ÁSPERO, del lat. ASPER, -ĔRA, -ĔRUM íd.

1.ª doc.: h. 950, Glosas de S. Millán.

Parece que debería esperarse aspro, forma que se halla, pero es muy rara (sólo conozco un ej. en el Cuento del Emperador Carles Maynes, manuscrito que creo del S. XV, publ. por Bonilla). Luego el cast. y port. áspero parecerían ser cultismos, caso único entre todos los romances (cat., oc. aspre, fr. âpre, it. aspro, rum. aspru, engad. asper, -pra). El cultismo no es inconcebible, dado que nuestro vocablo se ha empleado más en las acepciones figuradas que con referencia al gusto (en este caso popularmente se le confunde con agrio); sin embargo, dado el aislamiento del caso en romance y dada la frecuencia del vocablo en monumentos literarios muy populares de toda la Edad Media, desde Berceo (vid. Cuervo, Dicc. I, 721-5), sobran motivos para ponerlo en duda. En realidad un examen de los casos análogos (árboles, miércoles, níspero, víspera, etc.) muestra que la conservación del esdrújulo es normal y popular en esta combinación especial; acaso haya relación con la especial propensión de los dos romances ibéricos para la anaptixis.

DERIV.

Asperear. Aspereza [h. 1295: 1.ª Crón. Gral.]; también se emplearon asperez (S. XV, trad. de Boccaccio), asperedumbre (Partidas), asperidad (Alex.), asperura (SS. XV-XVI). Asperillo; asperilla. Asperón; ast. asplón ‘retoño’ (V), comp. cat. aspre ‘sostén para apuntalar una planta de judía, etc.’. Aspérrimo [S. XVI: Guevara], del lat. asperrĭmus, superlativo de asper.

Asperiego, -ga (manzano, -a), ‘variedad de manzana de carne granulosa y sabor agrio, que suele emplearse para hacer sidra; manzano que la produce’ [Pantaleón de Ribera, h. 1625]: ésta es la definición de Aut., que afirma es derivado de áspero, agregando que la variante esperiega tiene mayor uso, lo cual no se opone a esta etimología (comp. escuchar < ascuchar, etc.); el texto de P. de Ribera no confirma ni desmiente esta definición (habla de la asperiega de oro adjudicada por Paris) y los diccionarios posteriores se basan evidentemente en Aut. y coinciden con él; Tolhausen, que traduce «Renettenapfel», se funda en Terr., que también identifica esperiego y asperiego, definiendo «espèce de pomme de rainette; malum diuturne durans vel mali genus subausterum»; la pomme de rainette de los franceses, manzana de piel manchada como la del batracio llamado reinette, no parece ser la manzana agridulce (la Acad. distingue manzana reineta de m. asperiega), pero advirtamos que Terr. dice «espèce», por lo tanto no pretende dar equivalencia precisa y su definición latina («subausterum» = ‘áspero’) demuestra que Terr. piensa en la misma especie que la Acad.; por otra parte Francisco F. de Navarrete (1742) da la manzana silvestre o maguilla como una «especie de asperiega» (Colmeiro II, 371), lo cual confirma que se trata de una variedad áspera o agridulce; en conclusión es sumamente probable que se trate de un derivado de áspero, como serraniego, aldeaniego, cristianiego lo son de otros tantos adjetivos, y es muy incierto que haya parentesco, como sugirieron Jud y Spitzer (RFE VII, 370; X, 171), con los mala sperauca del Capitulare de Villis (Francia, fin S. VIII), variedad de manzanas cuyas características se ignoran (se citan a continuación los dulcia y acriores, así que no parece tratarse de una manzana agridulce): debería admitirse que sperauca es errata por *speraeca1, mas es preferible no identificar las dos palabras mientras no se hallen otros indicios.

Exasperar [h. 1580, Fr. L. de Granada], tomado de exasperare íd.; exasperación, exasperante.

1 Spitzer piensa que se trate en definitiva de *HESPERIAECA, derivado de Hesperia ‘España’, idea ya apuntada por el Padre Sarmiento, dos siglos atrás (BRAE XV, 26). Es improbable. Faltan datos acerca de la asperiega en los diccionarios de dialectos españoles. Sólo Borao (s. v. manzana) cita la esperiega, sin explicaciones, y Fig. da la misma forma como nombre de una variedad muy apreciada, y Sarm. registra las espriegas como nombre gallego, junto a las camoesas, las tavardillas (CaG. 92r) y las muzetas (A13r). Su etimología de Hesperia tendría la ventaja de explicar la i de la forma gallegoportuguesa, pero me parece más probable que sea un término importado de Asturias, la tierra de manzanas y sidra por excelencia. Esta clase de manzanas se produce con gran abundancia en la zona castellana de Valencia, y particularmente en el Rincón de Ademuz, que es la tierra clásica de las esperiegas. Don J. Giner i March ha procedido a una encuesta, que le agradezco, con varios comerciantes del mercado de Valencia y con otros del Rincón de Ademuz (Torrebaja), del Villar del Arzobispo y de Domeño. La forma ampliamente predominante, si no unánime, es en esta región espedriega (salvo pedriega en Domeño): es manzana grande (o mediana) y achatada (de forma comparable a la de un tomate valenciano), de pulpa muy dura y jugosa, de piel lustrosa y resistente (la mejor para la exportación), de color amarillo, tirando a rojizo (sobre todo en los lados), de gusto dulce suave, ni ácida (como la miguela y la reineta) ni harinosa (como la serena), y aunque uno de sus sujetos la califica de «agridulce» otros disienten, y de todos modos es diferente de la poma de l’agredolç, que merece verdaderamente este adjetivo y es la más valenciana (Ribera y Bocairente). Estos datos ni apoyan la etimología áspero ni tampoco bastan para desmentirla. Es evidente que así Giner como sus informantes piensan en un derivado de piedra (por ser de carne dura), pero no se comprendería entonces ni la falta de d en la variante antigua ni la forma de la derivación; de modo que esto tiene todo el aire de una etimología popular; la d puede deberse además a influjo del vocablo pedriega ‘pez griega o colofonia (empleada para hacer cerote, jabón, ungüentos y liga de muérdago)’, alteración de pez griega justamente empleada en la zona castellana de Valencia, como me dice Giner (y nótese pedriega ‘esperiega’ en Domeño). El paso de asperiega a esperiega siempre es posible y fácil, de suerte que nada prueba la generalidad actual de la inicial es-; el sufijo -iego atenúa el sentido de la raíz áspero, así que bien pudo aplicarse a un tipo de manzana que se acerca ya a lo agridulce («subausterum», como dice Terreros), además de que el concepto ha podido evolucionar con el tiempo, con nuevos cruces e injertos y dado el prestigio comercial de la asperiega. Hará falta más documentación antigua: la poca que tenemos es más bien favorable a la etimología áspero. Ya redactado este artículo para la 1.ª ed. de este diccionario trató del problema Malkiel (Philol. Q. XXVIII, 249-311) en términos parecidos, y sin aportar novedades.