GUALDRAPA, ‘cobertura larga, de seda o lana, que cubre y adorna las ancas de la mula o caballo’, origen incierto; como en la Edad Media designó una prenda de vestir para hombres, es probable venga de *WASDRAPPA, variante del lat. VASTRAPES ‘especie de pantalón’: se trata de una palabra tardía de origen oriental y por lo tanto son justificables las irregularidades fonéticas en la evolución del vocablo, que debió de sufrir el influjo de DRAPPUM ‘trapo’.

1.ª doc.: g(u)aldrapa, princ. S. XV, en cuatro poesías de Villasandino1, en la ac. medieval; gualdrapa, 1599, Guzmán de Alfarache, en la ac. moderna2; en gallegoportugués lo emplea ya h. 1250 Alfonso el Sabio.

Ahí escrito galdrapa, en una cantiga de escarnio: «d’outra guisa me foi el vendê’ la galdrapa», y quizás antes, unos pocos años, el trovador gallego Martín Anes Mariño, donde no se sabe si designa un paño especial de este nombre, o más bien habla de aprovechar una gualdrapa usada para hacer una vestidura de persona: «?a b?a capa / ca non destas maas feitas de luito, / mais outra b?a, feita de gualdrapa / cintada» (R. Lapa, CEsc. 33.4, 274.4, 10).

Gualdrapa en la ac. moderna figura también en Oudin3, Covarr., Góngora, etc. Palabra clásica y moderna, bien conocida. Por analogía de las gualdrapas colgantes se ha aplicado familiarmente el vocablo a un harapo colgante. También port. gualdrapa [Moraes], cat. íd. [1565, Alc.], it. gualdrappa [med. S. XVII: D. Bartoli, B. Menzini], bávaro waltrappen. Según la cronología es posible que todas estas formas se tomaran del castellano, y en cuanto al italiano esto es bastante verosímil; del italiano pudo pasar al alemán meridional.

Ferrari (1863), y tras él Diez (Wb., 176), recuerdan el lat. tardío vastrapes, que figura en el antiguo glosario latino-griego del seudo-Fílóxeno (ms. del S. IX) traducido por ưιμινάλια, es decir, el lat. feminalia ‘fajas de paño con que se envolvían los muslos’, y Rufino (fin del S. IV) empleó el mismo vocablo para traducir en el texto de Josefo el gr. ęναξυρίƌες, nombre de una especie de pantalones que empleaban los persas. Observa Paul de Lagarde, maestro en toda filología orientalista, que vastrapes tiene aspecto iránico4, lo mismo que sátrapa, gausapa y astrapa (griego ęστράβƓ)5 (Göttinger Nachrichten 1886, 121-4), y deriva de él el fr. guêtre ‘polaina’, etimología quizá preferible al fráncico *WRIST ‘muñeca’, tan poco satisfactorio semánticamente, a pesar de la aprobación que ha merecido de M-L. (REW 9577) y Gamillscheg (EWFS y R. G.).

Volviendo a nuestro gualdrapa, Meyer-Lübke (REW 9169) rechaza resueltamente la etimología de Diez como inaceptable en los aspectos fonético y semántico, y G. de Diego (RFE IX, 135) se adhiere a su opinión, con la reserva de que para salvar esta etimología debería admitirse un cruce al mismo tiempo con FALDA y con TRAPO (DRAPPUM), lo cual tampoco gusta a M-L. (REW3). Para otros nombres iránicos de tejidos y vestidos, de terminación parecida y conservados en romance, vid. GARNACHA y VÁNOVA.

En realidad M.-Lübke padeció una confusión, por haber entendido que feminalia designaba un traje femenino, cuando este vocablo no es derivado de femina ‘mujer’, sino de femur, feminis, ‘muslo’. Luego no hay dificultades semánticas, sobre todo teniendo en cuenta los pasajes de Villasandino; fácilmente una prenda que protegiera las piernas o muslos del hombre pudo aplicarse luego a la que cubría las extremidades inferiores del animal, y servía, como nota Covarr., para defender al jinete de las salpicaduras de lodo que aquél levantara al pisar6. En lo fonético no puede sorprendernos, en un orientalismo tardío, una pronunciación con W- inicial en lugar de V-, ni tampoco sería inconcebible una variante -DRAPPA en la terminación del vocablo, tanto más cuanto que el influjo de DRAPPUM ‘trapo’ sería perfectamente natural7; ahora bien, *WASDRAPPA tenía que dar gualdrapa poco menos que forzosamente, puesto que la S sonora en final de sílaba suele pasar a r, y ésta debía disimilarse en l (comp. PRAEPOSITUS > cat. prebosde > peborde > cast. PAVORDE). Sería conveniente poder documentar las formas intermedias, pero ya podemos mirar la etimología de Ferrari y Diez como verosímil8.

DERIV.

Gualdrapazo ‘golpe que dan las velas de un buque contra los árboles en tiempos calmosos y de alguna marejada’ (comparación con la oscilación de las gualdrapas al andar la caballería). Gualdrapear ‘andar el caballo con movimiento suave, paso corto e igual’, cub. (Pichardo), por la marcha pausada del paseante ataviado con gualdrapas; ‘dar gualdrapazos’; ‘poner de vuelta encontrada una cosa sobre otra, como los alfileres cuando se ponen punta con cabeza’; gualdrapeo. Gualdrapero ‘que anda vestido de andrajos’, de ahí el gall. galdrupeiro ‘tunante, galopín, asqueroso’ (según nota Sarmiento, BRAE XV, 38). Engualdrapar.

1 «El mi vystuario deve ser doble / segunt mi estado, quier saya, quier capa, / sy quier balandrán, si quiera galdrapa, / segunt ya costunbran los grandes e chicos», Canc. de Baena, n.° 155, v. 129; «Non sse pierda mi aguilando; / Señor, lo que vos demando / es alguna gentil ropa, / balandrán, galdrapa, opa, / con que me vaya preciando», íd., n.° 59, v. 7; «maguera me vedes con pobre galdrapa» íd. n.° 87, v. 18; «éste como noble onrrado / me mandó una gualdrapa» íd. n.° 112, v. 46.―

2 «¿Quién vió los machuelos un tiempo, que tanto terciopelo arrastraron en gualdrapas, y ser incapaces hoy de toda cortesía, que ni cosa de seda ni dorada se les pueda poner?», Cl. C. II, 243.1. En nota se citan dos leyes de Felipe II († 1598), prohibitivas del uso de caballos y machos con gualdrapas.―

3 «Une housse de cheval; une garse, une putain».―

4 En efecto, es evidente que se trata de un derivado del ave. y scr. vastra- n. ‘vestido’ (Pok. IEW 1172.27). Para el sufijo -pā debe verse, entre otros, Benveniste, Titres et NPP en ir. anc., 103.―

5 Supongo se refiere a ęστράβƓ ‘silla de montar, con respaldo’, palabra inexplicable según el léxico griego y documentada desde el S. V a. C, ya en Lisias, y sus derivados figuran en Esquilo y en Platón el Cómico. No conozco los datos de un lat. astrapa, pero no creo que se trate de una confusión con ęστράπƓ ‘relámpago’, palabra griega bien conocida.―

6 Cabría sospechar que este detalle se lo inspiró a Covarrubias su etimología guarda-pie, tanto más cuanto que las gualdrapas eran paramento de lujo para pasear en las grandes avenidas ciudadanas (rúas, como él dice) y no para el campo. Pero que ésta era la utilidad que se buscaba primariamente con las gualdrapas nos lo prueba el verso de Góngora «pasear sin gualdrapa haciendo lodos» (ed. Foulché III, 26). No se olvide la asombrosa cantidad de fango que había en aquel tiempo en las calles, y no caigamos en anacronismo atribuyendo al S. XVI el estado actual de las ciudades.―

7 El empleo más o menos corriente como paño de confección, que nos muestra Marino, coincide del todo con el sentido del fr., oc. y cat. drap ‘paño’ (no ‘trapo’).―

8 Covarr. deriva de guarda-pie, porque la gualdrapa protege las piernas del jinete contra el barro (V. arriba); entonces gualdrapa debería ser derivado retrógado de *gualdrapié, modo de formación muy extraño cuando no existe un sufijo -ié, y sería sorprendente que guarda-, elemento tan frecuente, se hubiera alterado en gualdra-. La idea de Caix CABALLI DRAPPA ‘trapos de caballo’, obligaría a admitir una alteración demasiado anómala de *cavaldrapa en gualdrapa, y es inverosímil en otros aspectos.