MORO, del lat. MAURUS ‘habitante de Mauritania’.
1.ª doc.: orígenes del idioma (doc. de 1091 [Oelschl.], Cid, etc.).
DERIV.
Morato, trigo ~ [Acad. 1899 o 1914], ‘variedad de álaga de color oscuro’. Moreno [maȬrîno mozár., que corresponde a una pron. maȬréno ‘toro negro’, en el anónimo sevillano de h. 1100, Asín, p. 271; Moreno como nombre propio de persona en doc. de 1203, Oelschl.; como apelativo ya en J. Ruiz, y en varios textos arag. del S. XIV4; asna morena en J. A. de Baena, en su Canc., n.º 385, v. 20; «cesule, de ojos morenos o entrehoscos», APal. 411d; «morena cosa, baça, fuscus», Nebr.; de uso general desde el Siglo de Oro por lo menos5]6: es de las palabras más importantes y antiguas, entre las que tienen el sufijo más bien raro -ୱNUS, quizá prerromano7; pero ante la aplicación sorprendente de una terminación prerromana a una raíz romance, y ante los testimonios mozárabes de los SS. XI y XIII sería lícito sospechar que el derivado *MAURզNUS (documentado como nombre de persona, por lo menos) se cambiara en maureno y moreno por la misma pronunciación arabizada que hemos registrado en BARRENA; esto mismo podría explicar las anomalías fonéticas del port. moreno y el gasc. y langued. ant. moreȠ, así como la temprana desaparición del cat. arcaico morè (Morena femina aparece en otro texto de Cataluña, de 1002, Cart. de St. Cugat II, 19); Spitzer MLN LXXII, 1957, 583, vota por una imitación de Sarracenas y Agarenus. Morena ‘hogaza de pan morena’; morenero; morenillo; morenote.
Andar a morena ‘pelearse’ (Cancionero de Baena, n.º 383, v. 15), sobre ello morena frase para amenazar con pelea (Cervantes, Quijote II, xxxiii; La Ilustre Fregona, Cl. C., 232), quizá por el carácter peleante de la raza negra o más bien de los moros, que son morenos, comp. Parma moresca ‘pelea’, REW 5438 (más difícil es que se trate de morena ‘montón de mieses’, de donde andar a morena ¿‘cayendo unos sobre los otros’?).
Morería [Nebr.].
Moriego. Morillo [Covarr.; S. XVII, Aut.] ‘hierros de la lumbre’, por las cabezas humanas con que suelen adornarse, tiznadas por el fuego; cf. gall. ant. muril, que sería eso mismo en una CEsc. de Alfonso el Sabio (en rima: «Podengo de riba Sil / que cufiasse un muril») en opinión de R. Lapa (27.10); morillero (?).
Morisco [Maurisco y Moriskelo, como nombres de persona en documentos de 966 y 1095, Menéndez Pidal, Oríg., 106, 110; mozár. mauríško, Simonet, p. 353; Asín, p. 19; morisco, Cid; doc. de 1081, Oelschl., etc.; de uso general en todas las épocas]8, forma hermana del cat. morisc (de uso general desde el S. XIV por lo menos); moriscado ‘moruno’ ant. (Berceo, S. Mill., 452); morisqueta ‘ardid o treta propia de moros’ [1605, Píc. Justina], ‘acción para engañar o burlar a otro’, ‘ademán de zafarse’ (M. Fierro I, v. 609), ‘mueca’ (domin.: Brito); directa o indirectamente del cast. ha de venir el bret. moriscl ‘mueca’ (pl. morisclo o moriscleu), para el cual vid. Ernault, Rev. Celtique XXI, 142-3; J. Loth, Dict. de Pierre de Chalons, p. 103; Dottin, Louis Eunius, 1911, p. 119.
Morisma [Mena, Laberinto, estr. 146; 1548, Pedro de Medina, Aut.; morismo ya en Berceo], con sufijo sugerido por marisma junto a mar, de matiz también colectivo y sentido como voz mozárabe y propia de la España musulmana (vid. MAR) 9. Morito.
Morocho ‘maíz de Guinea, maíz americano cuyo grano se distingue del común por su dureza’ chil., arg., ecuat. [S. XIX], ‘persona robusta, bien conservada’ (ecuat.: Lemos; domin.: Brito; ‘persona de cuerpo abultado y tosco’ chil.), ‘gemelo, mellizo’ venez., ‘labihendido’, ‘moreno, trigueño’ arg., urug., morocha ‘muchacha’ (en el argentino norteño L. Lugones, BRAE IX, 534; en el chileno Guzmán Maturana, D. P. Garuya, cap. La Cueva de la Morocha), ‘escopeta de dos cañones’ (en el colombiano E. Rivera, La Vorágine, p. 75): esta palabra americana, de origen incierto, parece tomada del quich. murúƇ’u ‘cosa dura de comer’, ‘maíz muy duro’ (así ya en Gz. de Holguín, 1608, según la ed. de 1901; morocho «cosa dura y rezia» en Fr. D. de Sto. Tomás, a. 1560, y como voz quichua muruchu h. 1600 en Garcilaso el Inca, Com. I, viii, cap. 9, y otros, vid. Román), al parecer derivado de muru ‘grano, semilla’, ‘viruela, sarampión’ (ambas acs. en Lira y en el P. Lobato, S. XX, pero sólo la 2.ª en Gz. de Holguín, moro «berruga o peca de la cara» en Fr. Sto. Tomás); etimología de Lenz (Dicc. 511-2), contradicha por Granada (BRAE VII, 82-85), quien por el contrario cree castellanismo la palabra india, opinión que todavía no se puede desechar completamente, sobre todo teniendo en cuenta la gran extensión geográfica del vocablo en América y sus variadas acs.10; sea como quiera, morocho hubo de sufrir por lo menos la influencia semántica de moreno y moro; comp. morucho ‘(res) vacuna de color negro imperfecto’ (en el Espinar, Segovia, según Cabrera, y en Cespedosa, RFE XV, 279), and. morucha ‘morenita’, ‘muchacha’ (RH XLIX, 512; BRAE IX, 534), madril. morucho, -a, expresión de cariño (RH XVIII, 63; sigue vivo en la poesía semipopular), comp. el chil. y arg. morocha íd.; morucho ‘novillo embolado para que los aficionados lo lidien en la plaza de toros’; marucho ‘yegua madrina u otra cabalgadura que encabeza una tropilla’, ‘muchacho que conduce las arrias y monta en la yegua madrina’ chil., arg. (Ortúzar; Borcosque, A través de la Cordillera, 11, 121; Chaca, Hist. de Tupungato, 294; Rogelio Díaz, Toponimia de S. Juan, s. v. chango; oído en las Lagunas de Rosario, Mendoza), comp. ast. maruxu ‘mozo encargado de llevar la yegua al caballo y viceversa’, faena encargada siempre a gallegos, llamados vulgarmente maruxos (Rato, s. v. gallegu y parada); Colunga moruxa «especie de parietaria que crece en los terrenos dedicados a hortalizas» (Vigón), seguramente la morella negra o vera de los catalanes (morella roquera ‘parietaria’), que según indica REW 5680b es también derivado de MAURUS (REW 5438), por el color. Moruno [Nebr.].
CPT.
Hierbamora, nombre de una flor [Lope, Jerus. Conq. XVII, v. 303].
1 No es castellanismo, sino resultado regular según la fonética catalana, y es de uso general desde los orígenes del idioma (Jaime I, cap. 137; S. XIV, ms. de los Gesta Comitum, ed. Fundación Rabell, p. LXVIII; Eiximenis, Regiment, 18.29; Turmeda, Cobles de la División, 122; etc.). La evolución es maure > more > moro, con la dilación vocálica que vemos en suro < suȮre < SUBERUM, cuiro < cuire < CORIUM, motllo < motlle < MODULUM, toro < tore < TAURUS (el cual es también castizo y corriente en la Edad Media).― ↩
2 Bicho moro es un coleóptero de color oscuro, pero recubierto su cuerpo por un vello fino de color gris amarillento, adquiere un tinte matizado con puntos claros. Ataca las patatas y otras hortalizas. V. la descripción del técnico agrícola Lucio E. Gómez, Los Andes, Mendoza, 10-VIII-1941. Cangrejo moro en Cuba (Ca., 115). El tucumano Fausto Burgos habla de «las alas blancas y las alas moras de las garzas», La Prensa, 18-111-1945.― ↩
3 Lugrís, Vall.; «ollos mouros», «piolleiras de cochos mouros», «un fume mouro», «se tornaba azul diante da moura fartura do presente» (Castelao 61.12, 149.1, 144.27, 196.19, 193.19).― ↩
4 Invent. de 1374 (BRAE II), 1379 («literas... la una con listas vermellas, e la otra con listas morenas e amariellas», BRAE II, 710); «los çapatos morenos, los laços blancos» y «maravéllome e fame maravellado que gallina morena pone güevo blanco», en los refranes de este siglo, RFE XIII, 366, 371. Luego en el aragonés de esta época se le daba el valor que hoy tiene pardo, con aplicación a objetos.― ↩
5 «Por un morenico de color verde, / ¿cuál es la fogosa que no se pierde?», Cervantes, Rinconete, Cl. C., 202; y otros ejs. en Aut. Nótese que el eufemismo moreno aplicado a un individuo de raza negra es ya clásico, según se ve por el Celoso Extremeño (Cl. C., p. 112) y por Quevedo. En este sentido ha dejado ya de ser eufemismo en toda América, y particularmente en Cuba, Arg., etc.; de ahí la sustitución del vocablo en su valor propio por trigueño (cub.) o morocho (rioplat.). Morenaje cub. ‘conjunto de los individuos de raza negra’ (Ca., 237).― ↩
6 Del castellano pasó el vocablo al port. moreno (no *moureio), cat. moreno (morè es catalanización rara; verdad es que el vocablo parece haber sido castizo en fecha preliteraria, vitello mureno, en bajo latín de Cataluña, año 989, Nicolau, Bull. Du C., 1927), mozár. Moreno (como nombre propio de dos moros valencianos del S. XIII, Simonet), langued. Balmourène (Vallis Morena, 1273; Vallis Maura, 1036; Sabarthès, Dict. Topogr. de l’Aude), gasc. ant. morẹȠ ‘negro’ (sólo en Marcabrú, ZRPh. XXXVII, 451), fr. del Canadá morin «noirâtre» (KJRPh. IX, 238). El sic. mirrinu «mantello di quel cavallo che sia di color quasi bianco» no sé si será castellanismo o procedente de MURINUS (V. s. v. MORCILLO), vid. Pagliaro, ARom. XVIII, 375.― ↩
7 Véase las listas de von Planta, ALLG XII, 371, en cuya opinión, no inverosímil, se trata de la forma dialectal itálica o bien céltica de -EINOS, variante apofónica de -զNOSl>. Moreno no es alteración de morezno ‘morito joven’ (doc. murciano de 1406), según cree G. Soriano, p. 194; ni hay por qué admitir que viene de MORUM ‘mora’, según afirma Nobiling, ASNSL CXXVII, 181, pues ‘moreno’ no es ‘morado’ y el port. moreno se revela como castellanismo no sólo por la -o-, sino también por la conservación de la n. Trató últimamente de moreno Aebischer, Rev. de Dial. y Trad. Pop. VI, 28ss., citándolo en otro texto cat. de 1047.― ↩
8 Para morisco como nombre del habla de los moriscos, vid. Quevedo, Libro de todas las cosas, Cl. C. IV, 143; Lope, Pedro Carbonero, pp. 218-26.― ↩
9 En el Cuento del Emp. Otas, ed. Ríos, 404, lín. 24, morisma es errata por el marisma del ms. (ed. Baird). Para el sufijo de morisma, V. también Spitzer, BhZRPh. XXIX, 88.― ↩
10 El principal argumento favorable a Lenz es que el vocablo se nos señala como quichua desde 1560 y como castellano sólo en el S. XIX, pero la antigüedad de la voz castellana no se ha investigado en realidad. Atiéndase a que el quich. muru puede ser el cast. moro, color de caballo, que según hemos visto puede indicar en América un animal negro salpicado de blanco; de ahí en rigor se podía pasar a ‘marca de viruela’ y secundariamente a ‘grano, semilla’, y aunque es cierto que esta última evolución ya es algo forzada, nótese que ésta sólo se ha registrado en el quich. muru en el S. XX, en tanto que la de ‘peca’ ya aparece en 1560. Sabido es que el quichua reemplaza por u la o castellana. Por otra parte cuesta un poco admitir que sólo se llegara a morocho ‘moreno’, ac. tan arraigada y general en el Río de la Plata, por un influjo seudo-etimológico de moreno o moro. No convence la idea de Lizondo de que se llamara morochas a las personas por el color del maíz morocho, que sería morado: pues claro que lo morado está muy lejos de lo moreno. ↩