POLEA, probablemente de un lat. vg. *POLէDէA , plural de *POLIDIUM , tomado del gr. *πολίƌιον: diminutivo de πóλος ‘eje’; en todo caso es seguro que la base *POLIDIA, que suponen las varias formas romances, procede de una voz griega relacionada con πολεƗν ‘dar vueltas’ y Ɔμπολίζειν ‘hacer girar entorno a un eje o quicio’, que a su vez derivan del mencionado πóλος.
Polea está además en APal. («
cartarie son
poleas en el alto del mástel, por donde tyran las cuerdas» 63
b; 181
b; 510
b), en Nebr. («vertibulum»), etc.; desde 1519 como voz náutica (Woodbr.).
Velos de polegia ‘que suben y bajan mediante poleas’ se lee ya en un doc. gallego de 911, según Steiger,
Festschrift Jud, 1943, 631.14. Del cat.
politja,, cat. ant. y dial.
polija, abundan los ejs. desde 1331 (Ag.). Oc. ant.
polieja (hoy
pouliejo) aparece con la grafía
polyeya en el S. XV, y en formas más o menos latinizadas, en docs. latinos de 1305 (
polea), 1362 (
polegia), y en dos del S. XV (
poledia,
polegia). El fr.
poulie está documentado desde el
Roman d’Énéas, h. 1160 (
polie en rima con
maistrie)
1; hay también un it.
puleggia, pero es raro; el port.
polé, en vista de la conservación de la
-l- ha de ser préstamo del castellano; en cambio, no hay razón alguna para creer, con M-L. (
REW 6635), que el cast.
polea se tomara de la lengua de Oc; además es imposible, pues la forma normal en este idioma es
polieja o por lo menos
poleja (hoy land.
pouléje: Métivier, 737)
2. La oposición entre fr.
-ie, cat.
-ija y oc.
-ieja, postula imperiosamente una base en
-EJA con
E abierta, y a ello se adapta también el cast.
polea. Sin embargo, no hay objeción desde el punto de vista fonético contra el étimo
*POLէDէA sentado por Gaston Paris, pues en voces de esta estructura es corriente que
-EJA se diferencie en
-ԷJA: DEէSDէA >
*DESԵJU > oc.
desieg, cast.
DESEO;
PULୱJUM > oc. ant.
pulieg, cast.
POLEO;
BOLէDէUM > oc.
bouliech, cat.
bolitx (>
BOLICHE);
REMէGէUM >
REMԵJU > cat.
remig (> cast.
remiche);
SATUREJA > cat.
sadorija (vid.
AJEDREA); vid. mi nota
AILC II, 130. G. Paris,
Rom. XXVII, 484-9, después de rechazar con mucha razón todas las etimologías propuestas anteriormente, llegó a la conclusión de que se debía partir de un gr. tardío
*πολίƌιον, diminutivo de
πóλος ‘eje’; nada se puede objetar desde el punto de vista formal y morfológico, pues los diminutivos en
-ίƌιον son de formación sumamente frecuente en el griego de todas las épocas; en lo semántico la idea puede defenderse bien, pues es característica de la polea el girar sobre un eje. Sin embargo no es evidente que le conviniera el nombre de ‘ejecillo’, pues el eje no es lo mismo que la garrucha. Ha de haber ahí algún escalón intermedio que ignoramos, y mientras no se descubra no podremos dar esta etimología por completamente aclarada. Así y todo, y dejando a salvo los pormenores, me parece seguro que el vocablo viene del griego, seguramente en calidad de término náutico (o bien de ingeniería), y que proviene de la familia de
πóλος; comp. en particular
πολεƗν ‘dar vueltas, girar’ y
Ɔμπολίζειν ‘hacer girar sobre un eje o quicio’ (éste en Tolomeo); como observó Paris es posible que de éste proceda concretamente el verbo
*empoulier del cual derivan
ampolieeur documentado en fr. en el S. XIII y
empolie ‘polea’ documentado cuatro veces en el S. XV:
-IZARE habría dado
-EJARE, como es normal; de la misma manera, aunque el verbo
polier no se encuentre en los textos antes del S. XIV, es concebible que el sustantivo
poulie, cast.
polea, sea en realidad postverbal, ora proceda de un
*πολίζειν, ora del
Ɔμπολίζειν conocido, con eliminación del prefijo. Es verdad que la correspondencia fonética regular
-ie ~
-ieja ~
-i(
t)
ja - ~
-ea no es lo que suele hallarse en los representantes de
-IZARE. Falta, pues, aclarar los pormenores, pero en conjunto la etimología está asegurada.