JÁBEGA, del ár. šábaka ‘red’, de la raíz šábak ‘enredar, entrelazar’.

1.ª doc.: xábega, 1543, F. de Ocampo.

Por Neuvonen, p. 302, podría entenderse que el autor ya ha hallado el vocablo en el S. XIV, pero no figura en los Glos. de Castro, APal., Nebr., PAlc., C. de las Casas ni Oudin; sí en F. del Rosal (1601) y en el Guzmán de Alfarache (Cl. C. II, 190.1): como solían emplear a vagabundos para tirar de la jábega en la pesca del atún, en las supuestas Ordenanzas de los Pícaros incluídas en ese texto se pone por condición que hayan cumplido dos años de jábega1. Del mismo origen, port. xávega (chávega), cat. xàvega (ant. exàvega, ya en 1460, J. Roig, v. 5913; también aixàvega, Alcover), oc. mod. eissaugo (o savego, saugo), fr. aissaugue, estos dos últimos tomados del catalán. El anticuado jabeca que la Acad. registra, ya en 1884, en el sentido de «aparato destilatorio que se usaba en Almadén para el beneficio de los minerales de azogue» parece ser mero duplicado de jábega: consistía, según las últimas ediciones de la Acad., en «una fábrica rectangular cubierta por una bóveda en cañón, con varias filas de agujeros, donde se colocaban las ollas casi llenas de mineral de azogue». Ahora bien, šábaka, además de ‘red’, designa varios objetos de forma comparable: ‘parrilla’, ‘enrejado’, ‘emparrado’, ‘mosquitero’, ‘parte del astrolabio que en otras partes se llama telaraña o red’ (vid. Dozy, Suppl. I, 722b, 723a); las filas de agujeros pudieron compararse fácilmente con un reticulado o una parrilla, y de hecho Belot trae también la ac. «terrain où il y a beaucoup de puits»2.

DERIV.

Jabegote. Jabeguero [1609, J. Hidalgo]. Enjabegarse ‘enredarse un cable o una red en algún objeto del fondo del mar’, and. (A. Venceslada), procedente de šábak en la ac. ‘enganchar’ (Dozy, Suppl. I, 722a), de donde viene asimismo el venec. sabega «croc ou grappin à plusieurs branches dont on se sert pour draguer le fond de la mer et en retirer les objets perdus» (Jal), cat. xàvega, que he oído en esta misma ac. en Sant Pol de Mar. Jabeque [Aut., xabeque, como embarcación muy usada en el Mediterráneo, especialmente por mallorquines e ibicencos], del mismo origen que el cat. xabec, port. enxabeque [S. XV], fr. chébeck, a saber del ár. vg. šabbâk [S. XIII], derivado de šábaka ‘red’: fué antiguamente una barca de pescar y posteriormente una embarcación costanera o un pequeño navío de guerra; vid. Dozy, Suppl. I, 723a (que rectifica el Gloss. del mismo autor), Jal (s. v. chabek y enxabeque); la Acad. desde 1899 cita jábega como nombre de una embarcación de pesca semejante al jabeque, pero más pequeña3. En cuanto a jabeque, admitido por la Acad. en 1884, como voz familiar, en el sentido de ‘herida en el rostro, hecha con arma blanca corta’, por Eguílaz (p. 426) como voz andaluza, y por Cej. (IX, p. 619) como propio de Córdoba, Málaga y Cádiz, no se ve claro en qué forma puede venir de jabeque ‘embarcación’, aunque el empleo preferente en la frase pintarle un jabeque a uno parece indicar que se trate de un chirlo comparable en su forma con este objeto; sea como quiera, el vocablo no puede separarse del cat. xiribec [ya en 1797 («un bon x. al cap» Maldà, El Col·legi de la Bona Vida, 135)] íd. (con variantes locales xirivell y xirnac, vid. Ag.), cuya sílaba -ri- quizá sea ampliación secundaria, ora por cruce con otro vocablo4, ora por creación expresiva (comp. cat. cucurulla, cast. cucurucho, frente al lat. CUCULLA íd.), y desde luego no es posible que venga, como sugirió Eguílaz, de un ár. Ʌábaq ‘golpe dado con un látigo’ (derivado del verbo Ʌábaq ‘dar un latigazo’), pues se trata de un vocablo mal documentado en árabe (sólo en el poco fidedigno Kazimirski, pero no en el Suppl. de Dozy ni en Belot), y la x- catalana no concuerda con el Ʌ arábigo5. Para jabeque ‘chirlo’ tampoco hay que pensar en ár. Ʌábaƫ, como quiere Asín (Al-And. IX, 31), «trace d’une blessure» (Belot, no Dozy), ya por razones fonéticas.

1 La forma xábeca o xáveca, que junto a xávega da Covarr., parece ser, por el contexto, arábiga y no castellana.―

2 La Acad. había propuesto derivar de un ár. sábek ‘crisol’, y hoy vuelve a proponer sabîka ‘lingote’, ‘crisol’, derivado de sábak ‘fundir un metal’. Éste es, en efecto, el sentido de dicho verbo, pero así sábek como sabîka en el sentido de ‘crisol’ son palabras desconocidas de los diccionarios, como ya observó Eguílaz (p. 426), al proponer identificar jabeca con jábega, sin apoyar bastante su idea en lo semántico, por lo demás. De hecho la etimología sabîka presenta dificultades insuperables tanto fonéticas como semánticas, pues el resultado castellano de este vocablo no podía ser otro que CEVICA (que de hecho existe). Supone Eguílaz que el vocablo deba acentuarse jábeca, y bien puede ser así, puesto que se trata de una palabra antigua; por lo demás es posible, en estas condiciones, un traslado de acento en árabe vulgar: comp. los casos análogos de ALBAHACA y ALMAZARA.―

3 Baist, ZRPh. XXXII, 44-45, rechaza con razón la etimología de Sainéan (ZRPh. XXX, 318; Sources Indig. II, 422), quien basándose en una forma italiana sciabecco (según Baist, errata de lectura) por stambecco ‘cabra montés’, supone que éste sea el significado primitivo de jabeque; yerra Sainéan al afirmar que šabbâk sea vocablo reciente en árabe, y nada más inverosímil que partir de un término alpino como stambecco (< alem. steinbock = chivo de peña) para el origen de un vocablo mediterráneo. Sainéan confirma, según ya era de suponer, que el turco scunbekî, que se había dado como étimo de la voz romance, no es más que un reflejo tardío de la misma.―

4 Es lo que me parece más probable. Este vocablo sería jerigonza en el sentido de ‘acción extraña o ridícula’, ‘gesto, visaje’; de ahí jeribeques ‘guiños, visajes, contorsiones’ que la Acad. registra en sus ediciones del S. XX.―

5 Por la misma razón debe rechazarse el ár. hibâk «raya de color distinto del fondo» (Acad.), ‘línea trazada sobre la arena’ (Belot; no en Dozy).