AJEDREA, del ár. šaƫriya y éste del lat. SATUREJA íd.
Cej. VIII, § 71. Para la documentación en hispanoárabe (desde
Abenalɏazzar, † 1004), vid. Simonet, 586. PAlc. da
xétria y el anónimo de h. 1100
šáƫriya. Según Bertoldi,
ARom. XVIII, 214, la voz latina, la hispanoárabe, el ár.
za’atar1,
za’etra (?), el gr.
σάταρ y el vasco
azitrai vendrían todos de una palabra oriental. En árabe la falta de raíz semítica, el cuadriliterismo y la vacilación en
s-,
Ɋ-,
z- y
š-, todo indica que no es vieja voz semítica; además allí tiene para unos el significado de ‘ajedrea’ (Abenalbéitar), para otros el de ‘tomillo’ (Lane, 1360). Además de
šaƫriya ‘ajedrea’ se lee
turunǤa sa⺆tarîya en el poeta herbolario malagueño (h. 1016),
Al-And. XXXVII, 442, para una clase de naranjas o toronjas sazonadas con ajedrea o tomillo, como hacemos nosotros con las aceitunas y otras frutas; así que es posible que
sa⺆tar sea derivado regresivo del supuesto adjetivo
sa⺆tarîya,
šaƫriya y que éste sea préstamo del lat.
SATUREIA (¿de
saturare?)
. Pero si acaso sería préstamo realizado ya en Oriente, no en España, pues el vocablo se documenta copiosamente allá, ya desde el dicc. árabe del iranio
Օauharî (h. el a. 1000) y otras muchas fuentes orientales. El gr.
σάταρ es palabra muy tardía, medieval (era
Ȏύμβρα en griego antiguo) y puede ser arabismo; y el vasco
azitrai (sólo documentado en Navarra) de todos modos vendría del latín. Las demás denominaciones romances (gall.
segorella, Sarm.
CaG. 94
r, o
segurella, «acedría», 158
r, 1 probablemente de
*segureia2; port.
segurelha, cat.
sajulida,
sadorija3, oc. ant.
sadreia, fr. ant.
sarriee4, fr.
sarriette, it.
santoreggia) vienen del latín.