QUERER, del lat. QUAERĔRE ‘buscar’, ‘inquirir’, ‘pedir’; en el sentido de ‘amar’ parece ser forma abreviada de querer bien.

1.ª doc.: orígenes (Glosas Silenses, 2.ª mitad S. X).

Donde «penitentiam negat» está explicado por «non quisieret dare» (n.° 105), y «retinere voluerit» por «kisieret tenere» (n.° 287). Es ya frecuente en docs. medio romances del S. XI (ejs. desde 1022 en Oelschl.), en el Cid, y figura en una ȟarǤa trasmitida por un poeta de la 2.ª mitad del S. XI (Al-And. XVII, 74), desde luego en la literatura cast. de todas las épocas. La innovación semántica en cuya virtud el lat. QUAERĔRE ‘buscar’, ‘pedir’, tomó el sentido volitivo es propia del cast., el port. y parte del sardo; en port. es también general desde los textos más arcaicos [doc. de 999, etc., en CortesƟo], en Cerdeña es propia del dialecto logudorés, donde ya es normal en los docs. más antiguos, S. XIII (M-L., Altlogud.), no de las hablas del Sur ni del Extremo Norte, que conservan VELLE, como los demás romances: campid. y sasarés bòlliri, cat., oc. voler, etc.; en estas otras lenguas romances QUAERERE conserva su significado latino. La separación entre las dos áreas no siempre fué absoluta, pues en el Cid y algún otro texto arcaico se hallan ejs. donde querer está todavía cerca del valor etimológico de ‘procurar, buscar’ (tuerto non querades vos, Cid, 3600, querer el derecho 3549); y viceversa en los romances fieles a VELLE se encuentran huellas sueltas de una tendencia fracasada en el mismo sentido que el castellano.

Como es natural, es en cat. ant. donde ello es más perceptible, en textos de los SS. XIII y XIV, p. ej. en los Set Savis: «be veem tot dia / lo fiyll la mort del payra desige, / car li fa goig la heretat / de sso que·l para ha guasanyat; / e si·1 para res no ha / muyra si ·s vol com se querrà, / que·1 fiyll no estarà ab eyll»1; pero también se encuentran casos análogos en fr. ant., por lo menos en oraciones negativas y en combinación con un infinitivo: celer ne le vous quier, ja mes ne quier dire mon nom (SS. XII-XV, en ciertas regiones)2. No vacilemos en hacer remontar este notable cambio semántico hasta el latín vulgar. Ya en la Antigüedad puede quaerere tomar el sentido de ‘desear, esforzarse por’ cuando acompaña a un infinitivo, en frases como la de Horacio «speciosa quaero pascere tigres» (Od. III, xxvii, 56): en el período clásico está esto limitado a ciertos poetas, pero luego aparece en algún prosista de la Edad de Plata (Forc. 1d, 4b), y sobre todo se hace normal en los Padres de la Iglesia y otros autores cristianos3, en particular Lucífero de Cáller, que en tantos rasgos de vocabulario anuncia ya el romance hispánico y el de su isla nativa (narrare ‘decir’ = sardo nàrere; perfidia ‘herejía’ = cast. porfía). De todos modos no parece que llegara a emplearse por entonces como mero sinónimo de velle4.

Sea como quiera, desde ‘desear’ a ‘querer’ no había más que un paso, y éste lo daría pronto el latín vulgar hispánico. Buena comprobación de esta fecha muy antigua es la desaparición total de VELLE en castellano, desaparición sin huellas, con la única excepción de las voces pronominales, exclusivas de Berceo, sivuelqual ‘cualquiera’ (o sivuelque por cruce con qualque) y sivuelquando ‘cualquier día, algún día’, continuación inmediata de QUIVIS + SE refl. (cat. qualsevol; en orden opuesto en cast. y con metafonía sevuel > sivuel). Aun en sus empleos gramaticalizados fué sustituido VELLE en España por el neológico QUAERERE, y así nacieron la conjunción quier ‘o, ora’, calco de la disyuntiva latina vel (Gral. Est. en RFE XV, 44; J. Ruiz, 518b,· Sem Tob 448; y todavía en el Quijote, Cl. C. V, 13), el adverbio siquiera y los pronominales qualquier(a), doquiera, cuandoquiera, comoquiera, calcados de quivis, quandolibet, etc.

Por otra parte no pararon aquí las innovaciones semánticas del español. Querer aparece ya como sinónimo de ‘amar’ en el Poema del Cid: «a las sus fijas en braços las prendía: / lególas al coraçon ca mucho las quería; / lora de los ojos, tan fuertemientre sospira: / ―ya donna Ximena, la mi mugier tan conplida, / commo la mi alma yo tanto vos quería» (vv. 276, 279); desde entonces es corriente en todas las épocas (J. Ruiz, etc.), y desde hace mucho se ha convertido en la única expresión popular de esta idea. V. la explicación, harto metafísica, que da Spitzer de la ac. ‘amar’ (Fs. Gamillscheg 1957, 575-8, ampliado en MLN LXXIV, 147-8). Dudo que se trate de estas regiones nebulosas. Que donde existen los dos niveles estilísticos, solemne y familiar, para la expresión de la idea de ‘amar’, la distinción no desaparece, es algo contradicho también por el catalán, donde estimar es ya el único vocablo vivo. En lo de que querer ‘amar’ venga de la idea de voluntad, Spitzer parece tener razón en gran parte.

Un cambio semántico análogo se registra en otros romances, con el descendiente de VELLE: calabr. y pullés illu a vòdi assai ‘la ama mucho’, Gardena s’ulai ‘estar enamorado’; Rohlfs (Bayerische Sitzungsber., 1944-6, v, 39) piensa en un calco del gr. mod. (Ȏέλω τò κοπιτσι), pero el testimonio alpino y el hispánico prueban que esto no es necesario; más bien habría que tomar en cuenta la posibilidad de que en el Sur de Italia se calcara del castellano, que es indudablemente como hay que juzgar el val. voler ‘amar’, puesto que tal ac. es reciente en este idioma y ajena a las demás hablas catalanas. Sin embargo, lo más probable, en vista del paralelismo griego, es que en España, en Italia y en los Alpes se trate de evoluciones independientes aunque concordes. Acerca de la explicación semántica puede también discreparse; cabe pensar en una relación directa con el sentido lat. ‘desear’, a base del deseo amoroso, pero esto es poco probable en vista de que quaerere sólo tiene este valor en compañía de un infinitivo; más convincente es que se partiera de la idea de posesión amorosa: uno quiere para sí el ser amado; o de la aceptación que es necesaria para el amor, como sugieren los versos de Ventadorn y de Arnaut Daniel «de cui que·m volha serai drutz», «que s’autra·n voil ni·n denh, donc si’eu cecs»5.

Pero sobre todo hay que tener muy en cuenta la existencia de la perífrasis voler be(ne), que además de ‘querer el bien (de alguno)’ se hace sinónimo de ‘amar’ y con este sentido tiene grande extensión en it., oc., cat., etc. También se ha dicho querer bien por ‘amar’ en castellano, y ya en fecha tan temprana como la de Berceo (Mil., 76c: «querié de coraçon bien a Santa María»; «bien querer: bene volo» en Nebr.), y de ahí es sin duda abreviación el querer del Cid. Lo que más me parece apoyar esta opinión es el estado de cosas portugués. En este idioma tal sentido de querer es usual en la actualidad y ya lo era en el S. XVI (ejs. de FalcƟo y de Moraes Cabrai en Vieira), pero es notable que, conforme a los dicc., se emplee en este caso sólo como recíproco (querer-se, según los brasileños Lima-Barroso) o de preferencia como intransitivo (Fig.): queria-lhe muito, elipsis manifiesta de queria-lhe muito bem. De hecho, los únicos testimonios medievales que me son conocidos contienen querer bem con el sentido de ‘amar’: así constantemente en el Cancioneiro da Ajuda (como recalca C. Michaëlis en su completo glosario RL XXIII, 75), en Don Denís (comprobado en todos los casos que menciona Lang en su ed., p. 165), en García de Guillade (ed. Nobiling, vv. 3 y 9), etc.; y nótese que tal grupo fraseológico se construye a veces como intransitivo (queiro-lhis bem en Guillade), pero aun es más común que funcione ya como un verdadero verbo transitivo: «quix bem, amigos, e quer’ e querrei / ?a molher...», «a mim fez gram bem querer / Amor ?a molher tal», «ca meu coraçom nom é, / nem será, per b?a fe, / se nom do que quero bem» (Don Denís, vv. 654, 1347, 1445): está claro, pues, que esta perífrasis estaba ya convirtiéndose en el verbo simple castellano, y que en ella sólo obraba bem como un adminículo superfluo y aun perturbador. Por lo demás también fué corriente querer mal en el sentido de ‘odiar’, y también se convirtió en una especie de verbo simple, construido transitivamente, en el propio castellano: «todas estas alimañas por enemigo lo han e quiérenlo mal» (Calila, Rivad. LI, 70), «no sabe quien lo quiere mal» (G. de Alfarache, Cl. C. III, 184), «los que lo escuchan más bien, / essos lo quieren más mal» (Ruiz de Alarcón, Las Paredes oyen, Cl. C., 213). V., además, AMAR.

El carácter auxiliar de un verbo como querer hace que esté sujeto a fuertes y extraordinarias alteraciones fonéticas. Así las formas vulgares quies, quió, quiá, de las cuales reunió testimonios antiguos y modernos Pietsch (MLN XXVI, 98-100)6; y las infantiles chero, cheriba, para las cuales vid. Gillet, Farsa de Alonso de Salaya, p. 58, el dicc. de Góngora, y «¿no chere? pues yo cheriba» en el Auto del Tesoro Escondido, S. XVII (BRAE IX, 669)7.

DERIV.

Querencia antic. ‘cariño’ (Berceo, Mil., 60b; J. Ruiz 622c; ej. de F. Aguado en la ed. de Cej.; «q. por amor: benivolentia» Nebr.; V. el índice de la ed. de Torres Naharro por Gillet; todavía en salm. y gall.: Lamano, Carré), ‘inclinación del hombre y los animales a volver al lugar donde se han criado’ [1555, F. Chacón, Trat. de la Jineta, cap. 11; ejs. en el Quijote; ast., R], ‘ese mismo lugar’ (G. de Alfarache, volverse a la querencia, V. s. v. RESOLLAR; hoy muy vivo en la Arg., V. BDHA III, 101); aquerenciarse (Acad.; vivo sobre todo en la Arg.; ast. aquenciase «tomase afectu les persones y tomar manía los animales pa pazer en algunos sitios» R, forma en relación con quies ‘quieres’ y análogas); querencioso. Querendón ‘muy cariñoso’, general en América (Malaret; Lemos, Sem. Ecuat., s. v.; F. Ortiz, Ca., 27; en el Plata el matiz es a veces ‘enamoradizo’, chinas querendonas, mozos querendones), and. ‘amante, querido, mancebo’ (AV), comp. gall. querendoso ‘cariñoso, afectuoso, amoroso’ (Carré), y formaciones predilectas del hispanoamericano como paseandero, cuidandera, etc. Querer m. [Conde Luc.]. Querido m., -da f. [Acad. S. XIX]; querindango, despectivo de igual sentido (empleado no sólo en cub., Ca., 19, sino en muchas partes), por cruce con maturranga (< *queridango y propagación de nasal). Queriente adj.; adv. ant. ‘de buena gana’ (querent, Egipciaca, 803). Quier, V. arriba.

Quisto, es el antiguo participio de querer, que en lo antiguo se podía emplear sin adverbio («no hay cosa tan quista / commo la humilldança» Sem Tob, 255; Gower, Conf. del Amante, 490), y después solamente en bien quisto y mal quisto (ambos Nebr.); de ahí malquistarse [fin S. XVII, Aut.]; malquista ant. ‘antipatía’ (Sem Tob, 369). En vez del participio quisto se emplea quiesto en hablas orientales de Aragón (Badia, Contrib. al Vocab. Arag. Mod.).

Cuestión [Berceo; documentado en todas épocas y pronto popularizado; «q., pregunta: quaestio; q. de tormento; q. en pleito: controversia», Nebr.; vulgarismo qüistión ya en el Rim. de Palacio, 821; hoy custión en ast., V, y otras partes; la ac. ‘asunto, materia’ es postclásica y según Baralt sería galicismo], tomado de quaestio, -ōnis, ‘búsqueda, interrogatorio, problema’; cuestionar [Nebr.]; cuestionable [Aut.; muy raro en cast.: prácticamente es hoy anglicismo]; cuestionario [med. S. XVII, Aut.]. Cuestor, tomado de quaestor, -oris, íd.; cuestura. Cuestuoso, de quaestuosus; cuestuario. Cuestación [falta aún Acad. 1832].

Los siguientes son todos cultismos. Adquirir [princ. S. XV, Villena; lo común en el S. XV fué adquerir; Cuervo, Dicc. I, 214-6], de acquīrĕre íd.; adquirente o -riente; adquiridor o adquisidor; adquisición; adquisitivo; aquistar (fin S. XV-princ. del XVII) o aquestar (más raro, misma época), tomado del it. acquistare.

Conquerir ant. [Cid; usual hasta princ. S. XVI, Cuervo, Dicc. II, 400-1], de conquīrĕre ‘buscar por todas partes, hacer una búsqueda’; conquista [Berceo], propiamente participio fem. del anterior: de conquista deriva conquistar [h. 1334, Conde Luc.; frecuente desde el S. XV, Cuervo, l. c., 399] que reemplazó a conquerir, por una innovación común al cast. con el port., cat.8 [fin S. XIII], oc. e it.; conquistador; reconquista [Acad. S. XIX], reconquistar [fin S. XVIII, L. F. de Moratín; Jovellanos; Acad. 1843, no 1817], reconquistador.

Disquisición [Aut.], de disquisitio, -onis, íd., derivado de disquirere ‘indagar’.

Exquisito [esq-, Corbacho (C. C. Smith, BHisp. LXI); Nebr.; ley de 1480-1560 en Aut.; 1555, Laguna], de exquīsītus íd., derivado de exquirĕre ‘rebuscar’; exquisitez [Acad. S. XIX].

Inquirir [med. S. XV, Gz. Manrique, C. C. Smith; 1616, Espinel; a veces sencillamente ‘buscar’: «yo no puedo / inquirir al ofensor / de mi agravio por mí mesmo» Rojas Zorrilla, Cada qual lo que le toca II, 1177, como hoy en la pluma de algunos; en la Arg. llega a reemplazar preguntar, leyéndose a veces «¿qué es? ―le inquirió―» y frases análogas], de ĭnquīrĕre íd.; inquiridor; inquisidor (ya medieval, por lo menos en Aragón, Aut.); inquisición [APal. 137b, 227b]; inquisitorio; inquisitorial [A. Torre, C. C. Smith]; encuesta [Acad. ya 1884, pero sólo como ant.; nota que después se le ha quitado; de uso poco castizo], adaptación del fr. enquête [S. XII], según el modelo de recuesta.

Perquirir y más comunmente pesquerir ant. ‘pesquisar’ [doc. de Campó, a. 1223, M. P., D. L., 28.94, 95; Calila, Rivad. LI, 64; Fuero de Oviedo, confirmado en 1295, en Fz. Guerra, F. de Avilés, p. 130; todavía pisquirir en judesp., BRAE II, 299], alteración explicable por disimilación (de dirección invertida por influjo de querer), o más bien por influjo del sinónimo pescudar (como dice G. de Diego, RFE IX, 152); pesquiridor ‘averiguador’ (Rim. de Palacio, 1383) cambiado después en pesquisidor (1399, Gower, Conf. del Amante, 102; Nebr.; Lope, El Mejor Alcalde el Rey, III, ix, ed. Losada, p. 248; pesques-, Cortes de 1506, cita de Cuervo, Obr. Inéd., 192) por influjo de pesquisa; éste [1155, Fuero de Avilés, lín. 31; peschisa en un doc. bajo-aragonés de 1179, Al-And. X, 86; Sem Tob, 446, rimando en sonora; Nebr., etc.]9 viene, por influjo de otros participios fuertes (riso, fuso, roso, raso), del antiguo participio de pesquerir, a saber pesquisda (lat. PERQUզSէTA), documentado en doc. montañés de 1191 (M. P., D. L., 1.5; léase así en lugar de pesquiscla en Staaff, 66.12, a. 1282); pesquisar [1251, Calila, Rivad. LI, 68; Nebr.]10; perquisición (pisquisición, Fuero de Oviedo, 1295, Fz. Guerra, o. c., 119).

Requerir [Berceo; general en todas las épocas]11, de requīrĕre íd.; requeridor; requerimiento; requirente; recuesta [Nebr.], recuestar, recuestador; también requistar (‘galantear’, Gower, Conf. del Amante, 103); requisito [S. XVII, Aut.]; requisitorio, -oria [1599, G. de Alfarache, Aut.]; requisa [Acad. S. XIX], adaptación del fr. réquisition [S. XII, XVI], según el modelo de pesquisa frente a perquisition; requisición es raro y tardío en cast.; requisar [Acad. S. XIX]; requilorio [Acad. 1925, no 1843; gall. «con andrómenas e requilorios», Castelao, 233.12]12, de *requirorio.

CPT.

Bienquerer [Nebr.]; bienquerencia [Nebr.]. Malquerer [h. 1275, 1.ª Crón. Gral., 9b29; Nebr.]; malquerencia [h. 1250, Setenario, fº 7v°; Nebr.]. Para malquisto, malquistar, V. tras quisto. Siquier ant. [Cid; las acs. comunes en lo antiguo eran ‘aun, incluso’ y ‘o, o bien’, V. ejs. de ambos valores en Hanssen, Gram., § 674]13, es calco del lat. vel ‘o bien’, ‘y aun’ (derivado de velle; comp. arriba acerca del simple quier); la forma primitiva es ésta, pues como observa Lenz (La Oración y sus Partes, p. 546n.) si no puede ir nunca con un subjuntivo; la variante moderna siquiera es mucho más tardía (no doy con testimonios seguros hasta Góngora y Cervantes)14 y debida a analogía de los duplicados cualquier-cualquiera, doquier-doquiera, comoquier-comoquiera, etc.15

1 V. 3078; otro en 2715. Hallo otros ejs. en Amic e Melis («ta amistat yo no vull ne quir», N. Cl., 133); Senescal d’Egipte, p. 150; Consolat de Mar, dos en el cap. 216; Manescalia, p. p. Batllori (AORBB V, 212, 214, 218). Pero es muchísimo más usual en cat. que querir o querre signifique ‘buscar’ o ‘pedir’ como en los demás romances.―

2 Vid. M-L., R. G. III, §§ 322 y 387; FEW II, 1408a y 1410, n. 4, con la bibliografía ahí citada.―

3 Tertuliano, Adv. Marc. III, c. 13; S. Cipriano, 555.2; Lucífero 88.1, 116.11. También en Comodiano.―

4 Bartoli, Introduzione alia Neolinguistica, pp. 36, 46, 77, de quien saco parte de estas citas, trata de colocar estos hechos en el marco de sus ideas metódicas interesantes, pero tan discutibles. No es nada probable que el cambio de sentido se deba a una contaminación del umbro heriest «volet». Tampoco es convincente el nexo que F. Marx (Neue Jahrb. f. d. Klass. Altertum XXIII, 438) quiere establecer entre el cast. querer y el verso de Terencio «quid sibi hic vestitus quaerit?» (Eun., 558) dirigido al galán disfrazado de eunuco, que suele traducirse «que signifie cet habillement?». La ac. ‘buscar’ cuadra ahí sin dificultad. En todo caso no hay otro ej. conocido de semejante ac. en los cómicos, ni en general lo hay de quaerere ‘desear’ fuera de la combinación con infinitivo.―

5 Alguna vez, partiendo de ahí, el oc. ant. llega casi a la idea de ‘amar’: «vos am e·us volh e·us tenh char» (Ven-tadorn). Sin embargo es excesivo atribuir al oc. ant. voler el sentido de ‘amar’, como hace Levy, sólo a base de estos ejs.―

6 Añádase «como amas, ¿quies escuchar?» en boca de un criado en Tirso, Burlador (ed. 1649) I, 213; y «sino lo quies hacer de grado» en pliego suelto aragonés de princ. S. XVI (RFE VII, 40).―

7 A veces se notan tentativas de convertir querer en un mero auxiliar de futuro, como el rum. vrea o el ingl. will. Dejando aparte el caso conocido del empleo con verbos de sentido meteorológico (ya quieren crebar albores, quiere llover), se ven ejs. más acentuados, como el de Berceo «a la Madre gloriosa me quiero acostar / cadré a los sus piedes delant el su altar, / atendiendo su gracia allí quiero finar» (Mil., 764), o este del habla vulgar norteña en la Arg.: «la china es morruda, y si se propasa me lo ha’i querer antarquear», es decir, ‘le derribará de un golpe’, donde hay nada menos que dos auxiliares de futuro (Dávalos, Tiro de Refilón, en La Prensa, 22-IX-1940).―

8 En éste y en gallego sigue vivo literariamente el vocablo antiguo: «conquerir sona de valente» Castelao, 237.5f.―

9 En la Arg. el pesquisa ‘agente policíaco de investigación’.―

10 Pescuñar en el malagueño Fz. Ávila (S. XVIII) ‘escudriñar’ sería cruce de pesquisar con escudriñar [> ¿escruiñar?], según M. L. Wagner, BhZRPh. LXXII, 226. Más bien será pescudar cruzado con el murc. escarcuñar íd. (que a su vez es el cat. escorcollar alterado por escudriñar).―

11 En Ginés Pérez de Hita ‘ir a encontrar a una persona oculta (para alimentarla)’, ed. Blanchard, II, 25. En la Arg. se abusa del vocablo dándole todos los valores de necesitar («Hitler requiere apoderarse de Francia»).―

12 Quede para mejor análisis (cf. DECat.) la posibilidad de que en el fondo se trate de un préstamo deformado del cat. reliquiari ‘relicario’ (variantes requilaire, etc.) en un sentido como ‘prenda’, voz que tuvo enorme difusión en la literatura popular y bandoleresca catalana de los SS. XVI-XVIII, y que alguna vez parece tomar el sentido especializado de ‘prenda dada a mozas por mozos (de vida airada, etc.)’. El bandolero llevaba corrientemente un relicario que, según lugar común de esta literatura muy fecunda, le servía (so pretexto de entregar a su perseguidor un objeto precioso y venerable) para sacar una arma. De ahí el uso figurado, en boca de un galán: «ay requillayre del meu cor! / prenda més estimada / no hi hauria al Canigó / ni a tota la muntanya», canción extractada por Milà i Fontanals (Romllo. 476), tal vez compuesta en el Rosellón SS. XVI-XVII, o en la vecina Garrotxa en el S. XVIII.―

13 Algo diferente en la Gral. Est.: «yo so deessa de fermosura, e... de aquella que de esto es sennora deve ser la mançana, e si quier judguelo la cara de cada una de nós», algo como ‘y aun’, ‘es más’; «Paris... entendió muy bien que podrien ser de las mayores e mas onrradas dueñas del mundo, si quier como lo eran ellas» (RFE XV, 26, 27-28), empleos que recuerdan los latinos de vel si, vel ut. En gallego-port. se quer ‘incluso’ G. de Guillade, ed. Nobiling, v. 935; se quer, Canc. da Vaticana, 1062.344; y si quer, Guillade, v. 935, significan ‘aunque’. En Elena y Maria (S. XIII), siquier vale ‘ni siquiera’, lo que no es raro en la época moderna (RFE I). Si’s quiere en el Fuero de Sobrarbe (Tilander, p. 416) no es conj. ni adverbio, sino la frase ‘si lo quiere’.―

14 Siquier (si quiere, se quier) es general en el Cid, Berceo, Alex, y APal. (37b, 487d); no parece hallarse ninguna de las dos formas en J. Ruiz, Calila, Poema de Alf. XI ni en el dicc. de Nebr. Es verdad que el ms. A de Berceo trae siquiera en Mil. 346d, pero I trae si quiere; luego el primer testimonio es sólo del ms. A, correspondiente al S. XIV.―

15 La forma si quer, que se halla algunas veces en gallegoport. antiguo (Guillade, v. 1014, 340; D. Denís, n. 1156), junto a se quer (Guillade, v. 954, 935; Vaticana, 1062.344), sugeriría una etimología SզC QUAERAT (puesto que sí es se en port.), mas parece ser indicio engañoso. De un cruce de los gall. ant. se quer y como quer que (‘como quiera’) con el casi sinónimo poi(s) que (‘pues’, ‘puesto que’) debe de salir el gall. mod. piquer ‘con tal que’, o piquer ê que... ‘el caso es que’ (Lugrís, Gram. Gall., 173, 119b), V. PUES.