LANDRE, del lat. vg. GLANDO, -DէNIS, en lat. cl. GLANS, -DIS, ‘bellota’, ‘bálano’.

1.ª doc.: h. 1400, Glosario de Palacio, donde significa ‘infarto inguinal’; Danza de la Muerte, 15 (sinónimo de buba); y en la trad. del Libro de Halconería de Pero Menino (Tilander, RFE XXIII).

Entre las fuentes posteriores figura en el Corbacho (ed. Pastor, 118) como nombre de la peste levantina; en APal. («todo linage de animales se consumía por landre» 20d; además 21b, 92d); Nebr. («landre que mata con pestilencia: glándula»); dar a la mala landre ‘dar al diablo, maldecir’ en La Ilustre Fregona (Cl. C., p. 311). El sentido etimológico es ‘tumor, buba’ (así también en Nebr.: «landres del cuello»), comparada con una bellota, y posteriormente ‘peste que se manifestaba con bubas’1; por otra parte, desde ‘tumor’ se pasó a ‘bulto’ y de ahí a ‘escondrijo de dinero que se hace bajo los vestidos’ (M. Alemán, G. de Alfarache, Cl. C. V, 142.12). A causa de su género femenino se pudo cambiar landre ‘peste’ en landra en judeoespañol (en el refrán casar, casar, que la landra viene, BRAE XIV, 234), secundariamente llandra ‘tos ferina’ en Colunga (Vigón); por etimología popular en algunas partes dicen liendre por ‘tumorcito’ (Cespedosa, RFE XV, 274). En autores vulgares latinos se halla GLANDO, -DէNIS, como variante de GLANS, -DIS, ‘bellota’, ‘bálano’: así en Avieno, en el seudo-Cipriano, en inscripciones y quizá ya en Aulo Gelio (ALLG XV, 548), también en glosarios (βαλάνƪ, CGL II, 34.13); una ac. semejante a la romance se halla ya en latín en el diminutivo GLANDŬLA ‘amígdala, glándula’, de donde procede el port. ant. lândoa («quando vires que lhe incham aquellas landoas... filha hum ferro fervente agudo e queima-lh’as», 1318, Maestre Giraldo, RL XIII, 247); pero landre no procede de ahí, según muestra su -e final, sino del lat. vg. GLANDէNEM2>, con el mismo tratamiento de la terminación que en LIENDRE, SANGRE, INGLE; la reducción del grupo GL- es normal (comp. LIRÓN, lovillo > OVILLO, etc.). En la Edad Media se empleó además lande f. ‘bellota’, procedente de GLANS: Berceo, Mil., 726; Alex., 1401; Sta. M. Egipc., v. 821 («e quando avien grant conducho / landes avien e poco frucho»). y todavía en Nebr. («lande, por las bellotas: glans»). Hoy se conserva lande en Álava, llande en Asturias y en el Obispado de Santander (según el glosario de T. A. Sánchez), glande en la Rioja (Acad.) y, como cultismo, para la cabeza del miembro viril; formas análogas siguen siendo de uso general en los demás romances, desde el catalán hacia el Norte y el Este.

DERIV.

Landrecilla [Celestina, como insulto cariñoso, propiamente ‘pestecita’]. Landrero. Landrilla3. Cultismos: glándula [h. 1580, Fragoso], glandular, glanduloso. Englandar o englantar.

CPT.

Glandífero. Glandígero.

1 Claro está que en esta ac. no viene del fr. ladre ‘leproso’, como quisiera Steiger, BRAE X, 187.― 1>

2 GLANDINEM dejó huellas también en Italia: Garfagnana jàndəna «ghianda» (Rohlfs, It. Gr. 40).―

3 Ronc. landria ‘lechecillas de cordero’ (Azkue).