MIRLO, antiguamente mierla, del lat. MĔRŬLA íd., junto al cual también se halla vulgarmente un masculino MĔRŬLUS.

1.ª doc.: mierla, princ. S. XV, Sánchez de Vercial, Libro de los Enxemplos, Rivad. LVII, 490; mirlo, Aut.

Mierla en Nebr., PAlc., C. de las Casas, Oudin; mierla y mirla en Percivale; mirla en Covarr. y Terr. El masculino mierlo no aparece hasta Minsheu (1623). Aut. da mirlo como variante y merla, sin diptongo, como forma normal y cita ej. de merla en el naturalista Funes (1621) y de mierla en Huerta (1628). La variante merla es extraña, pues ni en latín ni en romance hay indicio de variantes con E larga, y en un vocablo así difícilmente se explica un préstamo de otro idioma; sería extraño que Aut. hubiese aceptado un catalanismo meramente regional empleado por el murciano Funes (cuya obra contiene otros regionalismos), y además merla figura también en APal. (277b). En latín la forma normal es el femenino MĔRŬLA</l>; de ahí el cat. merla, fr. ant. merle f., mientras que predomina el masculino en el port. melro, fr. mod. merle m., engad. merl, it. merlo (merla sólo la hembra, raro), y los dos géneros coexisten dialectalmente en lengua de Oc (el rum. mĭerlă debió sustituir a un antiguo masculino a juzgar por el tipo de diptongación). A estos masculinos corresponde el lat. vg. MĔRŬLUS, desaprobado por los gramáticos, pero empleado por algún autor suelto y registrado 16 veces en glosas del CGL, vid. Graur, Rom. LIII, 199. Sin embargo, es difícil asegurar hasta qué punto el género actual de los varios romances es antiguo, y la fecha tardía del masculino en los textos franceses y castellanos indica más bien una sustitución secundaria, por influjo de otros nombres de pájaro y, en particular, por influjo de ‘tordo’.

La variante ast. y santand. miruello, -uella, no está bien explicada1.

DERIV.

Merleta, término de blasón, tomado del fr. merlette. Mirlado ‘entonado, que afecta gravedad y señorío’ [1602, en el Alfarache de Martí]2, más raramente mirlarse (Lope), podría pensarse en derivarlo de mirlo3, lo cual quizá encontrara una explicación en la gravedad afectada del que iba siempre vestido de negro, como esta ave4; pero no es etimología atendible, porque existen voces parecidas en francés que no pueden venir de MĔRŬLUS, y es difícil que sean hispanismos, o las voces castellanas galicismos5. La explicación se encuentra en el vocablo mirlar ‘embalsamar’, que la Acad. registró como anticuado ya en 1817 y que empleó también el tinerfeño Antonio de Viana en su epopeya de princ. S. XVII (M.ª Rosa Alonso, El Poema de Viana, 393, 399): se ha de tratar, pues, de un derivado de MYRRHA con el cambio fonético ejemplificado s. v. CHIRLE y todo se explicaría a base de la idea de ‘rígido o envarado como un cadáver mirrado’. Comp. DESMIRRIADO y remilgado (s. v. MELLAR n. 7). Mirlamiento [Lope]; mirlo ‘gravedad, afectación’ [Lope]6.

CPT.

Gall. merlo do rio ‘pájaro negro que se sumerge en el Sil para pescar’ (Sarm. CaG. 231v); la misma ave merliao, -iau, -ián (en Vall. y Crespo Pozo) < melro-ria(n)o con haplología (> melriao y luego lr ultracorregido en rl).

1 G. de Diego, Contrib., § 399, sugiere un diminutivo *MERĔLLA, de donde *miriella y luego miruella; pero no explica el cambio de i en u, y el diminutivo supuesto no se apoya en nada más, en latín ni en romance. Una base MERŬLĔA está por lo menos documentada en latín en el sentido de ‘negro, color de mirlo’, y es concebible que se pasara de *meroilla a *meruella (miruella) como de VERECUNDIA a vergüeña; pero entonces esperaríamos más bien *mirueya en Santander y Este de Asturias. Quizá haya ahí un cruce con otra palabra. Miruella se emplea en Santander, miruellu en Colunga y en el valle de S. Jorge, oriente de Asturias, según Vigón Las formas occidentales que cita el mismo autor, mervo en Castropol y Navia, niervo en Luarca, ñervatu en Villaviciosa, quizá sean galleguismos, de MERU(L)US > *mér(o)vo (comp. el port. mélroa, que parece ser *méroa × melro); aunque es verdad que Vall. sólo registra mèrlo y merliño.―

2 «Vuelvo a mi amo, que no había quien le sacase de entre redes y parlatorios, muy mirladito ) y melado: valíanle sus presentes de confituras, alcorzas y mermeladas; mas bien le costaban de esperar, como pescador de caña», Rivad. III, 391; «que os tuesten esa cara relamida: / ¡ mírenla qué mirlada y qué fruncida! / ¡Y vive Dios, que es diablo con pellejo!», Quiñones de B., Entremeses, NBAE XVIII, 650; «que haya dama tan mirlada», ibid. 539. Muy mirlado entre las voces vulgares y malsonantes en Pedro Espinosa (a. 1625), Obras, p. 196.26.―

3 Comp. el port. familiar melro «homem finório, espertalhƟo» (Fig.), que en el Minho significa «mariola», es decir, ‘persona vil y desvergonzada’, ‘persona infame’ (olha que mélro!; Leite de V., Opúsc. II, 387). ¿Vendrá de ‘afeminado’? Comp. Oudin: «mirlado: qui a la bouche froncée, et selon aucuns, c’est un qui en marchant regarde deçà et delà, curieusement, sans en faire semblant, comme un hypocrite et dissimulé: un dameret, un qui fait le mignon et poupin».―

4 Covarr. dice es «el hombre compuesto y mesurado con artificio» y explica «porque el mirlo quando se vaña y se pone a enxugar al sol, adereça sus plumas y se compone con aseo». Pero no me consta que esto pase por una característica del mirlo. Sabido es que Festo, y tras él Covarr., explicaban el lat. merula porque merus significaba ‘solo’ para los antiguos romanos y el mirlo suele andar solo; también por ahí podríamos explicar mirlado. Pero el dato de Festo relativo a merus no está confirmado, y tampoco es ésta la característica más saliente del mirlo en la imaginación popular.―

5 Se trata de mirlifique (S. XV y Rabelais) y el moderno mirliflore ‘joven dandi’, que por lo demás no están bien explicados. La etimología a base de un cruce de mirifique con MILLE FLORES como nombre de un perfume (eau de mille fleurs en francés), en la cual vienen a coincidir Gamillscheg y Bloch, aunque verosímil en principio, tiene el defecto de que mirliflore no aparece hasta el S. XVIII, y mirlifique, que ya es del XV, debería explicarse por el influjo de mi(r)liflore sobre mirifique, Aunque sorprende un hispanismo en el francés del S. XV, quién sabe si minifique debe su l al influjo de la voz española, que ya pudo existir entonces, o acaso al de un derivado galorrománico de MERULA, análogo a la voz española. Habla de esta familia de vocablos Spitzer en BhZRPh. XXIX, l00n., y en Misc. Schuchardt, 167.―

6 Hay un cat. esmerlit ‘delgaducho, flacucho’, vivo en el Penedés y Campo de Tarragona (Fabra, Alc.), que parecería ser derivado de merla ‘mirlo’, pero quizá lo sea más bien de esmerla ‘esmerejón’, por la pequeñez típica de esta ave de rapiña.