MERO I, ‘Cerna gigas’, pez acantopterigio que llega a un metro de largo, en cat. nero, prov. mero(n); de origen incierto, acaso alteración del cat. nero íd. (por contaminación de varios ictiónimos como merluza) que parece ser aplicación figurada de Nero ‘Nerón’ por la voracidad y crueldad que se atribuye a este pez de boca y tamaño enormes.

1.ª doc.: Covarr.

Define éste «pescado conocido y regalado, por ser bocado de Príncipes, y assí dize el refrán: de los pescados el mero, etc.». De ahí pasó a Oudin (1616, no 1607). Sorapán de Rieros (1615) dice que es un pescado de seis pies en largo, y también habla de él Huerta (1628) en su traducción de Plinio, vid. Aut.; además figura en la Philomena de Lope (1621), canto II, ed. Sancha II, 410. Hoy es también portugués (Fig., pero falta en Bluteau, Moraes y CortesƟo); en catalán se dice nero, forma a la que se ha tendido a no dar mucha importancia puesto que por su terminación parecía castellanismo1, como también sería castellanismo el prov. mérou (Carus da además mero(u)n), puesto que junto a él está mero (Mistral), y aun se ha empleado alguna vez mérou en francés. Teniendo en cuenta que PAlc. (1515) registra merino, pescado» como equivalente del mozárabe chírnia, y efectivamente cherna es otro de los nombres del mero (llamado Ƈírniya o šérniya en Marruecos y Argelia), pero el ast. cherla es un mero pequeño, cabría sospechar que mero, como nombre de la variedad mayor, sea derivado regresivo de merino y que éste venga de MAJORINUS ‘de gran tamaño’. Es posible, pero no es más que una sospecha. Por otra parte, Abenaljatib hablando de Tánger dice que allí se goza de buenos capones y se comen lonjas de carne salada y seca y marûǤ (Simonet, s. v. maróch); hoy myrw (pronunciado méro o míru) en Marruecos (Lerchundi). Podríamos interpretar esto como merûƇ e identificarlo con el mero, lo que dificultaría el étimo MAJORINUS, pues éste en mozárabe sólo podría dar *maȳr-; pero rechazo ahora la idea de relacionar el tangerino marûǤ con mero, puesto que puede tratarse simplemente del participio pasivo del verbo rawaǤ «être débité» «être prêt, préparé» aplicado a un manjar (Dozy, I, 564, y ya clásico).

No creo que venga de MĔRŬLUS, como afirmó la Acad., pescado sólo mencionado por S. Isidoro y cuya equivalencia no conocemos bien (la MERULA parece ser el Labrus merula o borriquete, especie de perca, V. MERLUZA), pues se habría sincopado ciertamente la U postónica y tendríamos *mirlo. Para que salga del MYRUS de Plinio, mirrus en Polemio Silvio (ARom. VI, 482), hay grave dificultad fonética, pues la Y era larga, a juzgar por el gr. μǢρος; además tampoco habría verosimilitud semántica, pues el myrus es pez semejante a la morena y al congrio (Carus, II, 543), malacopterigios que en nada se parecen al mero, a no ser en la longitud, que en el myrus (cast. martina o culebra picuda) llega a ser de 80 cm.2

Teniendo en cuenta que el cat. nero no es forma esporádica ni mal documentada (pues se emplea en Menorca y desde el Empordán hasta Barcelona por lo menos) llama mucho la atención su -o, tanto más cuanto que esta forma no puede estar tomada ni del mozárabe (donde este pez se llamó en todas las zonas CHERNA, y sigue siendo xerna en Valencia y anfós en las Baleares) ni del castellano, a causa de n-. Y esto sugiere una etimología que no me atrevo a aceptar definitivamente, pero que mucho menos se puede rechazar del todo. Sería aplicación figurada de Nero, el prototipo de la crueldad y de los instintos matanceros: Néro (forma nominativa) es como se llamaba a Nerón en el catalán medieval (citas de Bernat Metge y Egidi Romà en el DAlcM.) y hoy sigue empleándose esta forma para una persona furiosa, irritadísima, en Mallorca y Menorca (aquí justamente es también nombre del mero). Ahora bien es conocido el tamaño gigantesco del mero, su voracidad, y su boca enorme es proverbial (tenir boca d’anfós se aplica a cualquiera en Mallorca y Menorca) con el mismo valor fué corriente neró, -ona, adj., en Barcelona mismo h. 1700, pues vemos en un romance impreso allí en 1707 «per terra y per mar / devant Barcelona / unirás las forzas ab fúria nerona» (Milà F., Romancerillo, ed. 1853, p. 86). Luego no sería extraño que se le dieran nombres de soberano: cat. ant. rei [S. XIII], reiet en Tarragona, anfós en cat. ant. y balear (= Anfós ‘Alfonso’) o Neró(n). Entonces el cast. mero sería forma alterada por varios nombres de pescado (sea como catalanismo o sea como desarrollo paralelo en los dos idiomas): merluza, martina, gall. mèro (variante de mervo = mirlo). Otra contaminación semejante es la del ast. cherla ‘cherna, mero’ a causa de merla o merluza. El napol. cernia nera muestra también que nero no fué al principio más que una especie de epíteto (‘cruel, voraz’) aplicado a este ciprínido, y el prov. mérou deja entonces de sorprendernos con su -ou átona, junto a la cual la variante meron parece comprobar la identificación con el nombre de Nerón.

En las lenguas célticas hay algunos nombres de pescados que recuerdan algo el del mero, al menos en lo fonético: un tipo *MRզ > irl. med. brī f. ‘trucha’, y en forma más derivada, un tipo britónico *M?KTILO- (ky. brithyll, córn. breithil, bret. brezel) que en galés designa la trucha, en córnico el múgil y en bretón la caballa; hay alguna correspondencia en otras lenguas: isl. murta ‘trucha pequeña’, nor. mort ‘especie de carpa’, gr. (σ)μαρίς ‘cierto pez pequeño’. Suelen derivarlos de la raíz MER- ‘brillar, chispear’, de donde el adj. lat. mĕrus ‘puro’ (que se supone significara propiamente ‘de color claro’), varios nombres de color eslavos y el célt. M?KTO- ‘abigarrado’ (irl. ant. mrecht-, bret. birz, etc.) (Pok., IEW 733). Que mero sea un nombre hispanocéltico o prerromano de una forma *MIRO- pariente de esos nombres, es desde luego una posibilidad, pero harto vaga en lo fonético y semántico.

1 A pesar de que en Nápoles le llaman cernia nera, no parece que pueda explicarse por NIGRUM, pues según Carus, Prodromus II, 610, sólo es «uniformiter fuscus, abdomen versus clarior», y la Acad. explica que es de color amarillento oscuro por el lomo y blanco por el vientre.―

2 Acaso sea, a pesar de todo, MERŬ(L)US, tomado del gallego: nótese la è abierta del gall. mèro ‘Serranus gigas’ (Vall.), como ya supuso el P. Sarmiento en 1770, a la cual correspondería ie castellana y las formas asturianas como mervo, que estudio en el artículo MIRLO. Pero no sólo falta la explicación semántica, sino que para hacerlo verosímil tendría que haber existido *mérvo como nombre del pájaro mirlo: ahora bien éste es merlo o melro en gallego, melra en portugués. Quizá se parezca algo al mero el gall. sept. merlón (La Coruña, Ferrol), pescado delicado (el budión pontevedrés, vid. BODE), pero como habla sólo de la cabeza (a cabeza do merlón ante ti a pon, Sarm. CaG. 220v, A16v), quizá se trate mas bien del cat. rap.