NÍSPERO, del antiguo niéspero, y éste del lat. vg. *NĔSPէRUM, en latín clásico MĔSPէLUM íd., junto al cual se encuentran las formas vulgares NĔSPէLA y MĔSPէRA.
1.ª doc.: nyêšporo y nêšporo, 1106, Abenbuclárix; néspero, h. 1326, J. Manuel, L. del Caballero, Rivad. LI, 252623; niéspero, APal. 464d; níspero, 1570, C. de las Casas.
En España predominaron las formas en N- y en -R-. Además de las variantes de este tipo que ya he citado arriba, mencionaré niéspero en Nebrija (árbol y fruto), niésparo en varios lugares de Burgos (G. de Diego, RFE III, 302), níspora en Andalucía (ibid.), y las empleadas como nombre del fruto y citadas por Aut.: niéspera y néspera. Sin embargo, las formas en M- no desaparecieron del todo en España4, a juzgar no sólo por el vasco mizpira, mizpiྋa, mizperu, mizmira, etc. (ARom. XVIII, 215), y el alav., burg., rioj. y bilb. míspero (Acad.; Arriaga), sino también por el judesp. míspola o míscola (VKR II, 374). Pero esta variante pronto hubo de quedar en minoría. Mejor se conservarían las formas en -L-, que se mantienen con gran extensión en el territorio catalán (concretamente nespla es la forma mallorquina, también conocida en Valencia5, pero nespra predomina en toda la zona continental) y en el Alto Aragón (niéspola, niézp-, niásp-, RLiR XI, 68); es posible que niespos empleado en la zona de Reinosa (G. de Diego) salga por disimilación de los *niesplos6 ; niespla se lee en el Corbacho del Arcipreste de Talavera (ed. P. Pastor, 132.10), y Aut. cita la forma níspola como nombre del fruto (comp. murc. nispolero para el árbol). Así y todo, las formas en -R- predominan en toda la Península (port. nêspera), de cuyos romances son características, aun cuando no falta algún representante de las mismas en los demás (bord. menespro, rouerg. nespouro; Servigliano nespra, nispru, ARom. XIII, 260). Según he adelantado, esta variedad de formas romances es ya antigua y puede documentarse mediante glosas latinas: las que más interesan para el castellano son NESPILA CGL III, 88.21 (NESPULA íd. íd. 562.47) y MESPIRA, 412.5 (MESPERA 372.44; comp. Graur, Rom. LIII, 200-1; Svennung, Wonst. zu den spätlat. Oribasiusrezensionen 102). La antigüedad de las formas con N- está comprobada por la existencia de nespila en alto alemán antiguo.
La conservación de la postónica en níspero es regular, según la fonética castellana; vid. ÁSPERO, VÍSPERA, MIÉRCOLES, etc.
1 Comp. la disimilación MILVUS > NILVUS de que he tratado en NEBLÍ.― ↩
2 El fr. nèfle supone un tipo MESFէLA, que está documentado en glosas (CGL III, 412.5; MESPHȷLUS, III, 300. 61; Goetz supone que μελωưιλα en III, 358.54, puede ser errata por μέσưιλα) y que se explica fácilmente por el mismo hiperurbanismo que fué causa de las PH erróneas de SULPHUR, GOLPHUS (> golfo), etc.― ↩
3 En algunas partes se produjo un cruce curioso de MESPILA con NESPILA, resultando de ahí el bordelés, perigordino y lemosín menespre (ya medieval: Delpit) o menesplo, que reaparece en el tipo lombardo alpino minespola, extendido desde el Tesino hasta la Valtelina, y estudiado por Salvioni (REW 5540. 1). MELESPERUM está ya en CGL III, 358.54.― ↩
4 Tampoco en Francia, vid. REW. Para un ej. del fr. ant. melle, vid. Rom. LIII, 567.― ↩
5 Lamarca, Escrig; documentada desde el S. XIV (Eiximenis, Regiment, 25.15). La forma nyíspro(L) o llísprol empleada en algunos puntos de la Huerta de Valencia es castellanismo.― ↩
6 Comp. nyespa en Andorra. ↩