo da como voz de pilotaje y maniobra, equivalente de la común ráfaga. Es palabra muy tardía, que falta en todas las fuentes anteriores (Woodbr.; G. de Palacio; Aut., etc.; Jal no le dedica artículo); no la admitió la Acad. hasta 1884, y Pagés sólo cita ejs. de Pereda y de Núñez de Arce (que escribía por los años 1870 y 80). Pero en la actualidad es palabra muy viva, y que ha dejado ya de ser término solamente náutico para incorporarse plenamente al habla general. Ratxa y su derivado y sinónimo ratxada tienen el mismo significado en cat., y allí tampoco hay datos antiguos, si bien el segundo ya está en Belvitges (1803) y en el Labèrnia de 1839 (no en Torra 1653-1701), ambos figuran en escritores muy castizos de los SS. XIX y XX, y son usuales en el habla popular de los pescadores viejos de la Costa de Levante1. Exactamente el mismo sentido tiene el port. rajada: «r. de vento: refega forte e nƟo continuada; v. gr. vento de rajadas», define Moraes, y él y Bluteau citan ejs. de Jacinto Freire (h. 1650) y del Padre Ceita (princ. S. XVII), éste en el sentido traslaticio «ímpeto, arremesso», que también tiene el cast. racha.

En BDC XXIV, 13-14, derive racha del ár. ǤǤa, voz ausente de los dicc. clásicos e hispanoárabes, pero documentada por Dozy (Suppl. I, 509b) en muchos autores de los SS. X-XIV (Abenalcutía, Abenhayán, Abenbasam, el Abdarí, Abenaljatib) con el sentido de ‘agitación, sedición, tumulto’ (en Abenbasam más bien ‘estruendo causado por un asesinato’): todos estos autores son españoles, pero figura también con el mismo sentido en el Riyad an-Nofûs tunecí. Además el egipcio Bocthor la define «agitation, ébranlement prolongé; branle, agitation de ce qui branle; fracas, rupture avec bruit, éclat, désordre; tumulto, grand mouvement avec bruit et désordre; tempête, trouble, sédition, calamité; secousse, violente attaque d’une maladie»; y Beaussier, con referencia a Argelia: «agitation, secousse, ébrandillement; tremblement, frémissement». No cabe duda de que es palabra semítica, derivada de la raíz ǤaǤ «movit, agitavit, tremefecit; commotus, agitatusve fuit, tremuit (de terra); fremuit» registrada en los diccionarios clásicos del ?auharí (fin S. X), el Fairuzabadí y Freytag, y empleada en el Corán o en El Hombre y la Bestia (Iraq, med. S. X; Dieterici).

Que racha puede venir de ǤǤa es casi evidente desde el punto de vista fonético, y lo corroboré en mi trabajo mostrando otros casos de ensordecimiento de geminadas arábigas; por otra parte el port. rajada mostraría la representación todavía más corriente de Ǥ como j, y ahora que sabemos la fecha tardía del vocablo podemos reconocer que bien pudo tomarse en los SS. XVI o XVII, cuando ya la j castellana no era sonora, con lo cual era forzoso que ǤǤ se cambiara en ch; la falta de aglutinación del artículo árabe puede ser sólo aparente, pues la l se asimila en árabe a la r y una arracha se reducía a una racha. Desde el punto de vista semántico no es tan obvia esta etimología, pues no tengo pruebas de que ǤǤa perteneciera al lenguaje náutico o tuviera sentido meteorológico, aunque esto no significa mucho dada la pobreza de nuestras fuentes del léxico náutico arábigo; de todos modos la idea de ‘sacudida’, ‘tumulto violento’, ‘temblor de tierra’, no está nada alejada de la de ‘ráfaga’, y no deja de haber algún indicio de la aplicación del vocablo árabe al tiempo o al mar2. Además no siempre racha se ha limitado en España a significar ‘ráfaga’, pues hoy tiene en Andalucía el sentido más general de «empujón violento», según A. Venceslada, quien agrega que en Cádiz llevarlo a uno a rachas es ‘llevarle a empujones’, y cita la frase «le dieron una racha al portero, pero no entró la pelota»3. Este dato es precioso, pues nos muestra que este arabismo tardío pudo quedar confinado por largo tiempo, en su sentido general, al habla de la costa andaluza, y pasar recientemente desde ahí al lenguaje náutico en el sentido especializado de ‘ráfaga, golpe de viento’. En conclusión, se trata de una etimología muy probable.

Por lo demás la otra que se ha sugerido tiene poquísima verosimilitud. Schuchardt, Litbl. V, 335, supuso que racha y el port. rajada derivaban de rajar, port. rachar ‘hender, partir’, comparando con ráfaga, it. raffica, fr. rafale, que vendrían del raro verbo it. raffare ‘arrebatar’, procedente del alem. raffen, raffeln, íd.; desde luego hay que rechazar la segunda parte de esta teoría, según la cual también rajar y rachar provendrían de una forma germánica equivalente de raffeln, pues de ninguna manera la -j- española puede salir de FFL (Schuchardt padece ahí una confusión momentánea al igualar con el port. achar ‘hallar’ AFFLARE la voz cast. ajar sin relación con aquélla).

Mas prescindiendo de este punto, y aun olvidando de momento que la relación etimológica de ráfaga con raffen no es nada segura, y que si lo fuese tampoco habría verdadera analogía semántica, el hecho es que entonces el cast. racha tendría que ser tomado del verbo port. rachar, y el port. rajada habría de ser préstamo del verbo cast. rajar: una especie de rigodón, en el cual pocos querrán creer. Sin duda rachar ‘hender, rajar’ y su derivado racha ‘astilla, raja’ se emplean en partes de Asturias, León, Zamora, Ávila y aun Burgos (según G. de Diego), y figuran en la versión leonesa del Alex. y en la Gr. Conq. de Ultr., pero al fin parecen haber sido siempre voces de uso local en español, y desde luego rajar ‘hender’ ha sido siempre ajeno al port. (donde, de haber existido, tendría la forma *ralhar). Finalmente que la idea de ‘ráfaga’ pueda venir de la de ‘astilla’ o ‘rajadura’ me parece tan forzado que no vacilo en rechazarlo, aunque lo admitiera G. de Diego (RFE VI, 125) y no se atreviera M-L. (REW 7072) a desecharlo del todo; V. mi artículo RAJAR.

DERIV.

Racheado ‘aciclonado, a ráfagas (viento)’ cub. (Ca., 127). Rachoso arg. (Carrizo, Canc. de Jujuy, s. v.).

1 De esta voz catalana parece que deberá tenerse separado el cat. ant. raixa ‘ardor, furia’ y raixós ‘lujurioso’, ‘pendenciero’, a los cuales busqué una etimología arábiga en BDC XXIV, 61-62, y que volverá a estudiar en mi DECat. Es notable que en vez de raixa encontremos la grafía ratxa en dos obras diferentes, el Dotzèn del Crestià de Eiximenis y el Poema de la Vida Marina, ambos de fines del S. XIV; en éste un pasajero que cayó en el mar y fué pescado con contusiones por los tripulantes, se queja de que el barco «tant que·s movia, / que la nuyt ne lo dia / no pug[u]í aver la caxa / per mudar-me, d’on ratxa / menave del curar», es decir, algo como ‘demostraba ansia de ser curado’ (RH IX, 247), pues a continuación se dice que tampoco el barbero podía curarle, por la misma razón. La rima con caxa prueba que ratxa ha de ser grafia errónea por raxa. Sin embargo, quizá por una mera casualidad, se repite el mismo error en Eiximenis: «turbació continua e ratxa terrible en lo cor, present la muller e absent» (Dotzèn, cap. 542), cita que tengo de segunda mano y que no puedo comprobar en la única ed., de 1488; pero también aquí el contexto muestra la ac. ‘ardor’, y no parece que esto pueda tener que ver con racha ‘ráfaga’.―

2 Dieterici cita, creo del Corán, el adjetivo raǤǤ ‘muy movidas’ aplicado a las olas; y Fagnan encuentra raǤǤ (que propiamente es el nombre de acción del verbo raǤǤ ‘agitar’) en el sentido de ‘bruma espesa’ en el Livre de la Création de Huart, cuya fecha y localización ignoro.―

3 No sé si tendrá que ver con esto el domin. arrachar «arrancar, sustraer, pelar» (Brito), «arrancar, quitar» (Hz. Ureña, BDHA V, 197), pues teniendo presente la falta de todo dato análogo en otros países de América, cobra cierta probabilidad la sospecha de Ureña de que se trate de una voz tomada del arracher del francés haitiano. Ninguna relación hay con el murc. rache ‘retahila de embarcaciones enlazadas’, tomado del cat. raig ‘almadía’.